⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

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Lilica no pudo parpadear ni una vez. Simplemente miraba fijamente sus ojos como si estuviera pegada a ellos.

En el momento en que cerró los ojos por un instante, sintió que todo podría cambiar.

Cuando Fjord enderezó un poco su cuerpo, Lilica se retiró hacia atrás y estuvo a punto de caerse con un ‘¡Ay!’.

Fjord la atrapó rápidamente.

Sentados frente a frente en el suelo, ambos se miraron en silencio. Fjord se arrepintió un poco al verla mirándolo sin decir una palabra.

¿Debería haber guardado silencio?

Pero.

No importaba ningún malentendido.

Había muchas palabras que lo difamaban. En la nobleza, lo llamaban traidor y lo insultaban, mientras que en la corte imperial decían que no se podía confiar en un humano como un murciélago.

Desde que dejó de bailar en los bailes sociales, los chismes sobre él sólo crecían, ya sea que quisiera escucharlos o no.

No solo hablaban de eso, sino también de su origen y su carácter humano.

No tenía la intención ni el deseo de desmentir cada uno de esos rumores.

Pero.

Este malentendido era insoportable.

Solo quería escuchar de Lilica: ‘Sólo lo digo a alguien que me gusta.

Incluso si decía que odiaba esas palabras hasta el punto de llorar.

No podía soportar que ella malinterpretara sus intenciones.

No podía soportar que Lilica malinterpretara sus sentimientos y pensamientos hacia ella.

Lilica tenía una cara completamente inmóvil, sin lágrimas. Las lágrimas en sus largas pestañas se reflejaban en su mirada.

Se miraron fijamente.

Al final, fue Fjord quien no pudo soportarlo más. Volteó un poco la mirada y dijo:

—Por ahora, levántate-

Pero Lilica agarró sus mejillas.

Lilica pensó que ella misma era audaz.

Increíble.

Parecía capaz de hacer cualquier cosa audaz. Un impulso desconocido y coraje brotaron desde lo más profundo.

Haría cualquier cosa y Fjord lo aceptaría.

Porque me ama.

Porque me ama.

Fjord me ama.

El calor se extendió por sus mejillas. 

Los ojos de Lilica brillaban intensamente.

—Dímelo de nuevo.

Era una solicitud descarada. Pero había una encantadora seguridad en sus palabras que la hacía parecer linda.

Fjord también sintió que sus mejillas ardían. No sabía si era por la palma caliente de Lilica o si su propio rostro se estaba calentando.

—Te amo.

Lilica soltó sus mejillas como si estuviera a punto de hacerlo, y luego lo abrazó repentinamente.

Fjord contuvo la respiración brevemente al ser abrazado. Lilica apretó fuertemente sus brazos alrededor de él.

Fjord se sintió un poco aturdido.

Ella era como la luna brillante, observándola desde lejos como si estuviera en el este y él en el oeste, pensando que nunca podrían tocarse.

No, pensó eso, pero quería tocarla.

Pero si quería tocarla, no sería la luna.

Esperando que la luna se levantara, giraba su mirada hacia ella, esperando que volviera a subir después de que se pusiera.

A veces está bien ladrar hacia la luna.

¿La luna no perdonaría eso?

Pensando en eso, Fjord no podía creer la situación actual. No se sentía real. No parecía real.

Thump.

Thump.

Thump.

Pero su corazón latía fuertemente como un tambor. Sintió la respiración de Lilica y sus brazos alrededor de él eran firmes y cálidos.

—Fjord.

Lilica susurró suavemente en su oído. Las plumas eran incómodas. Su voz temblaba.

—¡…!

En un instante, se despertó por completo. La sensación de aturdimiento desapareció al instante.

Todo se volvió tan claro y nítido que pudo escuchar los latidos de su corazón en sus oídos.

Era el sonido de su propio corazón latiendo.

Entonces, esto es.

Tragando saliva, Fjord levantó vacilante su brazo. De alguna manera, no sintió que fuera su brazo, sino algo pesado y opaco.

Cuando la abrazó suavemente, Lilica apretó más sus brazos.

