⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
⠈⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄
( Por supuesto, habrá personas que te eviten debido al origen del Conde. Pero para aquellos que necesitan conexiones urgentemente, tú eres un prospecto bastante atractivo. Actualmente, el Conde Crises es un allegado del Emperador. )
( Entonces, ¿por qué me han ignorado hasta ahora? )
( Puede que esto no sea agradable de escuchar, pero los nobles aún evalúan el nivel de criterio de los demás. Como su reputación depende de con quién se relacionen, no pueden evitar ser sensibles al respecto. )
Esto significaba que, aunque ‘la única descendiente del capitán de la guardia imperial favorito del Emperador’ resultaba una figura muy atractiva, muchos evitaban acercarse a ella por miedo a que se dijera que estaban ‘adulando a una mujer vulgar por necesidad de contactos’.
Además, esto implicaba que su propio criterio no era, en realidad, tan malo.
Abandonar todo en manos de Marsha solo porque no obtuve la reacción que esperaba… Fui realmente una tonta.
Al recordar las humillaciones sufridas, Linia se sintió agraviada. Si hubiera sabido que relacionarse con nobles era algo tan sencillo, no habría pasado los últimos tres años haciendo el ridículo.
Era un poco triste darse cuenta de que no había tenido a nadie a su lado que le señalara sus malas decisiones.
Pero ya no era así.
¡Tener a Ethel en nuestra casa fue una suerte!
Aunque Marsha seguía desesperada por desacreditar a Ethel, Linia ya no prestaba la menor atención a sus comentarios.
De hecho, Ethel se había convertido en alguien que no debía dejar escapar: su ‘maestra’.
—Por cierto, señorita Linia, ¿el Conde Crises detesta las fiestas? Nunca he oído que haya asistido a una.
Sumida en sus pensamientos, Linia reaccionó cuando la anfitriona de la fiesta mencionó a su hermano.
—Mi hermano está demasiado ocupado. Hay días en los que ni siquiera logro verlo.
—¡Oh, de verdad?
—Al parecer, ser capitán de la guardia no le deja mucho tiempo libre. Es un puesto dedicado a proteger al Emperador; no es algo que permita relajarse.
—Es cierto, es cierto. Aun así, debe ser triste para usted no poder ver a su hermano tan a menudo.
Risas ligeras llenaron el ambiente.
Ahora, Linia manejaba este tipo de conversaciones con soltura.
( No lo piense demasiado. Las jóvenes de su edad son solo eso: jóvenes. Ser hijas de nobles no significa que hayan recibido una educación excepcional. )
Gracias a los consejos de Ethel, Linia se sentía mucho más cómoda al hablar con otras jóvenes nobles.
Además, ser ‘la única familia del capitán de la guardia y Conde Laszlo Crises’ le otorgaba una posición más destacada que la de muchas hijas de familias nobles.
Sí, sigamos así. No espero que me traten como a una gran dama. Con que no sea una carga para mi hermano…
Cuando pensaba de ese modo, surgió un tema sobre su hermano entre las jóvenes presentes.
—Pero el Conde Crises parece un poco aterrador. ¡Oh, no lo digo en un mal sentido! Es el guardia del emperador; tiene que parecer intimidante. Pero, para una relación romántica, parece algo… complicado.
—Es cierto. Digamos que tiene… un aire bastante desenvuelto. Eso no está mal, pero esa vestimenta que no es muy distinta a la de un noble rural recién llegado a la capital… No sé.
—Señorita Linia, ¿por qué no ayuda un poco a su hermano? Tiene que casarse pronto, ¿no? Así también podría ocuparse de buscarle un buen matrimonio a usted.
Aunque sus comentarios daban muchas vueltas, Linia captó de inmediato lo que querían decir.
¡Espera un momento! ¿Ahora resulta que el problema no soy yo, sino mi hermano?
Dado que Laszlo solía vestir ropas aún más descuidadas durante su época de mercenario, Linia nunca había pensado que su atuendo pudiera ser objeto de burla.
Siempre me molestaron su cabello y barba desaliñados, pero esto es demasiado.
Durante el resto de la reunión, se propuso cambiar la imagen de su hermano, aguantando con esa firme determinación.
⠈⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄
—¡Ethel! Ven conmigo.
Linia, recién llegada de la fiesta, agarró a Ethel por la muñeca y se dirigió directamente a la habitación de Laszlo.
Ethel apenas tuvo tiempo de exclamar un ‘¿Eh?’ antes de ser arrastrada sin opción.
Al entrar en la habitación, Linia soltó un grito.
—¡Hermano!
Laszlo, que había llegado unos minutos antes, se había quitado la chaqueta y la había dejado tirada. Con algunos botones de la camisa desabrochados, estaba sentado en una silla descansando.
Su rostro mostraba signos de cansancio, pero no se inmutó ante el alboroto. Simplemente dirigió una mirada casual hacia ellas. Sus mangas arremangadas y los músculos visibles de sus brazos añadían un aire inusualmente descuidado y algo seductor.
Ethel, sintiéndose como si hubiera visto algo que no debía, apartó rápidamente la mirada.
Sin embargo, para su hermana menor, Linia, parecía no haber nada fuera de lo común.
—¡Mira cómo andas! ¡Qué desaliñado estás!
—¿Qué quieres ahora?
En lugar de responderle, Linia se giró hacia Ethel y exclamó:
—¡Ethel! ¡Haz algo con mi hermano, por favor!
