⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
( Hermana, ¿sabes cuál es el significado de las flores de belladona? )
La voz de su hermana menor resonó como la de un ángel, suave y dulce. Sin embargo, rápidamente se transformó en el sonido más cruel del mundo.
( Ah, ¿finalmente has muerto? )
De inmediato, Eve recuperó la consciencia.
¡Rosie! ¿Por qué…?
Un torrente de traición la envolvió. Sólo entonces comprendió que algo estaba terriblemente mal.
¿Acaso era esto lo que buscabas desde el principio?
En el instante en que abrió el frasco de veneno, fue como si una fuerza irresistible la impulsara a beberlo. Ahora que lo pensaba, estaba segura de que aquello había sido magia de seducción.
Rosie, tú eras la última miembro de la familia real que Michael había elegido. Entonces, ¿por qué me…?
Un pensamiento cruzó su mente.
Para Michael, Roseneit no era más que una prisionera de la familia imperial, mantenida con vida únicamente por la Piedra Filosofal.
Si solo quedaba una prisionera, sería difícil lidiar con cualquier traición de Roseneit o con la posibilidad de que no pudiera asegurar un heredero. Por ello, Michael debía necesitar un seguro.
Michael no me encerró en una celda subterránea, sino en una habitación dentro de una jaula. Desde el principio, planeaba mantenerme aislada para usarme como un repuesto en caso de necesidad. Pero una Rosie tan posesiva nunca podría aceptar eso.
De repente, todo tuvo sentido.
¡Hoy era el día de mi ejecución! Me dijo que sería decapitada y que Michael lo llevaría a cabo, pero todo era mentira. Solo quería aterrorizarme para que perdiera la razón y bebiera el veneno por mi cuenta. ¡Ah, qué ironía!
El miedo a la muerte que había nublado su juicio desapareció justo cuando estaba al borde de cruzar el umbral.
¡Todo era una trampa! ¿Cómo pudo hacer esto? ¿Cómo?
La traición y la rabia la hicieron retorcerse de dolor. Era un momento tan injusto que sintió que ni siquiera en la muerte podría descansar en paz.
De repente, los ojos de Eve se abrieron de golpe.
—¡Haa!
Las lágrimas que se habían acumulado bajo sus párpados cayeron por su rostro, y lo primero que vio fue un techo que le resultaba familiar.
¿Una habitación? ¿Mi habitación?
Eve estaba completamente desconcertada.
¿Qué es esto? ¿No estaba muerta?
Mientras se tambaleaba entre el asombro y la confusión, su corazón comenzó a latir tan fuerte que sintió un dolor punzante en el pecho. Esa intensa sensación de vida era algo que un corazón paralizado por el veneno de belladona jamás habría podido producir.
—¿Estoy viva…? ¿De verdad estoy viva?
Incluso su voz era normal. Las cuerdas vocales, que habían sido dañadas por el veneno, estaban funcionando perfectamente. Todo indicaba que estaba realmente viva.
A medida que su respiración se calmaba y su cuerpo dejaba de temblar, su mente comenzó a enfrentarse al impacto de lo sucedido.
Pero, ¿dónde estoy exactamente?
Era una habitación familiar, pero no era la celda donde había estado prisionera, ni el cuarto que había utilizado a sus 25 años.
La estancia, decorada con papel tapiz de color burdeos, muebles de madera de nogal oscuro y cortinas de seda gris, era la misma en la que había vivido antes de cumplir los 23 años. Era conocida en el palacio como la habitación más lúgubre y sombría.
¿Qué…? ¿Por qué estoy viendo esto de nuevo? ¡Esa habitación fue desmantelada hace años! Desde que me mudé, la usaron como almacén.
Con el rostro rígido, Eve miró fijamente el techo mientras reflexionaba.
Está bien. Cálmate. Esto no parece un sueño o una ilusión. ¿Podría ser…? No, imposible, ¿verdad?
Intentó pensar con lógica, pero también consideró la posibilidad de que hubiera perdido la cordura tras tanto tiempo imaginando en prisión cómo sería regresar al pasado. Decidió comprobar la verdad de manera objetiva.
Utilizando sus conocimientos en magia, Eve concentró su mente y percibió el maná circundante.
No parece magia ilusoria.
Se bajó de la cama con cuidado y se paró frente a un espejo de cuerpo entero. Lo que vio casi la hizo gritar.
¡Por todos los cielos!
Reflejada en el espejo estaba su versión adolescente, de no más de 17 años.
No podía creer lo que veía, así que tocó su rostro. Mientras palpaba sus mejillas aún redondeadas por la juventud, notó la larga trenza de su cabello rubio limón.
Ese peinado desaliñado era el que usaba cuando estaba tan absorta en sus estudios de alquimia que no se molestaba en arreglarse.
La magia que creaba ilusiones jamás habría sido tan detallada. Solo había una explicación posible.
¿He regresado a mi infancia?
Todo aquello con lo que había fantaseado tantas veces en prisión parecía haberse hecho realidad.
No lo puedo creer. Tal vez debería confirmarlo con mi maestro.
No era algo que pudiera resolver reflexionando. Retroceder en el tiempo era un milagro que trascendía los límites de la magia y la alquimia, algo que solo un sabio sería capaz de comprender.
En lugar de perder el tiempo con dudas inútiles, decidió enfocarse en la oportunidad que se le presentaba.
Eve desató su trenza, dejando que su cabello cayera libre, y se miró directamente al espejo.
