⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

---

 

Él estaba completamente en posición de combate. Se podía ver que llevaba una armadura completa debajo de su capa, algo inusual para él. Su mano, que sostenía la empuñadura de su espada, no temblaba en absoluto. Si cualquiera de ellos se movía primero, cerraría la distancia en un instante y cortaría. Se podía sentir esa inquietante sed de sangre. 

Lilica se estremeció.

Lauv, que estaba al lado de Brynn, midió la distancia entre ellos, su maestro y el Emperador. 

Altheos no podía creerlo. 

Estaba asombrado. 

Un gruñido salió de su garganta.

—Un lobo insolente y un cuervo…

Se sintió una vibración en el aire. Lilica quería gritar. Si las cosas seguían así, ambos lados, no, Brynn y Lauv sin duda resultarían heridos.

¡Muévete! ¡Es mi cuerpo!

Lilica se levantó de un salto del sofá y gritó.

—¡Esperen un momento!

Su voz era fuerte y aguda, probablemente debido al esfuerzo de moverse, y casi perdió el equilibrio y cayó hacia adelante. Altheos la atrapó. Lilica se aferró a su brazo.

—Ah, padre, por favor, espera un momento. Brynn y Lauv, también. Estoy bien.

Mientras hablaba apresuradamente, sintió a alguien suspirar detrás de ella. Brynn intentó correr hacia ella, pero Altheos la detuvo.

—Ahora retrocede.

—¿Estás bien, princesa?

—Sí, estoy bien. Ya entendí lo que pasa.

—Entiendo.

Aunque Brynn todavía parecía dudosa, Lilica sacudió la cabeza y Brynn volvió a su expresión de sirvienta respetuosa.

—Entonces esperaré justo afuera.

—Sí.

Cuando Lilica sonrió, Brynn y Lauv se retiraron y cerraron la puerta.

—Tienes unos asistentes excepcionales.

Lilica respondió con orgullo, sin saber si Altheos estaba siendo sarcástico o no.

—Es cuestión de tener buenas personas a tu alrededor.

Lilica se puso de pie y cruzó los brazos, mirando a su padre. Su expresión era tan similar a la de su madre que Altheos, sin darse cuenta, se disculpó.

—Lo siento por haber hecho las cosas a mi manera. ¿Desde cuándo estás despierta?

—Hoy, desde el principio.

—Ese Erhi…

Altheos murmuró una maldición en voz baja. Lilica descruzó los brazos.

—Hubiera sido mejor si me lo hubieras dicho desde el principio.

—No era algo que quisiera contarte.

—Hmm… Pero yo soy la persona que puede romper la maldición, ¿no? ¿Qué sentido tiene si no lo escucho? Ah, no me digas…

Lilica abrió los ojos de par en par.

—¿No estarás planeando que Erhi rompa la maldición moviendo mi cuerpo a su antojo, verdad?

—No. No haría eso.

Altheos frunció el ceño y negó con la cabeza.

—Quería manejar todo lo posible y luego hacerte una última petición.

—Pero si no sé qué pasará cuando gire el pomo de la puerta, ¿cómo voy a abrirla?

—Te lo contaré cuando todo esté listo.

Altheos acarició suavemente la cabeza de Lilica.

—No hablaré a través de ti de ahora en adelante, así que duerme tranquila.

—Padre.

—¿Qué?

—Mira el rostro de mamá antes de irte.

Al escuchar las palabras de Lilica, Altheos encogió los hombros y luego sonrió.

—Está bien.

Altheos salió por el balcón, y Lilica cerró el pestillo de la ventana y suspiró.

Parecería que el pestillo no sirve de mucho.

Aun así, la elegante sensación del pestillo de bronce dorado encajando perfectamente la hizo sentir mejor. Al darse la vuelta, Brynn abrió la puerta y entró como si estuviera esperando.

—¿Está bien, princesa?

—Sí, estoy bien. Pero de alguna manera me siento cansada.

—Te traeré algo de beber.

