⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Lilica no podía gritar del dolor. Solo se oía el sonido de su respiración entrecortada saliendo de sus pulmones.
Le habían atravesado el hombro derecho.
Como estaba sentada, su escudo era hemisférico.
No había considerado que algo pudiera emerger del suelo.
Cuando las púas la atravesaron desprevenida, no tuvo más opción que ser perforada.
—¡Princesa!
Alguien gritó.
Incapaz de mantener la concentración, su magia se desvaneció.
Las púas que habían emergido del suelo fueron recuperadas por la bestia.
Las púas se retiraron de la herida de Lilica, dejando solo agujeros en el suelo.
—Gah.
Lilica luchó por no desmayarse en el acto.
Gotas de sangre cayeron al suelo. Alguien la sostuvo cuando empezó a desplomarse.
—Princesa.
Lilica parpadeó.
Pensó que era Brynn, pero vio la cara de Fjord.
Su rostro estaba tan pálido que parecía un fantasma.
—Lo siento, llegué tarde.
Lilica lo miró aturdida, sin sentir la realidad de la situación. Solo sentía un dolor ardiente en la herida.
De repente, Fjord se detuvo.
Lilica intentó ver lo que él estaba mirando.
Todo su cuerpo estaba entumecido, dolorido, y su visión era borrosa.
Vio a Fjord sujetando la muñeca de Brynn, quien sostenía un puñal.
—¡Aléjate de la princesa!
Brynn gritó.
Lilica intentó decir que estaba bien, pero su lengua no se movió. Fjord dejó a Lilica a cargo de Brynn y se levantó.
—Princesa, manténgase despierta, ¡princesa!
La voz de Brynn se alejaba mientras un zumbido llenaba sus oídos.
Lilica perdió la conciencia.
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¡Otra vez el desierto!
Lilica estaba incrédula. Se llevó la mano a la frente y luego miró su hombro.
Supongo que porque es un sueño, está bien.
A pesar de haber sido atravesada, su hombro estaba ileso.
—El problema es el veneno, más que la herida penetrante. Pero parece que han preparado una medicina excelente, ¿verdad?
Ante la voz, Lilica se volvió sin sorprenderse esta vez.
El primer mago, que había desaparecido después de saludar la última vez, estaba allí.
Lilica lo miró y se llevó una mano al pecho.
—Lilica Nara Takar.
Y luego lo señaló.
Él sonrió e inclinó la cabeza.
—Erhi.
—¿De verdad?
—Sí, ¿no es un nombre genial?
—Sí, lo es.
Lilica asintió, y Erhi sonrió.
¿Cuán largo sería su cabello azul oscuro?
Incluso la parte que salía de su capucha llegaba hasta su cintura.
Lilica se acarició a sí misma mientras lo miraba.
—¿Por qué tengo este sueño? Erhi, entonces, ¿estás muerto?
Ya se había acostumbrado a no usar títulos honoríficos.
Erhi asintió.
—Por supuesto, estoy muerto. Mi cuerpo volvió al polvo, sin dejar rastro. Y mi alma probablemente también se haya ido a alguna parte.
—Entonces, ¿qué eres tú?
—Tu magia.
—……
Lilica frunció el ceño, sin entender.
—¿Damos un paseo?
Ante la sugerencia de Erhi, Lilica asintió.
Levantó la cabeza y miró el cielo. Hoy, una media luna iluminaba el cielo del desierto. Luego miró el desierto-
—Wow-
La arena blanca plateada ahora era dorada.
No de un color tierra, sino un brillo dorado resplandeciente.
Lilica recogió un puñado de arena y la dejó caer.
La fina arena dorada se deslizó entre sus dedos. Era una vista hermosa que solo era posible en un sueño.
—Es tan hermoso.
—Porque tu corazón es hermoso.
Lilica lo miró con una expresión extraña.
—¿Qué pasa?
Erhi preguntó, y Lilica respondió.
—Parece algo que alguien que conozco diría…
No mencionó que había pensado en Fjord.
—Eso es un honor.
Erhi sonrió. Lilica lo miró y se detuvo.
—Todo esto está bien, pero si tienes algo que decir, ¿podrías decírmelo rápidamente? Quiero despertarme pronto. Todos estarán preocupados. Además, ¿por qué vienes cuando estoy así en lugar de cuando estoy durmiendo?
—Bueno, me gustaría visitarte cuando duermes, pero no duermes profundamente… es difícil llegar a tu conciencia profunda. De cualquier modo, estoy de acuerdo en que el momento no es ideal. Pero quería hablar antes de que regresaras al palacio. Puede que no sea posible entonces —Juntó y separó las yemas de los dedos—. Alguien respira fuego.
—¿El Emperador?
—Sí.
—Entonces, no perdamos tiempo. Dime de una vez.
