Traductora / Correctora: Day.

Poco después, un profesor de la clase superior de la escuela primaria se dirigió a la mesa de Melissa y Axion.

—Habrá un breve descanso y luego comenzará la segunda parte. Será el momento de revelar los objetos que prepararon el príncipe Axion y la princesa Melissa.

Melissa, que vio la cara amable del profesor, se mordió los labios. No había tiempo para más demoras.

‘Tendré que pedir un breve descanso’.

Pero en cuanto Melissa se levantó, Axion habló.

—Melissa.

—¿Sí? —Melissa respondió brevemente y miró hacia Axion.

Pero Axion no miraba a Melissa. En su lugar, el chico señaló hacia la puerta.

—¡La puerta se está abriendo!

—¡Quizá…!

—¿Ocurre algo, princesa?

Cuando el profesor preguntó, Melissa negó con la cabeza.

—¡No, creo que alguien está entrando!

¿Era porque los chicos y las chicas estaban animando juntos? La punta del vestido rojo se veía a través de la abertura de la puerta.

A la distancia, la cara era invisible, pero sin duda era ella.

‘¡Por fin llegó Meldenique!’

La cara de Axion, llena de ansiedad, se iluminó.

La gente hacía mucho ruido porque todavía era la hora del recreo. Pero incluso en medio del bullicio, Hildegart captó bruscamente la puerta que se abría.

—¿Venía alguien más?

Las palabras de disgusto de Hildegart atrajeron tardíamente la atención de todos hacia la puerta. Debido al ambiente de concentración, el guardia habló en voz alta.

—La joven del Duque Vaveloa, Meldenique Vaveloa está entrando.

La gente zumbaba porque no sabían por qué había venido Meldenique.

—Vaya, ¿por qué ha venido?

—¿Por qué vino hasta aquí?

—¿No vendría llorando por inversiones para su negocio?

Había un murmullo alrededor.

La expresión de la Duquesa Hildegart se distorsionó por un momento, pero pronto sonrió con gracia y se abanicó.

—Ha venido mi hija Vaveloa. Aunque no sé por qué.

La dama a su lado continuó.

—Vaya, ¿dónde se cree que está ella?

—… Ella hace negocios frente a la Academia.

—¿Qué clase de cosas masivas hará esta vez?

—Es un día precioso para los niños, no crees que ella haría algo, ¿verdad?

—Nunca se sabe. Piensa en lo que ha hecho hasta ahora.

Los sentimientos negativos de los niños se amontonaban en sus cabezas escuchando la cháchara del adulto.

Pero no tuvo ningún efecto en Meldenique.

Meldenique se acercó sigilosamente al centro de la sala, vestida con un seductor vestido rojo vino.

Los adultos fingieron que no les gustaba, pero entre los niños surgieron pequeñas exclamaciones. Meldenique estaba hoy demasiado guapa.

Aunque hacía tiempo que no se cuidaba el pelo, su melena rubia seguía igual, sus ojos almendrados y sus labios rojos ligeramente sonrientes. Llevaba el pelo recogido en una coleta, lo que resaltaba su bonito escote.

Pero, ¿qué tal su actitud?

Caminó confiada hacia la mesa donde estaban sentados Melissa y Axion, que estaba a la vista de todos.

Era completamente diferente al pasado, cuando lloraba o hacía aspavientos. Incluso un solo gesto era digno y elegante. La gente cerró la boca.

El aspecto actual de Meldenique se grabó claramente en la mente de todos.

A todos los niños de aquel espacio les gustaba Meldenique.

Como si nada, ella estaba de pie casualmente y con gracia por Axion y Melissa.

Meldenique, que acaparó la atención de la multitud, habló por primera vez.

—Hola, llego un poco tarde. ¿Estaban preocupados? —Meldenique sonrió con naturalidad y se sentó en la silla vacía que era para ella.

Melissa entregó la rosa que sostenía en la mano de Meldenique.

—¡Unni!

—Hoy estás muy guapa.

—¡Como un ángel!

Al recibir las rosas, las olfateó hábilmente y susurró,

—Gracias.

Las palabras de Axion y Melissa eran lo que todos los niños de aquel espacio querían decir.

La belleza de Meldenique, para los niños que aún no habían debutado, parecía perfecta.

Meldenique, sintiendo la atención sobre ella, se pasó el pelo por detrás de la oreja.

—Hoy les he preparado algo muy divertido —Los ojos de Melissa se abrieron de par en par. Ahora que lo pensaba, Meldenique parecía un poco diferente hoy—. Puedes estar deseándolo.

