⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
No había pasado mucho tiempo desde que dejaron el jardín privado cuando Altheos salió a recibirlos. Se acercó rápidamente y tomó el rostro de su hija, inspeccionándolo de un lado a otro.
—E-estoy bien —dijo ella.
—¿Cómo puedo creer que estás bien?
Lilica hizo una expresión de disgusto, pero Altheos, tras una breve pausa, la soltó diciendo:
—Estás bien.
Ah.
—Me preocupé —añadió.
—Ahora estoy bien —respondió ella.
Altheos entonces dirigió su mirada hacia Fjord.
—Has hecho un buen trabajo.
Fjord bajó levemente la mirada y respondió:
—No, solo hice lo que debía hacer.
—Creo que sería mejor que regresaras ahora —dijo Altheos, dejando clara su intención de que Fjord se retirara.
Fjord se inclinó ligeramente en señal de respeto y se marchó. También tenía mucho trabajo pendiente.
Lilica lo despidió con la mirada y luego le preguntó a Altheos:
—Fjord dijo que me quedé dormida por culpa del té, ¿es cierto?
—Sí —respondió él.
—¿Eso es posible?
—Existe una planta con esos efectos, pero no sabía que creciera en este continente —Altheos volvió a preguntar a su hija—: ¿No sientes nada raro en tu cuerpo?
—No —respondió ella.
—¿Y tu magia?
Lilica sacó un colgante de su pecho y se lo mostró.
—Mi magia está separada por el momento, aquí.
—Es mejor que no uses magia hasta que los efectos del té desaparezcan.
—Sí —asintió obedientemente.
No quería quedarse dormida mientras usaba magia.
—Bueno —dijo Altheos mientras sostenía a su hija y se teletransportaba de regreso al palacio.
Al llegar, Lydia salió corriendo a recibirlos.
—¡Lilica!
Su madre la abrazó con fuerza, acariciando su mejilla varias veces mientras la miraba de cerca.
—¿Estás bien? ¿No te duele nada? —preguntó preocupada.
—Sí, estoy bien —contestó Lilica.
—¿Cómo puedo creer eso cuando me lo dices? —replicó Lydia.
Qué curioso, papá dijo exactamente lo mismo, pensó Lilica, disfrutando del toque de su madre como si fuera una niña pequeña.
—¿De verdad estás bien? —insistió Lydia.
—Sí, realmente estoy bien —respondió Lilica.
—Aun así, llamaré a un médico.
Después de un bullicioso examen médico, el diagnóstico fue que, aparte del hambre intensa por haber estado dormida durante tanto tiempo, su estado de salud era excelente. Se enviaron instrucciones rápidas a la cocina para preparar una sopa ligera.
Mientras esperaba la comida, Athil le pellizcó la mejilla.
—¿Sabes cuánto me preocupé?
—No podía evitarlo —replicó ella.
—Ah, de verdad… —suspiró Athil suavemente.
Lilica lo miró de reojo y le preguntó:
—Por cierto, viendo que estás aquí, ¿eso significa que el asunto del desastre de la inundación ya está resuelto?
—Sí, dormiste profundamente durante una semana entera.
—¿Una semana? —exclamó Lilica sorprendida.
—Sí —confirmó Athil.
—Con razón, tengo muchísima hambre.
—Qué alivio que tengas hambre —dijo Athil, pues tener apetito era señal de buena salud.
Poco después, Brynn llegó con una sopa muy ligera. Lilica empezó a tomarla despacio. Al sentir la sopa en su boca, su hambre se intensificó. Aunque era una sopa ligera, ¿por qué sabía tan deliciosa?
—Come despacio, no vayas a empacharte —le advirtió Athil.
Lilica, haciendo un esfuerzo por contenerse, comenzó a comer la sopa más despacio.
—Entonces, ¿qué pasó? —preguntó ella.
—¿Sobre qué?
—Sobre la inundación. La última vez que Fjord me explicó, dijo que había involucrado a aquel lado.
—Ah —dijo Athil, frunciendo el ceño mientras le explicaba la situación.
Lilica abrió la boca ligeramente.
—¿Eso no fue peligroso? ¡Podrían haberlos acusado de traición!
—Sí, era posible —admitió Athil.
—Dios mío… pero se resolvió bien, ¿verdad?
—Sí, las sospechas se aclararon, pero los rumores se difundirán. Ya no es posible mantener una relación cercana con esa facción para obtener información.
—Entiendo —respondió Lilica, un tanto aliviada de que ya no existiera el riesgo de un peligroso doble agente.
Terminó su sopa completamente.
