⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

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—De algún modo, era consciente de la existencia de Perry y de que no se encontraba bien. Las raíces de Barat son profundas y anchas —Lat continuó hablando con indiferencia, incluso cuando la mirada de Lilica se clavó en él—. Bueno, el mensaje era bastante directo. Hablaba de un medicamento que podría mejorar la condición de los Inelegibles.

—!!

Lilica se sorprendió.

—Incluso mencionaba que uno de sus efectos podía convertir a alguien de nuevo en humano. El Cabeza de Familia fue a comprobarlo por sí mismo.

Lat se detuvo un momento y miró a Lilica. 

Tenía una expresión muy seria. 

Lat sonrió y continuó.

—Probablemente estaba indeciso sobre el precio impreciso. Lo que Barat quería era una ‘cooperación única’.

—¿Puedes decirme eso?

—Eres la princesa, así que puedo decírtelo. 

Lat rió entre dientes.

Su corazón se sintió más ligero.

Una cooperación de una sola vez.

Qué engañosamente ligeras y a la vez pesadas parecían esas palabras. 

—¿Conseguiste la droga?

—No, todavía no. 

—Eso es una suerte.

—Bueno, habría estado bien conseguirla. Habríamos tenido tiempo de analizar sus componentes.

—No había pensado en eso. 

Lat rió por lo bajo.

Lilica ladeó la cabeza.

—¿No sería una buena idea vender una droga tan maravillosa? ¿Y para qué exactamente querían tu ayuda?

Si Lydia hubiera oído esto, habría pensado: ‘Ah, así que es eso. Esa es la razón de la traición de Sandar’. 

Pero Lilica no tenía forma de saberlo.

Incluso Lat, que tenía una vaga idea, sólo pudo murmurar: 

Quién sabe…

Continuó.

—Además, una droga así no se puede conseguir ni con dinero. Porque no se puede poner precio a una vida.

—Cierto.

—Por eso, pretendemos mantener en secreto la recuperación de Perry. 

Lat sonrió, con el dedo índice cerca de los labios.

—Ah.

Asintió Lilica. 

Luego preguntó en voz baja.

—¿Pero está bien contarle esto a alguien más?

—Eso depende de ti, princesa. Estábamos hablando de esto y aquello mientras dábamos un paseo.

—Así que esa es la historia. 

—Esa es la historia.

Lat miró a la princesa, que había evitado el mayor problema con una actitud y una cara que decían que no era para tanto, se despidió respetuosamente y se marchó.

Lilica organizó mentalmente la historia y decidió contársela a Su Majestad antes de que se le olvidara.

Se dice que Barat era hábil fabricando drogas, pero en realidad son capaces de fabricar todo tipo de drogas.

Lilica miró en secreto el camino hacia atrás y luego hacia adelante. El arco de árboles sobresalientes aún no había terminado.

Lilica tuvo la tentación de terminar de caminar hasta el final primero antes de volver atrás, y comenzó a caminar.

Ahora se dio cuenta de que el camino se curvaba en forma de U, rodeando el pueblo de tiendas.

—Vaya…

A mitad de camino, tal vez los tipos de árboles cambiaron, ya que el camino estaba ahora bordeado de flores blancas puras.

Su dulce fragancia llenaba el aire.

Como racimos de flores de uva, las flores blancas colgando hacia abajo se mecían en la brisa con gracia.

Y bajo las sombras de estas flores mecidas estaba Fjord, de pie, como si formara parte de un cuadro.

Lilica corrió hacia él con una sonrisa brillante, y Fjord la miró aliviado.

—Lilica, ¿estás bien? ¿Te has hecho daño en algún sitio? 

—Mm, estoy bien.

Lilica giró como si quisiera presumir. Fjord agarró con fuerza la mano de Lilica.

La diferencia de altura entre ellos era tan grande que tuvo que agacharse ligeramente.

Sus hermosos ojos rojo dorado la escudriñaron con atención.

El tranquilo susurro del viento. 

El dulce aroma de las flores.

La luz moteada del sol llenaba la escena. 

Sus labios se separaron ligeramente.

Fjord susurró suavemente.

—Estás bien, pero tenías miedo.

Las lágrimas empezaron a brotar lentamente de los ojos de Lilica.

