⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Las noches de invierno eran largas, y la mañana empezaba tarde.
—Es hora de despertar, Su Alteza —Dijo Brynn mientras abría las cortinas.
Recibida por la pálida luz del sol invernal, Lilica se revolvió y se levantó lentamente de la cama.
—Mmm…
—Hoy vas a la oficina.
—¡Oh!
A Lilica le levantó el ánimo el recordatorio. Rápidamente se levantó de la cama y empezó a prepararse.
Aunque no con tanta frecuencia como antes, Lilica seguía encontrando alegría en ir a la oficina y trabajar diligentemente.
Cuando terminó de desayunar y entró en el despacho, vio a Su Majestad y a Lat trabajando como de costumbre.
¿A qué hora se habían levantado?
—Hola pequeña, ¿estás aquí?
Tuk, Athil golpeó la cabeza de Lilica con unos documentos.
—¿Athil también está aquí hoy?
—Sí.
Athil sonrió. Luego, tras lanzar una mirada comprensiva a Lat, que iba abrigado con ropa gruesa, Athil presentó unos documentos.
Lat echó un vistazo a los documentos y murmuró.
—No tengo ni idea de lo que pasará después.
—Bueno, no es nada malo, ¿no?
—¿Qué pasa?
Lilica ladeó la cabeza y Athil respondió en nombre de Lat.
—La Emperatriz está organizando tareas de socorro en los barrios bajos para la ola de frío de este invierno. Yo estoy al mando. Junto con John Weil.
—Ah.
—No digas ni una palabra sobre acompañarme.
—No lo haré —Lilica dejó escapar un profundo suspiro—. Haya me pone demasiados deberes…
Athil soltó una risita.
—Si se vuelve demasiado frustrante, avísame. Le echaré un bacalao en la cama.
—¿Un pez?
—Sí.
¿Por qué demonios?
Athil chasqueó la lengua al ver la expresión de la cara de su hermana.
—Necesitas que te instruyan en el arte de intimidar a tus tutores. No lo conseguirás.
Lat rió secamente.
—Ya está bien. Sólo de pensar en el tutor al que Su Alteza echó todavía se me saltan las lágrimas.
—Ayy, no eran más que un puñado de bastardos sin carácter.
Después de hablar tan bruscamente, Athil calibró discretamente la reacción de Altheos.
—¿Qué pasa? —Preguntó Altheos con la barbilla apoyada en la palma de la mano.
—Por eso…
Athil se inclinó hacia Altheos y le susurró algo. Lilica los observaba con una satisfecha.
Ahora, Athil se había acercado bastante a padre.
Cuando Athil terminó de hablar, Altheos chasqueó la lengua.
—Entiendo tu punto de vista, pero no conviertas a todos los nobles en enemigos.
—Sí, y pienso buscar la cooperación de Lilica y Su Majestad también.
—No es mala idea.
Asintiendo, Altheos le hizo un gesto para que se marchara. Las orejas de Lilica se agudizaron al oír mencionar su nombre.
—¿Por qué? ¿Mi ayuda?
—Sí, luego te enseñaré a algunas personas, así que ¿puedes decírmelo basándote en tus instintos?
—Ah, vale.
Lilica asintió con seriedad. Después de que Athil se riera y despeinara a Lilica, salió del despacho.
Lilica se alisó el pelo y se acercó a Altheos con pasos apresurados.
—¿Necesitas algo? Sólo una comprobación —Los papeles estaban bien apilados y el tintero lleno—. ¿Necesitas algo?
—Sí.
—¿Qué es?
A Lilica le brillaron los ojos y Altheos soltó una risita.
—¿Por qué no vas a por algo de picar?—.
—Ahora vuelvo —contestó Lilica y salió del despacho con pasos ligeros—. Vaya, qué frío.
En cuanto entró en el pasillo, el aire parecía fresco. Lilica sintió pena por Lauv.
—Estaría bien que tú también pudieras entrar, Lauv.
—Estoy bien.
Lilica respondió con un ‘Aun así’ a las palabras de Lauv y empezó a caminar con mirada melancólica.