Brynn regresó con una taza de té caliente que había preparado de antemano. Se podía percibir el suave aroma a hierbas. Lilica disfrutó el té en silencio, deleitándose con su fragancia.

Cuando devolvió la taza vacía, su mente estaba completamente calmada.

—Gracias, Brynn. Ahora voy a dormir.

—¿Quiere que me quede con usted?

—No, está bien.

Lilica sacudió la cabeza. Si se dormía, seguramente se encontraría con Erhi. Tenían algo de qué hablar.

Al ver la expresión de Lilica, Brynn asintió. Sin embargo, dijo que dejaría una lámpara encendida. 

Brynn se fue y Lauv se asomó por la puerta para ver su rostro. Lilica le hizo un gesto para que se acercara y le acarició la cabeza. 

Lauv se retiró con una expresión satisfecha.

Lilica se acostó en la cama y cerró los ojos.

 

♡゜・。。・゜ • ∘ •゜・。。・゜♡♡゜・。。・゜ • ∘ •゜・。。・゜♡

 

No era un desierto, sino una playa. El mar era claro, brillante y soleado, pero nunca caluroso ni cegador. Era un mar hermoso que recordaba a la isla de coral al oeste. El sonido de las olas era animado. En la arena blanca a sus pies, en lugar de conchas, había joyas esparcidas.

Mientras recogía joyas de la playa con asombro, sintió que alguien se acercaba.

—¿Te gusta?

Lilica levantó la cabeza y miró a Erhi. Se levantó y le mostró la palma de la mano.

—Mira. ¿No son preciosas?

Erhi sonrió al ver las joyas de colores en su mano.

—Sí, pero al fin y al cabo, esto es un sueño.

—Hmm, pero los sentimientos de ver algo hermoso permanecen, ¿verdad? Según mi madre, todo es efímero.

Lilica sonrió dulcemente. 

Erhi se detuvo por un momento y luego asintió.

—Tu madre es sabia.

—Sí, aunque sea un sueño, aquí se siente real, y la belleza de las joyas permanece en mi corazón, al igual que este hermoso paisaje. Así que, disfrutarlo al máximo es lo que importa.

Erhi aplaudió.

—Tienes toda la razón.

—Entonces, ¿no tienes nada que decirme?

Lilica entrecerró los ojos mientras lo miraba de reojo, y Erhi se disculpó respetuosamente.

—Lamento haber usado tu cuerpo sin tu permiso, princesa.

—Pero, ¿cómo pudiste hacer eso? Podría haber corrido el rumor de que estaba sonámbula.

—Eso se debe a que eres generosa y de gran corazón, princesa… —Cuando Lilica entrecerró más los ojos, Erhi saltó de inmediato—. Es verdad. Si realmente me odiaras o me consideraras tu enemigo, no habría podido hacer nada. Pero no lo hiciste. Y Altheos también me ayudó.

—Así que realmente conoces a mi padre.

—Sí. Aunque nunca pensé que Altheos se enamoraría de alguien. Como amigo, me alegra saberlo.

Erhi sonrió mientras hablaba, y Lilica lo entendió de repente.

Ya veo. Cuando parecía que Erhi y mi padre se conocían, me alegró. Por eso bajé la guardia con Erhi. Porque mi padre no parecía solitario…

Incluso cuando era un dragón, tenía amigos cercanos, y poder reencontrarse con esos amigos ahora…

—Erhi.

—Sí.

—¿Solo hay un dragón?

—Sí, solo hay uno.

—Eso…

Lilica respiró hondo antes de continuar.

—Debe ser muy solitario.

—Es una forma de pensar humana… Pero sí, tal vez era solitario. Quizás debería haber hecho otro. Pero pensé que una criatura tan poderosa debería ser única…

Mientras escuchaba a Erhi murmurar, Lilica tenía una interrogante en su mente.

—¿Hacerlo?

Su voz se elevó sin darse cuenta. Erhi sonrió mientras la miraba.

—Soy el primer mago, el que hizo surgir una isla en medio del mar —Señaló a Lilica—. Así como tú creaste Ignaran, yo creé al dragón.

