⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Como si hubiera algo insatisfactorio, Lisett ladeó la cabeza e hizo otra reverencia.
—Hola, princesa.
—¿Por qué sigues saludándome? —preguntó Lilica.
Lisett sonrió.
—Es porque estoy muy contenta.
—¿Por qué?
—Es algo muy alegre que alguien responda.
Hablaba como si estuviera puramente alegre, pero había una sombra detrás.
No parecía una simple historia de ser ignorada o de no tener a nadie a quien saludar.
Lilica se dirigió a la chica, que seguía temblando.
—¿Puedes levantarte? ¿Debo llamar a un médico imperial?
—No, estoy bien.
La chica negó con la cabeza.
—Pero estás sangrando.
—Parará pronto. Estoy bien.
Aunque estaba calada hasta los huesos y temblaba, negó con la cabeza. Su rostro estaba lleno de miedo.
Mientras Lilica fruncía el ceño, una voz llegó desde el otro lado.
—Lisett, Dios…
Cuando se dio la vuelta, se dio cuenta de que era Fjord. Se detuvo al ver la situación, pero sonrió cuando sus ojos se encontraron con los de Lilica.
Incluso en una situación así, su sonrisa era impecable.
—Es un placer conocerla, Princesa.
—Hola, Fjord.
Al oír el saludo, la chica utilizó un tono que gritaba: ‘¡He sobrevivido!’ y gritó.
—¡S-Señor Fjord!
—¿Puedes levantarte?
—Sí.
Con los ojos llorosos, la chica cogió la mano extendida de Fjord y se levantó. Lisett hizo un mohín.
—Pero se me ha caído la muñeca en la fuente.
—……
Fjord se acercó a la fuente y recogió la muñeca sin arremangarse. Después de entregársela a Lisett, ésta la abrazó fuertemente con una brillante sonrisa.
Aunque goteaba agua de la muñeca, no parecía importarle. Fjord se dirigió cortésmente a Lilica.
—Pido disculpas por las molestias.
—No, está bien.
Después de decir eso, Lilica miró a Fjord por un momento. Sus ojos se encontraron brevemente antes de separarse.
¿Sería una mentira decir que sintió calor cuando sus miradas se encontraron?
Cuando Fjord se fue con las dos, Lilica suspiró.
Brynn hizo un comentario cortante.
—Para que algo así sea el nuevo Barat. La Familia Ducal Barat realmente ha caído.
En el pasado, si hubiera aparecido alguien tan ignorante de la cortesía como ella, lo habrían envenenado hasta la muerte.
Murmuró Brynn para sí misma. Lilica gimió y dejó escapar otro suspiro.
Incluso después de dos años, aún no podía acostumbrarse a esas ‘formas aristocráticas de pensar’.
—Volvamos por hoy.
—Sí, Su Alteza.
Lilica cruzó el jardín. Muchos nobles se acercaron, esperando saludarla o tener una charla, pero ella sólo respondió con una suave sonrisa.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
Se acercaba el Festival de Otoño.
Antes, ella habría pensado, ‘Todo el mundo parece ocupado,’ y experimentado una parte de su alegría, pero ahora, se convirtió en alguien que está disfrutando del festival.
¡En el festival! Afuera.
Sólo de pensarlo, sus pies bailaban de alegría.
Le preguntó a Athil si su madre le había dado permiso, pero Athil le contestó audazmente:
—¿Crees que lo haría?
—E, ¿entonces qué piensas hacer?
—Está bien. Puedo salir, así que te llevaré conmigo en secreto.
—Hmm…
Su madre estaría muy preocupada, pero este tipo de pensamientos fueron apartados por la emoción por el festival y desaparecieron.
—Y mamá no se preocuparía si no se entera, ¿verdad? Me escabulliré y volveré sin que se entere.
Lilica informó en secreto sólo Brynn y Lauv al respecto. Lauv dijo que lo seguiría de inmediato, pero Lilica se negó cortésmente.
Brynn tomó la palabra.
—Aún así, ¿no sería mejor seguirla en secreto?
Lilica se rió al oír esas palabras.
—Está bien si nos sigues en secreto, pero no deben atraparnos.
—Me aseguraré de esconderme bien.
Su rostro, que estaba sombrío momentos antes, se iluminó al instante. Como era de esperar, Brynn no tenía intención de dejarla ir así como así.
