⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

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Diare se sintió increíblemente orgullosa de sí misma.

Vaya, realmente estoy aguantando.

Todo esto es gracias a la princesa. De no ser por ella, habría dicho: ‘¿Qué? ¿De qué estás hablando? He sentido su mirada desde hace un rato, ¿quieres que te diga desde cuándo me has estado siguiendo? Pareces un criminal’ y habría estallado.

Aguanta.

Diare puso esa cara, y Fjord tosió levemente y dijo:

—Entonces, nos vemos más tarde.

—Sí, Fiyo. Te buscaré después.

Lilica cubrió su boca con la mano y susurró las últimas palabras. Fjord sonrió ampliamente y respondió: ‘Entonces’, antes de alejarse en la dirección opuesta.

Diare sonrió ampliamente. Se sintió aliviada al saber que la princesa no había decidido irse con Fjord.

Aunque tenga un novio, la conversación es la conversación.

La Diare de la princesa sigue siendo Diare.

Diare dijo con orgullo:

—Entonces, vamos al próximo restaurante. He investigado todo para hoy.

—Genial. ¿Vamos?

A la gente de la Familia Wolf le encanta comer. No son tan refinados como Barat, prefieren lugares populares con grandes porciones y comida sustanciosa.

Como Diare es caballero, no recibe un salario tan alto, así que entre los lugares a los que la lleva, también hay puestos callejeros.

A Lilica le encantaba eso.

El precio del azúcar había bajado considerablemente, así que ahora había muchas tiendas de postres por todas partes. Siguiendo las indicaciones de Diare, recorrieron varios callejones y Lilica llenó su estómago.

Vieron el póster de —Canción de Perla— pegado en el nuevo gran teatro, y Diare se burló de Lilica.

Cuando la conversación se puso interesante, Lilica habló en voz baja a su única amiga sobre el mundo que existía más allá del desierto.

Los ojos de Diare brillaron.

—¿Habrá alguien más fuerte que yo allí? ¿Habrá, verdad?

—Bueno, tal vez, podría ser.

—Espero que sí.

Diare se animó y agregó:

—Debo entrenar más duro, lo suficiente como para derribar a un monstruo del mar de un solo golpe.

—Pero ya eres fuerte.

—Bueno, pensé que ser la mejor del imperio significaba ser la mejor del continente, pero ahora sé que no es así. Me alegra pensar que estoy saliendo del pozo.

Lilica admiró las palabras proactivas de Diare. Ella también se sintió inspirada a ser más proactiva.

Después de caminar mucho, se despidieron al atardecer. Lauv, quien las había estado siguiendo a cierta distancia, rápidamente llamó a un carruaje.

Lilica subió al carruaje y agitó la mano, y Diare también la agitó con fuerza. Era adorable ver los colmillos de Diare cuando sonreía ampliamente.

—Lauv, Lauv.

—Sí, mi señora.

—¿Quién es más rápido, tú o Diare?

Lauv sonrió.

—La dueña de los colmillos es un poco más rápida.

—Ya veo.

—Pero si peleáramos, sería diferente.

Lilica rió y asintió, entendiendo que él no se dejaría vencer tan fácilmente.

Involuntariamente, acarició la cabeza de Lauv mientras murmuraba: 

—Muy bien, muy bien.

Pensándolo bien, si seguimos así…

Tenía la sensación de que incluso cuando ella fuera una abuela, seguiría acariciando la cabeza de Lauv.

Lilica se rió ante la expectativa.

 

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Pasó un verano maravilloso con Fjord. Ahora él también participaba en la Alianza de las Frambuesas, aunque Athil no dejaba de lanzarle frambuesas a la nuca, hasta que Lilica lo regañó.

—No debes desperdiciar la comida.

Lilica, levantando un dedo, habló como una estricta mayordomo, y Athil refunfuñó pero dejó de lanzar frambuesas.

Cada año se cultivaban más variedades de frambuesas, arándanos y moras.

Gracias a eso, la variedad de mermeladas aumentó.

Todos eran tan cercanos que las conversaciones fluían libremente de un tema a otro.

Lilica suspiró y dijo:

—Hay algo extraño.

—¿Qué cosa?

Athil preguntó, y Lilica planteó su duda.

—¿Por qué no hay rumores de romance entre Fjord y yo?

Lat casi escupió su comida, y Tan trató de contener la risa.

Fjord abrió los ojos con sorpresa ante el comentario inesperado, y Athil, con una expresión de disgusto, preguntó:

—¿Quieres que haya?

—No, no es eso. Antes, cualquier cosa que hacíamos Fjord y yo generaba rumores. Ahora estamos siempre juntos y no hay ninguno. Es solo, extraño.

Lat se golpeó el pecho varias veces y tosió antes de hablar.

—Eso es, bueno. Si un perro y un gato se llevan bien, la gente admiraría su amistad, pero no pensarían que están saliendo.

