⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
¿Eso es un… cuerpo de resentimiento?
Mientras tanto, otros homúnculos también habían regresado.
El hecho de que no fueran llamados ni recibieran órdenes, sino que acudieran espontáneamente, resaltaba la gravedad de la situación.
¿Por qué no viene Michael?
Eve miró a su alrededor. Los únicos miembros de la realeza sin un caballero directo que hubiera regresado eran ella y Roseneit.
Roseneit, tratando de mostrar su compostura, comentó a Eve:
—Seguramente fue a cazar una bestia poderosa hasta el interior de la guarida, por eso se retrasa. Yo no estoy preocupada.
Eve no podía permanecer tan indiferente como Roseneit.
No podía dejar de preocuparse por Michael. Pero, incluso mientras pensaba en su regreso, la situación en la base avanzada tampoco era buena.
¿Qué… qué es eso?
La base avanzada se oscureció de repente. El motivo era que los cuerpos de resentimiento se habían adherido a la barrera que rodeaba la base.
¡Crack, chirrr!
Chispas saltaron de la barrera. Momentos después, alguien gritó:
—¡La… la barrera se va a romper!
¡Crash!
Ya era demasiado tarde para hacer algo. Los cuerpos de resentimiento rompieron la barrera como si fuera vidrio, invadiendo la base avanzada.
—¡Aaaah! ¿Qué es eso?
—¡No! ¡Aléjate de mí!
Los cuerpos de resentimiento, en lugar de extenderse por el suelo como un líquido, comenzaron a agruparse en un punto.
Pronto, tomaron una forma definida y rugieron con fuerza.
¡Kuaoooo!
Un enorme dragón con cuernos de toro y cinco pares de alas desplegadas apareció ante ellos.
A estas alturas, varios ya habían reconocido la identidad del cuerpo de resentimiento.
—¡El dragón maldito, Galamut!
¡Kraaaaaa!
El rugido de Galamut, ensordecedor, retumbó en todo el lugar. Solo el viento generado por su rugido era suficiente para derribar las tiendas y empujar a las personas hacia atrás.
—¡Caballeros, formen una línea defensiva!
Por orden de Brigitte, los homúnculos se posicionaron en la primera línea. Snowret se replegó para lanzar barreras de apoyo desde atrás.
—Me uniré a la batalla.
Brigitte se colocó los guantes, lista para lanzar magia desde la retaguardia.
—¡Ataquen!
Las ofensivas de magia y auras de espada llovieron simultáneamente sobre el dragón. Pero Galamut no hizo ningún intento de esquivar o devolver los ataques; simplemente los soportó.
¡Boom! ¡Boom, boom!
La fuerza de los ataques superaba la capacidad de regeneración del cuerpo de resentimiento. Si continuaban así, Galamut terminaría exponiendo su núcleo y sería eliminado.
—¿Qué pasa? ¿Vino a suicidarse?
Brigitte comentó con tono sarcástico ante la aparente facilidad del combate.
Pero entonces…
¿Eh?
Eve sintió que el dragón la miraba directamente. Una sensación de mal augurio recorrió su cuerpo, haciéndola temblar.
Debe ser mi imaginación.
Sin embargo, su esperanza fue traicionada al instante.
«Te encontré…»
«Humana que marcó al rey de los homúnculos…»
La voz de Galamut resonó directamente en la mente de Eve. Su cuerpo entero se quedó paralizado.
Al escuchar las palabras ‘rey de los homúnculos’, se hizo evidente que el objetivo de Galamut era ella.
No puede ser…
Los ojos vacíos y rojos del dragón maldito, incluso en su estado de cuerpo de resentimiento, ejercían una presión abrumadora que un humano común no podía soportar.
Eve se sentía como si una maldición de restricción la hubiera atrapado. Incapaz de moverse, sentía que apenas podía respirar.
«¡Tomaré tu vida como venganza!»
Galamut abrió su enorme boca, y en su interior se vislumbró brevemente un núcleo rojo.
¡Shiiiii!
Un remolino de viento comenzó a condensarse hacia el interior de la boca del dragón, reuniéndose en un núcleo oscuro.
—¡Es un aliento! ¡Todos, aléjense!
Desde hacía rato, los ojos del dragón estaban fijos en un punto. Por lo tanto, era claro hacia dónde apuntaba su aliento de muerte.
