⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
¡Boom!
Ante el gran estruendo, Brynn y Lauv comprobaron simultáneamente su brújula de cristal. La aguja señalaba con precisión la dirección de la que provenía el sonido. Brynn, pálido, comenzó a correr.
Cargar a Lilica hasta allí había reducido un poco su velocidad. El pasillo estrecho y oscuro se iba haciendo cada vez más llano. El olor a aire fresco indicaba que estaban cerca de la superficie.
—Uh-
Lilica empezó a moverse en la espalda de Brynn. Él se detuvo sorprendido y, soltando apresuradamente su capa, exclamó:
—¿Princesa? ¿Ha recuperado el conocimiento?
Lauv miró rápidamente el rostro de Lilica, quien tosió varias veces y emitió un breve gemido. Sus ojos verde-azulados parpadearon lentamente.
—¿Lauv?
—¡Milady!
—Voy a bajarla ahora mismo.
Las manos de Brynn no temblaron mientras desataba con firmeza la cuerda. Lilica se dejó caer al suelo. No tenía fuerzas en el cuerpo. Se tocó la cara a tientas y miró sus manos. No era una muñeca, era su cuerpo real.
¿Era su cuerpo, verdad?
—¿Está bien?
—¿Está herida?
—Sí, este es mi cuerpo, ¿verdad?
—Por supuesto.
Brynn apretó la mano de Lilica con fuerza. Las manos frías de la princesa le dieron lástima. Lauv tiró rápidamente de la cuerda de una bengala que tenía en la mano. La luz dentro del cilindro de cristal desapareció con un sonido sibilante. Lauv guardó el cilindro vacío en su bolsillo y le preguntó a Lilica:
—¿Puede levantarse?
Lilica asintió. Aunque sentía un ligero desajuste en sus extremidades, pronto desapareció. Pensó que iba a morir. El solo pensarlo le provocó un escalofrío.
—Lisett me ha devuelto a mi cuerpo original.
Sus intentos de escapar habían funcionado. Cerró y abrió el puño, y se levantó con sus propias piernas. Lauv la ayudó a mantenerse en pie. Brynn, que le había puesto la ropa de forma cuidadosa, la había dejado cómoda, con pantalones cortos hasta la rodilla y gruesos calcetines de lana. Al ver que Lilica temblaba, Brynn le echó una capa encima.
Lilica miró a su alrededor.
—¿Dónde estamos? ¿Por qué están los dos aquí conmigo?
Brynn le explicó brevemente la situación, y Lilica tomó las manos de Brynn y Lauv.
—Gracias a los dos. Estuve convertida en una muñeca. Ah, mencionaron que la explosión se escuchó cerca, ¿verdad? Este pasillo me resulta familiar…
Necesitaba encontrar a Fjord. Seguramente pensaría que ella había muerto, y eso le preocupaba. Brynn dijo:
—Primero, debemos salir de aquí.
¡Boom!
En ese momento, se oyó una segunda explosión. Lilica levantó la cabeza de repente.
—¡Princesa!
Brynn gritó en tono de reproche, pero Lilica negó con la cabeza.
—No, en la dirección del sonido están el Duque Barat y Haya. Además, esa debe ser la salida. Había luz natural entrando. Y necesito recuperar mi poder.
—Pero aunque vayamos, no conoceremos el camino. Si no puedes usar magia, no podremos encontrarlo.
Lilica mordió sus labios ante las palabras de Brynn. En ese momento, alguien habló suavemente desde detrás.
—Yo los guiaré.
Al volverse, vieron a Lisett allí.
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La desesperación llega con el silencio. Nunca viene acompañada de gritos o caos. Eso es lo que hacen aquellos que aún no han caído en la desesperación, luchando por sobrevivir. A quienes han caído en la desesperación, siempre los acompaña la calma. Un silencio completamente ajeno a su entorno los envuelve mientras avanza.
Fjord miró su mano, cubierta de cenizas. Solo quedaba un botón redondo del vestido de la muñeca. Cerró el puño y lo abrió nuevamente. No podía hacer otra cosa que repetir ese estúpido movimiento.
¿De verdad?
¿De verdad se terminó todo así?
Ni siquiera tenía fuerzas para sentir arrepentimiento o ira.
—¿Se ha convertido en la princesa de las cenizas?
Alzó la vista al oír una risa suave. El Duque Barat se acercó y se inclinó. La brillante tela de su vestido se balanceaba como la de una mosca de la fruta.
—Pensé que te abalanzarías como un perro rabioso.
El Duque Barat sonrió.
—Pareces alguien a quien le han robado el alma.
Tenía razón. Fjord miró su mano. En ese momento estaba tan muerto como si realmente lo estuviera. Sorprendentemente tranquilo, sorprendentemente frío.
Crack-
Un trozo de piedra rodó por el suelo, emitiendo un pequeño sonido.
¡Boom!
En el siguiente instante, la casa explotó una vez más. Fjord estaba vertiendo toda su energía, y el Duque Barat la bloqueaba. El torbellino de fuerzas chocó y se elevó, volando el techo. Haya se pegó a la pared, tragándose un grito. Lentamente, la fuerza del Duque Barat comenzó a retroceder. Ella suspiró.
