⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

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Cuando Lilica miró sus temblorosos ojos azul-grisáceos, sonrió débilmente.

—Así que tienes impulsos más fuertes que otros, ¿verdad? ¿No ha sido duro intentar contenerlos?

Bajó la mirada.

Habló con franqueza, esperando que no le temblara la voz. 

—Es… es difícil…

Era la primera vez que se lo decía a otra persona.

Temía que si decía que era duro, los demás se distanciaran aún más de él, así que ni siquiera podía decir que era duro.

La característica sonrisa amistosa de Wolf, para la que tanto había practicado, se formó en sus labios.

—Pero aún puedo aguantar. 

—Ah.

Lilica sabía de dónde venía ahora esa extraña sensación. Lo que otros veían como normal requería esfuerzo para Lauv.

Aunque lo intentara, no llegaría a ser completamente ordinario. 

—Ya veo —Lilica asintió. Miró fijamente su péndulo y dijo—. Por ahora, lo he entendido.

Los ojos de Lauv se agrandaron.

Lilica sonrió suavemente ante su expresión.

—¿Puedes decirme cuáles son tus síntomas?

—Eso es…

Aunque estaba un poco indeciso, Lauv pronto se llenó de una extraña convicción de que no sería rechazado sólo por ser sincero con la princesa.

Inclinó la cabeza y habló de sus síntomas.

Que era aún más insoportable durante la luna llena, que tenía fiebre y que sus emociones se volvían violentas, que sentía una rabia incontrolable y que una tormenta que recorría todo su cuerpo le daba ganas de aullar.

Sorprendentemente se había sentido mucho más cómodo cuando todo estaba al descubierto que cuando lo ocultaba todo.

Lilica escuchó atentamente sus palabras y dijo.

—Bien, haré algunas averiguaciones. Puede que haya algunos artefactos que alivien esos síntomas.

Lauv sonrió débilmente.

De existir tal artefacto, la Familia Wolf habría hecho todo lo posible por ser la primera en poseerlo.

No sólo los lobos, sino también los osos.

Sin embargo, tal artefacto no existe, a juzgar por los problemas que causaban con frecuencia los Inelegibles.

No obstante, sus palabras de que lo investigaría fueron muy dulces. Permaneció en silencio aturdido sin dar una respuesta.

Bajó un poco más la cabeza. 

Le pareció bastante gracioso porque sabía lo que quería.

Como si se hubiera dado cuenta, una pequeña mano le tocó la cabeza con cuidado.

Pensar que le acariciaba una niña que no tenía ni la mitad de su edad era divertido, pero pensar que le acariciaba su ama lo convertía en una historia completamente diferente. Ése es el tipo de piel que les gusta a los lobos, que intercambiaban golpes, choques y empujones.

Los padres abrazaban y besaban a sus hijos, y les acariciaban el pelo al pasar.

Para Lauv, esa parte era un hueco redondo y vacío.

En la Familia Wolf, incluso después de que el niño haya crecido, es frecuente ver a los padres acariciando la cabeza de sus hijos, que son tan grandes como ellos. Por encima de todo, los elogios y el cariño de su dueño y de un adversario que él mismo había reconocido, eran diferentes.

Si no fuera un Wolf, no sería capaz de sentir ni expresar la sensación de seguridad que le llenaba.

Suspiró satisfecho.

Se sintió incómodo porque podía sentir a su ama sonriendo en la coronilla de su cabeza.

Se levantó rápidamente de su asiento cuando ella retiró la mano. Lilica giró la cabeza.

¿Era sólo ella que había una expresión de desagrado en el rostro de Brynn, que había sido cortés y mantenido una distancia apropiada?

Lilica le hizo señas para que se acercara.

Mientras Lilica volvía a ponerse el anillo, Brynn se acercó. 

—¿Ha terminado vuestra conversación?

—Sí, ha terminado. Volvamos ahora.

Como era de esperar de una leal dama de compañía, Brynn no dijo nada más sobre Lauv.

En su lugar, miró a la luna y dijo.

—Es bastante tarde, ¿tienes hambre por casualidad? ¿Debería pedir algo para picar?

—Hm, está bien —Lilica sonrió—. Gracias, Brynn. 

—De nada.

—Entonces volvamos.

Mientras Lilica hablaba sosteniendo la mano de Brynn, una sonrisa se dibujó en las comisuras de la boca de Brynn.

—Sí, mi princesa.

 

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Lilica dibujó varios círculos mágicos redondos con la punta de su pluma.

—Hmm, control… detener, no, no es eso. Lo que quiero no es controlar ni detener.