—¿Eh? ¿Hacer qué…? No entiendo.
Ethel, que había sido arrastrada sin explicación, no pudo evitar sentirse confundida. Por suerte, Linia no tardó en aclararlo.
—¡Resulta que el problema no solo soy yo! ¡Mi hermano es un desastre! ¡Dicen que parece un noble rural recién llegado a la capital y que nunca podrá tener una relación romántica así!
El que respondió fue Laszlo.
—Bueno, al menos dicen que parezco un noble. Con eso basta, ¿no?
—¿Cómo que basta?
—¿Por qué debería preocuparme por algo así? Ya tengo suficientes dolores de cabeza con lo que realmente importa. No te metas donde no te llaman.
Ante la actitud de su hermano, que trataba sus palabras como si fueran caprichos infantiles, Linia cerró los labios y luego preguntó con voz seria:
—¿No piensas buscarme un buen matrimonio?
—¿Qué dices? Estoy tan ansioso por deshacerme de ti que ya me estoy desesperando.
—Vaya, claro. Con lo que aparentas, es obvio que me van a llegar muchas propuestas. O quizás debería casarme con un plebeyo. Eso no sería ningún problema, ¿verdad?
Cuando Linia comenzó a hablar con sarcasmo, Laszlo frunció el ceño.
—¿Qué tiene que ver mi apariencia con que te lleguen propuestas? Habla con sentido.
—Según Ethel, los nobles le dan mucha importancia a la apariencia de los demás. Si no les gusta el estilo o el gusto de alguien, nunca se relacionan con él.
La mirada de Laszlo se dirigió hacia Ethel, como si le preguntara si eso era cierto.
Ethel no quería involucrarse en la conversación, pero no tuvo más remedio que responder:
—Por supuesto, mi señor Conde, usted no tiene que preocuparse por la opinión de nadie más que la del Emperador. Pero si desea entrar en la sociedad, sería recomendable hacer algunos cambios.
Había escogido cuidadosamente sus palabras, sudando frío.
Preocupada de que Laszlo se molestara, Ethel observó cómo él miraba su propia apariencia y ladeaba la cabeza.
—Honestamente, no entiendo qué hay que cambiar. Creo que estoy bastante bien, ¿no?
Ethel, al escuchar eso, se quedó sin palabras. La sorpresa fue tal que perdió momentáneamente el control de sí misma y comenzó a hablar sin parar:
—Debe cortarse el cabello y afeitarse. También necesita cuidar su piel. La ropa debe ajustarse a su talla, y debe variar según la estación, la persona con la que se encuentre, el lugar y la naturaleza del evento. Además, no es solo un problema de ropa; también ignora los accesorios mínimos que se consideran esenciales para un noble. Incluso los zapatos son inadecuados. ¡Llevar botas de entrenamiento militar con ropa formal es impensable…!
Ethel, que no había tomado ni un respiro mientras señalaba todo, recuperó la cordura al cruzar miradas con Laszlo. ¿Por qué la razón siempre volvía cuando ya había dicho todo lo que no debía?
Sin embargo, Linia tenía una expresión triunfante mientras miraba a su hermano, que parecía algo aturdido.
—¿Está enojado? Claro que sí, ¿cómo no iba a estarlo?
Ethel tragó saliva nerviosa y bajó la cabeza.
—Disculpe, me excedí. No debí decir tanto.
—No, no es eso… Es solo que realmente me sorprendiste. Nunca me había detenido a pensar tan seriamente en cosas como ropa o zapatos.
—Lo entiendo. Es normal que las reglas de la sociedad le parezcan poco prácticas o innecesarias. Seguirlas o no es completamente decisión suya; nadie puede obligarlo.
Mientras Ethel intentaba disculparse, Laszlo, perdido en sus pensamientos, murmuró:
—Desde el principio no debería haber firmado ese contrato con Su Majestad…
Chasqueó la lengua y suspiró de nuevo.
Al oír esto, Linia cruzó los brazos y, en tono de reproche, le dijo:
—¿De qué sirve arrepentirse ahora? ¿Acaso vas a devolver el título?
Laszlo sonrió ante las palabras atrevidas de su hermana menor.
—¿Mira quién habla? Una niña diciéndome qué hacer. Has crecido mucho.
—¡No soy una niña! De todos modos, ¿no tienes unos días libres pronto? Como no vas a tener nada que hacer, aprovechemos para transformarte de pies a cabeza. ¡Hazme caso!
—Qué tontería…
Aunque gruñía, parecía que Laszlo había comprendido algo y aceptaría la propuesta de Linia.
Desafortunadamente para Ethel, la tarea de convertirlo en un noble presentable recayó sobre ella.
—Ethel, sé que será difícil, pero por favor, ayuda a pulir a mi hermano. Aunque no lo parezca, es un diamante en bruto. Te pagaré el doble.
—¡No hace falta!
—¿Cómo que no? Eres mi doncella personal, y esto es trabajo adicional. Además, bastante complicado. Es justo pagarte el doble.
Ethel dudaba, no por el salario, sino por la tarea en sí, pero Linia parecía no darse cuenta de ello. O tal vez simplemente lo ignoraba.
¿Embellecer al Conde Crises…? Nunca pensé que tendría que hacer algo así…
Ethel sentía que sus responsabilidades en la mansión estaban yendo cada vez más en una dirección insospechada.
Comments for chapter "52"
MANGA DISCUSSION