—Como era de esperarse, eres la mejor obra maestra de Barat.
El Duque Barat miró el brillante ojo derecho de Fjord.
Lo deseaba.
Era una lástima.
Pero, ¿no tenía ella algo mejor?
El corazón de un mago.
—¿Pero quién no quiere algo bonito cuando lo ve?
El Duque Barat sonrió.
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Guiados por Lisett, los tres encontraron el camino fácilmente. Lauv lideró y entró corriendo a la habitación. Lilica, que estaba justo detrás, miró dentro y gritó.
—¡Fiyo!
Fjord giró la cabeza bruscamente. Allí estaba su princesa petirrojo.
—Fiyo, tu ojo…
El único ojo que le quedaba a Fjord se abrió de par en par.
—Vaya.
El Duque Barat frunció el ceño.
—Estúpida.
Lisett, que estaba escondida al fondo, se estremeció visiblemente. Su madre había descubierto que ella había salvado a la princesa Lilica. Sin embargo, el Duque Barat no dijo más. En su mano tenía el ojo derecho de Fjord. Mirando a Lilica, el Duque Barat sonrió.
—Qué alivio que estés viva, princesa. Tenía una pregunta que hacerte.
El Duque Barat jugueteó con el ojo y luego se lo metió en la boca.
—¡No!
Lilica gritó. La lengua roja del Duque Barat lamió sus labios.
—Aah.
Un suspiro de satisfacción escapó de sus labios. Era claramente un suspiro cargado de calor.
Cuando abrió y cerró su mano, apareció un corazón azul oscuro.
—Con un poder así, jugar a ser una niña mágica… no entiendo qué tienes en la cabeza. Si no fuera por esto, mi hijo me habría derrotado. Todo gracias a ti, princesa.
Al cerrar su mano de nuevo, el corazón azul oscuro desapareció.
Lilica se mordió los labios. El Duque Barat ya había absorbido su poder.
¿Qué hago? ¿Cómo puedo sacar a todos de aquí a salvo?
Miró de reojo y vio a Haya tirada en un rincón.
El Duque Barat levantó ligeramente la mano.
Fjord se interpuso instantáneamente entre Lilica y él. Una vez más, las fuerzas chocaron. El Duque Barat se detuvo un momento.
¿Descuidado, quizá?
Un fragmento voló y le cortó la mejilla, de donde brotó sangre roja.
—Vaya.
Fjord sonrió. El dolor de perder el ojo no era nada en comparación con el dolor de ser consumido por las llamas. El ojo que Lilica le había dado solo lo protegía de las llamas y restauraba su poder. Sin el ojo, simplemente volvía a su estado original; no perdía su poder.
El dolor de ser consumido por las llamas no era nada comparado con la alegría de volver a ver a Lilica.
El Duque Barat limpió la sangre de su mejilla con la punta de los dedos y frunció el ceño.
—Malditos insectos —Levantó la mano—. Los mataré a todos.
—¿Te divierte molestar a mi hija?
El Duque Barat levantó la cabeza de golpe. El edificio ya no servía de mucho. El techo había volado hacía tiempo y solo quedaban algunas paredes dispersas.
Como el lugar estaba semi-subterráneo, Altheos, de pie sobre el suelo, miraba hacia abajo a Lilica y su grupo.
El Duque Barat bajó lentamente la mano.
—Majestad —Respondió con una sonrisa.
Altheos saltó hacia abajo.
—¡Padre!
Lilica gritó, pero él levantó la mano para detenerla.
—¿Te lo tragaste?
Ante la pregunta de Altheos, el Duque Barat respondió cortésmente. Era tan elegante como si estuviera en una sala de audiencias.
—Sí, he hecho mío el último poder mágico. Es un poder capaz de destruir y rehacer el mundo.
—¿Para qué?
Altheos preguntó, y el Duque Barat se quitó la venda de los ojos. Sostenía el largo encaje con ambas manos, pero se quemó y desapareció en un instante.
Miró directamente a Altheos.
—Ahora no tengo nada que temer, así que no me importa que vean mi corazón.
Mirándole directamente a los ojos, Altheos emitió un sonido entre risa y suspiro.
Los ojos del Duque Barat brillaban con calor y deseo.
¿Deseo de qué? ¿Ansia de qué?
Como si hubiera leído su mente, el Duque Barat respondió.
—Para vencerte a ti, Takar.
—¿Es un desafío?
En el momento en que Altheos lo dijo, el Duque Barat estalló en carcajadas. Era una risa muy alegre y divertida.
—Sí, es un desafío. Durante mucho tiempo, Barat ha trabajado para este desafío. Hicimos cualquier cosa para poseer a Takar, a quien nunca pudimos tener. La conclusión es que para vencer a un dragón, uno también debe volverse inhumano.
Renunciar al camino de la humanidad.
Esa era la conclusión de Barat.
El Duque se llevó una mano al pecho.
—Y durante mucho tiempo hemos trabajado para volvernos inhumanos.
