⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
El aceite para freír se vendía constantemente en la capital. El Gremio de la Arena Dorada no lanzaba grandes cantidades de una vez y abría exclusivamente tiendas de frituras. Eran fáciles de reconocer, con su aspecto limpio y todos con el mismo letrero. La popularidad de las tiendas de frituras aumentó rápidamente, y los más astutos golpearon las puertas del gremio.
—Quiero abrir una tienda de frituras.
Entonces, Chacha les hacía firmar un contrato en el que el Gremio de la Arena Dorada se encargaba exclusivamente del suministro de materiales y la decoración, permitiéndoles abrir la tienda. Por supuesto, el número de tiendas estaba estrictamente limitado, lo que les permitió convertirse en uno de los establecimientos más famosos de la capital. La combinación de cerveza fría y frituras calientes fue muy popular, siempre llena de gente.
Lilica leyó sobre esto en el periódico y se sintió aliviada.
—Pero, ¿no se vendía demasiado barato? No podrán pagar los pagarés con eso. Tal vez sólo cubran los intereses —dijo Athil con sarcasmo, haciendo que el ánimo de Lilica, que estaba feliz por el éxito de las tiendas de frituras, volviera a decaer.
Pero esa preocupación duró poco, ya que en verano llegó una invitación de Fjord, anunciando que el Marquesado de Ignaran se había convertido en un nuevo destino turístico.
—Si la realeza visita, los demás nobles también lo harán —dijo Athil, girando la invitación.
—Yo voy a ir —dijo Lilica decidida.
Athil sonrió.
—Seguramente Su Majestad también irá.
—¿En serio?
—Sí, es su vasallo quien trajo y ofreció el territorio recién colonizado. Es un buen momento para inspeccionarlo.
Es increíblemente astuto, pensó Athil, mirando a Lilica. Ella se iluminó al escuchar eso, mirando la invitación.
—Dicen que hay aguas termales. Tengo curiosidad.
—Agua caliente —respondió Athil indiferente.
Así, toda la realeza se trasladó a las aguas termales. Cuando la realeza se mueve, toda la alta sociedad también lo hace. Normalmente, habría un séquito numeroso, pero la única acompañante de Lilica era Diare. Sin embargo, muchos nobles se unieron a la comitiva de Ludia.
Lilica exclamó al pasar por el pueblo termal.
—¡Es tan hermoso!
Desde el principio, fue planeado como un destino turístico. El suelo estaba pavimentado para facilitar el tránsito a pie o en carruajes, las calles eran amplias y las tiendas acogedoras.
Supongo que usaron todos los pagarés aquí, pensó Lilica.
Las aguas termales no sólo eran eficaces para bañarse, sino también para beber. Había una sala de bombas para extraer el agua termal. Cada detalle estaba cuidadosamente construido. Al ver el último baño termal, Lilica exclamó.
—El agua es color leche.
Después de cambiarse y entrar, el agua estaba realmente caliente y suave. Al salir, la piel quedaba tersa y muy hidratada. Era sorprendente que hubieran construido esto en tan poco tiempo. Diare también se sorprendió, tocándose el rostro y los brazos.
—Se siente muy bien. La piel queda muy suave, aunque el sabor y el olor no son agradables. Pero parece bueno para la piel, y la ciudad es encantadora.
—¿Verdad que sí?
Diare tuvo que admitirlo. Después de recorrer el pueblo, Altheos sonrió.
—Me gustaría construir algo aquí. ¿Podemos comprar tierra?
Fjord respondió rápidamente.
—Por supuesto, pueden construir donde deseen.
—No puedo construir en la tierra de mi vasallo gratis. Si no puedo comprarla, ¿qué tal un arrendamiento permanente?
—Si insiste…
Fjord sonrió, sugiriendo redactar el contrato más tarde. Los nobles que observaban comenzaron a evaluar mentalmente las inversiones.
Si la realeza construía una residencia aquí, los demás nobles seguirían. Y con las maravillosas aguas termales, valía la pena invertir. Pronto, todos pidieron audiencia con Fjord.
Lilica y Diare caminaron por la zona comercial. Las tiendas vendían artículos seleccionados con esmero, algunas con la insignia ‘Aprobado por el Señor’. Lilica quedó impresionada por los productos de alta calidad.
—¿Cómo maneja Fiyo tantas cosas?
Diare también asintió. Tenía un pincho de frituras en la mano, le encantaban.
—Me gustaría tener una tienda en el Territorio de Wolf.
