⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Lilica fue la primera en hablar.
—¿Cómo llegaste aquí? Pensé que no podrías venir —Al decirlo, la preocupación la invadió—. ¿Estás bien? ¿Es seguro que dejes tu puesto así?
Su voz se hizo más suave mientras susurraba, y Fjord sonrió ligeramente.
—Está bien. Su Majestad también lo sabe.
—Ah, ¿sí?
Eso era un alivio.
Cuando desvió la mirada, se encontró con la mirada de su padre, que parecía molesto. Su madre, que estaba a su lado, sonrió suavemente y le susurró algo, a lo que su padre respondió en voz baja.
Solo entonces Lilica se dio cuenta de que todas las miradas estaban dirigidas hacia ellos.
Mientras Lilica miraba a su alrededor, Fjord recuperó la compostura.
La verdad es que no quería estar bailando en el salón, sino tomarla de la mano y llevarla detrás de las cortinas.
Pero eso no era posible.
Fjord le pidió cortésmente un baile.
—¿Puedo pedirte un baile?
Lilica estuvo a punto de tomar su mano sin darse cuenta, pero se detuvo a tiempo.
Ella se esforzó por decir:
—Lo siento, pero ya tengo todos los bailes comprometidos para hoy…
Al escuchar eso, Fjord rápidamente desvió la mirada.
—¿Con quién es este baile?
—Conmigo.
Mion dio un paso al frente.
Mion tragó saliva.
¿Quién es este tipo?
¿Acaso en Dragonia eligen a los nobles de alto rango solo por su apariencia?
El hombre era como una escultura de plata pura, refinada de manera extrema, casi transparente.
Era una cabeza más alto que Mion, y sus proporciones eran perfectas.
Lo más impresionante son sus ojos… ¿Tiene un ojo de cada color? Y una de sus pupilas parece extraña…
No parecía humano.
Sí, no sería raro que no fuera humano con esa apariencia.
Con ese pensamiento en mente, Mion habló.
—Soy Mion Derka Eldonreed, de Eldonreed.
—Encantado de conocerte, príncipe. Soy Fjord Ignaran.
Sabía por la presentación anterior que era un Marqués de la frontera.
Siendo el Marqués del Mar del sur, probablemente tendría muchos enfrentamientos con Eldenreed.
Era una lástima, pero era mejor mostrarse magnánimo en esta situación.
Sin embargo, no le gustaba la idea de ceder primero.
—El próximo baile es conmigo.
—Me gustaría que me concedieras este baile. He venido desde muy lejos solo para bailar con la princesa.
Fue una afirmación descarada.
Mion frunció el ceño, a punto de replicar, pero Fjord sonrió elegantemente.
Hubo un leve suspiro de admiración a su alrededor.
Al ver esa sonrisa, Mion parpadeó y, como si estuviera hechizado, respondió:
—Ah, está bien…
—Gracias.
Mientras Fjord se inclinaba en señal de agradecimiento, Diare rápidamente los llevó a ambos al balcón.
Diare asomó la cabeza entre las cortinas y les dijo:
—Aún queda tiempo antes del próximo baile.
Luego salió rápidamente.
Athil miró a Diare, que estaba plantada frente a las cortinas, y dijo, sorprendido:
—¿Solo esos dos? ¿Juntos?
—Estoy aquí, así que no están solos. Además, decidí apoyar a uno de ellos, ya que soy su confidente.
Diare sonrió mientras decía esto, y Lauv se acercó a pararse a su lado.
Athil estaba atónito, al igual que Mion, sintiendo que le habían robado su presa.
Athil suspiró y dijo:
—Haz lo que quieras.
Luego se marchó rápidamente.
Diare le gritó desde atrás:
—¡Siempre hago lo que quiero!
❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖
Cuando las cortinas se cerraron, Lilica las miró un momento antes de volverse rápidamente hacia Fjord.
—No esperaba que vinieras, justo hoy fui a mostrarte el vestido…
Fjord sonrió mientras calculaba la distancia entre sus manos y las de ella.
¿Podría tomarla de la mano si se acercaba un poco más?
—Lo sé. Por eso vine corriendo.
—¿En serio? ¿No estabas inspeccionando la frontera?
—Si Lilica llegaba, tenía órdenes de lanzar una señal de humo.
—Jaja.
Lilica rió como si hubiera escuchado una broma, pero al ver la expresión de Fjord, se dio cuenta de que no estaba bromeando.
