Traductora / Correctora: Day

El Emperador me miraba fijamente.

—Hemos realizado innumerables estudios para asegurar la eficacia de las raíces de Salien, y finalmente desarrollamos esta hierba caramelo. Es una obra maestra de mi tiempo.

Por supuesto que es mentira.

Sólo el Cielo, la Tierra, Dominique y yo sabemos que se hizo a base de pruebas justo antes de venir aquí.

¡Pero tienes que venderlo así para aumentar la credibilidad!

Miré al Emperador con una mirada de confianza llena de sinceridad.

¡Espero que el Emperador no conozca la reputación de Meldenique como ‘Mano Menos’!

—¿Es así?

Afortunadamente, el Emperador no sospechaba nada. Hizo un gesto con la mano al sirviente que siempre esperaba a su lado. El sirviente dio un paso atrás con paso ligero.

—¿Cuánto tardará?

—¿Qué?

Me enfrenté a las pupilas ligeramente temblorosas del Emperador.

‘¿Qué quiere decir?’

Cuando nuestras miradas se cruzaron, el Emperador volvió a cambiar bruscamente su rostro a inexpresivo.

Era una cara de póquer bastante buena.

Salvo que antes se le había visto inestable durante unos tres segundos. Levantó una mano y murmuró por lo bajo, tapándose la boca para que sus hijos no pudieran leer la forma de su boca.

—… Cuánto tiempo tarda en ser efectivo.

El Emperador parece haber empezado a desfallecer. Llegados a este punto, ¿se ha completado la misión de estafa para ganárselo?

—Probablemente diez minutos, tal vez un día a más tardar.

Como era de esperar, el Emperador levantó la mano por encima de la mesa y cerró el puño para luego abrirlo. 

Un puño como un hoppang se movió sobre la mesa. 

TN : Hoppang es un aperitivo surcoreano que es como una masa en forma de bola con pasta de judías rojas dentro, así que esta frase quiere decir que su puñetazo tiene forma de puño. Es redondo. 

—Es verdad. Ya tengo esa sensación. Es asombroso. No es detectado en absoluto por las herramientas mágicas, pero no puedo creer que este poderoso sentimiento viene.

En una palabra, fue un gran éxito. No necesitas una afición perfecta.

—Oye, me has dado un regalo bastante útil. 

Eso fue suficiente.

‘¡Bien!’

—Me alegro de que te haya servido de ayuda.

Le sonreí, levantando ligeramente las comisuras de los labios. Una tenue sonrisa se dibujó también alrededor de la boca del Emperador. Era un lazo tenue y secreto.

Y los dos príncipes, Cassian y Axion, que no oyeron bien los susurros, nos miraron con ojos extrañados.

—¿Qué se siente?

El Emperador miró a sus dos hijos apresuradamente, y cambió de tema con cierta penumbra.

—La sensación de los recuerdos. Axion, cuando tenía tu edad, disfrutaba comiendo caramelo como éste.

El niño Axion empezó a centrarse en el nuevo tema de inmediato. 

—¿Oh? Lo vi en un museo, ¿Su Majestad padre lo probó?

—¡No sigas insistiendo en que tu padre es viejo, Axion!

Incluso ante el ataque del brillante príncipe Axion, el emperador asintió como si estuviera familiarizado con ello.

De alguna manera sentía pena por él…

—Su Majestad, ¿la abuela lo hizo para usted?

—Sí, me lo hicieron. Sólo podía comer dos al día. La corte real dijo que, si comía demasiado, se me pudrirían los dientes.

—¡Si fuera yo, lo escondería y me lo comería!

Axion sonrió con picardía y se echó a reír. El Emperador también asintió. Su mirada, como inmersa en recuerdos, vagaba por el aire.

—Eres muy buena en muchos aspectos. Este es mi regalo favorito.

Incliné la cabeza al ver el rostro cálido del Emperador con una sonrisa indescriptible.

—Me siento halagada.

—Si hay algo que quieras, dímelo.

Por fin llegó el momento del regreso.

Sonreí débilmente y asentí. Es el momento del ‘método del regalo’ al que aspiraba. La ley del regalo era una de las antiguas y pasadas leyes no escritas. Cuando un noble hace un regalo a la Familia Imperial, incluido el Emperador, paga el precio correspondiente.

Esta ley, que enfatizaba la nobleza y la amplia generosidad de la Familia Imperial, desapareció a medida que el poder de la nobleza se hizo más fuerte.

Sin embargo, había una excepción en la obra original.

‘En la novela original, Sheria se beneficiaba del método del regalo. Todos los regalos que la Familia Real le daba a Sheria eran buenos’.

Antes de que Sheria pueda, tenía la intención de utilizar la ley del regalo con valentía.

‘Está bien tomar esta cantidad’.

—Me gustaría hablar con su Majestad un momento.

—¿Quiere que le dedique tiempo?

Puede parecer halagador y profano. Sin embargo, el Emperador tuvo que ser engatusado cuando el caramelo todavía tenía su efecto. De una manera muy secreta y no amenazante de una manera que no provoque su vigilancia.