—¡Esas dos cosas son completamente diferentes!

—En esencia, son similares.

Lilica lo miró atónita antes de preguntar.

—Entonces, el primer Erhi de la canción de la creación…

—Soy yo.

Erhi sonrió ampliamente. Las joyas en las manos de Lilica cayeron al suelo.

—Vaya, esto es…

Erhi aplaudió dos veces con torpeza, y una mesa y sillas elegantes hechas de arena aparecieron.

—Por favor, sentémonos y hablemos. ¿Está bien, princesa?

Lilica preguntó.

—Entonces, ¿eres un dios?

Erhi respondió seriamente.

—No. Yo, un dios, eso sería una gran blasfemia, ¿no crees?

—Pero, elevar una isla del mar…

—Eso es una historia de nuestra isla. El mar y el mundo ya existen en la historia, ¿verdad?

—Oh.

Finalmente, Lilica se calmó y se sentó. La silla hecha por Erhi estaba hecha de arena, pero al tacto era tan suave como una piedra pulida.

Además, estaba adornada con joyas por todas partes, lo que la hacía brillar de manera encantadora. Lilica se relajó lo suficiente como para notar estos detalles.

Erhi también se sentó. Al hacerlo, Lilica se dio cuenta de lo largo que era su cabello azul oscuro. Era lo suficientemente largo como para arrastrarse por el suelo de arena.

Ahora que lo pienso, en el sueño anterior, mi padre también tenía el cabello muy largo. ¿Será que la gente de antaño solía dejarse el cabello largo?

Inconscientemente, se imaginó a Fjord con el cabello largo.

Le quedaría bien.

Se vería muy bonito.

Mientras pensaba en eso, Lilica volvió rápidamente a la realidad.

—Entonces, ¿Erhi hizo a mi padre? ¿Entonces eres mi abuelo…?

Preguntó sin pensar, y Erhi abrió los ojos de par en par antes de levantarse de un salto.

En un instante, se acercó y abrazó fuertemente a Lilica.

—¿Cómo puede ser tan adorable, princesa? Si tú eres la última maga, entonces soy increíblemente afortunado. Vamos, di eso de nuevo.

—¿Abuelo?

—Jajaja.

Erhi dejó escapar una extraña risa, claramente sospechosa. Un momento después, se aclaró la garganta y se apartó.

—Me disculpo por mi comportamiento inapropiado hacia una dama adulta.

Erhi se sentó.

—Al igual que tú y Fjord, Altheos y yo somos amigos. No es una relación que pueda definirse con nombres como esos.

—Hmm…

Aunque parecía un poco diferente, Lilica asintió. Ella no podía saber mejor que ellos la naturaleza de su relación.

Erhi sonrió y habló suavemente.

—Lilica Nara Takar, última maga.

Inconscientemente, se puso erguida.

¿Por qué sonaba tan formal y tenso cuando la llamaban por su nombre completo?

—El principio y el final suelen ser simétricos. Tu poder es inmenso, profundo y vasto como el mar.

Lilica miró hacia el mar. Azul, vasto y hermoso. Y su profunda y oscura sima sin fondo.

—Puedes cumplir cualquier deseo que tengas. Revivir a los muertos, manipular los corazones de las personas, retroceder el tiempo, elevar tierras del mar y sumergirlas de nuevo. Puedes crear un mundo perfecto donde todos te aman y te veneran.

Lilica miró a Erhi. Él preguntó.

—¿Cuál es tu deseo?

Lilica miró el mar y luego de nuevo a Erhi.

—Poder hacer lo que quiera es grandioso, pero si lo hago, eventualmente desearé no haberlo hecho.

Lilica sonrió.

—Estoy contenta siendo simplemente la Magic Girl Lilica.

Erhi sonrió ante sus palabras.

—Ahora entiendo por qué eres tú la última maga, princesa. Es suficiente.

—Aún no lo entiendo del todo.

Lilica ladeó la cabeza, pero Erhi siguió sonriendo. Él dijo:

—Altheos está tratando de encontrar otra manera de romper la maldición.

