⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
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A la mañana siguiente, durante el desayuno, Marsha parecía estar enfurecida hasta el límite.
Era comprensible; después de todo, había perdido el puesto de doncella personal de Linia, un cargo que seguramente le proporcionaba beneficios considerables.
No entiendo qué está tramando. Está manipulando a la inocente señorita Linia, ¿con qué propósito?
Marsha miraba a Ethel con furia, como si quisiera perforarla con su mirada. Sin embargo, Ethel quería devolverle exactamente las mismas palabras. ¿Qué había planeado Marsha mientras mantenía a Linia bajo su control?
Aun así, es mejor mantener la boca cerrada. Si le respondo, intentará encontrar algo para atacarme.
Pero Marsha, incapaz de contener su rabia, comenzó a lanzar insultos hacia Ethel.
—¿Es que acaso también manipulaste al Conde? ¿Te desnudaste delante de él o algo así? Si no, ¿cómo explicas que un traidor como tú haya sido asignado como doncella de la señorita Linia? ¡Es inaceptable!
Parecía que esperaba que los demás sirvientes apoyaran sus palabras.
Aunque normalmente podía ignorar ese tipo de acusaciones absurdas, esta última no podía dejarla pasar.
—¿Quiere que transmita esas palabras tal cual al Conde? ¿Está segura de que no le cortarán la lengua?
—¿Qué? ¡Eres una insolente!
—¿Por qué dice que soy insolente? Usted es quien ha hablado mal de nuestro amo. Además, no entiendo por qué está tan enfadada conmigo.
Algunos de los sirvientes a su alrededor asintieron levemente, mientras que otros, que eran seguidores de Marsha, simplemente evitaban su mirada.
—Si la señorita Linia decidió cambiar de doncella, ¿qué podemos hacer usted o yo al respecto? ¿De qué sirve que me grite?
—¡¿Qué le dijiste a la señorita Linia?!
—No le dije nada. Sólo le ayudé a elegir un vestido y unas joyas que le favorecieran, y le hice un maquillaje acorde a su estilo.
Marsha abrió la boca como si quisiera gritarle algo más, pero no pudo encontrar las palabras y terminó apretando los dientes. Aunque tenía experiencia como doncella, no podía igualar el conocimiento de Ethel, quien había pasado tiempo en lo más alto de la sociedad.
Al parecer, los demás pensaban lo mismo, porque algunos no pudieron contener una sonrisa burlona y desviaron la mirada para disimularla.
Incluso durante el desayuno, era evidente que la influencia de Marsha como encargada de las doncellas estaba disminuyendo.
Voy a derrumbarla completamente, señora Bohen. No pienso servir para siempre a alguien tan corrupta como usted.
Ethel pensaba en los desfalcos y la corrupción de Marsha mientras fortalecía su determinación.
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Ethel se había convertido en la doncella personal de Linia. Y no solo eso, sino que había sido por una solicitud entusiasta de la propia Linia.
Laszlo, aunque aliviado porque finalmente podría mirar a la Gran Duquesa Celestine con menos incomodidad, no podía evitar sentirse algo complicado.
( ¡Hermano! ¡Quiero a Ethel Lancaster para mí! )
Linia, que acababa de regresar de una fiesta, irrumpió repentinamente en la habitación diciendo algo tan extraño como inesperado.
Cuando le preguntó qué ocurría, Linia, como si hubiera estado esperando esa pregunta, comenzó a relatar con detalle los acontecimientos de los tres días anteriores.
En el primer día de la fiesta organizada por Camille Emerson, Linia había regresado humillada, sin haber tenido una conversación decente con nadie. Solo había recibido burlas, y escuchar eso hizo que Laszlo apretara los puños con fuerza.
Sin embargo, lo importante vino después.
( Así que fui nuevamente a la fiesta con el estilo que Ethel me ayudó a preparar, y ¿puedes creerlo? ¡Las personas comenzaron a tratarme diferente! Incluso me dijeron cosas parecidas a halagos. )
( ¿No habrás entendido mal? )
( ¡No! Nunca antes me habían dicho algo así. )
A Laszlo le costaba creer que un cambio en el vestido, las joyas, el maquillaje o el peinado pudiera cambiar tan fácilmente la actitud de los nobles.
Pero Linia insistió en que era verdad y, como para probarlo, sacó una invitación de su bolso y la agitó en el aire.
( ¡Me invitaron a otra fiesta! No creo que hubieran tenido intención de invitarme originalmente, pero al verme cambiada, me dieron la invitación apresuradamente. )
Finalmente, Linia dijo algo que sonaba como si ya no le importara nada más.
( Está bien, incluso si todo fue para burlarse de mí, como dices, no me importa. ¡Gracias a Ethel, por primera vez no pasé vergüenza en una fiesta! ¡La necesito conmigo! )
‘Por primera vez’. ‘No pasar vergüenza’.
Cada palabra que decía Linia se sentía como un puñal para Laszlo.
Al final, no tuvo más opción que llamar a Ethel. Cuando la vio llegar con un chal sobre su pijama, se dio cuenta de lo tarde que era y se sintió algo avergonzado.
Aun así, hacía mucho tiempo que no veía a Linia tan emocionada.
