Traductora / Correctora: Day
La cara del Emperador estaba llena de vergüenza ante las inesperadas palabras.
Ni que decir tiene que le respondí fríamente.
—Quiero dejar al Duque de Vaveloa.
El Emperador perdió rápidamente la expresión, abrió la boca en silencio y preguntó.
—Perderás muchas cosas si abandonas Vaveloa.
El Emperador también era consciente de la situación. Me estaba preguntando si podía estar fuera de los ojos de la familia Vaveloa.
Si no puedes estar solo fuera del Duque de Vaveloa, podrías morir.
—Por supuesto, no estoy pidiendo simplemente un revuelo —Levantó la punta de las cejas. Continué mis palabras sin vacilar—. Por el contrario, me gustaría heredar el título de Marqués de Kinnoa.
La sorpresa empezó a dibujarse en su rostro.
—Tienes derecho a la sucesión del título de Marqués Kinnoa…
—Lo hay. Mi madre fue la última pariente consanguínea inmediata de Kinnoa y Marquesa.
Era como si estuviera tratando con alguien a quien nunca antes había visto. La familia de magos que fue maldecida por el dragón era familia material de Meldenique. Por supuesto, sólo ahora me enteré de que la palabra maldita era mentira, pero la mayoría de los parientes consanguíneos inmediatos murieron, y la defensa se escondió en algún lugar y huyó.
Las propiedades y tierras de la familia se atribuyeron en su mayor parte a Vaveloa a la muerte de la madre de Meldenique, la última Marquesa de Kinnoa, y ahora sólo queda el nombre.
Los miembros de la familia también murieron o se dispersaron, y la única propiedad que queda es una cáscara atribuida temporalmente a la familia imperial. Y sobre un montón de piedras que permanece y se administra.
Pero renunciaré al glorioso nombre de Vaveloa y heredaré el de mi madre, Kinnoa.
Sería sorprendente desde su punto de vista.
—Meldenique, ¿vas a formar una familia tú sola? —Me encogí de hombros sin responder, pero para el Emperador, esa sola parecía ser la respuesta. Murmuró con una pequeña admiración—. Eres fuerte.
El Emperador no tardó en bajar la mirada. Casi toda la arena del reloj de arena había caído. El Emperador, audazmente, dio la vuelta al reloj de arena.
—Quiero hablar más contigo.
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Estar a solas con el Emperador era beneficioso.
Sonreí satisfactoriamente con el ‘algo’ que me entregó el Emperador en los brazos.
‘Esto es perfecto’.
La Duquesa de Vaveloa no pensó ni por un momento que recibiría un golpe de mi parte.
Recordando con alegría la escandalosa reacción de la futura Hildegart, me dispuse a buscar a Dominique, que esperaba tediosamente fuera del jardín.
—¡Mel! —Sin embargo, Axion se erguía como un poste guardián a unos 10 pasos de la habitación secreta. El chico que se peinaba maravillosamente con pomada gritó de la nada cuando me vio—. ¡Tengo algo que decirte!
Miré a mi alrededor.
Viendo que no hay otra persona, el Emperador debe haber escapado de la habitación secreta por una ruta diferente, y como no hay nadie aquí, es de sentido común que la llame por su apodo.
—¿Xion?
—¿Obtuviste permiso de mi padre?
—¿Qué permiso?
Una extraña pasión se extendía en los ojos de Axion. El chico dijo con cuidado mientras retorcía su cuerpo.
—… ¿Citas?
Sacudí la cabeza con seriedad. Creo que está pensando de una manera extraña este chiquillo.
—Hablamos de otra cosa.
—¡Pero está bien! Mel, ¡haz lo que quieras!
—Por supuesto, lo haré todo.
Sacudí la cabeza con seriedad, mirando al niño exageradamente mediano.
El chico que deseaba mi felicidad apretó los puños y los agitó con un espíritu de lucha desbordante y dijo.