 Fjord la acercó suavemente.

Ella se aferró a él con fuerza. 

Estaba asustada.

Estaba realmente asustada.

Pero no podía decirlo, porque sólo haría que todos se preocuparan. No quería aumentar las preocupaciones de su madre.

—Estoy bien. Estoy bien.

Ella estaba bien.

Estaba bien, pero a pesar de eso. Todavía estaba muy asustada.

Ella está bien, pero daba miedo. 

Ella está bien, pero temblaba. 

Lilica comenzó a sollozar en silencio.

Había olor a hierba suave y flores en el abrazo de Fjord.

Hundió la cara manchada de lágrimas en la ropa fresca y suave y sintió los brazos que la envolvían con fuerza, dejando escapar lágrimas y suspiros aliviados.

Una vez liberado todo lo que había estado reprimido en su interior, su cuerpo quedó inerte.

Levantó un poco la cabeza y Fjord le rozó suavemente la frente con la mano.

Lilica respiró hondo. 

—Gracias, Fiyo. 

—¿Por qué?

Fjord sonrió y la levantó. 

Sus ojos se encontraron.

Podía tener un aspecto esbelto, pero su cuerpo era firme y estable. Lilica se agarró a sus hombros.

Fjord sonrió.

—Sólo haces cosas que me hacen feliz. 

Lilica le miró perpleja y dijo. 

—¿Aunque haya llorado?

—Sí, mucho.

No lo entiendo, se dibujó en la cara de Lilica, pero él siguió sonriendo.

—Mi adorable princesa petirrojo.

Ante sus palabras susurradas, las mejillas de Lilica ardieron. 

Le tapó la boca bruscamente con la mano. 

Los ojos de Fjord se abrieron de par en par.

Ella murmuró. 

—Vergonzoso. 

Fjord soltó una risita.

Era una risa traviesa, que recordaba a la que Athil usaba cuando se burlaba de ella.

No puede ser, ¿no me digas que me vas a tomar el pelo otra vez?

Cuando ella no retiró la mano, Fjord la miró con expresión preocupada.

—¿Me prometes que no te burlarás de mí?

Asiente, asiente.

Cuando Lilica retiró lentamente la mano, Fjord habló. 

—Nunca me he burlado de Lilica, ni una sola vez.

Lilica entrecerró los ojos y luego sonrió.

No era de extrañar por qué Fjord era tan popular entre la gente. 

—¿Estás siendo sincero?

—Por supuesto.

—De acuerdo —Lilica asintió—. Yo tampoco le mentiré a Fiyo.

Las palabras de Lilica incitaron a Fjord a decir.

—No eres el tipo de persona que miente a nadie, no sólo a mí.

—Hmm, no hay muchas razones para mentir la mayoría de las veces. En cualquier caso, aun así, no mentiré a Fiyo.

Fjord rió ante sus palabras. 

—Con eso me basta.

Lilica tiró juguetonamente de la mejilla de Fjord y dijo.

—Fiyo tiene la costumbre de hacer que la gente se sienta acorralada, pero eso no es bueno. Si quieres algo, dímelo. ¿Quiénes somos?

—La Alianza Frambuesa —Respondió Fjord con suavidad, y Lilica sonrió ampliamente. 

Sí, ¡así es como debe ser!

Fjord intentaba averiguar qué decirle a la princesa, una cara que parecía decir: 

—Dime si hay algo que quieras decirme, lo escucharé todo.

Había tantas cosas que quería decir, pero ninguna parecía salir, como si todas estuvieran atascadas dentro de su garganta.

Los claros ojos turquesa de Lilica lo miraban sin inmutarse. 

Fjord contuvo el impulso de evitar el contacto visual.

Con voz muy suave, dijo.

—En otoño habrá un gran festival.

Lilica ladeó la cabeza como preguntando: ‘¿Y?’, y Fjord se limitó a sonreír.

—¿Te gustaría venir conmigo?

—Claro.

—¿De verdad?

—Sí, ¿es una promesa?

Las palabras de Lilica hicieron que Fjord esbozara una brillante sonrisa. 

—Sí, es una promesa.

Él no había esperado que Lilica realmente estuviera de acuerdo en ir con él. Sus pensamientos ya estaban corriendo hacia el festival.