Esto es real. Si es así, lo primero que debo hacer es…
Sus ojos de color ámbar brillaron con determinación.
Convertirme en la heredera al trono.
Mientras Eve terminaba de poner en orden sus pensamientos, una doncella de cabello castaño corto entró en la habitación tras abrir la puerta. Era Sedella, la doncella personal de Eve.
—Se ha levantado temprano, Alteza. ¿Ha dormido bien?
—Oh, Sedella. Buenos días. Hoy te ves especialmente…
—¿Perdón? ¿Especialmente qué?
—Joven.
—¿De verdad? Creo que la mascarilla de miel que usé anoche ha funcionado muy bien.
La apariencia rejuvenecida de Sedella confirmaba lo que Eve necesitaba saber. Con eso, Eve aceptó completamente la realidad de que había regresado al pasado. Lo primero que debía hacer era averiguar en qué momento exacto se encontraba.
Eve tomó un sorbo del té negro que le habían servido y preguntó:
—Sedella, ¿qué eventos importantes tenemos esta semana?
—Esta semana, ninguno en particular. Sin embargo, la próxima semana es importante porque es el cumpleaños número dieciséis de la octava princesa, Su Alteza Roseneit.
Eve sintió cómo se endurecía brevemente su rostro al escuchar el nombre de su hermana menor, la misma que había instigado su envenenamiento. Sin embargo, la frase ‘cumpleaños número dieciséis’ captó su atención.
Si su hermana, que era un año menor que ella, estaba a dos semanas de cumplir dieciséis, eso significaba que Eve tenía ahora diecisiete años. Había retrocedido ocho años, ya que tenía veinticinco cuando murió.
—Vaya, qué increíble.
La exclamación de asombro era un comportamiento poco decoroso para una princesa, pero Sedella simplemente sonrió como si entendiera la emoción.
—Sí, es un día increíble. Después de todo, el cumpleaños número dieciséis de los príncipes y princesas es especial. Es cuando se realiza la ‘Ceremonia de Elección’ para seleccionar a su caballero homúnculo personal.
—Ah, cierto, la Ceremonia de Elección.
—La ceremonia es el evento más esperado del palacio. Elegir a alguien con quien establecer un vínculo tan profundo como el de un alma y su guardián… Es un día muy importante.
—Sí, lo es.
La respuesta de Eve carecía de emoción. En su vida pasada, Roseneit había reemplazado al caballero que eligió a los dieciséis años tan solo tres años después. Lo había hecho para colocar a Michael en esa posición.
En el pasado, Eve habría criticado la ceremonia inmediatamente, apagando cualquier entusiasmo. Pero esta vez era diferente. Ahora estaba dispuesta a dejar que Sedella continuara hablando.
—He escuchado que hay una fila de homúnculos que han estado tratando de ganarse el favor de Su Alteza Roseneit desde principios de este año. Después de todo, Su Alteza es conocida como la Rosa Blanca del Imperio. Ser su caballero personal es un gran honor.
—¿Rosa Blanca del Imperio? Más bien Belladona del Imperio.
—¿Disculpe?
—¿Eh? ¿Por qué te detuviste, Sedella?
Con una actitud despreocupada, Eve tomó la taza y sorbió un poco de té negro. Su dedo meñique, levantado con elegancia, mostraba un aire sofisticado.
—Oh, no es nada. Pero he oído algo interesante. Dicen que Su Alteza Roseneit ya tiene a un homúnculo elegido como su caballero personal.
—¿Y quién es?
—Un homúnculo llamado Silvestian. ¿Recuerda al peculiar homúnculo de cabello plateado que estaba en primera fila durante la inspección de principios de año? Ese es él.
—Oh.
La información de Sedella era correcta. En efecto, el caballero homúnculo que Roseneit eligió a los dieciséis años, que luego descartó después de tres años de uso, era Silvestian Millard. Era perfecto como adorno para Roseneit, la llamada Rosa Blanca del Imperio.
Era hábil tanto en esgrima como en magia, cualidades reconocidas por muchos. Pero lo que realmente lo hacía destacar era su cabello plateado, algo raro entre los homúnculos, quienes generalmente tenían tonos oscuros. Esto aumentaba su valor decorativo, que era lo que realmente importaba a los nobles.
¿Pero cómo supo Sedella algo que ni yo conocía en mi vida pasada?
Intrigada, Eve preguntó:
—Sedella, ¿de dónde sacaste esa información?
—Del ‘Hadelun Times’.
—Ah, ese tabloide.
El ‘Hadelun Times’ era un periódico amarillista conocido por sus títulos sensacionalistas sobre la vida privada de la familia imperial. Eve colocó su mano en el hombro de Sedella, quien se tensó de inmediato. Luego, con seriedad, le preguntó:
—¿Lo lees regularmente?
—¿Eh? Sí, bueno…
—Perfecto. Si encuentras más información importante, asegúrate de decírmelo. Es de mucha utilidad.
—¡Oh, sí, Alteza! Me alegra ser útil para usted. Leeré con más atención de ahora en adelante.
Sedella, quien pensaba que sería reprendida por perder el tiempo en trivialidades, parecía encantada con la aprobación de Eve.
Eve llevó la taza a sus labios y sonrió de manera irónica. En su vida anterior, probablemente había sido demasiado rígida y severa con su doncella.
Esta vez, viviré con flexibilidad. Estoy cansada de ser una sabionda solitaria encerrada en mis propias ideas.
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