—Sí, hay un lago en el jardín, y la orilla del lago es bonita.
—… ¿Huh?
A Axion le huele un plan sospechoso.
—¡Un momento, vamos a dar un paseo con mi hermano!
Pregunté mientras miraba a Cassian disfrutando de un tranquilo té bajo la sombra de un árbol.
—¿Tengo que ir a dar un paseo con su alteza el príncipe Cassian?
Por mucho que lo piense, será muy incómodo…
—Sí, he preparado un gran evento. ¡Es un evento en el que tienen que verlo juntos! —Axion apretó ambos puños y añadió—. Si, no puedo hacerlo si no te gusta. ¡Nunca te obligaré! Un gran caballero no obliga a nada así.
Tras escuchar las palabras de Axion, me sentí tan feliz que estallé en carcajadas.
Aunque el corazón interior es tan transparente como el espejo…
¿Cómo puedo rechazar al encantador principito que quiere regalarme un gran acontecimiento?
—Esperaré con impaciencia el evento. Pero sólo si su Alteza, el Príncipe Cassian lo permite.
Pero no me gusta la incomodidad. Decidí usar la llamada operación de traspaso. Entregó toda la responsabilidad al Príncipe Cassian.
‘Cassian se negará porque sería incómodo y difícil estar conmigo’.
Sonreí con confianza y asentí.
—¡Sí, entendido!
A pesar de mi ambigua respuesta, Axion se alegró y corrió hacia su hermano, que estaba sentado bajo la sombra del árbol.
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Por desgracia para Meldenique, Cassian no rechazó la petición de su hermano menor.
Como resultado, ahora estaban uno al lado del otro frente al lago Aria.
Cassian se puso a mi lado y miró fijamente a Meldenique, que miraba a su alrededor con la boca ligeramente abierta.
La cara que preguntaba: ‘¿Por qué estoy aquí?’ era demasiado evidente.
—¡No sabía que hubiera un lago como éste en el Palacio Imperial!
Abrió primero la conversación.
—Todo el mundo se sorprende. Es tranquilo y pequeño.
Ante las palabras de Cassian, Meldenique exclamó y caminó alrededor del lago.
Es una persona que lo muestra todo en su cara. Se sentía cómodo con Meldenique, que no tenía por qué adivinar su intención. Siguiendo el ritmo de sus pasos sin conversar, Cassian recordó una carta que su hermano menor le había enviado antes.
[Hyung-nim, por favor, ven rápido a mi palacio, ¡te echo de menos!
-Axion]
Era amistoso, pero había una línea invisible.
Iba a entregar suavemente la carta de mi hermano menor y escribir: ‘Encontrémonos la próxima vez’.
Cassian estaba bastante ocupado. Cada segundo del Príncipe Heredero, que será el próximo Emperador, estaba bien organizado. Sin embargo, vine aquí cuando Axion insinuó, ‘¡Meldenique vendrá!’
‘Incluso si hubiera tenido tiempo de venir, podría haber regresado.’
En lugar de jugar al juego favorito de Axion, las suertes, en lugar de pasear por el lago con Meldenique, había mucho trabajo político que hacer.
Pero elegí pasear por el lago con Meldenique, dejando atrás todas esas opciones.
‘Por qué… Sigo aquí’.
Miró a una mujer media serpiente más pequeña que él y pensó con calma.
‘¿Porque eres la única que llegó a mis pesadillas?’
El atrapasueños que Meldenique le regaló sigue colgado en su dormitorio. No es sólo el atrapasueños. En cuanto me di cuenta de que no tenía que soportar los malos sueños, mis pesadillas disminuyeron a la mitad.
Pero estemos seguros.
De hecho, no creía realmente en la salvación. No era una persona tan blanda.
Pero es cierto que su toque involuntario salvó su sueño.
‘… Es complicado.’
De todos modos, en este momento, quería seguir observando su expresión vivaz.
A Cassian le gustó el aspecto de la espalda de Meldenique, que ya había corrido mucho más que él.
