⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

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Lydia torció los labios.

—Estoy cansada de tratar con los nobles.

Altheos levantó una ceja de forma juguetona.

—¿Ese es el objetivo?

—Si no, podría lanzar un guante a la cara de alguien.

—Si lo haces, yo me encargaré de ellos.

Lydia se rió. Miró a Altheos.

Dos pares de ojos azules, similares pero completamente diferentes, se encontraron.

—Altheos —Su voz era un susurro—. No busco la *inmutabilidad.

N/Nue: Algo que nunca cambia, se mantiene como está.

En este mundo, solo las cosas muertas no cambian.

Las cosas vivas cambian. No pueden evitar ser imperfectas.

En un mundo inestable, buscar la perfección es una tontería.

Eso pensaba Lydia.

Altheos miró a Lydia. 

Lydia sonrió.

El amor, después de todo, cambia.

Comienza como una gota de agua.

Se convierte en un torrente impetuoso que fluye por los valles, luego en un río.

Y algún día, en un océano.

—Así que vuelve.

Altheos suspiró y le dio un suave beso en los labios.

—Terminaré mi trabajo mañana y regresaré.

—Ah, si te quedaras un poco más, me habría apoderado del imperio.

Altheos volvió a sonreír y la besó al escuchar sus palabras en tono de broma.

—Eso sería una lástima. Entonces, me convertiría en tu concubino y viviría lujosamente, monopolizándote.

—¿Monopolizándome?

—Sí, si alguien más se acerca, lo morderé hasta matarlo.

Altheos desató su choker con los dedos y le mordió suavemente el cuello, haciendo que Lydia estallara en risas.

 

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Fjord manejó los asuntos de su territorio lo más rápido posible y cabalgó hasta la capital. Aunque tomó bastante tiempo, lo logró en dos semanas. Al final, cambió de caballo varias veces y galopó por la carretera principal.

Cuando llegó a la residencia de la capital, los sirvientes se sorprendieron por la repentina aparición de su amo.

Fjord se quitó los guantes de montar y dijo:

—Soliciten una audiencia en el Palacio Celestial. Inmediatamente.

Los mensajeros, murmurando sobre algún problema en la frontera, partieron con rostros llenos de determinación. Pronto, se emitió una orden para que se presentara en el Palacio del Sol en lugar del Palacio Celestial. Fjord se bañó, se vistió con ropa formal y subió a la carroza preparada.

Al llegar al Palacio del Sol, fue recibido por el jefe de sirvientes del Emperador, Solga, quien lo esperaba.

—Se le permite entrar.

El jefe de sirvientes lo guió a las cámaras interiores del palacio. Aunque el Palacio del Sol es amplio y muchos lugares están permitidos para los nobles, hay áreas reservadas solo para la familia real.

Fjord respiró profundamente. El jefe de sirvientes tocó la puerta antes de abrir la sala de recepción familiar.

Toda la familia estaba sentada en el sofá. Fjord mantuvo una sonrisa relajada. Al entrar, Lilica se levantó para saludarlo, pero Athil la detuvo.

Lilica frunció el ceño al mirarlo.

Agradecido de que al menos una persona lo recibiera con agrado, Fjord se arrodilló y saludó.

Antes de que pudiera pronunciar un discurso largo, Altheos lo interrumpió.

—Levántate.

—Sí, Majestad.

Fjord se levantó.

—Así que has solicitado una audiencia, ¿verdad?

Aunque ya lo sabía, su tono era inquisitivo. Fjord levantó la cabeza.

Mirando directamente a Altheos, dijo:

—Solicito el permiso para cortejar a la princesa Lilica.

Altheos sonrió.

—¿Ah, sí? ¿Solicitas?

—Entonces, si rechazo-

Athil se levantó de golpe, pero Lilica le dio un codazo en el costado, haciendo que se doblara de dolor.

—Tú, tú-

Fjord se esforzó por contener la risa y mantuvo una expresión seria.

—Sé que tengo muchas carencias. Sin embargo, la princesa y yo ya hemos conectado emocionalmente-.

—No quiero escuchar más.

