⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
La princesa no me utiliza como esa clase de herramienta.
Michael tragó las palabras que no podía permitirse pronunciar. En este palacio tan corrupto, parecía que Eve era su único consuelo.
Mientras tanto, Stephania y Derick ya habían decidido por sí mismos que Michael era culpable.
—Es evidente que Michaelis Agnito no está calificado para ser un caballero personal.
—Mantener a un homúnculo defectuoso en el palacio es una vergüenza para la familia real.
—Según las leyes de administración de homúnculos, si no cumplen adecuadamente con las funciones asignadas a su rango, deben someterse nuevamente a una evaluación de rango.
¡Servir satisfactoriamente a los miembros de la realeza por la noche es la mayor responsabilidad de un caballero personal!
Un homúnculo que no cumpla con sus deberes debe ser degradado.
—Tienes toda la razón, Derick.
Desde el principio, su objetivo era encontrar una excusa para expulsar a Michael del palacio.
—Añadámosle el delito de insolencia y degradémoslo al rango más bajo posible.
Deberíamos sellar sus circuitos mágicos y enviarlo a trabajar de por vida en las minas de piedras mágicas.
—Oh, claro. Últimamente, la extracción de piedras mágicas ha disminuido, y nuestro padre está preocupado. Es una gran idea.
Por supuesto, aunque Stephania y Derick fueran de la realeza, no podían cambiar el rango de Michael basándose únicamente en acusaciones infundadas.
Por eso decidieron emplear métodos aún más mezquinos y crueles.
—Mientras más rápido actuemos, mejor. Aquí mismo podemos crear una razón contundente para expulsar a Michaelis Agnito.
—Eso haremos. Eve es demasiado delicada para manejar estas cosas, así que nos toca a nosotros ocuparnos de ello.
Los ojos azulados de Stephania brillaron con una crueldad evidente mientras miraba a Michael desde arriba.
—Bueno, si le dejamos una discapacidad permanente, eso debería bastar.
Michael se dio cuenta de que estaba enfrentando el peor de los escenarios que había imaginado.
Esto es peligroso.
Michael ya había jurado lealtad a Desmond II mediante el ritual de juramento. Como resultado, su cuerpo no podía resistirse ni defenderse, sin importar cuán violentas o absurdas fueran las situaciones que enfrentara frente a la realeza.
—Litver, Snowret.
Los dos caballeros personales entendieron perfectamente las órdenes con solo escuchar sus nombres.
Apartaron las manos de los hombros de Michael. Por fin se liberó de la presión sobre sus rodillas, pero no tuvo tiempo de relajarse.
El sonido de las espadas desenvainándose llegó a sus oídos.
Michael, inmediatamente en posición defensiva, instintivamente llevó su mano derecha al mango de su espada… pero se detuvo. Esa vacilación fue sabia.
Sin Eve, su dueña, a su lado, cualquier acción de Michael al desenvainar su espada podría interpretarse como un intento de amenazar a la realeza.
Eso sería el pretexto perfecto para que Stephania y Derick justificaran deshacerse de él.
Debo centrarme en sobrevivir.
Con la rodilla izquierda destrozada, Michael se incorporó lentamente, tensando todo su cuerpo.
Al mismo tiempo, Eve estaba siendo interrogada por sus hermanas mayores sobre un tema similar.
—Por lo que sabemos, ya casi ha pasado un mes y tu caballero personal no te ha servido por la noche, ¿cierto?
—¡Increíble! ¿Es eso siquiera posible? Los homúnculos son tan útiles por la noche.
—Parece que no estás aprovechando adecuadamente a tu caballero personal, así que decidimos intervenir.
Eve nunca imaginó que tendría que escuchar comentarios tan descarados sobre la intimidad.
Aunque estaban entre hermanas, la conversación no solo carecía de decoro, sino que era increíblemente vulgar.
Claro, este es el estándar de la realeza que utiliza homúnculos como esclavos legales de dormitorio.
El palacio, que era la residencia del emperador, el centro de la alquimia y el núcleo de la política y la sociedad, también era un lugar profundamente corrupto y depravado.
Eve reafirmó su determinación de abolir el sistema de caballeros personales.
—Incluso Rosie, que es más joven que tú, sabe cómo usar adecuadamente a su caballero personal. Eve, ¿qué estás haciendo? —dijo Roxandra.
Eve miró de reojo a Roseneit, quien mostraba una expresión de orgullo tras recibir el cumplido.
Eve se sentía confundida al ver cómo la ‘Rosa Blanca del Imperio’, símbolo de inocencia y dulzura, podía actuar de esa manera.
Mientras tanto, Aisel hablaba con tono presuntuoso, como si conociera bien a Eve.
—Ahora que lo pienso, Eve nunca ha mostrado mucho interés en los hombres. Si la dejamos así, podría llegar a los veinticinco sin siquiera tener un prometido.
—¡Oh, qué barbaridad!
Las risas llenaron la sala. Incluso la siempre fría Brigitte se cubrió la boca mientras reía.
No te rías, hermana Betty. ¿Veinticinco? Si no hubieras arruinado el reino, podrías haber sido soltera, saludable y feliz hasta los treinta, cuarenta, o toda la vida.
