⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

---

 

Bajo su ropa, en lugares que no se veían desde fuera, debía estar cubierta de moratones. Lo sabía bien, por haberlo experimentado él mismo en múltiples ocasiones.

De lo insoportable que era el dolor tras ser golpeado con un bastón, tanto que era incapaz de conciliar el sueño independientemente del lado en el que se tumbara.

—¿Fue el Duque?

Cuando preguntó, Lisett apartó la mano y se bajó la manga. Una pintoresca sonrisa apareció en su rostro.

—Esto es entre madre y yo. No necesitas saberlo —Dejando escapar un pesado suspiro, Lisett se llevó una mano a la mejilla—. Me dejé llevar y monté un espectáculo. Mi madre siempre decía que yo era más débil que tú en este aspecto. Pero… —Habló con cierta simpatía—. ¿No es mejor que estar encantado por Takar? Gracias a ti, las cosas se pudieron manejar hoy. Gracias, gracias.

—Y fallaste.

Recogiendo el espejo roto, Lisett dijo. 

—Habría ganado si no fuera por esto. 

Hizo girar el espejo en su mano.

—Si mamá hubiera confiado en mí y me hubiera dado esto de verdad… —Lisett abrazó el espejo y sonrió encantada—. Espera y verás, algún día también me convertiré en una persona que matará a mis hermanos.

—……

Como en una obra de teatro, Lisett se levantó la falda e hizo una reverencia.

—¿Entonces Madre me reconocerá? Que yo soy la mayor obra maestra, y no tú.

Viendo a Lisett alejarse, Fjord contuvo una sonrisa amarga. 

Ah, cierto.

Ahora sabía por qué se sentía tan disgustado. 

Es como si estuviera viendo a mi yo anterior.

Porque su yo del pasado, que pensaba que Barat lo era todo y admiraba al Duque de Barat que era como un dios, se solapaba con Lisett, haciéndole sentir extremadamente incómodo.

Dejemos de lado el odio hacia otros parientes por ahora. Primero, debo investigar.

Pensando así, Fjord recogió los fragmentos de espejo del suelo.

¿Podré encontrarme con Lily mañana?

Dadas las circunstancias, habría sido apropiado sugerir que no tienen que reunirse mañana o reunirse la próxima vez cuando sea conveniente.

Pero él no quería eso. 

Quería quedar con ella.

Quería pasar tiempo a solas con ella.

Surgió un deseo sorprendentemente egoísta, pero no pudo evitarlo. 

Se verán mañana. 

Sólo ese pensamiento le hacía feliz.

—Pero tal vez sea mejor cambiar un poco el plan.

Ya que no podría dormirse, decidió hacer planes para una salida diferente.

 

✦   　 .        *        ˚             ✦   　 .        *        ˚             ✦

 

Tan dejó escapar un profundo suspiro. 

El cansancio también se reflejaba en el rostro de Lat. 

John Weil parecía haber comido pan duro.

Se había vestido con cierta formalidad para entrar en palacio, pero no era tan espléndido como el atuendo de un noble. Aún así, debido a su peinado y aspecto, parecía lujoso.

—¿Debo llevar un lazo?

Ignorando su pregunta, Lydia habló. 

—¿No ha sido ésta la mayor crisis de tu vida?

Altheos se recostó cómodamente en su silla y se acarició la barbilla. 

—No fue la mayor crisis, pero es bastante peligrosa.

—No esperábamos que ‘Reina de Corazones’ pudiera afectar a los humanos.

—No sé por qué había aparecido de repente. Además, cuando intenté recogerlo más tarde, ni siquiera era visible. Sin duda se había roto.

Al oír sus palabras, Weil refunfuñó: 

—No, ¿entonces necesito llevar un lazo?

Altheos volvió la mirada hacia él.

La inteligencia del rey del inframundo.

La inteligencia de John Weil -obviamente era un alias, lo que lo hacía más cándido- merecía el riesgo.

Pero el problema comenzó a partir de ese momento. Uno de sus subordinados trajo un artefacto.

Un espejo en forma de corazón. En la parte superior, había una corona. Y el lado reflectante, que normalmente debería tener una placa de plata, era negro.