—Es una pena. Esta es una ocasión en la que debería empezar con ‘Érase una vez…’. Pero, falta tiempo. Para ir al grano, libera la maldición del dragón, última maga.
—¿La maldición del dragón? Ah, ¿esa historia que Inro mencionó? —¿Decía algo sobre un dragón maldito? Creo que sí—. Pero no sé dónde está el dragón. Y, ¿cómo puedo romper la maldición?
—La maldición está ahora sobre el dragón, este país y sobre el Clan Inro. El Clan Inro ató esta maldición en un solo lugar. Si se libera una, las demás también se liberarán.
—¿Dices que hay una maldición sobre el país?
—Está atrapado, sin poder ir a ningún lado, ¿verdad? A causa del mar de niebla y el desierto.
—Entonces, si se rompe la maldición, ¿podremos salir?
—Sí, aunque no sé qué hay fuera.
Erhi sonrió. Lilica abrió los ojos, asombrada por la magnitud de la historia.
—Entonces, ¿cómo se rompe la maldición?
—Si rompemos la maldición del dragón, las demás también se romperán.
—¿Y dónde encontramos al dragón?
Ante la pregunta de Lilica, Erhi respondió:
—Altheos es el dragón.
N/Nue: Se va a emputar terrible Altheos, tanto que pidió esconderlo JAJSHAJA.
—¡¡!!
Lilica abrió los ojos de par en par. Estaba tan sorprendida que su corazón latía con fuerza.
¿Aquí? ¿En la tienda?
—¿Princesa, estás despierta?
Brynn le habló en voz baja. Al voltear la mirada, vio a Brynn sentada a su lado. Lilica la miró fijamente por un momento.
¿Altheos es un dragón? ¿Su Majestad? ¿Un dragón? ¿De verdad? ¿Mi padre es un dragón? ¿Mi madre lo sabe? ¿Un dragón? ¿Qué?
Dragón, dragón, dragón. La palabra giraba en su cabeza, haciendo que todo le diera vueltas. Brynn se acercó rápidamente.
—Princesa, ¿estás bien? ¿Puedes escucharme?
La preocupación en la voz de Brynn hizo que Lilica dejara a un lado la historia de ‘mi padre es un dragón’.
Respiró hondo y asintió.
—Sí, estoy despierta. ¿He dormido mucho? ¿Dónde estamos?
Lilica se incorporó lentamente. Brynn la ayudó rápidamente a levantarse. Vio que tenía un vendaje en el hombro derecho. No le dolía, solo sentía una leve tensión. Parecía que la herida ya estaba sanando gracias a la pomada aplicada generosamente.
—Te desmayaste, así que armamos un campamento para que descansaras adecuadamente. ¿Cómo está tu herida?
—No duele, solo tira un poco.
—Qué alivio.
—¿Y tú, Brynn? ¿Estás bien?
—Sí.
—No quiero que digas que estás bien solo para complacerme, como hizo Lauv.
Brynn hizo una mueca incómoda ante las palabras de Lilica. Lilica suspiró profundamente.
—Dame mi péndulo.
—Pero acabas de despertarte.
—Precisamente. Necesito sanar completamente, y tú también.
—Entendido.
Brynn trajo el péndulo y Lilica usó magia de curación. Sintió que su cuerpo se aligeraba. También usó la magia en Brynn.
—¿Y los otros caballeros? Haz que Kaon entre primero.
—Primero debes cambiarte de ropa.
Lilica asintió, ya que solo llevaba una bata por los vendajes. Después de cambiarse a ropa cómoda, recibió el informe. Kaon se disculpó por las heridas de Lilica, pero ella lo desestimó y le pidió que hablara.
—El joven Duque Barat nos ayudó a capturar la bestia demoníaca.
—¿No fue un sueño?
Lilica estaba desconcertada.
—No, lo tenemos aislado. Según él… —Kaon carraspeó y desvió la mirada—. Se había escapado de casa.
—¿Qué?
—Ha escapado de su casa.
—Eh.
—Eso es lo que dijo.
Lilica abrió los ojos de par en par.
Kaon carraspeó nuevamente y dijo:
—No lo hemos detenido. Si desea verlo, puede ir con el señor Lauv.
—Ah, sí.
Lilica, todavía asombrada, asintió. Luego, Lauv y Diare, pálidos, entraron. Diare tenía ambos brazos vendados y una férula en la pierna. Lilica se sorprendió al verlo caminar sin muletas.
—¡Diare!
—Princesa, me alegra que haya despertado. ¿Está bien?
—¿No debería ser yo quien te pregunte eso?
Diare sonrió incómodamente.
—A pesar de tener colmillos, terminé así. Necesito entrenar más.
Estaba acostumbrado a luchar contra humanos, pero carecía de experiencia contra bestias demoníacas de diferente tamaño. Además, su ropa estaba destrozada.