—¿De verdad?
—Sí, claro.
—Entonces, ¿por eso sabías que fui a las tierras de Ignaran?
—Sí, cuando regresé rápidamente, me dijeron que la princesa había pasado por allí, vestida de forma impresionante. Así que vine al palacio de inmediato.
Él sonrió.
Lilica abrió la boca, sorprendida.
Fjord también podía moverse rápidamente, pero…
Venir a un baile era una historia completamente diferente.
Preparar la ropa, el carruaje, y pasar por todos los trámites para llegar al salón de baile del palacio debió haberle llevado bastante tiempo.
Fjord observó la expresión de Lilica y le preguntó con cautela:
—¿He sido demasiado escandaloso?
Lilica se sobresaltó ante la pregunta.
—¡Ah, no! Estoy feliz de que hayas venido a verme. Solo me preocupa si te has esforzado demasiado… ¡Kyaa!
Fjord la abrazó de repente, y Lilica dejó escapar un pequeño grito.
Fjord susurró:
—No he podido soportarlo, no verte por tanto tiempo. Y cuando supe que habías venido a buscarme… no pude aguantar más.
Lilica parpadeó, luego rió suavemente y le dio una palmada en la espalda.
—Sí, también estoy feliz de verte. Me has sorprendido gratamente.
Al escuchar su suave susurro, Fjord se sintió aliviado.
Al mirarla y escuchar su voz, las oscuras preocupaciones que había estado teniendo desaparecieron.
Su corazón se llenó completamente del dulce resplandor de Lilica.
—Fiyo.
—Sí.
—Si solo me abrazas, no puedo verte el rostro.
Al escuchar su voz cerca de su oído, Fjord lentamente la soltó.
Lilica extendió las manos y sostuvo su rostro, mirándolo de un lado a otro.
Fjord solo pudo mirar sus ojos, hechizado y sin fuerzas.
Después de inspeccionarlo, Lilica sonrió.
—Me alegra ver que no te has estado esforzando demasiado últimamente.
—Me alegra haber pasado la inspección.
Fjord sonrió y tomó las manos de Lilica, que aún sostenían su rostro.
No llevaba guantes de baile, así que el calor de sus manos desnudas se transmitía a través de los delicados guantes de encaje.
Los ojos dorados y ardientes de Fjord miraron directamente a Lilica.
Giró ligeramente la cabeza y besó la palma de su mano.
El cálido aliento y el suave roce de los labios hicieron que Lilica se estremeciera. Pero sus ojos no se apartaban de ella, lo que la hacía temblar como una mariposa clavada por un alfiler. Lilica nunca había sido tan consciente de lo sensible que podía ser la palma de la mano. Una y otra vez, los labios tocaban suavemente su piel y luego se apartaban, descendiendo poco a poco hacia su muñeca.
Sentía como si todo su cuerpo estuviera ardiendo o temblando de frío.
—Fi… Fiyo.
—Sí.
A pesar de responder, él no se detenía, lo que hizo que Lilica hablara con dificultad.
—Me… me siento algo avergonzada.
—Es porque no es suficiente, Lilica.
¡Qué descaro! A pesar de eso, Lilica se sonrojó y miró a su alrededor. Las cortinas estaban bien cerradas, y los balcones a ambos lados estaban vacíos; no había nadie mirando.
—¡Fiyo!
Ante su llamado, Fjord apartó los labios de su mano. Cuando la miró, Lilica cerró los ojos con fuerza y adelantó un poco los labios.
—……
Qué linda.
Qué linda.
Era tan adorable que sentía que su mente iba a colapsar.
¿Le da vergüenza que le bese la palma, pero un beso en los labios está bien?
Ese pensamiento cruzó brevemente su mente, pero su cuerpo se inclinó honestamente hacia adelante. Mientras sostenía su mano, la llevó naturalmente hacia su cuello, y él la besó suavemente.
Ah…
No era suficiente.
Una vez más.
Solo una vez más.
Solo con tocar sus labios, sentía una satisfacción que lo llenaba… pero aún no.
Fjord entrecerró los ojos y miró a Lilica. Sus pestañas, cerradas con fuerza, temblaban.
Mi dulce e inocente princesa.
Mientras reprimía su deseo, tragó saliva y, de manera respetuosa, se apartó. Lilica exhaló profundamente, alzó la cabeza y lo miró. Avergonzada, desvió un poco la mirada y jugueteó con la falda de su vestido.