Su vista se volvió borrosa.

Esto es, eso es correcto. ¿Es eso lo que es?

¿Es eso así?

Le gustaba estar tan cerca. Simplemente abrazarse era simplemente maravilloso.

Pero quería ver su cara.

Ahora entendía por qué Lilica había agarrado su rostro antes.

Se alejó un poco y, audazmente, Fjord sostuvo la barbilla de Lilica con suavidad.

Ella levantó la cabeza sin dudarlo.

No ocultó ni un poco de vergüenza ni alegría, y al ver su sonrisa tonta, Fjord también sonrió.

Ambos se miraron y sonrieron. Fjord soltó su mano y envolvió su cintura suavemente mientras se inclinaba.

Sus frentes se tocaron ligeramente.

¿Qué debería decir? ¿Qué debería hacer?

Por ahora, levantarse de la silla.

Pero lo que salió de su boca fue una pregunta tonta.

—¿Necesitas algo?

Se preguntó si era una pregunta estúpida después de decirla. No era lo que quería decir.

Pero al mismo tiempo, parecía lo que quería decir. Ahora que estaban juntos, quería dar algo.

Lilica pareció entender su corazón. Ella lo miró a los ojos y sonrió.

Y dijo las palabras más dulces del mundo.

—Bueno, entonces, dame todo.

 

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Ambos querían abrazarse y retorcerse entre ellos, pero el estómago de Lilica hizo un sonido bastante fuerte, así que ambos se pusieron de pie.

Fjord pidió preparar la comida y, antes de eso, trajo unas uvas. Lilica nunca había visto uvas como esas.

—Encontré un viñedo silvestre en el Bosque. Es bastante grande y las uvas tienen un sabor excelente.

—¿Tienen dos colores mezclados?

—Sí, ¿no es fascinante? —Respondió Fjord mientras se sentaba discretamente al lado de Lilica. 

El sofá se inclinó ligeramente hacia un lado.

Sus brazos, hombros y piernas se tocaron. Lilica volvió a sentir su corazón acelerarse.

Era diferente de cuando se arrojó a abrazarlo atrevidamente. Después de que las emociones intensas se calmaron, la vergüenza la invadió de nuevo.

Pero le gustaba estar sentada a su lado. También le gustaba estar cerca de él, aunque su mirada no se apartaba de las uvas.

Las uvas, colocadas en un plato de vidrio en forma de barco, mezclaban bellamente los colores verde transparente y púrpura claro. Además, eran bastante grandes.

Parecían joyas.

Dos tenedores de plata con puntas suaves también venían con ellas.

Fjord le ofreció una uva verde a Lilica frente a su boca.

Wow.

Lilica, aunque sonrojada, abrió la boca dócilmente. La uva llenó su boca.

—!!

Al morderla, el dulce jugo estalló. Y tenía un aroma delicioso.

El suave dulzor llenó su boca, y un aroma a flores pasó por su nariz. Fjord se rió al ver la expresión de Lilica.

—¿Te gustó?

—Sí, ¿qué es esto? ¿Por qué es tan dulce?

—Yo también me sorprendí al principio.

Esta vez, Fjord le ofreció una uva púrpura. Abrió la boca un poco más audazmente que antes.

Esta uva, al morderla, tenía una textura crujiente y la pulpa era firme. La uva verde no tenía acidez, pero esta tenía un toque de acidez. Y nuevamente, ese aroma.

—Tiene un aroma muy dulce.

Fjord, sonriendo, extendió la mano hacia las uvas, pero Lilica lo detuvo.

—Y ahora yo quiero comer.

Fjord, lamentándolo, retiró la mano. Lilica vació el gran plato de vidrio. Solo entonces se dio cuenta de que estaba tan hambrienta que se sentía irritada.

Eran unas uvas tan deliciosas que borraron su hambre de un golpe.

—¿Quieres que traiga más?

—No, si como más, no podré cenar.

Lilica dejó el tenedor. Fjord rápidamente tomó su mano vacía.

Soltó suavemente la mano que sostenía y entrelazó sus dedos con los de ella.