Aún tengo hambre…, pensó. Pero sabía que si comía una comida completa, podría sentir malestar. Brynn, que parecía haberse dado cuenta, le preguntó:
—¿Quieres otro plato?
—Sí —respondió.
Si era sopa ligera, podía tomar otro plato sin problemas.
Brynn recogió el plato vacío y trajo una nueva porción de sopa. Mientras tomaba la segunda sopa, Athil comentó:
—Nunca pensé que Diare Wolf ayudaría a Fjord.
Athil miró a su hermana de manera penetrante, y Lilica sonrió levemente.
—Ambos son mis amigos, después de todo.
Sin responder directamente, ella desvió hábilmente la conversación. Athil sonrió y dijo:
—Claro, claro. Los amigos se ayudan entre sí, ¿no? Es algo maravilloso.
—Por supuesto, por supuesto —respondió Lilica mientras terminaba su segundo plato un poco más rápido.
Ahora su estómago se sentía mucho mejor.
Con su estómago satisfecho, su estado de ánimo también se relajó. Era importante estar bien alimentada, pensó, y le preguntó a Athil:
—Entonces, ¿aún están aquí las personas de otros países?
—Sí, pero pronto se irán. Han sufrido demasiadas bajas en sus caballeros como para continuar el torneo.
—Qué lástima. Diare estaba decidido a ganar.
—Si Jazz sigue en la competencia, no estoy tan seguro de quién ganará.
—¡Mi Diare va a ganar!—, replicó Lilica, segura.
—¿Tú crees?
Ambos hermanos se miraron y sonrieron. Al fin y al cabo, era natural que cada uno pensara que su compañero era el mejor.
Lilica carraspeó y dijo:
—De todas formas, ya falta poco. Después de la despedida final, definitivamente voy a descansar.
—Estoy de acuerdo. Completamente de acuerdo —respondió Athil.
Aunque no había días libres para la realeza, ambos sabían que un descanso era absolutamente necesario. Muy necesario.
❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖
Finalmente, todos los compromisos habían terminado. Se firmó un tratado de amistad con Rohan y Eldonreed favorable para el Imperio de Dragonia.
—No conviene presionar demasiado —comentó Lydia, a lo que Altheos asintió.
Un pequeño margen de superioridad. Eso era suficiente en términos diplomáticos. No había necesidad de presionar más y arriesgarse a una guerra con ellos.
Las guerras de conquista requerían gastar innumerables vidas y recursos, y las tierras ocupadas podrían necesitar una constante vigilancia para evitar conflictos interminables.
—Es mejor asegurar una ventaja amistosa y, culturalmente, hacer que sigan nuestras tendencias —dijo Lydia con una sonrisa.
Ahora, todo lo que fuera tendencia en el Imperio de Dragonia seguramente sería imitado en Eldonreed y Rohan. Lo mismo aplicaría para Ilain, más allá del desierto.
Incluso con el país distante de Goguguk, mantenían una relación amistosa.
Es fácil y conveniente mantener relaciones amistosas con países lejanos. Los objetos exóticos del reino de Koguk también cautivaron los corazones de los nobles de Dragonia. Ambos países prometieron un intercambio activo y se despidieron.
Lilica estaba en su jardín personal, algo que no había hecho en mucho tiempo. Era hora de una lección con Altheos. ¿Cuánto tiempo había pasado desde su última clase? Estaba nerviosa, pero también emocionada, apoyando los codos en la mesa de piedra y balanceando los pies como una niña. El cielo estaba nublado y la humedad era alta, lo que indicaba que pronto llovería. Desde la mesa de piedra se percibía el olor del musgo. El aire denso y frío, junto con el cielo gris, le resultaba agradable.
En ese momento, alguien se acercó por detrás y le dio un beso en la cabeza.
—Hola, Lily.
Lilica se levantó y miró a su padre, ya acostumbrada a ese tipo de muestras de afecto.
—Hola.
Desde que su madre le daba abrazos y besos con tanta naturalidad, su padre también había adoptado ese hábito. Altheos dejó el libro que llevaba sobre la mesa de piedra. Estaba escrito en lengua antigua, pero Lilica pudo leer la portada sin problemas: ‘Diario’.
—¿Un diario? —preguntó ella.
—Lo encontré en el Reino de Rohan.
—¡¿En serio?!
Sorprendida, Lilica miró el libro y luego a su padre. Se alternaba entre mirar el libro y a Altheos hasta que desató con cuidado la correa de cuero que lo mantenía cerrado. Era un libro antiguo, por lo que debía manejarlo con delicadeza. Las letras, escritas con una elegante caligrafía, eran un poco difíciles de leer, pero sus estudios de magia le permitieron descifrarlo, aunque lentamente.