Seguramente, lo mismo ocurriría con Brann.
Brynn había preparado disfraces. Athil concertó una fecha apropiada y envió una carta a Fjord informándole.
Lilica se puso en contacto con Fjord preocupada, y éste le contestó que estaba al corriente.
Brynn había colgado la ropa que preparó para el disfraz.
Era un espléndido y bonito traje de festival.
No estaba hecho de tela lujosa, pero el bordado parecía llevar mucho tiempo.
Lilica dio varias vueltas con el traje de festival.
Brynn soltó una risita.
—¿Tanto te gusta? Ahora sólo tienes que dormir una noche.
—¡Sí, un montón!
Los pies de Lilica bailaron inconscientemente.
Brynn soltó una risita. Lilica miró afuera, mientras el sol comenzaba a ponerse.
Un día era así de largo.
Justo entonces, Lauv apareció torpemente en la puerta. Los ojos de Lilica se abrieron de par en par, y después de que Brynn examinara minuciosamente a Lauv de pies a cabeza, comentó con acritud.
—¿No pareces un criminal de callejón?
—¡Brynn!
—¿No es verdad? ¿Cómo encontraste semejante ropa para disfrazarte? Debe haber algo más ordinario.
—……
—En primer lugar, Lauv es alto y destaca en apariencia.
—Sí, por eso vestirse así sólo le haría parecer un criminal en el callejón. Como un mercenario callejero o algo así.
Lilica se aclaró la garganta.
—Entonces, ¿qué tal si lo ayudas, Brynn?
—¿Yo?
—Mm.
Brynn parpadeó sus ojos púrpura.
—Si eso es lo que ordena Su Alteza, entonces no hay nada que hacer.
Brynn resopló y pasó junto a Lauv.
—Iré a buscar ropa nueva para mañana.
—Gracias.
—Es sólo porque Su Alteza lo ha pedido.
N/Nue: Casi siento el impulso de shippearlos, mmm JAHSJ es que son tan diferentes.
Una vez que Brynn se fue, Lilica palmeó el brazo del sombrío Lauv y lo animó.
—Está bien, está bien. Creo que no está tan mal.
—Haré lo posible por mejorar.
—Jaja.
Lilica rió ligeramente.
En ese momento, un asistente anunció la llegada de Athil. Lilica salió rápidamente del dormitorio.
—Ah, ¿te has cambiado de ropa?
—Sólo para enseñártelo.
Athil también iba disfrazado. Llevaba un atuendo mucho más modesto que el de Lilica. Sin embargo, su rostro rubio y sus manos sin cicatrices denotaban su noble educación.
—¿Cómo es?
—Te sienta bien.
Athil sonrió y se dirigió a Lilica.
—Déjame ver el tuyo también. Brynn podría haber preparado algo inesperado, por lo que sabes.
—Esto lo preparó Brynn para mí.
Con un tono que decía que no podía haber sido un error, Lilica condujo a Athil al dormitorio.
Una criada preguntó.
—¿Traigo unos refrescos?
—Mm, prepáralos en la sala de recepción.
Athil hizo un gesto para que se marcharan, y las criadas desalojaron el dormitorio. Cuando Brynn regresó, sonrió ante la noticia de la llegada de Athil disfrazado.
En la sala de recepción se habían preparado deliciosos refrigerios.
Los hermanos, quizás enfrascados en una larga conversación, no salieron del dormitorio durante un buen rato. Brynn, que esperaba, finalmente se levantó y habló cortésmente.
—Princesa, ¿te estás cambiando de ropa? ¿Necesitas mi ayuda?
No hubo respuesta.
Una sensación premonitoria, los sentidos de un cuervo, comenzó a sonar. Sin embargo, Brynn llamó y preguntó una vez más por cortesía.
Toc, toc.
—Princesa, Su Alteza el Príncipe Heredero. ¿Está dentro? Voy a abrir la puerta ahora.
Silencio.
Brynn abrió la puerta de golpe. No había nadie en el dormitorio.
—¡¡!!
Brynn se dio cuenta rápidamente de que los disfraces habían desaparecido.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
Lilica respiró hondo.
A diferencia de ella, que estaba inquieta y perdida, Athil estaba extremadamente sereno.