A esa hora, se levantaría el toque de queda de la ciudad, y el ambiente sería libre y animado toda la noche.

Fjord giró en círculos y luego la dejó suavemente en el suelo.

Sus sensibles oídos detectaron el sonido de otros en la distancia.

Lauv parecía haberlo oído también, ya que miraba en esa dirección. 

—Entonces seguiré mi camino. Es mejor que no nos vean juntos.

Lilica ahora entendía lo que eso significaba.

Fjord estaría sin duda en una posición más difícil que ella. 

El Duque Barat.

Sólo la había visto una vez, pero su mirada penetrante era inolvidable. Lilica susurró a Fjord.

—Si alguien te molesta, dímelo. Sigo siendo una princesa. 

—Gracias.

Era una lástima que no hubiera nada que Fjord pudiera decir a modo de despido.

¿Cómo iba a explicar que su mera existencia lo protegía de alguna manera? Por lo tanto, simplemente expresó su gratitud.

A medida que los pasos se acercaban, Fjord se inclinó rápidamente y besó la frente de la princesa Lilica, antes de desaparecer entre los árboles.

—!!

Lilica sintió un suave roce de pétalos de flores.

Mientras se frotaba la frente, Lauv se acercó y se quedó cerca. La gente empezaba a salir del otro lado.

Nobles con rifles de caza colgados al hombro bajaron la cabeza respetuosamente al ver a la princesa.

Lilica asintió en respuesta y pasó junto a ellos para regresar a la tienda.

Al pasar junto a ellos, cada una de sus miradas la escrutó, como si estuvieran calculando si estaba completamente bien o no.

Regresó a la tienda y compartió con Altheos y su madre todo lo que había sucedido en Sandar y lo que había oído de Lat.

—Ah, nuestra hija es tan inteligente. Eres un genio —exclamó Lydia mientras jugueteaba con el pelo de Lilica.

—Lo hiciste bien. Pero lo más importante, esta droga de Barat…

—Si Lilica no lo hubiera resuelto, Sandar podría habernos apuñalado por la espalda —dijo Lydia con naturalidad.

Se había preguntado qué había provocado la traición de Sandar en el pasado, pero efectivamente se debió a su hija.

En el pasado, esto habría enfurecido a Altheos. 

Sin embargo, ¿no tenía a Lilica?

Ella entendía al Marqués Sandar bastante bien.

Luego pensó en el Duque Barat, que se lo había garantizado. 

—Pero, ¿existe realmente una droga así? —murmuró Lydia mientras sostenía a Lilica.

Por supuesto, dada la traición de Sandar, la droga debía tener algún efecto.

Pero su efecto no habría sido tan significativo como el que había mostrado la Lilica actual.

Si ese fuera el caso, Perry habría aparecido en sociedad. Sin embargo, Perry nunca lo hizo.

Altheos sonrió débilmente.

Era una sonrisa afilada como un cuchillo.

—Sabía que Barat tramaba algo interesante. 

Las orejas de Lilica se aguzaron ante la mención de Barat.

Lydia también dirigió su mirada hacia Altheos. 

Altheos habló.

—Una droga así no existe. Más que tratarlo, es posible aliviar el sufrimiento o alargar ligeramente la vida, pero eso es todo.

—Ya veo.

Era un juicio razonable, así que Lydia asintió.

Por otro lado, era desconcertante que Sandar traicionara a Altheos por algo así.

—¿Qué está haciendo Barat?

Lilica no pudo contener la curiosidad y preguntó. Altheos respondió con calidez.

—Te lo diré cuando estemos seguros. 

Lilica asintió.

Sentía curiosidad, pero comprendía la importancia de tener información precisa.

Athil entró en la tienda y dijo.

—Pronto sonarán las trompetas del mediodía. Tenemos que reanudar el festival de caza. Y tú, pequeña. A partir de ahora te quedarás cerca de mí.

—¡Pero dijiste que ibas a cazar un tigre! Voy a convertirme en la cobradora.

—No.

—Lauv ya está mejor, y si te preocupa, traeré a Brynn conmigo. Y no me alejaré de los demás.

—No.

Lilica pisó fuerte como un conejo. 

—Entonces, Athil debería venir con nosotros. 