⌜No pasó mucho tiempo desde que llegamos al continente antes de encontrarnos con la gente de este lugar. Dijeron que estaban buscando el sitio donde cayó una estrella.⌟
—¡¿Una estrella?! —exclamó Lilica, levantando la cabeza de golpe.
Altheos continuó:
—Te dije que podrían haber otras personas que escaparon, además de nosotros, ¿no?
Lilica, apresuradamente, siguió leyendo. Los que escaparon de la isla de los magos no eran muchos. Mientras que Takar había escapado con una gran cantidad de personas en un barco volador, este grupo era mucho más pequeño, como si hubieran escapado en un bote pequeño. El autor del diario mencionaba que había aproximadamente cuatro personas. Según el diario, no pudieron entrar en el lugar donde cayó la estrella, y sabían que había otros magos más poderosos en el continente.
Lilica siguió leyendo a toda prisa. Resumiendo lo que había leído hasta la mitad del libro, decía que usar demasiada magia para escapar les había dejado incapaces de utilizarla. No había más remedio que abandonar la magia para escapar de la isla. Sin embargo, les preocupaba que otro mago pudiera atacar a los nativos ingenuos del continente. Así que decidieron dejar una planta para cualquier situación de emergencia.
—Esto es lo que bebí, ¿verdad? —dijo Lilica.
—Así es. Sabían que debían renunciar a la magia, pero pensaron que sería prudente conservarlo, por si acaso.
Era una herramienta efectiva para detener a los magos.
—Es curioso cómo llamaron a la caída de un mago ‘la caída de una estrella’. Es muy poético —comentó Lilica.
—Bueno, para escapar de la isla de los magos, tuvieron que ascender más allá de la atmósfera…
—¿La atmósfera? —Lilica frunció el ceño, lo que hizo que Altheos riera.
—Este mundo es limitado, y al subir más allá del aire… bueno, podría parecer eso —explicó.
Lilica inclinó la cabeza confundida y luego cerró el libro.
—Tengo otra pregunta —dijo.
—Dime —respondió Altheos.
—Recientemente tuve un sueño…
Lilica miró a su padre, cuyos ojos azules y transparentes como el cristal la miraban con seriedad. Ante esa mirada, Lilica enderezó su espalda.
—En el sueño me vi a mí misma. Era yo, pero no era yo, aunque seguía siendo yo —Se sentía confusa al explicar el sueño, pero Altheos asintió en comprensión. Animada por su reacción, Lilica continuó—. Me preguntaron si era feliz, y cuando dije que sí, respondió: ‘Entonces, nosotras hicimos la elección correcta’. Y seguí llorando en el sueño, de felicidad y tristeza al mismo tiempo…
Lilica hizo una pausa.
—Era algo similar a Erhi, pero no era él. Era yo, pero…
—Sí, eras tú —dijo Altheos con firmeza.
—¿Yo? —preguntó Lilica sorprendida.
—Sí, tu magia. Aunque Erhi es de donde proviene originalmente, no es solo él. También llevas la sangre de tus ancestros.
—Eso es cierto.
—Erhi es el más fuerte, por eso se manifiesta, y tú eres la última maga —dijo Altheos suavemente, apartando el cabello de Lilica hacia atrás—. Cuando Erhi desapareció, lo que quedó fue tu verdadera esencia emergiendo.
Altheos omitió mencionar que ella había retrocedido en el tiempo.
Lilica murmuró para sí misma y sonrió:
—Qué alivio.
—¿Qué es lo que te alivia? —preguntó Altheos.
—Todo. Se siente como si todo estuviera volviendo a su lugar.
—Me alegra escuchar eso —respondió Altheos, poniéndose de pie.
Lilica tomó el diario.
—¿No se lo va a llevar? —preguntó.
—Léelo con calma y cuéntame lo que encuentres —dijo él.
—¿Y cómo encontró este diario en Rohan? —preguntó ella curiosa.
Altheos sonrió.
—¿Acaso pensaste que ellos eran los únicos que podían usar espías?
Cuando Lilica entendió, su padre le revolvió el cabello antes de irse. Ella se acomodó el cabello y abrazó el diario mientras se dirigía al jardín. De vez en cuando miraba al cielo y aceleraba el paso. Justo cuando llegó a la cabaña, unas gotas de lluvia comenzaron a caer.
Entró apresuradamente y dijo:
—Está lloviendo afuera.
Fjord, que la estaba esperando dentro, cerró su libro y sonrió.
—Entonces, ¿nos movemos al porche?
