⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
Mientras Michael bajaba al primer piso, Eve se preparaba para realizar alquimia.
Primero, sacó el horno alquímico y dibujó círculos de síntesis con tinta mágica tanto en el fondo como en la tapa. Luego, siguiendo la receta, comenzó a añadir diversos ingredientes en el horno y a calentarlos.
—Arcilla para sintetizar gólems, 200 gramos; oricalco, 25 gramos; agua destilada, 100 mililitros; polvo de alas de Morpho, 5 gramos; ámbar, 5 quilates; dos estigmas de jazmín; seis pétalos de rosa seca; 2 gramos de tallo de eucalipto; 10 centímetros cuadrados de seda; 90 centímetros de hilo dorado; dos caramelos con sabor a limón; tres gotas de vino quemado; tres cucharaditas de miel… y…
Eve tomó un gólem de vigilancia de una jaula para usarlo como un ingrediente clave.
—Tail, ha llegado el momento de renacer.
Con una expresión seria, lanzó el gólem de vigilancia entero dentro del horno en ebullición.
Aunque parecía que emitía un chillido, en realidad no se escuchó nada.
Entonces, como si hubiera recordado algo, Eve se arrancó un cabello y extendió la mano hacia Michael.
—Dame uno de los tuyos también.
—Aquí tienes.
Un cabello rubio claro y uno negro fueron añadidos al horno.
—Bien, ahora tapemos el horno y activemos la alquimia…
¡Paf!
Un destello brillante iluminó la habitación. Michael, que había estado observando con interés cómo Eve practicaba la alquimia, preguntó:
—¿Eso es todo?
—Aún no. Necesita madurar.
Eve fue a buscar una caja de música del armario y la puso en funcionamiento. Una melodía de una famosa canción clásica comenzó a sonar.
—No hay nada como la música para imbuir un alma.
Colocó el horno en el alféizar de la ventana, donde la luz de la luna lo iluminaba.
—Mañana por la mañana, nuestro lindo y adorable gólem guardián habrá nacido.
—¿Qué forma le diste? ¿Una serpiente, quizá?
—Es lo que suelen preferir la mayoría de los alquimistas. Si fuera mi gólem personal, lo habría hecho así, pero como será para que ambos lo usemos, elegí algo más apropiado.
—Tengo curiosidad.
—Algo con alas para comunicarse rápidamente, pequeño para no estorbar, que no parezca extraño en el palacio imperial, suficientemente bonito para no ser desagradable a la vista, pero lo bastante insignificante como para que nadie lo note. ¿Te da una pista?
—Ah, ya entiendo.
Michael descifró la pista de Eve al instante.
—Un mariposa, ¿cierto?
—Correcto.
Asintiendo, Eve le asignó una tarea importante a Michael.
—Como Tail ya no estará, necesitará un nuevo nombre. Mañana, quiero que Michael le dé un nombre bonito.
La noche avanzó. Aunque había pasado mucho tiempo desde la cena, el Sabio del Bosque de los Abetos aún no regresaba.
—Parece que fue muy lejos. Hay algo que realmente debo preguntarle. Esperemos que regrese mañana.
Mientras esperaba, Eve comenzó a quitar malas hierbas usando la magia de jardinería que había aprendido recientemente. Sin darse cuenta, también recolectó muchas hierbas mágicas. Después de todo, las plantas que crecen en el jardín del Sabio son de otra calidad.
Tras terminar de preparar las hierbas, Eve y Michael se prepararon para pasar la noche en la cabaña.
Eve llevó a Michael al desván destinado a los invitados.
—Que descanses, Michael.
—Que tengas una noche tranquila, Alteza.
Eve se dirigió a una pequeña habitación junto al laboratorio para dormir.
Debido al largo viaje, se quedó dormida rápidamente y tuvo un sueño peculiar.
—Vaya…
Eve estaba sentada en el tejado de la cabaña, contemplando una aurora.
Era imposible que una aurora tan hermosa, digna de ser colgada en la cámara de los dioses, apareciera en un lugar que no era una región polar.
Pronto, se dio cuenta de que estaba soñando. Aunque su mente estaba clara, no podía despertar.
—Ah, es usted, maestra.
N/Nue: Quiero aclarar que antes cuando Eve la mencionó en el raw no especificaba el género, así que traté de mantenerlo lo más neutral posible, ahora ya sabemos que es mujer.
—Parece que tu intuición ha mejorado, mi discípula.
Una voz respondió mientras una mujer aparecía a su lado. Era la Sabia del Bosque de los Abetos, con su rostro oculto tras una máscara de búho.
—Hace mucho tiempo que no nos vemos, maestra. La he echado de menos.
—Sí, ha pasado mucho tiempo.
Para Eve, que había regresado en el tiempo tras vivir su vida pasada, este era un reencuentro verdaderamente largo.