—Sí. Cinco minutos son suficientes.

Bastarán cinco minutos para mostrar las peticiones de los comerciantes, proteger el Callejón de la Academia e informar al Emperador de las atrocidades de la Duquesa de Vaveloa.

‘Sé qué clase de personaje es el Emperador’.

Nunca rechazará mi carta.

‘Está claro que el Emperador necesitará una placa para controlar al Duque de Vaveloa.’

El Emperador necesitaba una oportunidad legítima y razonable para defender el poder imperial y ganar el sentimiento público.

‘Yo quería proteger mi pequeña y preciosa tienda de puertas contra las obras’.

Nuestros intereses se alinearán.

‘Duquesa Vaveloa, prepárate para recibir un golpe en la nuca.’

Duquesa Vaveloa.

El rey y la hija de la sociedad y la mano de oro de los negocios Sheria.

Una mujer arrogante que nunca ha sido derrotada por Meldenique.

—Meldenique Vaveloa, no podrás vencerme, aunque mueras y despiertes —dijo, pisoteando todos los negocios que Meldenique había hecho.

Pero a partir de ahora, no, a partir de hoy, todo será diferente.

El Emperador, que me miraba con ojos serios, masculló y se tragó el caramelo, luego habló solemnemente.

—Lo permitiré.

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Al final de las palabras del Emperador, la comida empezó a salir una a una.

El aperitivo salió a la mesa, y luego los demás platos empezaron a salir uno a uno.

Sonreí feliz mientras cortaba las pequeñas chuletas que venían como guarnición del plato principal.

‘Hacía tiempo que no comía un plato completo como éste’.

Mirando todas las lujosas cenas que tenía delante, empecé a explorar y saborear la comida en mi boca.

—¡Mel, come mucho!

Axion, que teñía de rojo sus regordetas mejillas, me miraba con ojos redondos como un lindo cachorrito.

Sin dejar de mirar a Axion le guiñé un ojo.

—Sí, lo haré.

Las mejillas de Axion se tiñeron de un rosa más cálido que la luz del sol.

Ahogándose con el agua a su lado, el chico dijo.

—¡Ya sabes, Hyung-nim, Su Majestad Padre!

—Axion. Cuando comas, baja la voz.

Con un sonido Axion dejó su vaso de agua y susurró. 

—¡Sí! Es importante.

Parecía que el Emperador estaba lo suficientemente serio como para escuchar sus palabras. Dejó los cubiertos a un lado y levantó la barbilla.

—Si es importante, dímelo, Axion.

—Su Majestad, Padre, Hyung-nim. Mel es realmente increíble. Nunca has visto burbujas hechas por Mel, ¿verdad? ¡Flores cayendo del cielo! ¿Y qué hay de la deliciosa comida de Mel? ¡El algodón de azúcar es increíble!

Mientras intentaba engrasar mi estómago después de mucho tiempo masticando las chuletas en mi boca, casi me mastico la lengua en vez de la carne.

‘No, ¿tan importante era eso?’

Axion, que no se había dado cuenta de mi deseo de disuadirle seriamente, se emocionó y se rió, animando a su Hyung y a su padre a darme la razón.

—Hyung-nim, ¿piensas lo mismo verdad?

Ante las palabras de Axion, los ojos del Emperador y del Príncipe Heredero Cassian se posaron en mí a la vez. La mesa se quedó rápidamente en silencio.

Creo que soy la encargada de romper el hielo. Refuté seriamente colocando la vajilla en diagonal sobre el plato.

—Gracias por los elogios, pero no es tan bueno.

—… He estado en la papelería de Lady Meldenique —Dijo el Príncipe Cassian.

‘No estarás maldiciendo, ¿verdad?’

En la partida de dibujo de antes, pillé a algunos pusilánimes y me llevé algo de dinero. El Emperador miró a Cassian con interés y preguntó.

—¿Cómo fue?

—Vi un montón de equipos hermosos para jugar como en un sueño. Me recordó al pasado.

Con un rostro siempre amable y a veces incluso frío, me miró y luego apartó la vista. Axion siguió hablando porque pensó que ya era hora.

—¡Cuando estoy dentro, siento que tengo un buen sueño!

—Es un buen sueño….

El Emperador se acarició la barba.

Miré a Cassian.

¿El Atrapasueños le había dado un corazón crítico?

‘Me ha ayudado muchas veces hoy’. 

Sin embargo, me preocupan los efectos adversos. 

‘Si me defiendes, aunque sea con una metáfora poética, el Emperador me vigilará con más cuidado’.

¡No eres un personaje que defienda a nadie!

Levanté la comisura de los labios, sintiendo la mirada del emperador en mi rostro.

—Lady Meldenique.

—Sí, Majestad.

—Espero con impaciencia nuestro encuentro a solas de cinco minutos en el futuro.

El Emperador enarcó las cejas y acercó de nuevo la mano a la copa de vino.