Traductora / Correctora: Day.

El inesperado comentario me sorprendió.

—Aunque no será una gran publicidad…

—Aun así, trabajaremos duro…

Como no dije nada, los niños vacilaron al hablar.

—No, No —Respondí mientras agitaba las manos rápidamente.

La gente solía decir que un objeto expuesto en el Petite Debutant equivalía al valor de un niño.

‘Y la publicidad sería enorme si es de un príncipe y una princesa’.

La confianza incondicional que mostraban los niños me sofocaba.

—¿De verdad puedo… dejarles eso a ustedes?

Todos los niños asintieron cuando pregunté con voz temblorosa.

—Soy plebeyo, así que no puedo ir a la Petite Debutant, ¡pero animaré entre bastidores!

‘Ah, Carat no puede ir’.

Pude leer la decepción en el tono serio de Carat.

Es una discriminación que ni siquiera puedan debutar por ser plebeyos. Sin embargo, en el Imperio, tal discriminación prevalecía en una sociedad de clases sociales. Incluso en la Academia Imperial, donde se aceptaba a los estudiantes independientemente de su clase social, seguía existiendo una sutil discriminación.

Levanté la mano y acaricié el suave cabello de Carat.

—Te prepararé algo bonito especialmente para ti, Carat.

Carat se mordió los labios con fuerza y sus ojos temblaron con fuerza. Al ver a semejante Carat, Axion habló enérgicamente.

—Mel, ¡confía en nosotros! 

Los niños levantaron las manos y saludaron ante mí como los apóstoles de la justicia.

Axion, que retorcía el cuerpo, dijo con las mejillas sonrojadas.

Abracé a los niños que estaban dispuestos a renunciar a lo más destacado de la Petite Debutant por mí y por mi papelería.

—Gracias por pensar en mí primero.

—¡Ung, siempre creemos que a Mel le irá bien!

La inocencia infantil de los niños brillaba claramente en sus ojos.

‘Quiero hacer algo realmente bueno para los tres. ¿Qué debo hacer?’

Una manera de grabar claramente la papelería a los niños y adultos en el Petite Debutant. Una manera de detener un ataque masivo de capital.

‘¿Qué podría haber?’

Miré el interior de la papelería con cara tensa. Hasta ahora, las cosas que había creado me llamaban la atención una a una.

‘¿Hay alguna buena manera?’

Tenía que encontrar una forma de superar las dificultades y hacer publicidad de la papelería. Sin embargo, ningún método especial rodaba por mi cabeza. 

Con Dominique y los tres niños, juntamos nuestras cabezas y nos obsesionamos con qué nuevos artículos fabricar exactamente.

—¿Qué fue lo más popular el año pasado?

Lo más importante también fue, como era de esperar, un problema. Pero sin querer, los niños se quedaron con la boca abierta. La boca de Axion incluso goteaba saliva.

—¡El del año pasado fue realmente increíble!

—¿Cómo fue?

—El año pasado se reunieron todos los alumnos de primaria y secundaria, este año será igual —Melissa, escuchando a Axion, entornó los ojos en medias lunas y susurró con voz soñadora—. Entonces será perfecto.

Era extraño ver los ojos de los niños brillar hasta el punto de resultar extraño.

—¿Por qué, pasó algo bueno?

—¡Ung!

—¡Creo que era la dama del Marqués Jenia, Unni!

¿Cómo de grande era el objeto que traía?

Levanté la copa de la mesa, fingiendo que estaba atrofiado y miré a Axion.

—¡Trajo a un aprendiz de alquimia!

Estaba bebiendo el granizado, fingiendo que no pasaba nada, pero empecé a toser. Al cabo de un rato, Melissa empezó a mostrarse preocupada. 

Los ojos de los niños, mirándose unos a otros, brillaban como si lo supieran.

—¿Así que Mel también sabe lo genial que es un alquimista?

—Así es, ¡fue increíble cómo esparció plata en el aire!

—No creo que aparezca algo tan grandioso en el debutante de este año.

—¡Entonces, era una leyenda en aquel entonces! Además, según la señora del Marqués, ¡era muy difícil conseguirlo!