Meldenique giró la cabeza y le sonrió alegremente. Su cara sonriente era ingeniosa y humorística, así que él también levantó las comisuras de los labios.
—¿También hay un lago así? Como era de esperar, el palacio imperial es increíble.
Definitivamente era divertido estar con ella. Junto a Meldenique, que revoloteaba de emoción, la siguió, caminando ordenadamente en línea recta.
Porque nunca había caminado ni rápido ni despacio.
Siempre caminaba al mismo ritmo. Su comportamiento también es el mismo. El tono de la voz con el que preguntaba siempre es constante. Incluso ahora, le preguntaba con modales moderados.
Medio amable y medio frío, como hace con otras personas.
—¿Es tu primera vez en un lago?
—¡Sí!
Tras contestar con un escueto, Meldenique caminó alegremente sin detenerse. A veces camina despacio y otras, de repente, demasiado deprisa.
Ahora era lo primero.
—Antes, Axion había estado diciendo que, si caminábamos juntos por este lago, nos convertiríamos en amantes, ¿verdad?
—Ah… Había una leyenda así.
Se frotó el lóbulo de la oreja. Fue porque sintió como si se calentara por alguna razón.
—¡Entonces no podemos ser amantes en primer lugar!
—Sí, supongo que sí.
Cassian, que dio una afirmación moderadamente rotunda, miró inmediatamente a Meldenique.
—¡Podemos ser amigos! ¡Vaya! ¡Hay una mariposa volando por aquí!
Mientras tanto, Meldenique movía su cuerpo sin cesar. Seguía mirando a su alrededor, sin importarle frotar la parte inferior de su vestido con la tierra.
Me asombró ver su cara en la orilla del lago, cuando se detuvo en el lugar donde estaban las flores, olió su aroma y sonrió cálidamente.
‘No puedo creer que haya hecho tanto en menos de cinco minutos’.
‘Nunca había visto a alguien así’.
Al ver a la mujer que paseaba por el lago admirando, volví a sentirme extraño.
¿Es correcto decir que es extraño?
¿Puedo describir esta sensación como si un lado del corazón estuviera mostrando su presencia?
Cassian hace todo de acuerdo a las especificaciones. Nunca se ha descarriado.
Para él, Meldenique era una maravilla.
‘Si yo fuera tú, estaría contento con las pequeñas cosas cuando mañana es el juicio de excomunión’.
Mañana era el juicio de excomunión de Meldenique Vaveloa.
Todos los Nobles comprados a la familia Vaveloa la presionaban para que fuera excomulgada. Parece haber un acalorado debate en el exterior, pero las opiniones son coherentes en el interior.
A este paso, Meldenique casi sería excomulgada.
Es una persona inteligente, así que no puede ignorar semejante situación, así que cómo puede sonreír tan feliz. De repente me picó la curiosidad. Sin embargo, no era de los que escupen la curiosidad por la boca sin modales.
Sin embargo, al ver la brillante sonrisa de Meldenique, el estado de alerta se alivia extrañamente. Hasta el punto de que las palabras se escaparon de mi boca sin darme cuenta.
—¿Estás contenta ahora? —Meldenique dejó de caminar y naturalmente preguntó—. ¿Eres feliz?
—Sí.
Cassian, que había estado caminando con paso firme, también se detuvo de forma natural. Fue el momento en que ambos dejaron de caminar y se miraron.
¿Podría el travieso juego de Axion desencadenarse de nuevo sólo ahora?
Un papel de colores nítidos bajó del cielo como una llovizna. Era una situación infantil en la que un niño pequeño, que podía asistir a la academia, pensó que era un evento y lo planeó.
Meldenique atrapó uno a uno los papeles de colores que caían del cielo.
—¡Sí! —Volvió a lanzar al cielo el montón de confeti que le había caído de la mano y volvió a gritar alegremente—. ¡Soy verdaderamente feliz!
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