Después de decirle repentinamente que se cambiara de ropa, la tomó de la mano y salieron a hurtadillas por un pasadizo secreto.
Habían conseguido esconderse en un carro de equipajes que salía del palacio, y ahora los dos estaban fuera de él.
—¿Ves? Inspeccionan meticulosamente todo lo que entra, pero son bastante laxos al salir.
Una expresión triunfante apareció en el rostro de Athil, y parecía que no era su primer intento. Lilica miró nerviosa a su alrededor. Cuando agarró con fuerza la mano de Athil, él sonrió y también la agarró con firmeza.
—Brann ya no caer en este tipo de cosas, pero contigo cerca, todo salió a pedir de boca.
Lilica llevaba incluso peluca. Los mechones dorados enmarcaban suavemente su rostro.
—¿De verdad está bien hacer esto?
—¿O prefieres escabullirte con un escuadrón de gente siguiéndonos en secreto? ¡Ah! ¡Allí! ¡Démonos prisa!
Un pilar en la entrada de la plaza del festival que atrajo sus ojos. Como este era el festival de la cosecha, gavillas de cebada y trigo estaban atadas alrededor de él fuertemente como adorno.
—¡Vaya…!
Una exclamación se le escapó momentáneamente. La plaza bullía de gente, puestos, canciones y un ambiente animado.
Era completamente diferente del palacio imperial. Si el palacio era un mundo de ensueño con gente por encima de las nubes, este lugar era la realidad con los pies en la tierra que Lilica sentía mucho más cercana.
Era el lugar que siempre había anhelado entre los estrechos callejones.
Lilica miró aturdida durante un momento, antes de volver en sí y preguntar.
—Bien, ¿y Fjord?
Hemos adelantado la promesa un día, ¿te parece bien?
En respuesta a la preocupación de Lilica, Athil levantó un dedo con expresión agria. Su mirada se volvió junto con el dedo y vio a un chico de pie bajo el pilar. Incluso con el sombrero calado, pudo reconocerlo fácilmente.
—No le he engañado. Porque es miembro de la alianza.
Lilica sonrió y abrazó con fuerza a Athil al oír las palabras que pronunciaba mientras chasqueaba la lengua.
Athil resopló y tiró de ella.
Fjord, que había estado rechazando educadamente a las chicas que intentaban entablar conversación, sonrió alegremente cuando se fijó en Lilica.
Caminó rápidamente hacia ella y le dijo:
—Usted también está muy linda hoy, señorita Robin.
—Qué asco.
Independientemente de sus reacciones, Lilica agarró fuertemente la mano de Fjord con la otra.
—¡Vamos a echar un vistazo ahora!
El sonido de la voz llena de entusiasmo de Lilica hizo que los dos chicos contuvieran la risa y asintieran.
Las animadas melodías de una banda callejera, los espectáculos de marionetas y los puestos repletos de frutas recién cosechadas llenaban la plaza.
Athil observó las reacciones de Lilica y le entregó una bolsa de avellanas que vendían en la calle.
Mientras masticaba las crujientes avellanas, Lilica miró a su alrededor. Su bonito atuendo y su comportamiento hacían que los chicos que pasaban se fijaran en ella, pero cuando se daban cuenta de la presencia de Fjord o Athil, desistían rápidamente y se alejaban.
Por supuesto, no eran sólo los chicos los que las miraban. El carisma de Athil y Fjord siempre atraía la atención de hombres y mujeres allá donde iban.
Podía disminuir si caminaban por separado, pero se hacía aún más notorio cuando caminaban juntos en grupo.
Había puestos que vendían caramelos de malta en palitos, y había una multitud alrededor del puesto de algodón de azúcar.
A pesar de los elevados precios, Lilica se sintió atraída por el ambiente festivo y abrió la cartera. También era agradable observar el proceso de elaboración del algodón de azúcar.
Los ojos de Lilica se abrieron de par en par al ver cómo se creaba un gran algodón de azúcar. Aceptó encantada el algodón de azúcar, que era tan grande como su cabeza.
Sintió la ligereza del algodón de azúcar al girarlo, y su forma perfectamente redonda le pareció de ensueño.
Después de rasgar un pequeño trozo y metérselo en la boca, aquella dulzura era asombrosa.
—¡Mmm!
