Traductora / Correctora: Day.
—Jajaja…
La risa disimulada de Dominique se clavó en mi oído.
‘Es sospechoso’.
—… ¿A qué viene esa risa, has causado algún problema?
Entrecerré los ojos mirándole.
—No podrán leer este periódico.
—¿Por qué?
—Les lavé el cerebro a los tres hombres, ¿no? Después de eso, les he estado inventando para que piensen que hacen cosas muy estúpidas y cobardes.
—¿En serio?
—¡Sí! Pensarán que el periódico es un anuncio completamente falso y exagerado.
Sería una suerte que las palabras de Dominique fueran ciertas. Entonces no me tendrán en jaque por un tiempo.
‘¡No puedo creer que Dominique sea tan servicial!’
Iba a felicitar a Dominique.
Pero Dominique habló primero con voz orgullosa.
—Y como siempre, pensarán que sólo estás haciendo mierda y perdiendo dinero.
—… ¿Eh?
—Has sido tan tonta que nadie creerá el contenido del periódico, incluso les he lavado el cerebro a los chicos de la Academia para que digan que no tienes corazón.
—Si lo creen así entonces es bueno para mí, pero…
—Esas dos familias probablemente sólo creerán los informes de esos tres hombres por el momento. Jajaja.
Miré fijamente a Dominique con ojos suspicaces.
‘No, ¡pero no tenías que decir eso! Este mocoso, ¿no se arrepiente de mí?’
Sin embargo, gracias a él, pude mantener mi negocio por el momento sin muchas interrupciones.
—No te molestarán por un tiempo.
—Eso espero. Espero que me ignoren al menos hasta que me excomulguen.
—Hm. Sí, no te preocupes. Me pregunto cómo voy a lavarles el cerebro hoy a esos tres pequeños bastardos…
Creo que Dominique adquirió algunos juguetes divertidos.
Había estado atrapado sin probar el mundo exterior durante mil años, había sido mucho tiempo desde que realmente salió y usó la magia, así que debe estar emocionado.
—Juega con ellos y devuélvelos al lugar de donde vinieron.
Decidí animar a Dominique.
No era tan generosa con la gente que me molestaba. Además, esos tres hombres eran los mismos viejos enfermos que solían molestar a Meldenique.
—Señorita Meldenique, tampoco vamos a terminar aquí.
—Necesita conocer su posición.
—No falta mucho para que tu sangre maldita no tenga el apellido Vaveloa.
Solían burlarse así de mí.
Sintiéndome más satisfecha, doblé el periódico por la mitad.
—Este periódico, estará en la Academia, ¿verdad?
Lo más importante era que este periódico puede hacer publicidad para los niños.
En realidad, los niños de hoy en día no leen mucho el periódico.
‘¡Pero al menos una persona podría leer el periódico y prestar atención a mi papelería!’
—Entonces seguro que habrá quien lo lea y se convierta en cliente.
Realmente espero que al menos venga una persona.
Asentí con ese pensamiento.
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En ese momento, la Academia Imperial Maltend.
La Academia Maltend estaba dividida en Academias de primaria, secundaria y preparatoria por grupos de edad.
En detalle, las clases se dividen en superior, intermedia e inferior en función de sus talentos.
Los alumnos de las Academias de secundaria y bachillerato no estaban muy interesados en los periódicos que se distribuían en la Academia. Sin embargo, las clases superiores de los alumnos de primaria eran diferentes.
Los alumnos de las clases superiores leían los periódicos durante cada sesión de estudio bajo la estricta guía de sus profesores.
Hoy ocurría lo mismo.
『The Times』, un periódico de no muy buena calidad para los plebeyos, es una revista de baja calidad para los niños aristocráticos.
Pero 『The Times』 es especial.
Esto se debe a que la propia Emperatriz elogió el sentido de la justicia de Astild.
El periódico de Astild 『The Times』, escrito con sentido de la justicia, llegó también a la clase alta, donde se reúnen los niños más listos: la Academia Elemental.
Los niños se apiñaron y juntaron sus cabezas con el periódico sobre el pupitre.
—¡Han aparecido piratas!
—¡Es verdad! ¡Piratas rojos!
La alfabetización de los niños pequeños era inferior a la de los adultos.
Así, el rumor empezó a venderse poco a poco y a tergiversarse.
Por supuesto, el sentido del nombre de la Diócesis Roja Piratas, un grupo de comerciantes que no tiene nada que ver con los piratas, jugó el papel.
—Woah …
—¡Ella derrotó a los piratas! ¿Qué clase de persona es ella!
—¡Hay algo más escrito aquí!
—¡Alguien derrotó a los Piratas Rojos! ¿Es una plebeya?