—Deberíamos haber conseguido armaduras para bestias demoníacas.
Diare suspiró. Lilica, apresuradamente, sacó el péndulo y curó las heridas de Diare y luego usó magia en Lauv. Como nunca admitían estar heridos, tenía que actuar rápidamente.
Lauv preguntó:
—¿Está bien?
—Sí, estoy bien. Perdón por preocuparlos.
—No es culpa suya. No debí haberme alejado de usted…
—No, fue mi error. Fui yo quien te dijo que te alejaras. Pensé que solo tenía que defender el área alrededor, no todo el suelo.
Era su falta de experiencia en combate. ¿Cómo podría haber sabido que el ataque vendría desde el subsuelo estando tan lejos?
—No, si hubiera estado a su lado, podría haber evitado esto.
—Yo tampoco estuve lo suficientemente cerca para protegerla, es mi culpa.
Brynn también se disculpó profundamente. Lilica, incómoda, dijo:
—Bueno, entonces ambos serán sancionados con una reducción de sueldo el próximo mes.
—Entendido.
Lauv inclinó la cabeza.
Brynn pensó que la princesa era demasiado indulgente, pero no tuvo el descaro de decirlo en voz alta. Ella simplemente inclinó la cabeza.
—Entonces, vamos a ver a los demás.
—Sí, princesa.
Diare sonrió mientras la seguía, y Lauv se situó discretamente a su lado. Brynn dijo que prepararía la cena y abrió la puerta de la tienda. Ya era tarde y se podía oler la comida preparándose junto al fuego.
Los caballeros estaban en plena alerta, vigilando y patrullando rigurosamente. Lilica caminaba, curando a los heridos.
Afortunadamente, nadie había muerto, pero dos de los caballos que tiraban de los carros habían muerto, lo que le causaba tristeza. Por suerte, Lilica pudo curar a un caballo con una pata rota.
El caballero que pensaba que tendría que sacrificar al caballo estaba más contento de que el caballo estuviera bien que de su propia recuperación, y agradeció a Lilica repetidamente.
Algunos caballos que se habían escapado no regresaron, pero no había nada que hacer al respecto. Por suerte, su caballo favorito, Saebyeol, había regresado, y Lilica le acarició el cuello varias veces.
Después de revisar a todos, fue a ver a Fjord.
Dos caballeros custodiaban la entrada de la tienda. Al entrar, Fjord se levantó de un salto y, al intentar acercarse rápidamente, fue detenido por Lauv.
—Princesa, ¿está bien su herida?
—Sí, tengo magia, ¿recuerdas? —Lilica sonrió y agitó la mano para tranquilizarlo—. Pero, ¿qué pasó contigo, Fjord? Dijiste que te habías escapado…
—Entendí que usted tenía razón, princesa.
—¿Eh?
Fjord bajó la voz.
—Me pidió que huyera con usted.
—¿Qué? Ah, sí, eso fue lo que dije.
Lilica, confundida, asintió.
Observó a Fjord, que se había escapado para estar con ella.
Hmm… ¿Qué debo hacer? Supongo que podemos viajar juntos y luego que se quede en el palacio, como la última vez en la habitación de invitados…
¡Clap!
Fjord aplaudió.
—Princesa.
—¿Eh?
Lilica, sumida en sus pensamientos, levantó la cabeza sorprendida. Fjord sonrió.
—No pretendo que la princesa se haga responsable. Aunque usted lo sugirió, fue mi decisión. Me haré cargo de mí mismo, no se preocupe.
—Pero…
—De verdad, estoy bien. De hecho, me siento liberado.
—¿De verdad?
—Sí, aunque no me gusta la idea de servir a Takar, si pienso en usted, princesa, como alguien a quien le tengo cariño, no es tan malo.
—¿Eh? Pero, Fjord, yo…
Lilica casi soltó que planeaba dejar Takar pronto, pero se detuvo. Fjord, viendo su confusión, sonrió y se puso la mano en el pecho.
—Me di cuenta de que el orgullo mal entendido no me llevaría a ninguna parte. Por eso, salí de inmediato. Empaqué ligero y llegué tan rápido como pude… Pero no pude evitar que la princesa resultara herida, así que fue mi culpa.
—¿Cómo podría ser culpa tuya, Fjord?
—¿Aunque el accidente con el carruaje fue culpa de Lisett?
—¿Qué?
Fjord metió la mano en su bolsillo trasero, y Lauv casi desenvainó su espada, pero Fjord levantó la mano.
—Solo quiero mostrarle algo que encontré. Lo sacaré lentamente. Es un trozo de muñeca.
Fjord sacó una muñeca rota, y al verla, Lilica sintió un escalofrío.
Era la muñeca que había recibido de Lisett.
Había desaparecido, pero pensó que estaba a salvo al salir de la mansión Barat.
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