—Es un recado para la merienda.
—Hoy otra vez, ¿eh?
—Sí, hoy otra vez.
Lilica se dirigió a la cocina con una sonrisa. En el momento en que los bocadillos estuvieran hechos y bellamente dispuestos, se enfriarían por completo para cuando el sirviente los trajera con este tiempo.
Sin embargo, los bocadillos que preparó la princesa se emplataron toscamente y se trajeron con pasos apresurados, por lo que aún estarían calientes.
Como era una orden de Su Majestad a la princesa, incluso la cocina no tuvo más remedio que cumplirla.
Sin más, Lilica regresó al despacho con una cesta de aperitivos, trotando como una cabrita.
La sopa de tocino y col con pan era el tentempié del día en la oficina. Era más una simple comida que un tentempié.
Era habitual hacer dos comidas, desayuno y cena, durante el invierno, así que abundaban los tentempiés para aguantar hasta entonces.
En cuanto a la ración de Lilica, se sirvió pan frito espolvoreado de azúcar con té.
—Esta sopa caliente está muy buena.
Lat alabó:
—Es gracias a la princesa que podemos disfrutar de una sopa tan caliente.
Lilica negó con la cabeza. El crujiente pan frito estaba sorprendentemente delicioso.
Después de saludar a la gente que entraba y salía mientras comía su bocadillo, volvió a su habitación tras recibir una palmada en la cabeza de su padre.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
Crack.
—~!!
Ahora, Lilica ya no gritaba, pero se estremeció y se desplomó pesadamente. Un peridoto destrozado yacía sobre el escritorio.
—Qué desperdicio…
Más que el fracaso del hechizo, el hecho de que se hicieran añicos gemas caras era más perjudicial para su salud mental.
Suspirando, Lilica cogió la siguiente gema con manos temblorosas.
Retiró los fragmentos del peridoto y colocó uno nuevo sobre el papel con un círculo mágico dibujado.
Esta vez, seguro.
Lilica se concentró con el colgante en la mano. El círculo mágico empezó a brillar débilmente. Poco a poco se hizo más brillante, hasta que surgió un círculo mágico resplandeciente.
Se encogió, se fundió en la gema y giró en su interior antes de que la luz se desvaneciera.
—¡Ya está! —vitoreó triunfante Lilica. Era la primera vez que se esforzaba al máximo para crear un círculo mágico tan complejo.
Se irá sumando uno a uno así.
No pudo evitar sentirse asombrada ante su primera obra exitosa. Riendo, apretó el puño.
—¡Mientras este impulso continúe!
Sin embargo, después de dos piedras preciosas destrozadas en sucesión, la última tuvo éxito.
Se sintió un poco desmoralizada pero, se alegró de tener un éxito más.
Lilica colocó con cuidado las gemas conseguidas en un joyero aparte. Encontró a Diare sentada allí cuando salió del estudio.
—¿Diaré? ¿Cuándo has llegado?
—Hace un rato.
—Deberías haber dicho que habías llegado.
—Parecía que te estabas concentrando mucho por dentro… Así que no quise molestarte.
—¿Qué te trae por aquí?
Diare sonrió con picardía ante la pregunta de Lilica.
—¡He traído un trineo!
—¿Oh?
—Dijiste que nunca habías montado en trineo, ¿verdad? Así que he traído dos trineos. Bajemos juntos la colina de atrás.
—¿En serio?
—Sí, de verdad.
La cara de Lilica se iluminó ante las palabras de Diare. Con la ayuda de Brynn, se abrigaron rápidamente y salieron con Diare.
El trineo que trajo Diare estaba hecho a mano, con madera bien pulida y elegantemente curvada en una forma aerodinámica. Sus lados estaban pintados en colores llamativos.
—Es impresionante. ¿De verdad hiciste esto?
—Sí, bueno. Mis otros hermanos ayudaron un poco también.
—Gracias, Diare.
Charlaron alegremente mientras subían la colina. A mitad de camino, Diare también ayudó a llevar el trineo de Lilica.