Lilica parpadeó y sonrió de vuelta.
—Claro.
❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖
El jardín se llenó de gruesas gotas de lluvia que caían con fuerza. No era una lluvia torrencial, sino grandes gotas que caían con peso.
Las hojas de frambuesa se sacudían, dejando caer gotas de agua.
Pronto el suelo se humedeció y un aroma terroso y amargo ascendió.
El columpio colgado del árbol frente al porche se balanceaba hacia adelante y hacia atrás.
Aunque estaba empapado por la humedad, una brisa fresca sopló.
Ambos miraron el jardín en silencio por un momento.
Fjord fue el primero en hablar.
—No veo a esos dos por ningún lado.
Brynn y Lauv, que siempre estaban pegados a Lilica, no se veían por ninguna parte.
Lilica respondió suavemente:
—A veces quiero estar sola contigo, Fjord. Hoy aproveché que tenían una reunión con mi padre.
Probablemente ambos todavía creían que estaba con su padre.
Fjord la miró sorprendido.
Lilica lo observó de reojo y añadió:
—Pero desde entonces no hemos podido estar a solas, siempre estás tan ocupado. Y ahora que por fin nos vemos después de tanto tiempo…
Ante su murmullo, Fjord dejó escapar un pequeño suspiro.
Lilica preguntó en voz baja:
—¿Te molesta?
Fjord negó con la cabeza.
—No, no es eso… simplemente…
Esbozó una sonrisa amarga.
—Si hubiera hecho lo correcto desde el principio, ya estaríamos casados y juntos.
Lilica ladeó la cabeza.
—¿Hacer lo correcto?
Fjord suspiró antes de responder lentamente.
—¿Recuerdas lo que te dije la última vez?
—¿Eh?
Al ver su confusión, Fjord sonrió de nuevo, más amargamente.
—Te dije que quería casarme contigo.
—¿Eh? ¡Ah! ¡Ah!
Lilica saltó en el acto, su rostro se sonrojó por completo.
De repente, su mente comenzó a funcionar a toda velocidad.
Él quería ganarse un lugar y declararse formalmente a ella, pero las cosas no salieron como esperaba.
Lilica dijo:
—¿Entonces, porque no salió bien, no podemos casarnos?
—No, no es que no podamos-
Antes de que pudiera terminar la frase, Lilica se levantó de repente.
—¡Yo te quiero más que a nada en este mundo, Fjord!
Su voz era tan alta que Fjord se sintió abrumado por la alegría. No sabía que era posible estar tan feliz que terminara confundido.
—No, te amo. No me casaré con nadie más que contigo.
A pesar de lo directa y simple que fue su confesión, fue aún más conmovedora.
—¿Y tú, Fjord?
—Sin ti, estaría roto en mil pedazos.
Lilica corrió hacia él, tomándole la mano y levantándolo mientras decía:
—Fjord, en esos momentos, solo deberías decir: ‘Quiero vivir contigo’. Ahora vámonos.
—¿Irnos? ¿Adónde?
—Sí. Ahora mismo.
Lilica tiró de su mano, caminando decidida bajo la lluvia.
Fjord, desconcertado, le respondió rápidamente:
—Espera, Lilica, no podemos salir bajo la lluvia. Al menos vamos por un paraguas, te hará mal si te mojas.
—No te preocupes, soy mucho más fuerte y resistente de lo que piensas.
—Lo sé, pero eso no quita que me preocupe.
—Estaré bien.
Cuando cruzaron el jardín y llegaron al corredor, sus hombros ya estaban empapados.
—Lilica, ¿adónde vamos? Primero deberías cambiarte la ropa mojada…
Los sirvientes observaban con curiosidad a la princesa y al Marqués, quienes caminaban juntos bajo la lluvia.
Al llegar frente a la sala de la Emperatriz, Fjord se quedó en silencio.
—¿En serio? ¿De verdad en este estado?
¿Iban a presentarse ante la Emperatriz mojados por la lluvia?
En ese instante, un extraño sentido de calma invadió su mente.
Ya no podía detener lo que sucedería a continuación.
Pero lo que más le inquietaba era qué pretendía hacer Lilica.
—Princesa.
Él intentó hablar, pero Lilica extendió la mano.
Con un gesto mágico, abrió de golpe la pesada puerta.
Atravesaron la entrada y abrieron la puerta del salón, donde no solo estaba Lydia, sino también Altheos.
Los dos, que estaban disfrutando de un momento privado, los miraron sorprendidos.
Lydia se levantó rápidamente.
—¿Lilica? ¿Has venido bajo la lluvia? ¿Y el Marqués Ignaran?