—¿Otra manera?

—Sí, pero creo que tú, princesa, podrías encontrar la solución correcta.

—Eso suena como una forma muy irresponsable de delegar el problema.

Erhi se rió y dijo: 

—Jaja, ¿me descubriste? Al principio, cuando hablé con Altheos, pensé que sería un rey justo si no tuviera emociones. Un rey fuerte y racional que gobernaría la isla de los magos. Pero…

Erhi hizo una mueca.

—Nadie quería servir a un ser incapaz de empatizar con los demás como su rey.

—Oh…

Lilica dejó escapar un pequeño sonido.

—Las respuestas a problemas sin emociones parecían injustas para la gente. Altheos no podía juzgar correctamente esas situaciones.

—Las emociones son importantes.

—Sí, por ejemplo, en un caso de asesinato de un niño, si se aborda pensando que el costo de criarlo no sería tan alto y que es más fácil matar a un niño que a un adulto, eso sería absurdo.

Lilica abrió los ojos de par en par ante esa declaración y luego asintió, diciendo: 

—Tienes razón.

Resolver problemas sin emociones no podría ser una solución adecuada. Las emociones son lo que más afecta a las personas. 

Sin amor, ¿qué sería importante entre las personas?

—Pero ahora que Altheos se ha convertido en humano, ha aprendido no solo el sufrimiento, sino que también ha encontrado personas valiosas, cosas que quiere proteger, y ha encontrado el amor. Estoy agradecido por eso.

Erhi miró a Lilica con ojos tiernos. Lilica se sonrojó y dijo: 

—Yo no hice nada. Mi madre hizo todo.

Erhi simplemente sonrió.

Lilica se aclaró la garganta y dijo:

—Entonces, ¿cómo podemos romper la maldición?

—En realidad, romper la maldición no es el problema. Princesa, estoy seguro de que puedes romper la maldición.

—¿De verdad?

—Sí. Convertir a Altheos de nuevo en dragón no es difícil. Ya lo has hecho antes, como cuando transformaste a un gato en humano.

Mientras hablaba, mostró un círculo mágico. Era el mismo círculo mágico que Lilica había usado.

—¡Es cierto! ¿Cómo lo sabías…?

—Porque soy tu magia, princesa. Por supuesto que lo sé.

Erhi sonrió mientras hacía desaparecer el círculo mágico y continuó hablando.

—Pero lo que preocupa a Altheos es otra cosa.

—Se refiere a lo que pasará después de convertirse en dragón, ¿verdad?

—Sí. Si se convierte en dragón, perderá todas sus emociones. Entonces…

Erhi se detuvo y miró a Lilica. Altheos no había podido contarle esto a Lilica ni a Lydia.

Por eso había buscado y despertado a Erhi, que era como un fantasma, para discutirlo.

Entonces…

¿Podría pensar que las emociones son molestas e insignificantes y negarse a volver a tenerlas?

¿Es correcto que alguien con tanto poder tenga emociones hacia alguien? Si toma esa decisión…

—Podría dejar a todas las personas que ama, podría perderlas, podría herirlas. Esa es su preocupación.

Lilica asintió. También era una gran preocupación para ella.

Será abandonada de nuevo.

Ese pensamiento asomó bruscamente en su mente, haciendo que su expresión se oscureciera, y Erhi habló.

—Altheos también está esforzándose para evitar eso, así que no te preocupes demasiado.

—Pero…

—Y estoy seguro de que tú, princesa, también lo harás bien. Yo no puedo darte la respuesta.

Lilica suspiró suavemente ante esas palabras. Erhi se levantó de su asiento. Con un movimiento de su mano, el sol comenzó a ponerse rápidamente.

—Ahora ve a dormir. Los niños deben acostarse temprano.

Erhi se acercó y besó la frente de Lilica.

—Todo irá bien.

Lilica cerró los ojos ante la sensación de cosquilleo.

Todo se oscureció y cayó en una profunda oscuridad.

Sorprendentemente, el sueño fue profundo y dulce, y cuando despertó, era una mañana muy fresca.