⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue

La recepción había terminado.

Cuando la multitud se disipó como la marea que se retira, solo quedamos Dominique, Cassian y yo. Isaac se había marchado antes, diciendo que investigaría el agua bendita y las reliquias sagradas, pero habíamos acordado reunirnos de nuevo en la papelería por la noche.

Es hora de empezar a ejecutar el plan.

Pensé en Sheria y en el Duque Hesman.

Después de haber sufrido tal humillación en público, seguramente estarían preparando su contraataque. Para defenderme con anticipación…

—Tengo algo que decirle, Su Alteza.

Le susurré a Cassian mientras lo miraba.

Hasta ahora, había pasado tiempo conmigo debido a Axion, pero en realidad, como favorito del Emperador, siempre estaba ocupado y era difícil encontrarse con él.

Estaba considerando qué hacer si él decidía que no quería hablar y se marchaba, pero para mi sorpresa, Cassian asintió y respondió:

—Justo estaba pensando en hablar con la Marquesa.

Dominique, que aún no se había levantado porque estaba terminando el suflé que quedaba en la larga mesa del comedor, me envió un mensaje telepático.

«Ve tranquila. Yo terminaré mi suflé.»

—Qué suerte. En ese caso, ¿podríamos trasladarnos a una habitación privada por un momento?

—…Sí.

Respondió con una sola palabra, pero eso fue suficiente para sorprenderme.

Las mejillas de Cassian estaban ligeramente sonrojadas.

Era un rasgo inusual comparado con la personalidad que se describía de él en la historia original, lo que me dejó un poco desconcertada.

Nos sentamos en otra mesa donde no había nadie.

Comencé a explicarle el plan que tenía en mente.

—Para empezar, me gustaría suministrar material didáctico a la Academia Imperial.

—Escuché que ya ha estado en contacto con el rector.

—Sí. Pero quiero cerrar un acuerdo exclusivo con la academia. Tengo la intención de hacer crecer este negocio gradualmente.

Básicamente, le estaba proponiendo un contrato de exclusividad.

Para una papelería, suministrar directamente a una escuela era la meta definitiva.

Si me convierto en la única proveedora de la academia, podré entrar y salir con facilidad, aunque los externos no tengan acceso.

Si lograba eso, también podría detectar cualquier amenaza oscura que pudiera cernirse sobre la academia.

Si me quedaba como simple dueña de una papelería fuera de la academia, no podría proteger a los niños.

Miré a Cassian con determinación.

—¿Bajo el nombre de ‘Papelería de Mel’, propiedad de la casa Marquesal de Kinnoa?

—Sí. Quiero recibir pedidos directos de la academia y proporcionarles materiales educativos y útiles escolares.

—Dado que el héroe del imperio está de su lado, la calidad de los productos estará garantizada.

—Exactamente.

Mientras continuábamos hablando, noté algo extraño.

…Pensé que tendría que esforzarme más en persuadirlo, ya que es un hombre meticuloso.

Sin embargo, Cassian simplemente asintió sin objeción. Ni siquiera pidió ver un plan de negocios detallado.

—La familia imperial también le brindará apoyo.

—…¿En serio?

—Sí. Organizaré una reunión con el rector de la academia. A partir de ahí, dependerá de sus habilidades de negociación, marquesa.

—…Gracias.

Todo se había resuelto de forma sorprendentemente sencilla.

Como el tema principal estaba concluido, estaba a punto de levantarme cuando noté que Cassian me miraba fijamente.

Parecía inquieto, moviendo ligeramente los labios, como si quisiera decir algo pero no supiera cómo.

¿Quiere decirme algo?

Pero no importaba cuánto esperara, no decía nada.

Dominique mencionó antes que Cassian podría estar interesado en mí… eso me pone un poco nerviosa.

Me sentí un tanto incómoda.

Sin embargo, el Cassian que yo conocía nunca mezclaba sus emociones personales en asuntos oficiales.

Tal vez simplemente está dudando sobre algo que dije.

Mientras pensaba en eso, Cassian abrió la boca en voz baja.

—Hoy…

—¿Sí?

—…Estuvo increíble, de verdad.

No pude evitar soltar una risa.

Así que por eso estaba dudando tanto en hablar.

Era divertido descubrir que este hombre, conocido por su frialdad, tenía un lado entrañable.

—Gracias. Entonces, hablaré un poco más con el rector sobre el negocio y, cuando tenga un plan más detallado, volveré a contactarlo.

Si este plan funcionaba, podría ponerle el punto final perfecto a mi venganza.

Sonreí con satisfacción e incliné ligeramente la cabeza hacia él.

Cassian bajó la mirada y asintió. Sus orejas estaban tan rojas como una flor de cornejo en verano.

Desde hace un rato, ha estado evitando mi mirada de una manera extraña… ¿habrá hecho algo malo sin que yo lo sepa?

Después de terminar mi conversación con Cassian, regresé a la papelería.

Dentro, Isaac y Dominique estaban enfrentándose con la mirada.

Me senté frente a ellos y le conté a Isaac sobre los demonios que Dominique había sellado.