En los barrios bajos, cuando nevaba, lo máximo que hacían era una pelea de bolas de nieve. Como tal, Lilica nunca había oído ni visto un trineo que no fuera tirado por caballos, sino montado cuesta abajo.
Así que se sentó en el trineo y como le había enseñado Diare y se inclinó hacia aquí y hacia allá-
—-!!
¡Waaaah-!
Un grito largo y tendido resonó mientras caían por la colina y se enterraban en la nieve.
—¡Princesa!
Lauv, que se acercó corriendo, la sacó rápidamente de la nieve. Los ojos de Lilica se abrieron de par en par y gritó.
—¡Qué divertido!
Después, se repitió el ciclo de subir, bajar, subir y bajar.
Al final, las rodillas de Lilica se tambaleaban tanto que ya no podía subir la colina.
A mitad de camino, Lauv cogió el trineo y a Lilica y los llevó a la cima. Pero Lilica negó con la cabeza.
—No me parece bien usar la fuerza de Sir Lauv para jugar.
Finalmente, el trineo llegó a su fin cuando ella fue incapaz de dar un paso más.
Completamente agotada, Lilica jadeaba pesadamente en la nieve, pero por el contrario, Diare parecía relajada.
Preguntó con cara de preocupación.
—Princesa, ¿estás bien? ¿Has hecho un esfuerzo excesivo?
—D, Diare, ¿cómo estás, tú…?
—Eyy, corro docenas de vueltas incluso en un día como este. Esto ni siquiera se considera un calentamiento.
—Asombroso.
—No es nada especial para la Familia Wolf.
—Mm, pero lo es para mí, Diare. Eres increíble.
Diare se sonrojó ante las palabras de Lilica. Fufu, se rió entre dientes:
—Tú también, princesa.
—Vamos, entremos antes de que tengas demasiado frío y cenemos.
Las palabras de Brynn hicieron que Lilica asintiera. Sin embargo, era incapaz de levantarse del todo, y al final le tendió la mano a Lauv.
Lauv sonrió y la levantó, llevándola adentro.
Ver cómo la sonrisa de Lauv se volvía cada vez más natural enorgullecía a Lilica. Se asearon y devoraron juntos una copiosa cena.
Comieron varias raciones de pastel de pollo caliente y pan con mantequilla derretida. También disfrutaron juntos de alubias cocidas calientes.
El puré de patatas y la ensalada de huevo también estaban deliciosos.
Después de comer hasta quedar satisfechos, Diare sonrió y dijo:
—Gracias por la estupenda comida.
Antes de marcharse.
Cansada, Lilica se estiró y se quedó dormida allí mismo. El invierno transcurrió de forma frenética.
Cuando hacía una visita rápida a su madre, siempre podía sentarse en el lugar más cálido. Su madre parecía estar bastante ocupada estos días.
Sin embargo, la hora del té siempre era agradable. Lydia observó cómo Lilica masticaba galletas con una sonrisa satisfecha y preguntó.
—Lily, ¿de verdad estás bien?
—¿Hmm?
—Sobre Su Majestad. ¿No le llamas ‘Padre’? Y el contrato también. ¿No es difícil?
—Estoy realmente bien.
Ya era la enésima vez que a Lilica le hacían esa pregunta.
Si no estuvieran hablando cara a cara, ella habría querido decir:
Es duro. Quiero dejarlo.
Pero cuando hablaban cara a cara, Lilica sabía que su madre sólo estaba preocupada.
—Al principio era un poco incómodo, pero como es trabajo… ¡No es que me disguste! No es que me obliguen a hacerlo, ehm… —Lilica preguntó a Lydia—. ¿A Madre no le gusta que llame a Su Majestad ‘Padre’?
—¿Eh?
A Lydia le pilló por sorpresa el ataque de Lilica(?).
—Bueno, uhm. Realmente no he pensado en ello… Porque es trabajo…
—¿Verdad? Yo pienso lo mismo.
Lilica sonrió mientras hablaba. Lydia la miraba fijamente. Una voz continuó.