—Reina de Corazones, ¡absórbelo!

Junto con ese grito, un pilar azul de luz salió disparado.

Altheos sintió que su poder era absorbido. Sin embargo, este flujo no era tan poderoso.

El pilar de luz significaba que esa ‘Reina de Corazones’ estaba expulsando la fuerza que era incapaz de absorber.

Si continuaba absorbiendo así, el otro lado acabaría por romperse.

Sin embargo, ese no era el problema, sino el hecho de que todo su cuerpo se había agarrotado, y no podía moverse. 

No podía usar su fuerza, ni podía mover su cuerpo.

Fue sólo por un momento.

Por un momento, se preguntó si sería una trampa. Pero cuando miró la cara de John Weil, se dio cuenta de que no lo era. El asombro parpadeó en su rostro.

El enemigo había invertido la Reina de Corazones.

En el lado opuesto de la placa de plata, y cuando la energía absorbida se condensó y se disparó, Lydia, que él creía que se había ocultado correctamente, saltó hacia delante.

Se interpuso entre él y la luz.

Un cabello brillante, el esbelto contorno de su cuerpo, iluminado de azul a contraluz, le entraron por los ojos.

Al momento siguiente, abrazó su cuerpo que se desplomaba. Era sorprendentemente ligero. Un agujero del tamaño de la cabeza de un niño apareció en medio de sus costillas y su pecho.

El incidente se detuvo en un instante. 

—¡Su Majestad!

—¡Altheos!

Al oír voces llamando desde fuera, volvió en sí.

Ugh.

Altheos se mordió la lengua. Dejó que la sangre rezumante fluyera hacia la boca de Lydia. 

—¡Ahhh!

Cuando el subordinado fracasado saltó hacia ellos, el ágil shamshir de John destelló con luz blanca. En el momento en que el cuello golpeó el suelo, fue como una señal para continuar el ataque.

Era una lucha en la que era imposible saber quién era amigo y quién enemigo. Las espadas fueron blandidas en la dirección de Altheos unas cuantas veces, pero él las bloqueó con su brazo.

¡Bang!

—¡Altheos!

Un Tan manchado de sangre se abalanzó sobre él. Se dirigió hacia él, acribillando a todos los que estaban fuera. Se sorprendió al ver a Lydia, pero rápidamente corrió hacia Altheos y se puso frente a él.

Altheos apartó a Tan y le entregó a Lydia.

—He hecho todo lo que he podido. Aún respira, así que llama a Lily. 

Se lamió los labios ensangrentados y sonrió.

—Esto debería terminar ya.

En ese momento, John Weil sintió algo y gritó. 

—¡Al suelo!

Sus subordinados se tiraron al suelo por reflejo, y otros quedaron cegados por el ataque.

—¡Arde!

Fue una sola palabra. Se encendieron pálidas llamas y todo se convirtió en cenizas.

Incluso los aliados entraron en pánico al ver cómo sus enemigos quedaban reducidos a huesos y desaparecían sin siquiera gritar.

Como un perro cuyo juguete se hubiera esfumado de repente, no supieron qué hacer y dirigieron su mirada hacia Altheos.

John Weil organizó con calma aquella situación. Reconfortó a sus subordinados como si todo hubiera salido según lo previsto mientras ocultaba su conmoción.

Mira, incluso en esta situación, ¿no se le pone el cuello tieso mientras pregunta: 

—¿Vas a matarme?

Altheos tenía una opinión bastante buena de él. John Weil le miró en silencio y se encogió de hombros.

—He presentado lo que tenía que presentar y ya he hecho mi declaración.

No quería arrastrarse ante el Emperador, pero tampoco actuar tontamente.

Había hecho todo lo que podía como ‘John Weil’, y ahora dependía de la otra parte si era colgado, torturado o quemado vivo.

Después de todo, sus subordinados atacaron al Emperador, y no podía decir nada si era encarcelado acusado de traición.

Sobre todo, lo que hería su orgullo era el hecho de que las raíces de Barat existieran dentro del Gremio de Información.