Los delicados adornos de vidrio, candelabros de bronce, velas aromáticas de calidad y sales de baño con propiedades termales eran perfectos para regalos. Aunque caros, eran irresistibles. Lilica y Diare terminaron su paseo por las tiendas satisfechas.
Los periódicos hablaban del nuevo destino turístico, recomendando los lugares visitados por la realeza. Había ilustraciones de las calles comerciales y artículos detallados. Médicos escribieron sobre los beneficios de las aguas termales. Altheos nombró el pueblo ‘Racos’, que en lengua antigua significa ‘leche’, por el color del agua.
Después de una agenda ocupada, Fiyo regresó a su residencia y se detuvo al entrar en la sala de estar. Lilica dormía, recostada en el brazo del sofá. Frotó sus ojos y miró de nuevo. Ahí seguía ella. Miró alrededor buscando ayuda, pero no había nadie. Era tarde y había despachado a los sirvientes.
Él se acercó a Lilica con vacilación y se arrodilló frente a ella. Su rostro dormido era adorable. Necesitaba despertarla, pero, ¿cuánto tiempo más tendría para observar su rostro tan de cerca? La miró tan fijamente que parecía memorizar cada pestaña, hasta que Lilica abrió los ojos.
—¡!
Estaban tan cerca que Fjord se sobresaltó. Los ojos verde esmeralda de Lilica parpadearon un par de veces antes de que ella se incorporara de un salto. Se limpió la boca apresuradamente y se frotó la mejilla.
—Lo siento, creo que me quedé dormida.
—No, no pasa nada.
Fjord se sintió aliviado de que no se hubiera dado cuenta de lo cerca que la estaba mirando, y se levantó.
—No he tenido tiempo de verte, así que quería sorprenderte al llegar…
—Me sorprendiste.
Lilica le lanzó una mirada de ‘¿en serio?’ y luego sonrió tímidamente.
—Me quedé dormida esperando. Lo siento. Mañana nos vamos y no he podido verte. Sé que estás ocupado, pero quería monopolizarte un rato…
Fjord reprimió el impulso de decir ‘Puedes monopolizarme para siempre desde ahora’.
—Si lo hubieras pedido, habría venido corriendo en cualquier momento.
—Pero estás ocupado. Y además, estás hablando de negocios, no podía interrumpir.
Lilica se acomodó, y Fjord preguntó:
—¿Te gustaría una taza de té?
—Me encantaría.
Fjord comenzó a preparar el té él mismo, y Lilica, intrigada, preguntó:
—Ahora que lo pienso, ¿dónde están los sirvientes?
—Faltan personas para atender a los invitados. Yo puedo hacerlo solo.
—Oh, ya veo. Entonces, déjame ayudarte.
—No, eres una invitada. Siéntate, por favor. No es nada complicado.
Fjord sonrió.
—Cuando fui yo el invitado, me hiciste hotcakes.
—Es verdad. Entonces, probaré ser la invitada esta vez.
Lilica se acomodó en el sofá. Una vez que el té estuvo listo, ambos se relajaron con sus tazas. Fjord preguntó:
—¿Qué te ha parecido Racos? ¿Te ha gustado?
—Sí, es muy bonito. Puedo ver tu toque en cada detalle. Mi padre también mencionó que quiere construir algo aquí… Entonces, ¿todo está bien ahora?
—Todo está bien.
—¿Podrás pagar todos los pagarés?
—No de una vez, pero ahora el dinero empieza a fluir. No estoy usando solo mis fondos; están entrando ingresos de otros lugares, así que la circulación del dinero es más fluida. Ahora solo queda hacerlo crecer.
Lilica miró su taza de té.
—No entiendo mucho, pero si dices que está bien, me alegro.
—Es gracias a ti.
—¿Yo? ¿Qué he hecho?
—Bueno, la verdad es que tu red de contactos ha sido de gran ayuda. Y si no hubiera sido por ti, ni siquiera habría pensado en hacer algo así —Fjord hizo una pausa antes de continuar—. Siempre me preguntaba qué quedaría de mí si no fuera el joven Duque Barat.
—Si no fueras el joven Duque Barat, seguirías siendo Fjord, ¿no es suficiente?
—Sí, saber que tú lo ves así me ha dado fuerzas.
Aunque todo fracasara, sabía que ella estaría a su lado.
—Eres increíble, Fjord.
Lilica inclinó la cabeza con curiosidad, y Fjord solo sonrió. Los dos disfrutaron de un momento de silencio mientras bebían su té.
—…..