—¡Todos, hacia la retaguardia!
Todos, excepto Eve, comenzaron a retroceder apresuradamente.
—¡Aquellos que puedan usar magia, preparen barreras contra el impacto! ¡Refúgiense tras las barreras!
Por orden de Brigitte, se escucharon cantos mágicos por todas partes. Una serie de barreras se levantó en la retaguardia.
Pero incluso entonces, Eve no se había movido ni un paso del lugar donde el aliento iba a impactar directamente. Fue Snowret quien notó esto.
—¡Séptima princesa! ¿Qué está haciendo? ¡Rápido, venga aquí!
—¡Séptima princesa!
El grito desesperado no fue suficiente para liberar a Eve del control del dragón.
¿Voy a morir?
Eve quiso cerrar los ojos con fuerza, pero incluso eso le resultó imposible.
La esfera negra en la boca del dragón comenzó a hincharse, como si estuviera a punto de explotar.
Finalmente, el aliento mortal estaba completo, y el dragón lo lanzó sin piedad.
¡BOOOM!
—¡Ahhhh!
En ese momento, alguien gritó en lugar de Eve.
Pero la muerte no llegó.
Eve abrió los ojos sorprendida al ver una espalda familiar frente a ella, bloqueando su camino.
Por un momento pensó que era una alucinación, pero pronto la realidad se lo confirmó: la persona frente a ella se dio la vuelta y habló.
—Estoy aquí, Alteza.
—¿Michael…?
Como si fuera mentira, la parálisis desapareció. Eve pudo pronunciar su nombre en voz alta.
El aliento mortal que el dragón había lanzado no alcanzó ni a Michael ni a Eve; fluía a ambos lados de ellos.
Michael estaba bloqueando el ataque con su espada Night Ray, llenándola con su energía de espada.
Gracias a Michael, incluso aquellos que estaban en la retaguardia pudieron resistir con las barreras con mayor facilidad.
El aliento, dispersado, perdió su fuerza y se distribuyó de manera uniforme contra las barreras.
¡Fsshhh!
Finalmente, el largo aliento de la muerte terminó. Desde la boca vacía del dragón, solo salía un débil humo.
Los ojos violetas de Michael brillaban con una furia apenas contenida.
—¿Te atreves a amenazar a mi princesa…?
Sin dudarlo, Michael saltó hacia el dragón.
Para lanzar su aliento desde el suelo, el dragón debía ponerse en una postura bípeda, lo que exponía su pecho.
—Voy a destrozar tu núcleo.
La energía de espada de Michael creció, y Night Ray emitió un zumbido resonante.
Aprovechando la rigidez del dragón después de disparar su aliento, Michael clavó su espada en el cuerpo de la bestia y liberó su energía desde el interior.
¡BOOOM!
Con una explosión, el cuerpo del dragón perdió su forma.
El cuerpo de resentimiento, reducido a una energía oscura de bajo nivel, se dispersó en el aire, desvaneciéndose.
«Debemos… destruir… al rey…»
Dejando estas últimas palabras como su inútil testamento, el cuerpo de resentimiento de Galamut desapareció por completo.
Eve bajó la mirada mientras las partículas negras se dispersaban como cenizas.
A pesar de no haber despertado por completo, pudo reconocer a Michael.
Eve observó cómo Michael quemaba los restos del dragón con su energía de espada para asegurarse de que desapareciera por completo.
¿Habrá escuchado lo del rey?
En ese momento, Michael se giró hacia Eve. Sus ojos, antes oscuros y llenos de sed de sangre, recuperaron su claridad al encontrarse con los de ella.
Michael dejó lo que estaba haciendo y se acercó a Eve.
Se quitó el abrigo de su uniforme y lo colocó sobre los hombros de Eve. Fue entonces cuando Eve se dio cuenta de que estaba completamente empapada por la lluvia.
Aunque Michael estaba aún más mojado, pues había corrido bajo la lluvia para llegar hasta ella.
Eve colocó una de sus manos sobre la de Michael mientras él ajustaba el abrigo en sus hombros.
Cuando sintió el temblor en sus manos, intentó usar magia de calor para reconfortarlo, pero Michael repentinamente tomó su mano con fuerza.
—Me alegra que esté a salvo, Alteza.