Wow.

Como si fueran amantes tomados de la mano.

Al darse cuenta, ambos estaban sin guantes, tomados de la mano desnuda.

Se sintió mareada.

Pero no quería soltar su mano. ¿Dónde debía colocar la mano que sostenía? ¿Podía dejarla en el regazo de Fjord?

Mientras pensaba en eso, él le preguntó:

—¿Pasa algo?

Lilica, sin entender por un momento, lo miró sin expresión. Pero pronto recordó por qué había venido.

¡Lo había olvidado por completo!

A pesar de haber venido con una expresión seria, hasta ahora solo había pensado en Fjord.

—Um, bueno, eso…

Lilica dudó un momento antes de contarle a Fjord todo honestamente en voz baja.

Fjord, sin sorprenderse mucho, escuchó todo calmadamente.

Cuando Lilica terminó diciendo que ‘Attil es demasiado despreocupado’, él asintió.

—Lily.

—Sí.

—¿Qué tal si hablas con tu madre?

—¿Eh?

Lilica lo miró sorprendida. Fjord sonrió ligeramente.

—Lily está ansiosa porque intenta asumir toda la responsabilidad, ¿verdad? También sobre los sueños con tu madre.

—Pero…

¿Podría hablar de esto?

—Por supuesto que sí —Fjord le apretó la mano en un gesto de ánimo—. Si se enfada por hablar de eso, yo te consolaré.

—Sí.

Esas palabras le dieron valor. Lilica tomó su mano y se levantó. Fjord se levantó también.

—Gracias, Fiyo.

—No es nada.

Lilica miró la mano que sostenía, vaciló un momento y luego levantó la cabeza.

—Fiyo, inclínate un momento.

—¿Eh?

Aun confundido, él se inclinó dócilmente. Lilica, de puntillas, besó su mejilla.

—!!

Fjord retrocedió bruscamente, agarrándose la mejilla. Lilica se rió.

Fjord, con el rostro enrojecido, desvió la mirada ligeramente. Entonces, con un pensamiento repentino, dijo rápidamente:

—Princesa, yo lo diré, así que no digas nada primero.

—¿Eh? Ah, ya veo.

Lilica entendió rápidamente que se refería a contarles a sus padres. Ella también pensaba en decirles tan pronto como volviera.

—¿Tú, Fiyo?

—Sí, se los diré directamente.

—Sí, yo también se lo mencionaré a mamá y papá.

Lilica susurró y luego desapareció como una verdadera maga.

Mientras acariciaba su mejilla y reflexionaba sobre las últimas palabras, un sirviente tosió fuera de la habitación.

—Dicen que la comida está lista —Fjord dijo en voz baja:

—No necesito comida. Repartanla entre ustedes.

Para el chef, esto era motivo de indignación, pero los sirvientes lo celebrarían. El sirviente se retiró cautelosamente.

Presentarlo a su mamá y papá.

Menos mal que soy un noble.

A pesar de todo, no lo matarían y darían el título a otra persona.

Fjord acarició su cuello y sonrió levemente.

 

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Lydia estaba todavía con su vestido de gala. No se había cambiado después del banquete con los nobles.

Se recogió todo el cabello y llevaba un llamativo choker en el cuello. El zafiro incrustado en el colgante colgante brillaba con una luz aún más misteriosa por la noche. 

Con todos los sirvientes retirados, Lydia estaba sentada con la ventana del despacho de Altheos completamente abierta. No pasó mucho tiempo antes de que Altheos entrara por la ventana del despacho.

—Ludy, ¿qué sucede?

Altheos, que había regresado apresuradamente tras recibir una alerta de emergencia, se detuvo al ver a Lydia. Lydia se levantó lentamente de su asiento.

—Tengo algo que decirte.

Ante sus palabras, Altheos exhaló ligeramente. Dijo:

—Parece que será mejor que te entregue mis responsabilidades.

—Estoy dispuesta a aceptarlas, así que si decides hacerlo, dímelo.