Tan rió y dijo:

—Es sorprendente que un Takar y un Barat se lleven bien. La gente no piensa más allá de eso.

—Pero ahora Fjord incluso ha cambiado su apellido…

—Aun así, todos están inseguros. Si surgiera, sería un gran escándalo y no podrían manejarlo.

Fjord asintió ante las palabras de Lat. De hecho, que sus allegados lo supieran ya era suficiente.

No deseaban que toda la nación discutiera sobre su relación.

—Entiendo.

Lilica asintió, satisfecha. Athil suspiró.

—Es inútil criar hijos.

—Por suerte, no fuiste tú quien me crió.

Lilica respondió, y Athil suspiró de nuevo con una expresión de disgusto.

Todos ya estaban tan acostumbrados a este tipo de ambiente que siguieron comiendo tranquilamente.

Cada uno se llevó un frasco de mermelada dulce y brillante al salir del jardín. Athil, el último en quedarse, fue arrastrado por Pi y Jazz mientras se marchaban, y Lilica suspiró profundamente y miró a Fjord.

Fjord sonrió.

Le encantaba la normalidad de todo esto.

Que, al terminar todo, no se marchara con el grupo, sino que permaneciera allí con ella.

Era natural que se quedara hasta el final para pasar tiempo con Lilica.

Era increíblemente dulce que fuera normal quedarse solos los dos.

—Buen trabajo —dijo Fjord, a lo que Lilica negó con la cabeza.

—¿Yo? Si todos trabajamos juntos.

—Aun así.

Cuando él le tomó la mano, ella respondió naturalmente, tomándosela también. Fjord comenzó a caminar por el jardín con Lilica.

Para ser un jardín real, era sorprendentemente práctico.

En lugar de flores, había muchas hierbas medicinales y árboles frutales. Claro, también había un huerto aparte.

—Mira, ese árbol allí. Parecía que iba a morir, pero Ulrang y yo lo cuidamos y sobrevivió. Estaba preocupada de que no sobreviviera el invierno —dijo Lilica, señalando un árbol cercano. Fjord miró el árbol podado.

—Es como yo.

—¿Eh?

—Usted también me salvó, princesa.

—¿Qué? ¿Cuándo hice eso? —preguntó Lilica sorprendida, y Fjord respondió con una sonrisa.

—Cuando me trajo por primera vez a este jardín.

—Oh, sí. Bueno… supongo que sí.

Aunque no estaba mortalmente enfermo, al decirlo así, parecía que sí.

Lilica se veía adorable mientras se quejaba, y Fjord se inclinó para besarle la mejilla.

—!!

Las mejillas de Lilica se sonrojaron. Fjord rió suavemente.

—Si se pone tan roja con esto, ¿qué haremos después?

—¿Después?

Lilica miró a su alrededor. Cuando estaban juntos, Lauv y Brynn siempre se mantenían a cierta distancia, así que no los veía.

Lilica cerró los ojos con fuerza y frunció los labios.

Fjord casi se echó a reír. Incluso con esa expresión, ella le parecía increíblemente adorable y quería besarla.

Pero podía sentir que sus manos temblaban ligeramente. Contuvo la risa y besó su mejilla, justo al lado de sus labios.

Lilica abrió los ojos de golpe. Fjord rió suavemente.

—Para la próxima vez. Cuando se sienta más cómoda.

—Yo, yo estoy cómoda —dijo Lilica enderezando los hombros.

Aunque su corazón latía con fuerza, estaba bien.

—¿De verdad?

Fjord se inclinó. Estaban tan cerca que sus flequillos se rozaban, cosquilleando.

Sus ojos dorados con destellos de estrellas estaban muy cerca. No perderían ni una pizca de sinceridad.

Lilica cerró los ojos con fuerza.

—Sí…

Aunque su voz era muy pequeña, logró salir. Sus labios apenas se tocaron y luego se separaron. Eso fue suficiente para que una chispa recorriera su cuerpo.

Se sintió como si un rayo retumbara dentro de ella.

¿Terminó?

Abrió un ojo y vio a Fjord con el rostro enrojecido, cubriéndose la boca y desviando la mirada.

Cuando abrió ambos ojos, él dijo:

—Creo que yo también necesito prepararme.

Lilica se sintió repentinamente feliz al darse cuenta de que no era la única que se sentía avergonzada. Lo abrazó con fuerza.

Tum, tum, tum.

El sonido de su corazón era rápido. Aún sentía un hormigueo en el pecho.

Fjord la abrazó.

—Me gusta mucho abrazar así.

—Yo también lo disfruto mucho —susurró Fjord. Lilica levantó la cabeza y sonrió.

Él se sintió tan feliz que casi mareó.

¿Está bien sentirse así?

¿Está bien ser tan feliz?

¿Por qué sentir felicidad le hacía querer llorar?

Fjord la abrazó con más fuerza. Lilica se rió.

Fjord cerró los ojos con fuerza.