Después de dibujar una enorme ‘X’, Lilica miró por la ventana. Las ventanas del estudio, suficientemente iluminadas por el sol, estaban abiertas de par en par. Las cortinas de lino blanco ondeaban suavemente al viento.

Si no fuera por la brisa fresca, el verano habría sido aún más insoportable.

Quiero hacer un artefacto con efecto refrescante.

Lilica rompió el papel que estaba lleno de círculos mágicos y lenguaje antiguo, lo tiró a la basura y lo quemó hábilmente.

Pensó que antes de hacer un artefacto, no importaba cuál, sería mejor escuchar la historia con más detalle.

—Ah.

Se levantó ligeramente de la silla y abandonó el estudio con un rebote. 

—Brynn.

—Sí, mi princesa.

—Por favor, prepara a Saebyeol. Voy a ver a Sir Tan. 

—Entendido.

Montar a caballo está prohibido dentro del Palacio del Sol.

Todos tenían que bajarse frente al Palacio del Cielo y caminar por el camino hacia el Palacio del Sol.

Por lo tanto, sólo había una chica en el Palacio del Sol que podía montar un caballo con un pelaje castaño y una crin crema brillante.

Lilica Nara Takar.

La hija adoptiva del Emperador.

Todos miraban en su dirección con curiosidad.

Mientras cabalgaba al galope, su cabello castaño ondeaba ligeramente. La seguían Sol y Wolf.

Algunos pusieron mala cara.

—Para ella tener a Sol y Wolf a ambos lados, con la nariz en alto como si realmente se hubiera convertido en una Takar.

—Shh, cállate. ¿No sabes quién ejerce actualmente la autoridad en el Palacio del Sol?

—Aún así, es un forastero sin fundamento. ¿Cuánto tiempo crees que durará el veleidoso favor del Emperador?

Algunos estuvieron de acuerdo y otros permanecieron en silencio. 

—De todos modos.

La primera persona que habló mientras miraba la silueta de la princesa que desaparecía resopló.

—Eso es lo peor.

La imagen de la muchacha montando a caballo dentro del Palacio del Sol, donde todos tenían que caminar, los dejó estupefactos.

Aunque su malicia era minúscula, aumentaba constantemente de volumen.

 

* * *

 

—¡Tan! Oh, Lat está aquí también.

Por alguna razón, Lat estaba sentado en el despacho del Caballero Comandante. Se levantó de su asiento y se inclinó cortésmente.

Aunque esbozó una elegante sonrisa como siempre hacía, Lilica percibió rápidamente una atmósfera negativa.

Habló con cautela.

—¿He interrumpido su conversación?

Tan fruncía el ceño, mientras Lat esbozaba una suave sonrisa. 

—No, no lo has hecho.

—No creo que ese sea el caso…

Lilica murmuró mientras miraba a Tan y Lat, antes de decir.

—Pero he venido a hablar con Tan de algo importante. Te pido tu comprensión, Lat.

Las dos personas parecieron sorprenderse por las palabras seguras de Lilica, y la miraron.

Lat sonrió de inmediato y asintió suavemente. 

—Ya veo. Me despediré primero entonces.

—Continuaremos esta conversación más tarde.

Ante las palabras de Tan, Lat abandonó el Despacho del Comandante de Caballería con una leve sonrisa en el rostro.

Tan le ofreció asiento a Lilica.

Brynn y Lauv permanecieron fuera de la habitación, por lo que sólo había dos personas dentro de la sala.

—¿Qué puedo hacer por ti? ¿Para que digas que era importante?

Tan preguntó con una sonrisa amable, y Lilica le devolvió la pregunta.

—¿Qué es una persona Inelegible?

En un instante, Tan contuvo la respiración.

Lilica miró su cara y dejó escapar un profundo suspiro. 

—Tan.

—Sí, mi princesa.

—¿Tanto confías en mi intuición?

Tan sonrió con amargura.

Lilica tomó la palabra.

—Sé que Wolf es muy valioso para Tan. Puesto que Tan es el cabeza de familia, es el trabajo de Tan ser responsable de todos, ¿verdad? —Tan escuchó en silencio las palabras de la princesa—. Sé que esto será extremadamente difícil. También sé que estaré en una encrucijada de elección.

Ahora, ella sabía a qué se refería Tan cuando dijo: 

( Pase lo que pase, te apoyaré. )

Cuando llevaba a Lauv como escolta.

Si hubiera sabido lo que era una persona no elegible… no, aunque lo hubiera sabido, habría tomado a Lauv como su escolta.

Habría sido mejor si lo hubiera sabido de antemano. Aun así, tenía algunas preguntas.

—Para Tan, ¿es Lauv más importante que ponerme en peligro?

—

—¡¡!!