John dirigió su mirada hacia Lydia. Era tan inquietantemente bella incluso en los barrios bajos, y hacía juego con el palacio sorprendentemente.

Y Lilica.

Contrariamente a sus preocupaciones, ella parecía feliz. 

Qué alivio.

Ante ese pensamiento, una sonrisa apareció en su rostro sin darse cuenta. Lydia puso la mano en el hombro de Altheos, dio un paso adelante y sonrió.

—¿Intercambiamos ahora alguna otra información?

—¿Tiene usted información que yo no sepa, Majestad la Emperatriz?

John añadió sarcásticamente su título, pero Lydia ni se inmutó. 

—Sí, se trata de que las raíces se extienden hasta el Gremio de Información.

John se estremeció, y Lydia sonrió. Había seguido sin hacerle caso, y aunque habría sido estupendo atormentarlo, pero…

Pero antes de volver…

Cuando vivía bajo la espinosa influencia de Barat, él le habló en un baile imperial.

( ¿Dónde está Lilica? )

Esa fue la pregunta. Lydia, poco familiarizada con la persona, preguntó desconcertada: 

( ¿Quién eres? )

Chasqueó la lengua y se llevó la mano a la cabeza, pero Lydia no se dio cuenta.

Después, aunque habían intercambiado duras palabras, él cuidaba y protegía a Lilica.

Como tal.

Le atormentaré un poco.

Lydia se tocó la mejilla y sonrió malvadamente, recordando los viejos tiempos.

 

✦   　 .        *        ˚             ✦   　 .        *        ˚             ✦

 

—¡Uvah!

Lilica corrió hacia Uvah, que había vuelto después de mucho tiempo. Uvah aún llevaba adornos de cuentas y un sombrero triangular parecido al de un capitán, que se quitó para saludarla, pero cuando Lilica corrió hacia él, sonrió y la levantó.

Lilica rió alegremente.

Después de darle una vuelta, Uvah volvió a dejarla en el suelo. 

—Siempre eres tan acogedora que me pones de los nervios.

—¿Has vuelto a ir al Mar de los Árboles? Me alivia que hayas vuelto sano y salvo. ¿No dijiste que ya no necesitabas hacer nada peligroso?

—Aún así, la aventura me llama.

Habló con tono teatral y parpadeó juguetonamente.

—Ya veo. Pero el Mar de los Árboles es muy peligroso, así que hay que tener cuidado.

La princesa, que se tomó en serio sus palabras y asintió preocupada, seguía igual que siempre, y Uvah sonrió satisfecha.

—Es raro que vengas a palacio. ¿Ha ocurrido algo?

—La Emperatriz me había convocado. Como hay un problema con la captura de monstruos del Mar de los Árboles…

—¿Capturar monstruos?

Ella ladeó la cabeza, lo que provocó que Uvah añadiera: ‘Y varias cosas más’, y se metiera la mano en los bolsillos.

—Más que eso, quería darle esto a la princesa. 

Sacó un frasco que contenía semillas redondas.

—¿Por qué no intentas plantarlas?

—¿Qué clase de semillas son éstas?

—Puedes dejarlas para que experimenten la alegría del crecimiento. 

—¿Llegarán a ser muy grandes?

—No, cuando crezca del todo, tendrá la altura de la princesa. 

—Entonces es bastante grande.

Ante el comentario de Lilica, Uvah asintió con un ¡Ah!

—Sí. Es grande.

—Entonces, debería plantarlos en el jardín. Gracias, Uvah. 

—De nada. Ahora me voy.

—¿Tan pronto?

—Te contaré mis aventuras la próxima vez. ¿O debería escuchar tus aventuras primero? ¿Magical Girl Lilica?

—¡Ah!

Lilica se levantó de un salto. Sus mejillas se sonrojaron. 

—¿Uvah también lo sabe?

—Sí, es mi orgullo.

Uvah sonrió y se puso el sombrero. Después de despedirse de él, Lilica miró la gran semilla dentro de la botella de cristal.

Estaba deseando ver qué crecería de ella. Pero lo más importante es hoy.

Lilica apretó el puño.