—Qué pena… ¡Sería bonito volver a verlo este año!

Al ver brillar los ojos de los niños, me remordió la conciencia.

‘Un alquimista está aquí, niños’.

La alquimia parecía ser una habilidad asombrosa. Pero cuando escuché cumplidos tan abiertamente cara a cara, yo, el gran alquimista, me sentí avergonzado por alguna razón.

—La alquimia debe ser genial.

Dominique, que conocía todos los hechos, habló discretamente.

—Supongo que sí.

Me rasqué la cabeza y evité el tema.

Pero los niños parecieron pensar que estaba deprimida al ver mi actitud. Intercambiaron miradas que parecían inquietarse mutuamente y se apresuraron a hablar.

—¡Mel, Mel! No te preocupes demasiado. Los productos de Mel son bastante sorprendentes.

—¡Así es, Mel es como un alquimista para mí!

No pude evitar sonreír y asentir ante las palabras de los niños.

‘Si hubiera sido capaz de hacer alquimia correctamente, habría estado bien aparecer como alquimista’.

Qué pesar.

Mis habilidades con la alquimia aún no eran muy buenas. Además, ya hubo un alquimista que mostró su cara en el debutante del año anterior. No era buena idea solapar característica con los que ya destacaron en años anteriores.

‘Lo importante es mostrar los productos de la papelería con impacto’.

Como estaba muy nerviosa, me abracé al hombro de Melissa y hablé.

—Tengo que pensar qué desarrollar. ¿Puedes darme una idea?

—¿Una idea?

—¡Sí! —Me preparé para tomar notas con un cuaderno y una pluma estilográfica—. Cuéntame lo que quieras. También lo que es popular hoy en día.

Los niños, animados por lo que les decía, empezaron a soltar lo que les gustaba.

—Me gustan las mantas de algodón esponjoso.

A Melissa, que parecía sufrir dolores de crecimiento estos días, parece gustarle el algodón suave.

Anoté mantas de algodón en mi manta.

—¿Mantas de algodón? ¿No hace calor? Quiero una espada. Una muy grande.

Axion, que estaba escuchando a Melissa y Carat, levantó la barbilla y habló. 

—Yo quiero un pastel de hielo. Un caballero genial como yo pasa un poco de calor después de una carrera.

Cuando Axion levantó la barbilla, todos los presentes estallaron en carcajadas.

—Es lindo que ya esté fingiendo ser un caballero.

—¡Sería tan refrescante si realmente hubiera un pastel hecho de hielo!

Incluso anoté las charlas de los niños y pensé en cosas para desarrollar.

‘Mantas de algodón, pasteles de hielo y espadas’.

No vi nada en común, pero sin duda era un comienzo sobre qué hacer. 

Miré hacia la ventana oscurecida y decidí prepararme para dejar marchar a los niños.

—Gracias. Ahora deberían volver a casa —Abracé a los niños una vez con fuerza y me despedí por última vez—. ¡Cuídense, niños!

Pronto, Melissa y Axion se fueron. Pero Carat se quedó dentro y me apretó con cuidado.

—Sabes, Mel.

—¿Sí?

—Que… cuando termine la Petite Debutante, hay un amigo que realmente quiero presentarte —El amigo de Carat… ¿un nuevo cliente? — ¿Te parece bien?

Las mejillas de Carat se sonrojaron. Era una cara preocupada por ser rechazado.

Pinché ligeramente la nariz del niño.

—¡Siempre es bienvenido!

—¡Entonces volveré pronto!

—Sí, ¿qué clase de amigo es?

—E-eso, te lo diré ese día.

Las mejillas de Carat, que siempre habían sido chic, eran tan dulces que resultaba extraño.

—Nuestro Rábano Rojo, es como si ese fuera su nombre real. 

T/N: Ella está diciendo que él es tan rojo que es como si su verdadero nombre fuera rábano rojo.

Mientras me preguntaba por el amigo de Carat, todos los niños se fueron. Los miré desde la ventana hasta que los tres puntos desaparecieron. Mi humor mejoraba mucho cuando estaba con los niños.

‘Mis lindos de siempre’.

Era la mejor satisfacción. Hoy voy a hablar mucho por mis niños.