Tan se estremeció ligeramente, antes de fruncir el ceño. 

Habló lentamente.

—No, pero no puedo decir que no, dada la situación. 

Tan se quedó mirando a Lilica sin comprender.

Obviamente, confiar Lauv a esta joven princesa no era un proceso de pensamiento racional.

Y sin embargo, por alguna razón, sintió que estaría bien. Eso le decían sus sentidos, su mente.

Tan habló con franqueza.

—En ese momento, esto parecía ser lo mejor. Sentía que si Lauv era enviado de vuelta a nuestra ciudad natal como estaba, se autodestruiría —Tras interrumpir sus palabras con un suspiro, miró rápidamente a Lilica—. ¿Qué problemas ha causado?

—No ha pasado nada.

Lilica negó con la cabeza ante su preocupación.

Pudo ver cómo los hombros de Tan se hundían en un instante. Lilica dijo.

—Como Tan había mencionado, yo también sentí lo mismo en aquel momento. Como tal, asumí la responsabilidad por Lauv, pero te agradecería que me contaras más detalles. No tenía ni idea de que Lauv lo estuviera pasando tan mal.

Su última frase fue inesperada, por lo que Tan miró a la princesa. Aquellos ojos azul verdoso devolvieron la mirada a Tan en silencio.

Respiró hondo y contestó. 

—Lo siento, todo es culpa mía.

Lilica sonrió ante su profunda disculpa.

—Aceptaré tus disculpas. Pero mi primera pregunta sigue en pie. ¿Qué es una persona inelegible? Aunque sé que hay sangre de lobo más espesa.

Lo que había escuchado de Lauv era un síntoma y lo que había escuchado de Brynn era una crítica.

Como cabeza de familia, ¿no tendría él más información?

Cuando la mirada de Tan se dirigió sigilosamente hacia la puerta, Lilica se quitó rápidamente el anillo y lo dejó en el suelo.

Tan puso cara de sorpresa.

—Eso es un artefacto. 

—Lo he recibido.

Cuando Lilica contestó inmediatamente, Tan asintió diciendo: 

—¿Te lo dio Su Majestad?

Se rumoreaba que incluso los catálogos de artefactos que se amontonaban en el almacén de la familia Takar eran considerables.

—No sé por dónde debería empezar. En primer lugar, para simplificar la historia de Lauv, él es mi pariente lejano, ¿verdad?

—Sí.

—No nació en la Familia Wolf. Tales personas aparecen a menudo. Aparecían fuera mientras poseían el grueso linaje de la familia. Tras enterarse de los rumores, la Familia trajo a Lauv y lo adoptó.

Tan no se molestó en hablar del difícil proceso para llegar hasta allí. En su lugar, resumió brevemente.

—Por eso, mientras Lauv se adaptaba a la familia Wolf, lo pasó mal en varios aspectos.

Lilica asintió a su resumen.

Tan habló mientras imitaba sacar una espada de su espalda. 

—Como tal, su arma es diferente a la nuestra. Es porque aprendió la esgrima en otro lugar cuando era más joven. La Familia Wolf usa espadas, pero Lauv usa un sable.

—¡Claro! Ya veo. Y además, ¿no lo lleva Lauv a la espalda?

Tan sonrió amargamente.

—Eso es porque Lauv no es un caballero. Los que no son caballeros no pueden llevar la espada en la cintura.

—¿Qué?

Ante su asombro, Tan se cruzó de brazos.

—Los que no son caballeros no pueden llevar un arma en la cintura. Bueno, es una ley que impide a los que no son caballeros llevar armas imprudentemente, pero…

—Es inútil.

Tan rió ante la evaluación de Lilica.

—Si bien eso puede ser cierto, llevar un arma aparte de una espada en la cintura puede causar varios inconvenientes.

—¿En serio?

—Sí, tomando a Lauv como ejemplo, él usa una honda en lugar de una vaina para los sables.

Lilica pensó un momento y asintió.

Tras confirmar que Lilica lo había entendido, Tan pasó a la siguiente historia.

—Si la sangre del lobo es fuerte, tendrán más fuerza, pero sus impulsos también serán más fuertes. El rango de sus emociones se agitará severamente.

—¿Pero Lauv no es así en absoluto?

Al escuchar las palabras de Lilica, Tan asintió.

—Es porque ha sido entrenado para suprimirlo. 

—¿Entrenado para suprimirlo?

Tan asintió ante la pregunta de Lilica.

—En primer lugar, los Wolf se relajan revolcándose por ahí desde pequeños, y luego aprenderían a controlar sus emociones. Un bosque amplio es un patio de recreo para ellos.

—Pero Lauv vino del exterior.