—Aunque sea por trabajo, si sigues llamándole así, podría acumularse en tu mente… Me preocupa que Lilica se entristezca más adelante…
—Claro que estaría triste, pero con el paso del tiempo…
Lilica se puso una mano en el pecho. Últimamente no ha habido más que momentos alegres.
Puede que haya momentos de miedo y algunos tristes, pero la continua acumulación de pequeñas alegrías como copos de nieve los cubría todos.
—Estos recuerdos serán sin duda algo que podré recordar con una sonrisa. Así que en vez de preocuparme por estar triste más tarde, creo que es mejor ser feliz ahora —Parpadeó y se rascó tímidamente la mejilla—. Aunque puede que sea demasiado simplista.
—Mi Lily.
Su madre la abrazó con fuerza.
Había un aroma a flores.
Aunque Su Majestad, Athil e incluso Fjord la llamaban ‘Lily’ a menudo, el ‘Lily’ que llamaba su madre era completamente diferente.
No importaba cuántas veces lo oyera, se convertía en centelleantes copos de nieve que se acumulaban en su corazón.
—Sinceramente, ¿cómo viviría mamá sin Lilica? Mi Lilica es tan inteligente.
Era vergonzoso, pero no se le ocurrió negarlo.
Era bastante embarazoso, pero ahora podía aceptar los cumplidos directamente. Lilica dijo.
—Madre, tampoco tienes que presionarte demasiado. Uhm, si se pone difícil, puedes romper el contrato… Puede que cueste mucho en penalizaciones, pero. Aun así, no faltarán sitios donde vivir. No te agobies demasiado —susurró Lilica—. Soy maga, así que pase lo que pase, puedo encontrar la manera de ganarme la vida.
Fufu, Lydia soltó una risita mientras rumiaba las palabras de Lilica.
—No quiero obligar a Lily a hacer eso. Proteger a Lily, protegernos a nosotros, es el trabajo de mamá. El simple hecho de tener a Lily a mi lado así ya es suficiente ayuda. Gracias, Lilica.
Besó suavemente la mejilla de Lilica, haciendo que su cara se calentara.
No hay nadie en el mundo más hermosa que mi mamá.
Su corazón se hinchó de orgullo.
Lydia consoló a Lilica, perdida en sus pensamientos.
Si sigue llamándole así, se le acumulará en el corazón.
¿Se lo decía a Lilica? No, era claramente un mensaje para sí misma.
Tal vez la razón por la que seguía preguntándole a Lilica si estaba bien era porque su propio corazón estaba vacilando.
Ver a Altheos y Lilica sentados uno al lado del otro, charlando y riendo como un padre y su hija, la hacía feliz y a la vez la inquietaba extrañamente.
En invierno, las reuniones con Athil, Lilica e incluso Altheos eran frecuentes.
Tengo ganas de huir.
De llevar a Lilica con ella, o de dejarla atrás.
Había momentos en los que sentía una inquietud y un impulso inexplicables. Algo se agitaba en su interior.
Cada vez que eso ocurría, intentaba redirigir sus pensamientos hacia otro lugar.
No hay por qué tener miedo. Cuando el contrato termine, esta relación terminará.
Tú lo sabes, y Lilica también lo sabe.
Hasta entonces, no hay necesidad de preocuparse. No hay necesidad de preocuparse por ser abandonada o traicionada por él.
Está bien, Lydia.
Cuando reprimía ese impulso con esa mentalidad y levantaba la mirada, siempre se encontraba con los ojos de Altheos.
Una mirada penetrante, casi como si él pudiera ver a través de todo.
El contacto visual era tan breve que los niños no parecían encontrarlo extraño, pero Lydia sentía como si él estuviera espiando en su mente.
No huyas.
Es como si me estuviera advirtiendo…
—Lilica.
Lilica, que estaba abrazada a ella, levantó la cabeza. Una sonrisa surgió de forma natural. Al mismo tiempo, se le escapó un suspiro.
—¿Qué es el amor?
Comments for chapter "93"
MANGA DISCUSSION