Si no lo hacía, lloraría.

—¿Fiyo?

Ella preguntó, ladeando la cabeza, y Fjord se limpió rápidamente los ojos.

—La luz del sol me molestó.

—Entonces, ¿caminamos por la sombra?

—Sí.

Aunque ya estaban en la sombra, Lilica no dijo nada más y empezó a caminar. Fjord la siguió caminando a su lado.

Quería caminar así para siempre.

Pero el tiempo siempre tiene un límite.

Antes de que comenzara la cena, Fjord dejó el palacio. De hecho, había estado ausente de su territorio durante mucho tiempo.

Aunque se quedaba en la capital por las inversiones, ya era hora de regresar. Debía hacerlo antes de que terminara el verano.

Por eso, cada segundo que pasaba con Lilica era precioso.

Mientras dejaba el palacio en el carruaje, Fjord pensó:

Quiero volver con ella.

Tan pronto como pensó eso, su corazón comenzó a latir con fuerza.

—Oh.

Emitió un sonido corto y cubrió su rostro con las manos.

Quería volver con ella.

Quería vivir con ella, caminar juntos, dormir juntos, estar con ella desde que despertaba hasta que se dormía.

Con el rostro enrojecido, exhaló.

—Quiero casarme.

 

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Lilica se desperezó.

La temporada ya había pasado del otoño al invierno. El aire de la mañana era fresco.

No quería salir de la cama, así que se acurrucó, y Brynn le llevó un té caliente.

—Buenos días, princesa.

—Sí, buenos días.

Lilica bostezó y aceptó la taza de té. Se apoyó en la cama y bebió el té lentamente antes de levantarse.

—Pronto llegará Tilla.

—Sí, ya va a empezar la clase.

Brynn lo dijo con una pizca de tristeza. Lilica sonrió.

—Las clases también son divertidas, así que está bien. Además, esta vez le pediré que programe las clases con más holgura.

—Entonces, en invierno salgamos a patinar. Desde que la Emperatriz lo puso de moda, está muy popular entre los nobles.

—Sí, aunque necesito practicar más.

—Puedes pedirle ayuda al Marqués Ignaran.

Lilica rió ante las palabras de Brynn.

—¿Debería?

Se levantó, se lavó la cara, se cambió de ropa y desayunó.

Aunque extrañaba a Fjord desde que dejó la capital, sabía que siempre podían verse mediante magia.

Había mucho trabajo en su nuevo territorio, así que Lilica no quería molestarlo.

En cambio, le escribía largas cartas todos los días. Escribir, enviar y esperar su respuesta era una espera dulce y amarga.

Mientras escribía en su estudio, Brynn llamó a la puerta.

—Sí, Brynn.

Lilica levantó la cabeza. Brynn habló con cortesía.

—Tilla ha llegado al palacio.

—¿Ya? ¿No ha nevado todavía?

—Sí, ha llegado antes de lo previsto.

—Entonces debo ir a saludarle.

¿Por qué habrá venido? Con este clima, ¿estará bien?

Lilica se cambió de ropa preocupada y se dirigió a encontrarse con Haya, encontrándolo en el pasillo con un asistente.

—Tilla.

Lilica lo saludó alegremente y se acercó, pero se detuvo de repente.

Sonaron las alarmas en su mente.

¿Qué pasa?

Una sensación de peligro la invadió. Haya la reconoció y se acercó.

—Ha pasado un tiempo, princesa.

Lilica lo observó detenidamente. ¿No había pasado algo similar con Lauv?

—Ha pasado un tiempo, es bueno verte de nuevo.

Haya solo sonrió y respondió:

—Vine a despedirme porque ya no podré ser su Tilla.

¿Esto es?

¿Habrá ocurrido algo en su tierra natal?

Lilica apretó las manos y tragó saliva antes de hablar.

—¿Tiene alguna razón para renunciar? ¿No hay algo que pueda hacer para ayudar?

Justo cuando dijo eso, una vez más sintió un escalofrío. Brynn y Lauv, notando su expresión, se colocaron a su lado.

—¿Princesa? ¿Está bien?

Preguntó Brynn. Lauv no apartaba la vista de Haya.

Entonces sucedió.

Boom—

Se oyó un ruido de algo sacudiendo la tierra, un sonido grave y profundo.

Y las ventanas del pasillo se iluminaron.

Todos miraron instintivamente afuera. Un pilar de luz azul se elevaba.

Lo había visto antes.

Boom—!!

Boom—!!

Varios pilares de luz comenzaron a surgir esporádicamente, sacudiendo la tierra al mismo tiempo. Brynn gritó.

—¡Princesa, por aquí!

—Devóralo, Reina de Corazones.

N/Nue: Vas te chingas, malditoooooo.

Lilica se giró con un sobresalto. Vio a Haya sosteniendo algo. Lauv se interpuso en su camino.

La vista se iluminó y luego se oscureció de nuevo.