—¿Qué te parece? ¿Me queda bien?
—Sí, muchísimo. Siempre eres encantadora, pero hoy tienes un toque especial.
Lilica sonrió con satisfacción ante el comentario de Fjord.
—Quería que lo vieras. ¿No crees que ahora me veo más adulta?
Fjord asintió. Ya fuera por el maquillaje o por el atuendo, Lilica se veía mucho más madura de lo habitual.
—Me preocupa.
Ante ese comentario, Lilica inclinó la cabeza, confundida.
Fjord habló en voz baja.
—Me preocupa que alguien más pueda llevársela, princesa.
Había muchas personas mejores que él. Ahora, cualquiera podía ver lo hermosa que era su petirojo. Esa idea lo llenaba de ansiedad. A pesar de todos sus esfuerzos por permanecer a su lado, sentía que alguien más podría arrebatársela. Ese pensamiento oscuro comenzaba a apoderarse de su mente.
Un impulso posesivo estaba emergiendo lentamente.
Lilica lo observó y le hizo un gesto con la mano.
—Inclina un poco la cabeza.
Él se inclinó, acercando su oído, y ella le susurró.
—Te amo, Fiyo. Solo a ti.
—¡¡…!!
El rostro de Fjord se sonrojó de inmediato, y cubrió su boca con la mano. Lilica se sorprendió de lo intensa que había sido su reacción.
¿Le besa y no pasa nada, pero esto…?
Viendo la reacción de Fjord, sus propias mejillas también se sonrojaron. Agarrando suavemente la manga de su ropa, Lilica susurró:
—¿De qué sirve que haya otras personas? Solo te amo a ti, Fiyo.
Fjord no sabía qué responder, titubeó y apenas logró balbucear una respuesta sin mirarla a los ojos.
—Yo también te amo.
Lilica abrió mucho los ojos y luego soltó una risita. Justo en ese momento, las cortinas se agitaron.
—Princesa, la música está por empezar.
—Ah, gracias, Diare.
Cuando Lilica agradeció, Fjord carraspeó y extendió la mano.
—Entonces, ¿me concederás este baile?
—Con gusto.
Lilica tomó su mano.
❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖
Al observar a la pareja que danzaba suavemente en el centro de la pista, Altheos se sintió impresionado en cierto sentido. Lydia le preguntó:
—¿Qué decías antes? Sigue con esa historia.
Extendiendo su copa de champán, Lydia lo animó a continuar.
—¿Qué historia?
—Dijiste que Barat era increíblemente persistente.
Lydia tomó un sorbo de su champán mientras hablaba. Ambos estaban alejados de la pista, apoyados contra una columna. Aunque siempre había temas diplomáticos que discutir, no podían permitirse dar la impresión de que estaban disponibles todo el tiempo. En ese momento, estaban tomándose un respiro. Era su forma de proyectar que el control de los encuentros dependía de ellos.
Altheos miró las burbujas en su copa y dijo:
—El Barat que yo conocía estaba obsesionado con Takar.
—¿Estás insinuando que nuestra hija está en peligro?
—No, no es eso.
Altheos frunció el ceño mientras miraba al joven de cabello plateado y brillante.
—Takar era fuerte y amable. También era un poderoso hechicero. Barat estuvo enamorado de ella durante mucho tiempo.
—Hmm…
—Takar nunca le prestó atención. Pero Barat, en su desesperación por llamar su atención, empezó a cuidar su aspecto, su físico… incluso mejoró su magia. Cuando escapamos de la isla, Barat fue el primero en unirse a la causa de Takar.
Y así, eligió el objetivo de devorar a los humanos, esa hermosa flor.
Deseaba volverse un poco más fuerte, un poco más hermoso, con la esperanza de que algún día Takar lo notara.
—Tal vez por la influencia de los antepasados… todos los descendientes de Barat han estado obsesionados con Takar. Pero Takar nunca les prestó atención.
Y entonces…
Altheos giró su dedo en el aire, haciendo un movimiento circular.
—Se volvió loco.
—Ah, tal vez el odio y el amor no sean tan diferentes cuando están en sus extremos.
—Exactamente. Cuando alguien pasa todo el día pensando en otra persona, preocupándose por lo que esa persona pensará de sus acciones… al final, sigue siendo un intento de control.
—Ya veo. Pero al final, él luchó y fracasó, ¿no?
Altheos asintió y respondió en voz baja.