De hecho, Meldenique no era una plebeya, pero la gente de 『The Times』 y la Asociación de Comerciantes de Astild pensaban que Meldenique era una plebeya de clase media que se hizo cargo del edificio abandonado.
En primer lugar, era natural, ya que la joven del Duque, Meldenique, había abandonado la familia. Así, Meldenique aparecía en el periódico como la Plebeya Mel.
Los niños, que no sabían la verdad, se miraron y pusieron los ojos en blanco.
—Huk, ¿una plebeya?
—Sí. También hay una palabra extraña sobre ella.
[Por otra parte, en la papelería que regenta Mel, una plebeya, se vende diverso material escolar, así como diversos alimentos.
Por ejemplo, caramelos de cerveza. Como resultado de mi investigación, este caramelo sigue siendo un misterio].
Los ojos de los niños se abrieron de par en par al ver el anuncio al pie del periódico.
—Caramelos de cerveza, ¿vamos?
—¿Qué es la cerveza?
—… Es lo que comen los adultos.
—Entonces… no deberíamos beber cerveza, ¿verdad?
Un niño tenía ojos juguetones.
—¡Eso me da más curiosidad!
Otro niño valiente continuó:
—¿Deberíamos ir?
Sin embargo, el niño que estaba leyendo el periódico murmuró en voz baja.
—Pero… ya lo decía antes, es una plebeya.
—¿Sí?
—¿No está mintiendo? ¿Cómo puede una plebeya hacer algo tan grande? Ni siquiera los nobles pueden hacerlo.
Las frías palabras calmaron un poco la atmósfera.
—Ah…
La Academia no discrimina mucho en función del estatus.
Sin embargo, los niños nobles tenían un orgullo muy arraigado. Que eran mucho mejores que la gente común.
—Ciertamente es imposible que los plebeyos hagan cosas geniales.
La nieta de un anciano aristócrata ortodoxo habló un poco y el aula llena de calor se volvió ligeramente más fría.
—He oído que, si te acercas a los plebeyos, enfermarás.
Entre ellos, un niño relativamente abierto se atrevió a hablar.
—Oye, eso es sólo un rumor.
—Aún así. Los plebeyos dan miedo.
Entre ellos, sólo había una persona que mantenía un ánimo aburrido, el Príncipe Axion.
Estaba leyendo un libro de texto y pensando en Mel.
Decidió ir a la papelería, pero recientemente fue castigado por dirigirse a la calle de las antigüedades para comprar el regalo de cumpleaños de su hermano.
‘Dije que no volvería a hacerme daño’.
En resumen, se encontraba en una situación comprometida.
‘Tenía que ir a la papelería de Mel… ¿Y si los malos me pegan y se meten con Mel?’.
Cuando se quedó con la mirada perdida en sus uñas, preguntándose si habría alguna solución, una voz curiosa sonó en su oído.
Era la voz de los niños que le rodeaban.
—Pero ¿qué es una papelería?
—No lo sé. ¿No es como una tienda de comestibles?
Un niño que era uno de los aristócratas ortodoxos abrió la boca.
—¿No quebrará pronto?
—Tengo curiosidad por el plebeyo que acabó con los piratas, así que vayamos antes de que cierren.
—Hm, ¿has visto el nuevo perfume? ¡He oído que el Duque Hesman lo ha distribuido!
—¡Lo he visto! Parece el de un adulto, ¡es genial!
—Pronto lo fabricarán para nosotros. Tengo tanta curiosidad por el perfume que usa Lady Sheria, ¡la flor de la sociedad!
Los volubles intereses de los niños empezaron a enfriarse tan rápido como la sopa.
Pero…
Fue en ese momento cuando el príncipe Axion, que miraba hacia abajo sin pensar mucho, se levantó de un salto.
—Espera, ¿la papelería?
—… ¿Alteza?
Mel lo dijo.
Axion, que miraba a su alrededor con prisa, se dirigió cerca del mostrador donde se reunían los niños. Y cogió el periódico de la mano del niño.
[<Noticias de última hora>
¡El plebeyo frente a la Academia ‘Mel,’ se deshizo de los Piratas de la Diócesis Roja!]
Los Piratas de la Diócesis Roja…
‘¡Creo que los tipos que me golpearon ese día fueron los Piratas de la Diócesis Roja!’.
En ese momento, Axion se estremeció, recordando los ojos brillantes de Mel.
‘Por mí, ¿identificaste y te encargaste de los hombres que me intimidaron?’
Axion apretó los puños.
‘¡Eres como un caballero, tan genial…!’
Por supuesto, Axion había olvidado por completo que no había dicho nada sobre los Piratas de la Diócesis Roja a Mel.
Los recuerdos de los niños pequeños solían organizarse a conveniencia. Ese era el caso de Axion ahora mismo.
T/N Day: Un lindo malentendido.
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