—Athil —Después de llamar a su hijo, Altheos señaló la puerta con el dedo—. Si sigues así, sal.

—Primo.

Cuando Altheos levantó una ceja, Athil se sentó obedientemente. Lydia se levantó y sonrió amablemente.

—Ven, acércate. Así que estás cortejando a Lily. Bueno, ambos son aún jóvenes.

Aunque sonreía dulcemente, sus palabras eran afiladas. Fjord pudo interpretar esas palabras de muchas maneras.

Todavía es un juego de niños.

Es solo una travesura.

¿Cuánto tiempo durará?

¿Debes comportarte con decoro?

Pero Lilica protestó con un puchero.

—Mamá, no soy tan joven.

Lydia le sonrió suavemente.

—Para mí, siempre serás mi niña.

No había forma de vencer a esa frase. Lilica bajó la mirada y respondió obedientemente.

—Sí.

Aunque le dijeron que se acercara, Fjord dio solo un par de pasos antes de detenerse. Más allá sería entrar en zona de ataque.

Aunque no sucedería frente a la princesa Lilica, no podía evitar preocuparse.

Lilica se levantó y dijo:

—Está bien, Fiyo. Siéntate aquí.

Ella señaló un asiento frente a ella. Fjord respiró profundamente y se sentó lo más tranquilamente posible.

En un ambiente incómodo, intercambiaron algunas palabras sobre cómo estaba el territorio, cómo iban los desarrollos, y otros asuntos similares. Finalmente, Altheos se levantó y dijo:

—Vamos a dar un paseo.

—Sí, Su Majestad.

Fjord también se levantó rápidamente. Lilica miró a ambos con preocupación. Fjord le sonrió, indicándole que no se preocupara.

Cuando su padre y Fjord salieron de la sala por una puerta diferente a la que habían entrado, Lilica se lanzó sobre Athil.

—¿Por qué odias tanto a Fiyo?

—Nunca me cayó bien.

—Pero aun así…

—¿Aun sabiendo que no me cae bien, lo cortejas? ¿De verdad?

—Pero a mí me gusta.

Athil se rió con desdén ante las palabras de Lilica.

—Ah, claro.

Decidió no mencionar la apariencia. Intentar detenerlo solo aumentaría la intensidad de sus sentimientos. Esperaba que, con el tiempo, la relación se desgastara y se separaran.

—Espero que terminen.

Athil miró a su tía. Seguramente ella pensaba lo mismo que él.

Su tío también.

Tal vez cuando regresaran, Fjord estaría tan pálido que retiraría su petición y huiría.

Eso sería ideal.

Ah. Pero incluso si no tiene el coraje, es molesto, ¿no?

Todo le molestaba. Lydia esbozó una sonrisa amarga. Con Athil actuando así, no podía ser demasiado dura con Fjord.

Además, no está bien que un adulto intimide a un niño…

Aunque esos chicos que pronto serán adultos, más altos y fuertes que ella, aún le parecían niños.

—No te preocupes demasiado, ellos solo están conversando.

Lydia sirvió más té. Sentía algo curioso. Fjord no era parte de su plan.

Ella había asumido que moriría a los quince años y nunca había pensado en él.

Pero ahí estaba, sano y salvo, habiéndose ganado el título de Marqués, y ahora solicitando cortejar a su hija.

Era claro que Lilica le había salvado la vida.

Lilica lo había rescatado.

Nadie más lo sabía, pero Lydia sí. Y eso hacía que el amor de Fjord por Lilica le pareciera inevitable. Aunque Lilica nunca esperó ni deseó tal cosa.

No era del tipo que diría, ‘Te salvé, así que ámame’.

Eso lo hacía aún más encantador. Y así, el rescatado estaba desesperado por ella.

Lydia sonrió.

—Mi Lily ha crecido mucho.

No le gustaba que el pretendiente fuera de Barat, pero al menos ahora era de Ignaran.

Hubiera sido más fácil si se hubiera quedado como joven Duque de Barato. El Ducado habría llegado a él sin más.

Claro que el Duque Barat no iba a entregar el título fácilmente.