Mientras experimentaba un torrente de emociones, algo le pareció extraño, por lo que preguntó:
—¿Por qué me está visitando en un sueño? Quería verla en persona.
—He gastado mucha energía y estoy en el Lago de la Luna Creciente para recuperarme. Por eso, he recurrido a encontrarte a través de un sueño.
—¿Recuperarse? ¿Qué le ha pasado?
Esto no había ocurrido en su vida pasada. Los ojos de Eve reflejaban su desconcierto.
La Sabia sonrió y cambió el tema.
—Entonces, ¿qué es lo que querías saber para venir hasta aquí?
Sabía que la mujer frente a ella era la Sabia. Eve no dudó en formular su pregunta.
—Ah, pues, en realidad regresé en el tiempo, y quería saber cómo pasó esto.
—Vaya, qué historia tan increíble dices como si nada.
Eve, preocupada de que la sabia pensara que era una broma, añadió con seriedad:
—Es verdad, maestra. Viví hasta los 25 años, morí y regresé a cuando tenía 17. Ha pasado un mes y medio desde que volví. Por favor, créame.
—No te preocupes. Ya lo sé.
—¿Qué? ¿Ya lo sabe?
—Sí.
Como era de esperarse de una Gran Sabia que custodia las verdades de la alquimia.
Eve se sintió aliviada al darse cuenta de que no necesitaría largas explicaciones ni argumentos para convencerlo.
—Entonces, ¿sabe también cómo ocurrió todo esto?
—Por supuesto.
Los ojos ámbar de Eve brillaron con anticipación. La Sabia pareció dudar un poco antes de responder.
—Es un secreto celestial.
—¿Eso significa que responder a mi pregunta podría perjudicarlo, maestra? ¿Violar alguna ley universal o recibir algún tipo de castigo por romper un tabú…?
—No es eso.
—¿Entonces?
—Es solo que regalarte la respuesta así sin más me parece un poco aburrido.
—…Sigue siendo tan traviesa como siempre, maestra.
—¿Qué tal si jugamos a un juego de veinte preguntas, discípula mía?
—No me gustan mucho esos juegos.
—Entonces no hay remedio.
La sabia abandonó su tono juguetón.
Aunque su rostro estaba cubierto por una máscara de búho, Eve podía percibir claramente el cambio en su actitud.
—Fue porque alguien realizó un ritual de regreso en el tiempo utilizando gran alquimia y gran magia.
—Lo sabía —Hasta ese punto, era lo que Eve esperaba—. ¿Quién hizo algo tan increíble?
—Si consideras que tú eres el eje del regreso, ¿no puedes deducir quién pudo haber sido?
—¿Eh?
Eve siempre había pensado que el regreso había sido un evento fortuito. Descubrir que había sido planificado desde el principio, con ella como núcleo, la dejó atónita.
Mientras sus ojos se abrían con sorpresa, la sabia dio la respuesta:
—Fue la persona que más te ama.
Eve quedó impactada. Su rostro reflejaba una mezcla de asombro y confusión.
Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras miraba al sabio con emoción.
—La persona que más me ama… Entonces, eso significa… ¡Es usted, maestra! ¡Ah, ahora entiendo por qué usó tanto poder y tuvo que retirarse a descansar! Maestra, yo… no sabía nada de esto…
La sabia acarició la espalda de Eve mientras suspiraba con resignación.
—Acertaste solo en parte.
—¿Por qué?
—No es solo una persona.
—¿Qué?
Eve, que estaba al borde de las lágrimas, se detuvo y frunció el ceño con dudas.
—No tengo idea de quién podría ser.
—Piensa con cuidado.
—¿Sedella?
—Es demasiado común para algo así.
—Entonces no tengo idea.
—Qué desesperante.
La Sabia dejó escapar un profundo suspiro.
Eve no tenía ni idea, ni siquiera estaba cerca de la respuesta. Era un alivio que no hubieran jugado a las veinte preguntas.
La Sabia decidió darle pistas en forma de preguntas.
—El ritual de regreso es tanto gran magia como gran alquimia. Por lo tanto, requiere un maná inmenso y un sacrificio enorme. ¿Qué objeto crees que cumple con esas condiciones?
—La piedra filosofal…?
—Buena respuesta.
—¡¿Es correcta?!
Eve estaba completamente asombrada al confirmar que la piedra filosofal había sido utilizada para el ritual de regreso.
La Sabia continuó con otra pregunta.
—Entonces piensa, ¿quién tiene el poder para usar la piedra filosofal libremente?
—Eso sería, por supuesto, el Emperador del Imperio.
—Y ahora la última pregunta. ¿Quién fue el último Emperador del Imperio que viste?
Eve no pudo responder de inmediato.
Sus ojos ámbar temblaban incontrolablemente.
Después de un largo rato, respondió con una voz casi susurrante:
—Michaelis Agnito…
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