El comentario de Lydia no fue sobre ambos, sino específicamente sobre Fjord.
Sabía que su hija era el tipo de persona que podía andar bajo la lluvia, pero en su mente, el Marqués Ignaran no toleraría ni una sola gota.
Y tampoco se presentaría ante ellos en ese estado.
Sin darse cuenta de la diferencia, Lilica tiró de Fjord hacia adelante.
—Yo amo a Fjord.
Lydia se quedó con la boca ligeramente abierta.
Intentaba entender lo que sucedía.
Lilica continuó:
—Soy feliz y disfruto estando con Fjord, y quiero estar con él para siempre.
Las miradas de Lydia y Altheos se volvieron hacia Fjord.
Fjord se encontró, por primera vez, sin palabras ante el Emperador y la Emperatriz.
Antes de que pudiera decir algo, Lilica habló de nuevo:
—Me voy a casar con él.
Los ojos de Lydia se agrandaron aún más, mientras que los de Altheos se estrecharon.
Lydia observó a su hija, que declaraba con orgullo.
Cuando sus miradas se encontraron, Lilica sonrió tímidamente y dijo:
—Gracias por protegerme y criarme.
Lydia se quedó sin palabras.
Lilica, con una expresión seria, dijo aquello.
Lydia esbozó una sonrisa amarga.
Altheos se levantó y abrazó a su esposa por los hombros, mientras Lydia tomaba su mano.
—De acuerdo.
La respuesta vino de Altheos.
—El matrimonio aún es pronto, pero ¿qué tal un compromiso antes de que acabe el año?
La pregunta fue dirigida a Fjord, quien respondió rápidamente:
—Es un honor, Su Majestad.
—Perfecto, entonces.
Hizo un gesto con la mano.
Su brazo, aún rodeando los hombros de su esposa, se tensó.
El mensaje estaba claro: debían salir.
Lilica vaciló por un momento antes de correr hacia sus padres, abrazándolos con fuerza, y luego salió de la sala junto a Fjord.
Tan pronto como salieron, Lilica estalló en risas temblorosas.
—¿Lilica?
Preocupado, Fjord la sostuvo.
Lilica lo abrazó firmemente.
Fjord la abrazó con fuerza, sin importar quién pudiera estar mirando.
Le susurró:
—Por favor, pasa tu vida conmigo.
—…Sí.
Respondió suavemente Lilica en sus brazos.
❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖
La ceremonia de compromiso fue modesta pero espléndida.
Aunque parezca una contradicción, no había mejor manera de describirlo.
Para ser el compromiso de una princesa y un Marqués, fue modesto, pero más grandioso de lo que Lilica había imaginado.
Lydia y Fjord caminaron juntos, asegurándose de no descuidar ningún detalle.
La noticia del compromiso se extendió por todo el continente.
Aunque la ceremonia fue íntima, solo para la familia, los regalos de felicitación llegaron a raudales.
El anillo de compromiso en la mano de Lilica brillaba como una estrella.
Athil, aunque refunfuñaba, también asistió a la ceremonia.
—Gracias.
Fjord le agradeció con una sonrisa despreocupada, lo cual hizo que Athil se diera cuenta.
Esa actitud humilde solo aparece frente a Lilica.
Fuera de eso, Fjord seguía siendo el mismo arrogante Marqués que siempre había conocido.
Me preocupé por nada.
Aunque lo encontró molesto, Athil le dio un beso de felicitación a Lilica.
El periódico Whale cubrió el evento con un artículo exclusivo.
Hasta el final de la ceremonia, Fjord se encontró con Brynn y le preguntó en voz baja:
—Entonces, ¿cómo termina <La Canción de la Perla>?
Era una pregunta cortés.
Brynn abrió los ojos sorprendida antes de sonreír y responder:
—¿No suelen tener finales previsibles esas historias?
—¿De verdad?
—Así es.
Ambos se miraron en silencio hasta que Lilica regresó y desviaron sus miradas.
Poco después, Whale publicó el último capítulo de <La Canción de la Perla>, con la siguiente frase final:
⌜Vivieron felices para siempre.⌟
⌜Happily ever after.⌟
[FINAL DE LOS SIDE STORIES]
N/Nue: Dudé mucho al escribir el ´Final’ porque me duele, esta historia es una de las más hermosas que he leído, no tengo palabras para explicarlo, pero después de ese ‘vivieron felices para siempre’????? No lo superaré nunca. Gracias por acompañarme en esta preciosa novela, ahora sí es el adiós definitivo a mi Lily preciosa, nos vemos con otra hermosa historia.
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