⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
El líder de la compañía, Kun Largo, que parecía estar en mejor forma que antes, recibió a Eve con entusiasmo.
—¡Ay! ¡Ha venido, Alteza!
—Hace tiempo que no nos vemos, maestro Kun.
—Sí, sí. Tome asiento. ¿Querría que llame a Limona?
—No es necesario. No quiero correr el riesgo de que se revele mi identidad.
—¡Oh, claro! Mis disculpas. Con tantas cosas en la cabeza, lo olvidé.
Kun, frotándose las manos, invitó a Eve a sentarse. Gracias a Limona, la compañía Pegaso parecía estar prosperando, ya que los muebles de la oficina eran todos nuevos.
—¿Qué le trae por aquí?
—Necesito un certificado de patrocinio artístico. Es para aumentar mis puntos de mérito.
—¡Ah, claro, claro! ¡Espere un momento!
Kun rápidamente preparó los documentos. Eve los tomó y los entregó a Michael, y luego introdujo un nuevo tema.
—Escuché que la señorita Lund ha estado entrando en los círculos sociales de la nobleza últimamente.
—Sí, sí. La invitaron al salón de la Marquesa de Seyer para cantar, y también está recibiendo más invitaciones de otras reuniones sociales. Sin embargo, la Marquesa de Seyer es tan celosa que estamos teniendo cuidado… Aunque algunos nobles han enviado invitaciones afirmando que tienen la aprobación de la Marquesa. Planeamos expandir gradualmente sus actividades desde allí.
—¿Qué tipo de reuniones son esas?
—Salones de asesoramiento matrimonial organizados por el Conde Gigolo, bailes de máscaras a medianoche de la Condesa Navarre, y clubes nocturnos patrocinados por la Marquesa Chesley, cosas por el estilo.
Al escuchar la lista, Eve frunció el ceño.
—Son todas reuniones indecentes. Casi parece que están usando el nombre de la Marquesa para acceder a esos círculos.
—¿Qué? ¿Indecentes, dice?
—Están llenas de personas que disfrutan creando rumores escandalosos y coqueteando. Si Limona asiste con frecuencia, sólo terminará dañando su reputación.
—¡Oh, cielos! No sabía que la alta sociedad no era tan elegante. Rechazaré todas esas invitaciones. No podemos emparejar a nuestra Limona con esos ancianos.
Aunque su respuesta parecía confiable, Eve entrecerró los ojos.
Sentía que Kun no solo quería proteger a Limona, sino que probablemente tenía en mente emparejarla con su propio hijo.
Eve declaró con firmeza:
—Yo misma me encargaré de encontrarle un buen matrimonio a la señorita Lund en el futuro. Por ahora, asegúrate de que se concentre únicamente en tener éxito como artista.
—Sí… claro…
Kun respondió con un tono desanimado. Evidentemente, tenía otros planes en mente.
Entonces, Eve sacó una bolsa de monedas de oro.
—Es un aporte adicional. Quiero que uses este dinero para contratar a un compositor que pueda crear canciones para la señorita Lund. Cuantas más, mejor.
—¡Oh! ¡Qué generosidad la suya, Alteza! ¡Déjelo en mis manos! Me encargaré de contratar a un compositor de primera y produciré canciones maravillosas.
Kun, quien hasta hace un momento parecía abatido, ahora estaba radiante, frotándose las manos con entusiasmo.
—Entonces, me retiro.
—¡Que tenga un buen viaje, Alteza!
Con una despedida respetuosa, Eve y Michael salieron del umbral de la oficina.
—¿Ahora vamos a la casa urbana de la señorita Arpel?
—Sí, así es.
Estaban a punto de continuar con su siguiente tarea cuando alguien los llamó.
—¿Eh? ¿Eve?
Al girarse, vieron a Limona, que acababa de liberarse de la multitud. Estaba al otro lado del pasillo.
—¡Eve, eres tú!
Limona, con su peluca y vestido de escenario balanceándose, corrió rápidamente hacia ellos.
—Limona, ¿cómo estás?
Eve, también feliz de verla, avanzó unos pasos para saludarla. Pero a medida que se acercaba, notó que la expresión de Limona no era normal.
—¿Qué es esto? ¿Por qué apareces hasta ahora? Hoy te atrapé. Ven conmigo.
—¿Eh?
Limona agarró la muñeca de Eve y comenzó a arrastrarla a algún lugar.
Atreverse a intentar secuestrar a la princesa frente a mis ojos.
Los ojos de Michael brillaron con una mirada peligrosa. Pero Eve levantó rápidamente su otra mano para calmarlo.
Limona, ajena a la situación, dijo audazmente:
—Si tu novio quiere venir, que venga también.
—¿Qué? Yo no tengo novio…
Michael, sorprendido, la corrigió de inmediato:
—Sí, voy contigo.
Eve no pudo evitar sorprenderse, pero Michael, aprovechando el malentendido para acompañarlas, las siguió sin problema.
Limona llevó a Eve a la sala de espera de los actores principales. No había nadie allí, lo que lo hacía un lugar perfecto para una conversación privada.
Limona, como si hubiera estado esperando este momento, empezó a desahogarse.
—¿Sabes cuánto tiempo he estado buscándote?
—¿Pasó algo, Limona?
—¿Qué crees que pasó? Me dijeron que mi patrocinador eras tú. Pero yo ni siquiera sé quién es mi patrocinador, y el líder de la compañía no quiere decirme nada. Por muy bien que funcione el misticismo, ¿no crees que es demasiado no decirme siquiera a mí?