—¿Qué?

—Si todavía te preocupa, deberías seguirme. ¿No te parece?

Lilica no tenía intención de renunciar al campeonato.

—Oye —mientras el ceñudo Athil hablaba en voz baja, Lilica puso una expresión inocente.

—¿O debo seguir como usted ordena, ‘Su Alteza’?

—Tú…

El mudo Athil se cruzó de brazos.

Era un momento crítico para el chico de catorce años: ¿seguiría a los chicos más jóvenes durante el festival anual de caza, o conseguiría cazar algo impresionante?

Lydia intervino.

—Athil, descansa tranquilo y disfruta del festival de caza. Diare dijo que acompañaría a Lilica.

—Ah…

Diare la inflexible.

Sus habilidades habían ido mejorando rápidamente, y se había ganado la reputación de ser la mejor entre los pajes.

Athil asintió de mala gana, con expresión hosca. 

—Si la tía lo dice, lo haré.

Rápidamente, Lilica se pegó a su madre y le sacó la lengua. 

—¿Esta chica?

Altheos se levantó y tendió la mano a Lydia.

Mientras los dos se adelantaban, Lilica y Athil discutían mientras les seguían por detrás.

A pesar del ‘incidente desagradable’, no podían simplemente abandonar el festival de caza debido a un ‘disturbio menor’.

Altheos declaró la apertura del segundo día del festival de caza con tan breves palabras.

El grupo de Lilica ahora incluía a Lauv, Brynn, Diare, e incluso Pi. 

—Es imposible cazar con este cuerpo —Dijo Pi con frialdad.

Diare exclamó admirada: 

—¿Ah, sí? ¿Tus ojos, lengua y dedos están intactos? Parece que Su Majestad está de un humor excepcionalmente bueno estos días.

A Lilica no le gustaron esas palabras, pero Pi asintió con indiferencia. 

—Es todo gracias a Su Alteza.

—Ah, como era de esperar. Eso tiene sentido.

Con una expresión sonriente, Diare alzó la voz y dijo: 

—Como se esperaba de la Princesa.

Entonces, Diare examinó cuidadosamente a Lauv. 

—Hmph.

Después de soltar ese sonido significativo, Diare agarró con fuerza la mano de Lilica. 

—¿Nos vamos entonces? Su Alteza debería convertirse en el ganador.

—¿Estás segura, Diare? Mencionaste atrapar un tigre.

—Está bien. Es el fracaso de la Familia Wolf, así que la Familia Wolf debería ser la que compense.

Al terminar, le lanzó una mirada mordaz a Lauv. 

—No —dijo Lilica, y tiró de la mano de Diare.

Esto hizo que los ojos de Diare se abrieran de par en par.

—Porque Lauv no es un Wolf, es mío. No hay necesidad de que la Familia Wolf asuma la responsabilidad.

Fue una afirmación resuelta. 

Diare frunció el ceño en respuesta.

Lilica miró a Diare y se preguntó: 

—¿Por qué a Diare parece disgustarle tanto Lauv?

Diare dejó escapar un suspiro y luego sonrió.

—Bueno, no se trata sólo de eso. Mi reputación es importante, pero Su Alteza es más valiosa para mí que eso. Ahora, pongámonos en marcha.

—Mm. Esas palabras me hacen mucho más feliz.

Lilica respondió con franqueza, lo que hizo que Diare sonriera alegremente. 

—También soy tu compañera de conversación, ¿no?

—Así es —susurró Diare en voz baja—. También formamos parte de la misma alianza. 

—¡Sí!

Lilica agitó la red con entusiasmo, lo que hizo que Diare sonriera alegremente. A los lobos les gustaba tener un lugar al que pertenecían.

Para ser honesto, si un Wolf decía que eran un extraño, podría ser visto como un grave problema psicológico.

Podían caer en un frenesí en cualquier momento.

Por eso Diare valoraba tanto a la Alianza Frambuesa, una alianza linda y encantadora.

Pi intervino.

—Vamos, pongámonos en marcha. Podríamos quedarnos atrás a este paso. 

—¡Mm!

Lilica respondió con energía y empezó a caminar hacia delante. 

A pesar de su cojera, Pi siguió el ritmo sin ninguna dificultad.