Lilica miró de reojo y se movió un poco más cerca de él en el sofá. Fjord notó el movimiento y bajó la mirada hacia ella, viendo cómo se acercaba aún más.
—¡!
Sus miradas se cruzaron, y Lilica sonrió. La parte de su brazo que tocaba a Lilica se calentó.
N/Nue: Amo lo proactiva que es, en sí es uno de los mejores personajes que he leído hasta ahora…
Fjord no pudo mover bien su brazo, así que lo dejó sobre su muslo y siguió bebiendo té con el otro brazo. Después de vaciar su taza, miró de nuevo a Lilica y notó que la punta de sus orejas estaba roja.
De repente, sintió su rostro arder también y apartó la mirada.
No puede ser. O tal vez sí…
Su mente era un caos. En ese momento, Lilica dejó su taza y se levantó.
—Gracias por el té. Ya estoy bien, me voy.
Instintivamente, Fjord extendió su mano y la tomó del brazo.
—……
—……
—Uh… Tengo un nuevo dulce…
Fjord se sintió como el hombre más tonto del mundo. ¿Eso era lo mejor que podía decir?
Lilica lo miró fijamente por un momento antes de sentarse de nuevo.
—¿Qué tipo de dulce?
—Ah, es solo un prototipo. Espérame un momento.
Fjord salió apresuradamente de la habitación y regresó rápidamente con un plato pequeño cubierto con una tapa de plata. Al destaparlo, mostró unas castañas.
—Son castañas confitadas en azúcar. Me recordaron las castañas asadas que comimos.
Las castañas, peladas con cuidado y cubiertas de azúcar, brillaban con una translucidez delicada.
Eran del tamaño perfecto para un bocado. Al morder una, la capa de azúcar se rompió con un ‘crunch’ y el dulce sabor se extendió por la boca.
—¡Delicioso! Pero pelar tantas castañas debe requerir mucho trabajo.
—Por la belleza y el sabor, puedo hacer cualquier esfuerzo. La castaña tiene una imagen de ser un alimento de los plebeyos, pero de esta manera puede estar en las mesas de los nobles.
—Sí, realmente delicioso. Es un sabor que invita a tomar té.
Fjord sonrió ante la valoración de Lilica.
—Si te gusta, te regalaré una botella.
—¿De verdad?
—Por supuesto. ¿Alguna vez te he dicho una mentira?
—No, nunca.
Lilica asintió con la cabeza.
—Espera un momento.
Fjord regresó rápidamente con una botella de vidrio. Dentro había castañas confitadas en azúcar, dispuestas meticulosamente.
—Aquí tienes.
Lilica tomó la botella y la miró antes de volver la vista hacia Fjord.
—Fjord.
—Sí.
—Comamos juntos ahora.
Fjord inclinó la cabeza y dijo:
—Estoy bien. Comí mucho mientras hacía los prototipos.
—Sí, pero no los comiste conmigo, ¿verdad?
Ante las palabras de Lilica, Fjord se detuvo un momento y luego se sentó obedientemente.
Abrieron la botella y comenzaron a comer las dulces castañas confitadas una por una, charlando hasta bien entrada la noche. No hablaron de temas pesados como Lisett o Barat. En su lugar, hablaron del cielo estrellado, del baile, y se midieron las manos mutuamente, dejando que el tiempo pasara lentamente.
Incluso después de vaciar la botella, siguieron conversando hasta que Athil vino a buscarla.
Lilica se despidió con una sonrisa y salió de su casa.
Después de despedirse y verla irse, Fjord regresó a su habitación. Allí solo quedaba la botella vacía. Sin embargo, el sabor dulce de las castañas aún persistía en su boca, y la botella parecía contener el tiempo que había pasado con ella.
Toc, toc.
Golpeó ligeramente la botella con la punta de los dedos. De alguna manera, esa noche incluso ese sonido le pareció hermoso.
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El Duque Barat tarareaba mientras pasaba lentamente las cartas. Giró cuatro cartas rectangulares decoradas con un lujoso dorado, una por una.
Mientras miraba las cartas, una sonrisa se dibujó en sus labios.
—Excelencia, su invitado lo está esperando.
—Ah, sí.
El Duque Barat se levantó. La villa construida en el norte para escapar del calor del verano era fresca gracias a su altitud.
Al entrar en el salón, el Duque Barat saludó elegantemente.
—Es un placer recibir a un invitado de la noble y antigua familia Inro.
Sonehihaya Inro la miró con un rostro pálido.
N/Nue: Vas y chingas a tu madre malditoooo.
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