Lydia levantó la cabeza al hablar, y Altheos sonrió. Al escuchar sus bromas, se sintió aliviado de que no fuera un asunto grave.

—Entonces, ¿de qué se trata?

Preguntó Altheos, y Lydia se colocó una mano en la cadera y se paró de lado.

—Le conté todo a Lily.

—…

Altheos reprimió las preguntas que estaban a punto de salir: ‘¿Qué historia?’ y ‘¿Desde dónde hasta dónde?’

Sería un error hablar primero.

—¿Es por eso que me llamaste?

Probó a tantear la situación.

Lydia hizo un gesto para que se sentara.

—Sí.

Altheos se sentó tranquilamente en el sofá. Esperó a que Lydia hablara primero sin decir una palabra.

Vestida de manera deslumbrante, con una mirada que casi exigía entrecerrar los ojos para mirarla, su esposa apretó los labios y lo miró fijamente.

Altheos también la miró en silencio. Lydia comenzó a hablar.

—No sé qué estás haciendo ahora, pero es inútil.

—… ¿Qué?

—Deshacer la maldición de otra manera, o distorsionar la magia, ambos son esfuerzos inútiles.

Sus palabras eran absolutamente firmes.

Altheos reprimió el impulso de enojarse. Pero, sin darse cuenta, dejó escapar un comentario sarcástico.

—Ah, ¿sí? No sabía que estaba haciendo tonterías. No sabía que estabas preparándote para deshacerte de mí y vivir otra vida.

—Si eso fuera lo que pensara, te lo habría dicho mucho antes.

Lydia se acercó a Altheos. La moda del vestido había cambiado tanto que ahora la silueta era extremadamente delgada. Desde el frente, su cintura delgada y sus caderas redondeadas estaban completamente acentuadas, y solo desde atrás o desde el costado se podía ver lo abultado de sus caderas.

—Elegí mal mis palabras. Ah, es lo que pasa cuando lidias con gente molesta —Lydia jugueteó con sus elegantes pendientes de esmeralda y le habló a Altheos—. Esto es lo que pienso, pero creo que este problema no se resuelve de esa manera. Simplemente deshacemos la maldición y tú vuelves a ser un dragón. Lo que sigue, lo decidimos después.

—Y si el dragón que soy dice que no te necesita?

Su voz seguía siendo cortante. Pero la respuesta de Lydia fue suave, envolviendo la aguda pregunta con gentileza.

—Entonces habré perdido.

—¿Perdido?

—No es realmente una cuestión de ganar o perder.

Lydia sonrió.

—Creo que estamos viviendo un amor épico.

Altheos quedó sorprendido por sus palabras inesperadas. Lydia continuó.

—Si te conviertes en dragón y dices: el amor es una molestia. Me voy a alejar de Lydia. Eso indicaría su valor. Pero no creo que sea así. Quiero probarlo una vez más. Quiero sentir esa emoción de nuevo.

Al escuchar las palabras de Lydia, el rostro endurecido de Altheos comenzó a relajarse.

—Creo que así es como debería ser. Si la magia hace algo. Cuando eres humano…

Lydia tosió y cambió su tono de voz.

—¿Será que me ama de verdad? ¿No será que está influenciado por la magia? —Después de hacer una expresión de preocupación exagerada, miró a Altheos—. Eso es lo que pensaré. Mi joven maga adorable y amorosa también tendrá más preocupaciones inútiles.

Ante las palabras de Lydia, Altheos apretó los puños y bajó la mirada a sus rodillas.

—Tengo miedo.

De perderte.

—Yo también tengo miedo.

Al escuchar eso, Altheos levantó la mirada. Lydia sonreía con una expresión de tristeza y dificultad.

—Pero si no resolvemos esto de manera natural, definitivamente habrá problemas.

Los problemas siempre surgen cuando se intenta buscar respuestas de otra manera.

Incluso si se pierde algo, hay que ser honesto.

Así no se perderá realmente.

Altheos suspiró y extendió los brazos. Lydia se sentó naturalmente sobre sus piernas.

Con sus delgados brazos alrededor de su cuello, ella susurró.

—Así que, vuelve pronto.