—Sí. Lauv no recibió esa educación. Como tal, sólo podía aprender a suprimir todo.

—Entiendo. Dices que tiene gran fuerza y poco control sobre sus emociones, ¿verdad?

—Sí, tiene un menor control de sus impulsos. Empeora cuando hay luna llena.

—¿Es también el caso de Tan?

Ante la pregunta de Lilica, sonrió levemente y asintió.

—Sí. La Familia Wolf sentirá un picor por todo el cuerpo cada luna llena. Pero si la sangre del lobo es más espesa, sus impulsos serán más fuertes. Lauv también ha desaparecido durante la luna llena dos veces.

No se volvieron Inelegibles sin razón, dijo Tan. Lilica asintió.

—¿Está bien?

—Siempre y cuando lo mantengas en secreto.

—Mm, no escribiré las partes que son verdaderamente importantes. Y nunca hablaré de ello.

—De acuerdo.

Una vez obtenido el permiso, Lilica sacó rápidamente su bolígrafo.

Después de verla preparar la pluma para anotar cosas, Tan empezó a hablar con más detalle.

También mencionó registros y sucesos ocurridos en el pasado. Lilica escribió algunos ligeros y colocó los pesados en su cabeza. Todas las capas combinadas formaban una conversación grave.

La expresión de Lilica se volvió seria.

Mientras miraba lo que había escrito, preguntó. 

—¿Esto sólo pasa con Wolf? O…

—Los Inelegibles también aparecen a menudo en las otras familias. 

—Ya veo…

Parecía bastante agotador en varios sentidos.

¿No se asustarían los padres ante la idea de que su hijo pudiera ser un Inelegible?

—Parece que sería muy duro.

Cuando Lilica dijo eso, Tan sonrió débilmente.

—Por eso servimos a Takar, y por eso Takar…

Querían deshacerse de él.

Apenas consiguió tragar las palabras que tenía en la punta de la lengua. Sentía como si se hubiera equivocado al hablar.

Cuando le robó una mirada a Lilica, ella se puso el dedo índice en la boca con expresión juguetona.

—Todo lo que hemos hablado hoy es un secreto. 

—Hagámoslo entonces.

Tan sonrió.

Como era de esperar, esta princesa era bastante singular.

También entendió las palabras de Lat, que es incómodo porque estaba extrañamente cómodo ante la princesa.

Probablemente es aún más incómodo para Sandar, que había guardado muchos secretos.

Si de la Emperatriz se decía que cautivaba a la gente con su esplendor, ingenio, lengua afilada y actitud extrañamente competente, de la princesa sería completamente diferente.

—Si Lauv lo hace bien, por favor, dale una palmadita en la cabeza.

—¿La cabeza?

—Sí, le gustará mucho.

Mientras Tan hablaba radiante, Lilica asintió mientras decía: 

—Ahora que lo pienso. 

Ante su asentimiento que poseía algún indicio, Tan preguntó.

—¿Lo has tocado alguna vez?

—Sí.

—Vaya…

No era fácil acariciar la cabeza de un hombre adulto de gran estatura, pero la princesa también era atrevida.

—Debe haberle gustado mucho. Por favor, acaríciale a menudo a partir de ahora. Porque no tuvo ese tipo de contacto cuando era más joven…

Tan no tuvo reparos en pedirle que acariciara la cabeza de un hombre adulto. Se lamentaba.

—Y ni siquiera me reconoce. En realidad sería ligeramente estabilizador si formara parte de un grupo, pero resulta que Lauv vino de fuera…

—¿Incluso Tan? Pero no es Tan el jefe de la familia. ¿No escucha las órdenes de Tan?

—Oh, puede que yo sea el cabeza de familia, pero él no me sigue -quizá externamente por guardar las apariencias, pero no interiormente. En ese caso, es inútil.

Tan sonrió e hizo un gesto hacia Lilica.

—Sin embargo, parece que te ha reconocido claramente como su maestra, así que la princesa ha podido aceptarlo en un grupo. Entonces será mucho mejor.

—Ya veo…

—Wolf es bastante único.

Asintió Lilica. 

—A partir de ahora, tendré que acariciarlo a menudo.

Lilica se miró la palma de la mano e hizo como que le daba una palmadita juguetona, preguntando. 

—¿A Tan también le gusta que le den palmaditas en la cabeza?

Tan se detuvo un momento.

Le vinieron a la mente unos cabellos dorados como la luz de la luna y unas manos blancas como la nieve.

Lentamente, mientras miraba a los ojos turquesa de Lilica, que se parecían a los de cierta persona, Tan sonrió.

—Sí, me gusta.

N/Nue: NOOO TAN NOOOO TÚ PORFA.