—Ya veo. Entonces, ¿cuál es el alboroto innecesario allá afuera?
—Bueno, es el desafío del siglo. ¿No es mejor que sea sangriento y espectacular? En medio de la rebelión y las cuchillas, el cuerpo de un dragón cayendo del cielo sería una canción majestuosa.
—Es un sentido que no puedo entender.
—Barat es más delicado que Takar.
Se llevó una mano a la mejilla y suspiró.
—Pero gracias a la Emperatriz, la rebelión se ha reducido demasiado. Si seguimos así, pronto será sofocada. Debemos acabar con esto rápidamente. Si te mato, la dinastía Takar también terminará.
Altheos sonrió.
—¿De verdad?
—Si no están ni Atill ni tú, será el final.
—Hablas como si ya hubiera terminado, pero aún no ha comenzado.
—Tú también eres solo una criatura creada por la magia. Además, has caído al nivel de los humanos, así que no puedes vencer a un Barat completo.
—Eso lo veremos una vez que lo intentes.
En el momento en que dijo eso, el Duque Barat hizo una reverencia elegante.
Por un instante, el entorno parecía un salón de baile de la corte, tan cortés y elegante fue su reverencia.
El borde del vestido ondeaba, y su cabello plateado brillaba suavemente. Se inclinó como deslizándose.
—Primer dragón y último dragón. Tú que has caído y te has convertido en humano. Tú que formas la carne, la sangre y los huesos de Takar. Tú que una vez llenaste el cielo con llamas y ahora caminas sobre la tierra.
Su voz era tan fría como la seda y exudaba un aura increíblemente seductora.
—Yo, la líder de Barat, la determinación y la locura de Barat, la Insanity Barat. La futura y única Barat completa, te desafío.
—Acepto.
La voz de Altheos era baja y resonante, tomo una declaración solemne.
De repente, Insanity empezó a hincharse. En un abrir y cerrar de ojos, su forma comenzó a cambiar y a crecer enormemente.
—Ah.
Lilica exhaló un breve suspiro. Lo que apareció ante ella fue un dragón blanco. Sus escamas blancas brillaban como porcelana y su enorme cuerpo era increíblemente elegante.
Encima de la cabeza lisa y enorme del dragón blanco florecía una flor deslumbrante.
Era una combinación sorprendentemente adecuada.
Altheos mostró una expresión ligeramente decepcionada al ver eso. Parecía que su disfrute se había reducido a la mitad.
—¿Lo mejor que pudiste idear fue un dragón? —Murmuró.
Para Barat, cuyo cuerpo original era una flor, una forma poderosa y llena de fuego como la del dragón siempre podría haber sido un objeto de temor y anhelo.
¿No dicen que te conviertes en lo que odias?
—Aunque sea una forma de dragón, la esencia sigue siendo Barat, así que no necesitas decepcionarte todavía. La flor está tomando la forma de un dragón. Las raíces están firmemente arraigadas en la tierra.
Al escuchar la explicación, Altheos exclamó ‘Oh’ con admiración.
—Por supuesto, hay algo extra —Dijo, y cuando el dragón blanco levantó la cabeza de golpe, se escucharon ruidos estruendosos.
Enormes artefactos emergieron del suelo y se alinearon detrás de ella.
Altheos sonrió.
—Es una colección de matadragones.
—Los inhumanos no tienen escrúpulos. No escatiman en métodos ni medios —El dragón blanco respondió con una voz suave.
Lilica contuvo el aliento.
Insanity, el dragón blanco, habló con tono jovial.
—Cada uno de estos es un arma creada para matar dragones. ¿Cuántos podrás soportar?
Lilica apretó los puños con fuerza, tragando saliva. Inconscientemente, miró la expresión de su padre. Aunque aún sonreía con confianza…
No.
Ella apretó los dientes.
Tenía que ayudar de alguna manera.
Tengo que recuperar mi poder, mi poder. Pero, ¿cómo puedo recuperarlo? ¿Dónde puedo encontrar a la Reina de Corazones…?
( Yo soy tu magia. )
En ese momento, recordó las palabras de alguien que resonaron en su mente. Lilica levantó la cabeza bruscamente.
—¡Erhi! ¡Erhi!
Su grito sorprendió a todos y la miraron.
Insanity murmuró.
—¿Pobre, se habrá vuelto loca?
—¡Princesa!
—¡Lily!
La gente alrededor, alarmada, la llamó, pero Lilica no les prestó atención.
—¡Erhi, Erhi, idiota! ¡Regresa!
Al gritar, se dio cuenta de que no era suficiente. Si llamarlo por su nombre no funcionaba, necesitaba algo, algo especial que lo despertara…
Gritó de nuevo.
—¡Abuelo!
Altheos entrecerró los ojos y Brynn palideció, sin saber qué hacer.
—¡Vuelve, abuelo!
Lilica gritó con todas sus fuerzas.
—¡Ah!
En ese momento, Insanity soltó un gemido.
Todos giraron su mirada hacia ella.
—¡Ah, ah, ah!
Desde su boca llena de dientes, comenzó a emanar una luz brillante.
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