—¿Tan bueno está?
—¡Sí, está muy rico! Pruébalo.
Cuando ella extendió el algodón de azúcar hacia Athil, él arrancó un trozo y lo probó.
—Es completamente azúcar.
—Claro, está hecho de azúcar. Toma, Fiyo, tú también.
—No pasa nada.
—Vamos.
Bajo la insistencia de Lilica, Fjord también dio un mordisco al algodón de azúcar.
—Es dulce.
—¿No es genial?
Lilica sonrió, y Fjord también sonrió con ella.
—Es genial.
Sólo pasear y charlar así, de esta manera tan ordinaria, era suficiente para satisfacerle.
Varias veces, múltiples veces, podría seguir saboreando estos momentos durante toda su vida.
Athil preguntó.
—¿Hay algo que quieras hacer?
—¿Hmm?
—Me refiero a eso.
Cuando ella miró, se dio cuenta de que se refería a la fila de puestos de juego.
Había varios juegos, desde disparar a objetos con arcos y flechas de juguete hasta lanzar aros desde lejos para conseguir puntos y ganar premios.
Los puestos de juego estaban decorados de forma bastante infantil para atraer la atención, encajando perfectamente en el ambiente festivo.
Aplausos de éxito y suspiros de fracaso, junto con risas juguetonas, llenaban el aire.
—¿Puedo probar a lanzar el aro?
Athil asintió.
—Claro.
Después de pagar, les dieron un montón de aros. Lilica se acercó a la pecera y lanzó los aros.
Sorprendentemente, los aros no entraron con facilidad. Aunque no parecía tan lejos, no entraban.
Mientras Athil reía entre dientes, Fjord se acercó a Lilica, que tenía cara de decepción, y la agarró del brazo.
—Tienes que controlar tu fuerza. Toma, así.
Le movió el brazo y le lanzó un aro.
Tak.
Entró.
—¡Entró!
—¿Lo entiendes ahora?
—¡Sí!
Con un brillo en los ojos, Lilica empezó a lanzar los aros restantes. A pesar de ello, mejoró notablemente respecto al primer intento y recibió como premio una talla de madera de bellota.
—Qué linda.
—No sirve para nada, la verdad.
—Entonces, Athil, ¿se te da bien?
Cuando Lilica miró y preguntó, Athil resopló.
—Mira bien qué tirador soy.
Pagó una moneda y cogió un arco y flechas.
Tras preguntar a Lilica qué quería, tensó la cuerda del arco.
Fjord, que estaba detrás de Athil, agarró sigilosamente la mano de Lilica.
Cuando ella le miró, él dijo: ‘Porque no podemos permitir que te pierdas’, como poniendo una excusa, y Lilica sonrió.
—Puedes agarrarla cuando quieras.
Lilica le cogió la mano con firmeza.
Desvió la mirada hacia Athil.
Sin embargo, sintió una mirada que seguía clavada en ella.
Lilica finalmente giró la cabeza para mirar a Fjord.
—¿Es extraño?
—¿Qué?
—Mi pelo. Me preparé deliberadamente un color dorado.
No era tan glamuroso como el pelo dorado de su madre, pero era una peluca dorada parecida.
Después de ponérsela, se sintió un poco orgullosa, preguntándose si se parecía a su madre.
¿Era incómodo, como se esperaba?
—Eres muy linda.
—¿Eh?
Cuando Lilica volvió a preguntar, Fjord sonrió mientras hablaba.
—Siempre pensé que eras linda. Tan linda como para morderte y tragarte como una galleta de azúcar, mi señorita Robin.
Las mejillas de Lilica se pusieron rojas.
—Sinceramente, Fjord…
Ella parecía saber por qué él era tan popular ahora.
Sonrió, y quedó claro por qué era tan popular.
Justo cuando estaba a punto de expresarlo, Athil, que había regresado en algún momento, les dio rápidamente una palmada en las manos entrelazadas.
N/Nue: AJJAJAJAJ qué problema con este celoso.
—¿Qué haces? Deberías estar admirando mi aspecto genial.
—Ah, lo siento, ack.
Un gran muñeco de peluche fue empujado a los brazos de Lilica.
—Toma, lo que dijiste que querías.
Athil miró a Fjord.
—Vamos a tener una charla, ¿de acuerdo?
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