Además, Brigitte había sido la misma persona que, por molestia hacia Eve, intentó casarla con un anciano rey extranjero. Eve sintió una punzada de resentimiento.
La siguiente en hablar fue Hessia, la cuarta princesa y hermana completa de Brigitte.
Aparentando interés fraternal, comenzó a hacer preguntas impertinentes.
—¿Acaso tu homúnculo tiene algún defecto en ese aspecto?
—No, no es así.
—Oh, entonces ya lo comprobaste, ¿no? Supongo que hicieron la ‘inspección’.
—Sí.
Si decía la verdad, las princesas seguramente armarían un escándalo por haber omitido un procedimiento crucial de selección. Eve dejó que siguieran malinterpretando.
—Entonces, ¿por qué no lo has dejado servirte después de eso? ¿No te gusta?
—Estoy muy satisfecha con él. No necesitan preocuparse por la relación entre mi caballero personal y yo.
—Oh, si realmente te gustara, no lo habrías enviado de vuelta todas las noches.
Parecía que no dejarían el tema hasta obtener la respuesta que querían.
—¿Quieres que lo entrenemos un poco?
En ese momento, la expresión de Eve desapareció por completo de su rostro.
La autora de esa frase fue Brigitte, famosa por su interminable historial de amantes.
Eve la miró directamente, preguntándose si entendía las implicaciones de sus propias palabras.
—No pongas esa cara, Eve. Solo estaba bromeando.
—¿De verdad?
Eve lanzó de inmediato una mirada a las dos princesas cercanas a Brigitte.
—Entonces, ¿por qué Hessia y Aisel no se ríen? ¿No era una broma?
—¡Ah…!
Al ser señaladas, ambas princesas miraron rápidamente a Brigitte, buscando su reacción, y forzaron una sonrisa tirando de las comisuras de sus labios.
—Ho, hohoho. Claro, era una broma. Qué sensible.
—Sí, sí. No lo tomes tan en serio. Solo lo dije para divertirnos.
Su intento de seguirle el juego a una broma tan frívola resultaba patético.
Eve observó la escena con ojos fríos antes de abrir la boca.
—Hermanas.
Era una declaración dirigida a todos en la mesa. Planeaba cortar de raíz cualquier discusión sobre ese tema tan insignificante.
—Agradezco el interés cariñoso de mis hermanas, pero ya no soy una niña inmadura. Puedo manejar perfectamente a mi caballero personal. Además, mientras el caballero Agnito no haga nada que comprometa su dignidad como caballero, jamás será un tema de discusión. Mucho menos si ese comentario no viene de mí, sino de otra persona. Espero puedan entenderlo.
Sus palabras eran impecables, por lo que nadie pudo rebatirlas. Incluso Brigitte asintió, mostrando su aceptación.
—Pensándolo bien, no parece un tema adecuado.
—Ahora que Betty lo menciona, es cierto. Busquemos otro tema.
—Entonces… discutamos cómo incrementar la extracción de piedras mágicas.
El cambio abrupto a un tema político fue drástico, pero dado que venía de Brigitte, obtuvo una buena recepción.
Sus aliadas, Hessia y Aisel, rápidamente mostraron su aprobación de manera exagerada.
—Oh, eso suena genial. Tal vez, si intercambiamos ideas, podamos encontrar una buena solución.
—Es un tema que últimamente ha preocupado mucho a nuestro padre. Si encontramos una solución, seguramente se pondrá muy feliz.
Para Eve, no era un tema bienvenido. No solo porque ese asunto había sido la raíz de los problemas que torcieron su vida en su pasado, sino también porque lo consideraba completamente inútil.
Catorce miembros de la familia real, todos creyendo que podían resolver cualquier cosa simplemente explotando a los homúnculos.
La conversación terminaría siendo un ciclo repetitivo de lo mismo: las mismas palabras, los mismos puntos, en una aburrida discusión sin fin.
—Betty debe saber que esto es una pérdida de tiempo. ¿Por qué entonces propone debatir algo así aquí, donde ni siquiera está nuestro padre? ¿Es solo para presumir?
Mientras Eve reflexionaba sobre el asunto, un sonido llamó su atención desde el balcón orientado al norte.
Era un sonido peculiar, como una mezcla entre el canto de un gorrión y una alondra.
Era la señal del cuerno que había dejado en manos de su asistente, Hugh. Una señal que debía usarse si algo sucedía con Michael.
No puede ser… ¿realmente se atrevieron a atacar a Michael?
Por un momento, Eve casi dejó caer su taza de té ruidosamente, fruto de su agitación.
Aunque no tanto como Michael, Eve también había presenciado indirectamente las humillaciones que sufrían los homúnculos en medio de las luchas de poder.
La sola idea de lo que Michael podría estar soportando le resultaba insoportable.
Esto es una locura.
¿Quién era Michael?
Alguien destinado a convertirse en el líder de todos los homúnculos en un futuro próximo, guiando al ejército más fuerte jamás visto.
Incluso tratándolo con amabilidad, no sería suficiente. Pero si continuaban así, no solo estarían destruyendo a la familia imperial, sino precipitando la caída del imperio entero.
Comments for chapter "50"
MANGA DISCUSSION