Antes, Linia siempre había tenido una sonrisa brillante. Pero desde que se convirtió en noble, su luz había comenzado a desvanecerse.
Era una niña honesta y vivaz que, a pesar de su corta edad, había administrado hábilmente un hogar sin hermanos mayores.
Por eso, Laszlo había asumido ingenuamente que se adaptaría rápidamente a la vida de noble, que se convertiría en una dama segura y distinguida.
¿Qué me hizo pensar que todo saldría bien solo porque sí?
Aunque ahora vivían en una casa más grande, tenían más dinero y más sirvientes, Linia parecía más infeliz que nunca, y eso llenaba a Laszlo de ansiedad e inquietud.
Sin embargo, no sabía cómo hacer feliz a su hermana y tenía muchas cosas por hacer. El problema de Linia seguía siendo relegado.
De repente, Ethel apareció como la posible solución a ese problema, lo cual fue una grata sorpresa.
¿Ayudar a Linia, quien una vez la obligó a arrodillarse? ¿Es que esa mujer no tiene orgullo? ¿O acaso es un ángel…?
Cuando le había dicho a Ethel que no tenía que hacerlo si no quería, lo decía en serio. Sin embargo, Ethel respondió que estaba dispuesta a dar lo mejor de sí.
En ese momento, Laszlo sintió un agradecimiento genuino hacia ella.
No solo quería ofrecerle una buena habitación y un salario adecuado, como correspondía a una doncella personal, sino también algo más.
Por eso llamó a Ethel.
—¿Me llamó, señor?
Ethel, que había acudido a verlo, se veía mucho más impecable que cuando trabajaba en la lavandería o la cocina.
Antes ya lucía más presentable que otros sirvientes, pero al no tener que ensuciarse, mojarse o arrugar su ropa, parecía brillar aún más.
Es como si la ropa estuviera beneficiándose de la persona.
El uniforme de doncella, igual al de las demás, parecía casi un vestido de salón de una Duquesa.
—… Conde.
—¡Ah! Estem.
Laszlo reaccionó cuando Ethel lo llamó, dándose cuenta de que la había estado observando demasiado tiempo.
Intentando ocultar su incomodidad, se apresuró a hablar.
—Te llamé porque quiero recompensarte de manera personal.
—¿Recompensarme? ¿A qué se refiere…?
—Por haber ayudado a mi hermana.
Ethel negó con la cabeza.
—No hice nada con la intención de obtener una recompensa. Además, ya he recibido mi recompensa al ser promovida de doncella de cocina a doncella personal de la señorita Linia.
—No lo llamaría una promoción. Domar a esa traviesa no será nada fácil. Por eso quiero recompensarte más aún.
Laszlo tomó un cheque en blanco que había preparado y se lo entregó a Ethel.
—No soy bueno escogiendo regalos que estén a la altura de tu gusto, así que pensé que esto sería mejor. Acéptalo.
Sin embargo, Ethel miró el cheque con expresión confundida y luego negó con la cabeza de nuevo.
—Lo siento, pero no creo haber hecho nada que merezca esto. Además, no sabría en qué gastar tanto dinero.
—Claro que lo has hecho. ¿Cómo que no tienes en qué gastar el dinero? Puedes salir a comprar ropa, joyas, perfumes, lo que quieras.
—Pero si ni siquiera puedo salir de la mansión, ¿cómo podría…?
Laszlo abrió los ojos con sorpresa.
—¿No puedes salir? ¿Qué quieres decir?
—Eso… Bueno, yo…
Ethel vaciló en sus palabras.
Entonces Laszlo se dio cuenta de que había un enorme malentendido.
—Espera. ¿Acaso creías que estabas retenida en esta mansión como una prisionera por haber sido capturada?
—…
En ese momento, Laszlo sintió que todas las piezas del rompecabezas encajaban.
Entendió por qué Ethel había soportado las humillaciones de Marsha sin protestar y por qué vivía con una actitud tan reservada.
—Oye, ¿en algún momento dije que quería tenerte como esclava de esta casa?
—No, no lo dijo.
—Entonces, ¿qué?
—Dijo que me emplearía como doncella.
—¡Exacto!
Laszlo cruzó los brazos y ladeó la cabeza mientras la miraba.
—Tengo entendido que te hemos estado pagando el mismo salario mensual que a las demás doncellas. ¿No es así? ¿O alguien lo interceptó en el camino?
—No, lo he recibido cada mes.
—¿Entonces te han tratado diferente al resto de las doncellas?
—No, no lo han hecho.
—Entonces, ¿por qué diablos te has encerrado en esta casa tú misma?
—… Pues no lo sé.
Ante esa respuesta, Laszlo soltó una pequeña risa.
—Y yo que pensaba que eras completamente meticulosa, pero resulta que tienes tus puntos débiles.
Al ver que las orejas de Ethel se ponían rojas, Laszlo sintió una extraña alegría.
Volvió a ofrecerle el cheque en blanco.
—Bueno, ahora ya puedes aceptarlo, ¿verdad? No me digas que no sabes cómo usar un cheque en blanco.
Pero Ethel volvió a mirar el cheque fijamente y negó con la cabeza una vez más.
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