Pero aventurarse a la frontera, abrir nuevas tierras y ganarse un título era demasiado audaz.

Demasiados riesgos.

Hubiera sido más seguro matar al Duque Barat y heredar su título.

Entonces, ¿por qué lo hizo?

¿Por qué se arriesgó tanto?

Lydia le susurró a Lilica.

—El Marqués parece que realmente te quiere.

Lilica se sonrojó.

—¿De verdad?

—Sí, de lo contrario, no habría venido hasta aquí.

—Tía.

Athil murmuró, pero Lydia le respondió: ‘Es la verdad’, y él se quedó callado. Lilica le dio unos golpecitos a Athil.

—¿Por qué odias tanto a Fjord? Antes, sí, pero ahora es Marqués y leal al Emperador…

Aunque lo odiara por su conexión con Barat, ahora había dejado Barat.

¿Por qué tanto odio?

—Simplemente no me gusta.

Respondió como un niño. No le gustaba la idea de que su hermana fuera arrebatada por alguien como él.

Lilica lo miró fijamente antes de entrelazar su brazo con el de él. Athil la miró de reojo.

Lilica se rió y lo abrazó con el otro brazo.

—¿Qué pasa?

—Solo quiero que sepas que te quiero mucho.

—Qué repentino.

—Sí, pero te quiero.

Athil sintió como si su corazón estuviera expuesto, pero la expresión de su hermana era tan divertida que le pellizcó las mejillas.

—Oh, de verdad, ¿qué haré contigo? ¿Quién te llevará?

—¡Fiyo me llevará, uf!

—Esta boca insolente.

N/Nue: ESE VALOR AJJAJAJJAA.

Athil le tapó la boca. No se comportaba diferente a cuando tenía doce años. Lilica se retorcía y protestaba cuando Fjord y Altheos regresaron.

Athil rápidamente la soltó, diciendo: ‘¿Qué te pasa?’ enfadándola sutilmente.

Lydia se rió y Athil desvió la mirada, avergonzado.

—Hemos terminado de hablar.

Altheos sonrió.

—Hemos decidido permitir la relación. He informado al Marqués de los detalles, así que está todo bien.

Lilica se levantó de un salto.

—¡Gracias!

Altheos sonrió.

—Ahora, salgan ustedes dos.

Fjord hizo una reverencia y tomó la mano de Lilica con confianza mientras salían de la sala.

—¡Oh, has sobrevivido!

El jefe de sirvientes exclamó, aparentemente impresionado o quizás bromeando.

—Es gracias a la benevolencia de Su Majestad —Fjord respondió serenamente, inclinándose ligeramente antes de irse. 

Fuera del palacio, exhaló profundamente. Lilica le preguntó:

—¿Estás bien? ¿Qué dijo mi padre? ¿Te molestó?

Fjord reflexionó un momento.

Molestias.

Las amenazas de muerte no son simples molestias.

—No, no me molestó. No es ese tipo de persona.

En realidad, la amenaza fue algo nuevo. Antes simplemente eliminaba lo que le molestaba.

—Se ha vuelto más benigno.

Las palabras de Fjord tranquilizaron a Lilica. Su preocupación de que su padre hubiera dicho algo terrible a Fjord se disipó.

—Menos mal.

—Sí.

Lilica miró a Fjord y sonrió mientras movía sus manos unidas de un lado a otro.

—Siempre he caminado de la mano con Fiyo, pero ahora es diferente, ¿verdad?

—Sí, es completamente diferente.

Lilica volvió a sonreír ante las palabras de Fjord.

 

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—Entonces, ¿estás saliendo con él?

Diare abrió mucho los ojos y preguntó, a lo que Lilica asintió. 

Estaban disfrutando de una salida juntas.

Tanto Diare como Lilica estaban vestidas casualmente y se encontraban en un popular restaurante de frituras en la ciudad.

Pidieron mucho pollo frito, que era el favorito de Diare, acompañado de una limonada fría.

Diare asintió y murmuró palabras sin sentido como ‘Ya veo’, ‘Vaya’, y ‘Mmm’ mientras escuchaba la historia de Lilica.

—Qué bien.