—Sí, pero cambiemos de perspectiva. Lilica es una hechicera amable y poderosa.
—¡¿…?!
Lydia contuvo el aliento y miró a Altheos.
Él continuó con calma.
—En términos de linaje mágico, es muy posible que Lilica sea más parecida al verdadero Takar que Athil.
Lydia parpadeó, incapaz de decir una palabra. Escuchar sus palabras la dejó pensando, y ciertamente, tenía sentido.
—Dios mío.
Altheos comentó con un tono sarcástico:
—Así es, después de más de trescientos años de esfuerzo y obsesión, la última gran obra maestra de Barat finalmente ha conquistado el corazón de Takar.
Lydia observó a Fjord, quien bailaba con su hija, Lilica. Su expresión era tranquila, pero era imposible ocultar la felicidad que emanaba de él. Cualquiera en ese salón podía ver a simple vista lo profundamente enamorado que estaba de ella. Ni siquiera intentaba ocultarlo; de hecho, parecía que quería mostrar su amor a todos los presentes.
La expresión de Lydia se volvió seria, lo que hizo que Altheos sacudiera la cabeza y se encogiera de hombros.
—Por supuesto, todo esto es solo una suposición mía, no hay pruebas reales.
Lydia soltó un suspiro.
—Lo sé, pero suena demasiado convincente.
—Yo también lo creo —murmuró Altheos.
Unos momentos después, la pareja terminó de bailar. Ahora que había escuchado toda la historia, la feliz joven pareja ya no le parecía tan común. Lydia se llevó una mano a la mejilla y comentó:
—De todas formas, nuestra Lilica todavía es joven.
—Sí, aún es joven.
Aunque Lilica había aceptado con mucho cuidado la propuesta de matrimonio de Fjord, Altheos y Lydia no tenían intención de hacer un anuncio oficial. Aún no había pasado por su ceremonia de mayoría de edad, y anunciar su compromiso ahora no parecía apropiado. Toda la familia estaba de acuerdo, y aunque Lilica pareció sorprendida al principio, pronto dijo con firmeza:
( Está bien. Esperaré hasta después de la ceremonia. )
Pero…, pensó Lydia mientras echaba un vistazo alrededor del salón.
El problema es que no hay nadie mejor que él.
❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖
Cuando bajaron de la pista de baile, todas las miradas en el salón se dirigieron hacia el Marqués fronterizo Ignaran, deseando ser presentados. En especial, las miradas de las mujeres eran intensas. No les importaba que él estuviera enamorado de Lilica. Después de todo, los matrimonios nobles no solían basarse en el amor. Y aún si lo estuvieran, ¿qué les impediría acercarse a él?
Fjord se inclinó y le susurró a Lilica:
—Me retiraré por ahora.
—¿Ya? —preguntó Lilica, sorprendida.
Fjord esbozó una sonrisa suave y dijo:
—No creo poder soportar ver a mi princesa petirrojo bailando con otros hombres.
Por un momento, Lilica quedó sin palabras. Pero Fjord continuó rápidamente:
—Por supuesto, esa no es la única razón. Realmente no tengo mucho tiempo para socializar en el baile. Pero estaré presente en la cacería de mañana…
—¿Vendrás mañana también?
—Sí, por supuesto.
Lilica no pudo ocultar su tristeza al soltar su mano, pero estaba contenta de que Fjord hubiera venido solo para verla. Sintiéndose sincera, Lilica le dijo que se alegraba mucho de haberlo visto de nuevo, lo que hizo que los labios de Fjord se curvaran en una sonrisa suave.
—La princesa siempre sabe cómo hacerme feliz con sus palabras.
Fjord dejó un largo y apasionado beso en el dorso de su mano antes de salir del salón. Lilica reprimió el deseo de aferrarse al calor que había quedado en su piel. Finalmente entendía por qué la gente usaba guantes.
Solo quedan dos bailes más.
De algún modo, el simple hecho de que Fjord hubiera venido le había dado mucha fuerza. Sentía que podría terminar el resto del baile sin problemas como la princesa del imperio. Imitando la sonrisa de su madre, pero con un toque propio, Lilica miró a su alrededor y vio que Athil estaba rodeado de jóvenes damas.
Debería ir a ayudarlo.
Lilica rió en silencio mientras comenzaba a caminar hacia él. Lo que antes le parecía una carga ahora se sentía liviano.
Mañana volveré a ver a Fiyo.
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