—Ah, es verdad. No lo pensé.
Eve admitió con calma y asintió con la cabeza.
—¡Ah, en serio!
Limona estaba claramente molesta. Había pasado días angustiada por la curiosidad de saber quién era su benefactor. Sin embargo, ahora que tenía a Eve frente a ella, su enojo comenzó a desvanecerse.
Limona exhaló un largo suspiro, dejando que con eso se disipara su frustración. Luego se inclinó hacia Eve y comenzó a interrogarla directamente:
—De todos modos, ¿en qué casa trabajas?
—Eh, bueno…
Eve no podía responder. Estaba a punto de entrar en pánico, cuando Michael intervino.
—Es doncella al servicio de la señorita Sedella, de la casa del Conde Arpel.
La casa urbana que había comprado para Sedella resultó útil en ese momento.
Sin embargo, la reacción de Limona fue fría.
—¿Eh? ¿La casa del Conde Arpel? Nunca había oído hablar de ellos. ¿Cómo puede ser que un noble que ni siquiera conozco sea mi gran benefactor? ¿Ni siquiera la Marquesa de Seier sabe de ellos?
—Es verdad. Puedes creerlo o no, es tu decisión.
—Entonces, preséntame.
La exigencia resonó con firmeza en la sala de espera.
—¿Quieres conocer a la señorita Sedella?
—Es mi benefactora, ¿no? Seguro que me recibirá. Solo quiero agradecerle por su apoyo.
Limona selló cualquier posible negativa con su razonamiento. Sonrió confiada, convencida de que no podían rechazar su petición.
—De todos modos, Eve, ¿no tienes que regresar a casa ahora? Yo ya no tengo más actuaciones por hoy, así que es perfecto.
Claramente, Limona pensaba seguirlos incluso si no la llevaban por voluntad propia.
Entonces comenzó a cambiarse de ropa. Se quitó la peluca rubia lima y el vestido, y se vistió con un traje masculino similar al de Michael.
Incluso recogió sus rizos oscuros y los escondió debajo de una boina.
Limona tomó firmemente el brazo de Eve.
—Vamos, apresúrate.
—Está bien, vamos.
Quien respondió fue Michael. Desde la ventana, Amber estaba elevándose en ese momento.
Dejaron el carruaje que habían traído del palacio y tomaron uno nuevo que estaba en servicio.
Normalmente, Eve estaría emocionada por una rara salida y estaría ocupada mirando el paisaje desde la ventana.
Pero esta vez no podía concentrarse porque Limona, sentada frente a ella, le llamaba la atención.
De vez en cuando, Limona sacaba a colación temas intrigantes para iniciar una conversación, y Eve, mostrando agilidad mental, respondía de manera natural.
—Debe ser una buena ama. Te deja tiempo para ver musicales.
—Sí, la señorita Sedella es una persona maravillosa. Me ha cuidado con calidez desde que era pequeña.
—Ya veo. Ah, por cierto, tu cabello también es rubio lima. No lo noté antes porque era de noche, pero hoy me di cuenta.
—…Últimamente, tu musical ha sido muy popular, así que el rubio lima de la séptima princesa está de moda. Decidí teñirme también.
—Claro. En realidad, saqué el tema porque iba a decir eso. Sabía que mi estilo había puesto de moda ese color de cabello.
—Por supuesto.
—Pero tu tono es muy natural. Es el rubio lima más bonito que he visto. Parece real.
—Ja, ja… gracias.
En ese momento, el carruaje pasaba frente a los baños públicos de Luchiad, en el distrito 17.
Había tantas personas en la entrada que era inevitable mirar hacia allí.
Limona expresó su envidia al ver a la multitud.
—Hoy también están llenos los baños públicos. Me gustaría ir alguna vez. Dicen que un baño allí no solo quita todo el cansancio, sino que también deja la piel increíblemente suave.
—¿Aún no has ido, Limona? Supongo que ahora que eres reconocida, sería complicado para ti ir a lugares así.
—Bueno, sí.
Limona respondió como si no le importara, pero la realidad era diferente.
Siempre usaba maquillaje pesado y pelucas en el escenario. La mayoría de las personas ni siquiera sabían cómo era su rostro al natural, ni que Limona era gitana.
Sin embargo, la verdadera razón por la que nunca había ido a los baños públicos era más sencilla.
No tengo con quién ir.
Le daba demasiada vergüenza admitirlo.
—¿Tú has ido, Eve?
—No, yo tampoco.
—¿Qué? ¿De verdad?
Sin darse cuenta, Limona mostró entusiasmo mientras continuaba preguntando.
—¿Por qué no? ¿Es por trabajo? Pero tu ama te deja tiempo para ver musicales. Seguro que también te deja tiempo para ir al baño. ¿Entonces por qué?
—Eh… ¿porque no tengo con quién ir?
La excusa que Eve improvisó fue suficiente para conmover a Limona.
—Entonces, ¿quieres ir conmigo la próxima vez? Dicen que los jabones que venden allí son increíbles para la piel y huelen delicioso. Tenemos que comprar algunos.
—Ah, sí, claro.
—¿Irás, verdad? ¿Irás conmigo?
Eve comenzó a sudar frío.
Era una propuesta incómoda. Para una princesa como ella, era impensable bañarse desnuda entre plebeyos sin ninguna clase de servicio.
En ese momento, Michael, que hasta entonces había permanecido en silencio, cruzado de brazos, intervino para ayudarla.
—Es complicado. Eve ya tiene poco tiempo para estar conmigo.
Comments for chapter "77"
MANGA DISCUSSION