El día en que asistiré al festival con Fjord.

Todo el mundo probablemente se preocuparía y se opondría, pero ella todavía quería verlo.

Brynn y Lauv dijeron que nos seguirían en secreto hoy.

Ella sabía que insistir en esto no era correcto o útil o bueno, pero … 

Pero todavía quiero verlo.

Una princesa perfecta no haría tal cosa.

Lilica agarró con fuerza la botella de cristal y miró a Brynn. 

—Brynn, hoy he quedado con Fjord, ya sabes.

—Sí.

Brynn respondió con su habitual expresión amable. Lilica dudó sobre qué decir.

—¿Está bien…?

Era una voz pequeña, pero Brynn entendió. Ella también entendió el significado detrás de sus palabras, así que después de cubrirse la boca con la mano y contemplar por un momento, habló.

—Su Alteza Athil se escapó de casa por primera vez cuando tenía ocho años.

—¿Qué?

—Recuerdo que Brann lo buscaba por todas partes mientras estaba sumido en sus pensamientos. Desde entonces, se ha escapado varias veces sin previo aviso, causando muchos problemas a Brann. Normalmente come medicina digestiva. ¿Notaste que parecía estar familiarizado cuando salió del palacio con Su Alteza?

—Sí, lo hizo.

—¿Verdad? Y el padre de Su Alteza -en otras palabras, el antiguo Emperador- desapareció una vez durante un mes. Oh, pero eso fue después de la coronación.

Lilica se quedó boquiabierta. Brynn sonrió.

—Esto se considera una historia ligera para la familia Sol. Ser jodido por la familia Takar, no, perdón. Toda la noche no bastaría para que la familia Sol terminara de hablar de los incidentes que más dolor de cabeza provocan.

Brynn giró la cabeza y miró a Lauv. 

—¿La familia Wolf no tiene también historias así?

Lauv miró a Lilica. Lilica lo miró con ojos brillantes como preguntando: 

¿En serio? ¿Es cierto?

—Hay varias. Son historias viejas, pero hay una sobre toda la familia imperial huyendo en diferentes direcciones a la vez, y todo el clan de la familia Wolf siendo desplegado para rastrearlos a través del olor como perros de caza…

—¿Todos los miembros de la familia imperial?

—Sí. Los príncipes y princesas, todos planearon juntos…

Tal vez porque era una historia vergonzosa para el clan, Lauv se detuvo. Sin embargo, con el orgullo de un lobo, la historia de ser utilizados como perros de caza para rastrearlos a través del olfato era vergonzosa.

Aún así, cuando vio los ojos brillantes de su ama, sólo pudo contar la historia. 

—¿Entonces? ¿Los atraparon a todos?

Cuando Lilica preguntó, Lauv tarareó y continuó.

—Hubo varias personas que pusieron varias trampas que hicieron inviable su rastreo por el olor mientras escapaban. Oí que los encontraron después de una persecución de una semana.

Brynn asintió.

—Entonces, esto no es gran cosa. Soy una Sol bastante afortunada.

Lilica no pudo evitar reír ante las palabras de Brynn. Su corazón se sintió más ligero.

—Hay historias de imprudentes que usan su poder y terminan rompiendo el palacio o dividiendo el Palacio del Sol y el Palacio del Cielo. Si rompes un palacio, puedes mudarte a otro. Ese tipo de cosas.

Parecía no haber fin cuando se hablaba de las atrocidades de Takar. Sin embargo, ¿qué tan encantador era su maestra, para preguntar si esto estaba bien?

—Quizás este nivel de atrocidad era considerado encantador a los ojos de Takar.

—Ya veo…

Ella pensó que debería esforzarse por ser una princesa perfecta, pero de alguna manera, ser una princesa perfecta a los ojos de Takar era un poco diferente.

¿Tenía una idea equivocada?

Mientras reflexionaba sobre esto, un mensajero se acercó con pasos apresurados. 

—Princesa, el Joven Duque Barat ha llegado.

—¿Fjord? ¿Ahora?

Sorprendida, preguntó y el mensajero respondió cortésmente: 

—Sí.