—Ah…
El temblor de Michael no parecía ser solo por el frío.
Cuando un homúnculo percibe peligro para la persona con quien está vinculado, siente una amenaza abrumadora.
¿Cuánta desesperación habría sentido Michael al ver a la persona con quien estaba vinculado paralizada frente al dragón? Esa sensación debía ser comparable al miedo más profundo.
Para calmar al inestable Michael, Eve extendió su otra mano y tocó su mejilla fría como el hielo.
—Gracias a ti, estoy viva, Michael.
—Ahora todo está bien.
El cálido toque impregnado de magia comenzó a derretir la frialdad de su mejilla. Solo entonces Michael pudo exhalar el aliento contenido que había estado reteniendo.
Tan pronto como el cuerpo de resentimiento del dragón desapareció, la tormenta primaveral cesó como por arte de magia. El cielo despejado mostró un hermoso arco iris sobre las cimas de las montañas.
El torneo llegó a su fin y se anunciaron los resultados. Tal como todos esperaban, el ganador fue Michael, el caballero personal de Eve y su representante en la competencia.
Aunque no se incluyera en la evaluación al líder Behemoth, la criatura más fuerte de la isla, era obvio que Michael sería el vencedor, ya que había derrotado al cuerpo de resentimiento del dragón.
Lamentablemente, el núcleo había quedado destrozado y su valor disminuyó considerablemente.
Con la ceremonia de premiación concluida, el torneo de caza de bestias llegó a su fin.
Eve y Michael usaron un portal para regresar al palacio imperial.
Ese día era miércoles, precisamente el día en que Michael debía trabajar horas extras según su contrato.
Ambos fueron al Salón de Verdor para cenar juntos y luego se retiraron al dormitorio.
Para Eve, que no tenía mucha resistencia física, había sido un día agotador. Tan pronto como se tumbó en la cama, cayó en un profundo sueño.
Sin embargo, Michael permanecía despierto, sentado en el sofá, incluso pasada la medianoche.
El Rey de los Homúnculos.
La forma en que el dragón lo había llamado seguía rondando en su cabeza.
¿Acaso se refería al homúnculo más fuerte?
Si ese fuera el caso, el título era demasiado reverente para ser usado por un enemigo.
Ojalá pudiera preguntarle a alguien.
Decidió dejar de preocuparse por una cuestión sin respuesta.
Justo cuando intentaba acostarse en el sofá para dormir, su mirada se posó en la cama.
Eve, profundamente dormida, respiraba suavemente en una postura desordenada, evidentemente agotada.
En el momento en que Michael la observó, un impulso inexplicable lo llevó a acercarse a la cama.
Miró el rostro dormido de Eve.
Sintió un leve apretón en el pecho.
Michael reconoció esa sensación. Era el mismo dolor que había sentido cuando el dragón había apuntado a Eve más temprano.
El vínculo era, en efecto, un contrato cruel. Cuando un homúnculo percibe un peligro para su amo, la amenaza que siente puede llegar a paralizar su corazón.
Si llegara a perder a su amo frente a sus propios ojos, el dolor sería un trauma psicológico devastador.
Se dice que, en casos muy raros, algunos homúnculos pierden la cordura y entran en un estado de furia descontrolada.
¿Soy uno de esos?
Solía burlarse de aquellos considerados ‘excesivos’, pero ahora la posibilidad de ser uno de ellos le resultaba irónica.
Aunque eso no es lo importante.
Los acontecimientos de ese día le habían revelado algo. El dragón podía localizar al portador del vínculo a través de su habilidad de interferir con la mente.
Y aunque no sabía si era exclusivo de Galamut o una capacidad común a otros dragones, era evidente que estos lo consideraban un enemigo natural y supremo, llamándolo ‘el Rey de los Homúnculos’.
Es probable que durante este reinado imperial se organice una campaña para cazar dragones y asegurar cristales mágicos. En ese momento, mi existencia podría poner en peligro a la princesa.
Había una solución sencilla para eliminar este riesgo: romper el contrato de vínculo entre Eve y Michael.
Sin embargo…
Michael tomó un mechón de cabello rubio lima de Eve y lo acercó a sus labios.
Susurró suavemente:
—Mi princesa…
Había algo que no quería abandonar.
Si ese era el caso, solo quedaba protegerla.
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