—¿De verdad?

Lilica acercó su rostro. La intensidad de Lilica hizo que Diare se echara ligeramente hacia atrás y asintiera.

—Sabes que no puedo mentir.

Lilica respondió: ‘Ah, claro’, y se sentó de nuevo. Diare sonrió ampliamente.

—Debe haber sido difícil para ti.

—Sí, por eso me alegra que lo digas, Diare.

Las cejas de Diare se arquearon hacia abajo.

—Pero me siento un poco triste. Ahora estaré en segundo plano, ¿verdad?

—¡Qué tontería! Eres muy importante para mí. Decir que estarás en segundo plano es absurdo.

Lilica movió la mano negando.

—¿De verdad?

—Claro.

Las palabras de Lilica hicieron que Diare sonriera de nuevo.

—Entonces, me alegra.

Las dos disfrutaron del crujiente y salado pollo frito. Diare susurró:

—Normalmente, hay que esperar mucho tiempo en la fila aquí, pero como estoy con la princesa, entramos enseguida.

—Me sorprendió.

No esperaba que un restaurante de frituras tuviera un área especial.

La sección estaba reservada para clientes importantes del grupo Arena, y siendo una de las principales inversoras la familia real, disfrutaban de esos privilegios.

Pasaron por la fila y entraron por la puerta trasera para ubicarse en el segundo piso.

—Es la primera vez que pruebo pollo frito, está delicioso.

—¿Verdad? Nosotros no podemos conseguirlo normalmente. Si digo que lo comí hoy, todos se pondrán muy celosos.

Lilica se rió ante las palabras de Diare. No entendía por qué se sentía tan feliz al ver que el restaurante iba bien.

—Come mucho. Han sacado un nuevo plato de papas fritas. Vamos a probarlo también.

—Sí.

Diare respondió sin dudarlo. Las papas fritas, gruesamente cortadas y espolvoreadas con sal, tenían un sabor único.

Ambas llenaron sus estómagos con frituras y luego caminaron por la calle charlando. 

De repente, Diare abrazó a Lilica. 

Ella se sorprendió, pero se echó a reír.

—¿Qué pasa, Diare? De repente…

—Sabes que te quiero mucho, ¿verdad?

—Sí, sí. Yo también te quiero mucho.

Lilica respondió riendo y Diare la abrazó con más fuerza, haciendo que Lilica gritara suavemente entre risas.

—Diare, me vas a aplastar.

—…Sí, realmente.

Una voz seca se escuchó y Lilica giró la cabeza en el abrazo de Diare. 

Fjord estaba allí.

Era sorprendente verlo caminando por las calles, sin carruaje ni caballo.

—¿Fiyo?

Lilica preguntó instintivamente, y Fjord sonrió mientras hacía una reverencia.

—Es agradable encontrarnos así de improviso.

—Sí, de improviso.

Diare sonrió al decir esto. Las miradas de ambos se encontraron. Lilica se retorció tratando de salir del abrazo de Diare, quien la soltó tras un último apretón.

—¿Qué haces aquí? No esperaba encontrarte caminando por la calle.

Lilica preguntó y Fjord inclinó la cabeza.

—¿Cómo puedes decir eso? ¿Olvidaste el festival?

—Ah, eso sí, pero el festival es como una ocasión especial…

La ropa de Fjord, al igual que la de Lilica y Diare, no llamaba mucho la atención.

Sin embargo, su apariencia destacaba y atraía las miradas de los transeúntes.

Fjord sonrió.

—Tenía asuntos que atender en el grupo, y acabo de terminar. Dijiste que tenías una cita con la señorita Diare, así que pensé que quizás ya habías terminado.

—¿Ah?

Lilica miró a Diare, luego a Fjord.

—Lo siento, aún no hemos terminado.

—Entiendo. No hay problema.

Fjord extendió la mano. Lilica, reflejamente, levantó la suya y él se inclinó para besarle el dorso.

—Verte, aunque solo sea por un momento, ya es suficiente alegría para mí.

—…..

Diare miró a Fjord con una expresión que decía: ‘Tengo mucho que decir, pero me contengo.’