Asintió continuamente con la cabeza mientras miraba a Meldenique guiñándole un ojo.

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Miré mucho a mi alrededor.

‘Perfecto’.

¡Me esforcé tanto para abrumar a todos con mi visual!

Básicamente, Meldenique era una mujer muy hermosa. Tal vez, es por eso que incluso un poco de esfuerzo trajo la admiración de todos.

Incluso en medio de una mirada espinosa, me erguí.

‘Escuchemos primero lo que tienen que decir mis clientes’.

Apoyada cómodamente en el respaldo, escuché con atención las voces que llegaban de todas partes.

—¿No puedo ir a hablar con ella, madre?

Se oyó una vocecita, aparentemente de favor.

—Ah, no. Ya te lo he dicho antes. Esa persona es la princesa Meldenique.

—¿Dijiste que come gente? ¿Aunque ella no se ve así?

Las ingenuas preguntas de los niños me llegaron al corazón.

‘¿Hasta dónde llega la notoriedad de Meldenique?’

Los adultos susurraron historias de miedo e impidieron que los niños se acercaran a mí.

Ningún niño parecía capaz de acercarse a mí.

‘Aun así, parece que les gusta mi aspecto’.

Mis principales clientes eran los niños. Así que sólo quería impresionar a los niños hasta cierto punto.

‘El material que he desarrollado se encargará del resto’.

Sonreí regodeándome y bajé la mirada hacia la bolsa encantada que tenía en la rodilla.

Sonreí, sintiendo las ondas de maná puro revoloteando suavemente alrededor de mi corazón.

‘Esta cantidad de maná es más que suficiente. Aunque no sé si podré hacerlo bien’.

Era una apuesta.

Pero, a menos que apueste por un movimiento ganador, no podré dejar una impresión profunda.

Miré a mi alrededor en silencio.

‘Definitivamente estoy en absoluta desventaja en esta situación’.

Las caras burlonas de Hildegart y del Vizconde Telin me picaron.

La sala que habían hecho era demasiado extravagante.

Además, la gran mesa del centro y la miríada de brillantes piedras fantasma que había sobre ella lo hacían aún más evidente.

—Esa gente, realmente han traído la piedra fantasma.

Melissa me miró con cara de pena.

—Después de tocar la piedra fantasma y ver la visión, tu maná se amplifica un cinco por ciento.

Axion, que estaba a mi lado, gritó con la nariz moqueante.

—¡Acabo de preguntar a los caballeros! He oído que es una pesadilla total, ¿están todos locos?

¿Acaso los padres de aquí querían que sus hijos destacaran aún más aumentando su maná, aunque tuvieran pesadillas por la piedra fantasma?

‘El interés en mí se perdió definitivamente. Desde que trajeron la piedra fantasma’.

Chasqueé la lengua cuando vi unas cien en medio de la sala.

Ya fueran desechables o multiusos, debía de costar una fortuna conseguir tantas piedras fantasmas.

Miré en dirección a Hildegart. Aunque estaba sentada a cierta distancia, se vio una mueca de desprecio en su boca.

‘Si este evento fracasa, Madame Hildegart recibirá un duro golpe’.

Todas las propiedades de Vaveloa provenían del Duque y del senado de Vaveloa. 

Debe haber sido difícil costear las piedras fantasmas.

Debió pedir dinero prestado al Duque Vaveloa.

El Duque debió pagarlo con gusto, creyendo que Madame Hildegart nunca fallaría.

‘No creo que fueran uno o dos bekrels’.

Miré a la Duquesa Vaveloa.

Ella, junto con el Vizconde Telin, me miró y sonrió con insolencia.

Como si quisiera demostrar la diferencia entre nosotros.

—Ahora, ¿comprobamos los objetos preparados por la joven del Duque Hesman y el octavo príncipe?

Me levanté, sujetando un embrague en una mano y la mano de Melissa en la otra.

Axion me siguió de cerca.

Los niños me miraban con expectación, pero los ojos de los padres estaban dispersos.

Mientras tanto, había muchos que estaban ávidos y se centraron en las piedras fantasma.

‘Las piedras fantasmas son definitivamente geniales’.

Pero los adultos no sabían mucho.

Por muy lujosas, bonitas o caras que fueran las cosas que traían, a los gatos sólo les interesaban los envoltorios o las cajas que se desmoronaban.

Los niños eran parecidos a los gatos. Sólo había una cosa que atrajera la atención de los niños.

Algo emocionante, algo que pareciera divertido.

Finalmente, Melissa, Axion y yo nos situamos en el centro del podio.