Ahora era el momento de sacar la espada sagrada que había estado guardada dentro de la espada maldita.

¿Qué demonios estará escondido dentro de esta espada?

Cerré los ojos con fuerza y extendí la mano sobre la espada maldita.

Entonces, la espada sagrada emergió flotando desde su interior.

—Dentro de la espada hay un demonio que puede identificar los poderes ocultos en los objetos. Si lo invocamos, nos será útil.

Dominique cruzó los brazos y añadió un comentario.

Isaac me entregó una pequeña píldora en la palma de la mano. Era un medicamento que Basil había preparado para estabilizar el flujo inestable de maná.

Suspiré brevemente y me tragué la pastilla de un solo golpe.

Isaac tomó mi mano firmemente, como si intentara percibir el flujo de maná dentro de mi cuerpo. Sentí el calor que emanaba de su toque y respiré profundamente.

¡Paf!

Con un pequeño sonido de fanfarria, un diminuto demonio infantil apareció de repente.

—Oh.

No era el demonio examinador que esperaba, sino el familiar demonio de la Luna de Invierno.

—¡Oye, tú!

El demonio de la Luna de Invierno echó un vistazo rápido al interior de la papelería, luego vio a Isaac y señaló con el dedo.

—¡Vaya, has conseguido un humano nuevo y fuerte!

Parecía haber reconocido a Isaac como el maestro de la torre mágica.

¿Puede evaluar la fuerza de su oponente con solo verlo?

El demonio de la Luna de Invierno se hinchó como un gato asustado y proclamó con voz elevada:

—¡Escuchen! Por fin, yo, el gran demonio de la Luna de Invierno, he llegado a este mundo hu-

—Ya dijiste esa frase hace tiempo.

—Oh, ¿sí? Tsk.

Los cuernos del demonio de la Luna de Invierno se desplomaron como malvaviscos derretidos en chocolate caliente.

—¡Espera, humano! Ahora que lo pienso, tengo algo que decirte.

—¿Qué es?

Lo miré con expresión intrigada.

El demonio comenzó a pisotear el suelo con impaciencia mientras continuaba.

—¿Qué demonios metiste ahí dentro? ¡Es una entidad de pensamiento espeluznante! ¡Da miedo!

—…¿Entidad de pensamiento?

Lo único que habíamos puesto dentro de esa espada era la espada sagrada.

¿Está diciendo que la espada sagrada es una entidad de pensamiento?

Nuestras miradas se cruzaron en el aire.

Tal vez podríamos descubrir la verdad sobre la espada sagrada sin necesidad de invocar al demonio examinador.

—¡Sí! ¡No te hagas la tonta! ¡Fuiste tú quien metió esa cosa rara y espeluznante ahí dentro! ¡Es realmente repugnante! ¡Esa espada oxidada está cubierta con incontables pensamientos adheridos! ¡Solo un demonio tan brillante como yo puede soportarlo! ¡Cualquier otro demonio…!

—¿No se suponía que era una espada imbuida de poder sagrado?

Interrumpí al demonio de la Luna de Invierno mientras levantaba la espada sagrada.

—¡Hiiik…!

El demonio retrocedió de inmediato, temblando de miedo.

—¡Idiota! ¿Quién dijo que el poder sagrado era una energía pura? Bueno… en realidad sí es una energía asquerosa. Pero eso… eso es algo completamente diferente…

Frunció el ceño con evidente incomodidad.

—Uf… No lo sé. No estoy seguro del todo. Pero el demonio examinador dijo que dentro de esa cosa hay más de cien almas atormentadas.

—…¿Más de cien almas atormentadas?

—Sí. El demonio examinador intentó tocarla por curiosidad y terminó con una gran quemadura en la mano. Ahora está en reclusión por el dolor. ¡Es espantosa!

El demonio de la Luna de Invierno chasqueó la lengua con disgusto.

—Ugh, si un humano común es atravesado por esa espada, se convertirá en un alma atormentada al instante. Me pregunto cuántas personas han muerto con esa cosa.

Golpeé suavemente sus cuernos caídos y continué interrogándolo con cuidado.

—Pero el dueño de esa espada dijo que el propio Papa se la entregó. ¿No estarás equivocado?

—¡Entonces el Papa es un desastre! Si fue él quien metió esa entidad de pensamiento ahí, significa que hay humanos peores que los demonios en este mundo. Ugh.

El demonio murmuró para sí mismo y luego se dejó caer sobre la mesa, frotando su cara contra la superficie.

Lo observé en silencio, sumida en mis pensamientos.

¿Qué diablos estaban planeando?

Sheria, Lenox.

Ahora estaba segura de que no eran los seres inmaculados que la historia original describía.

¿Qué pensaban hacer con esta espada?

El demonio también parecía intrigado.

Suspiró profundamente antes de declarar:

—De todos modos, nosotros los demonios debemos investigar esa espada amenazante y al bastardo que la creó.

Acaricié sus blandos cuernos y hablé con calma.

—Bien. Mantendré la espada sagrada dentro y dile al demonio examinador que la analice a fondo.

—De acuerdo… Ugh, esto me da escalofríos.

El demonio de la Luna de Invierno sacudió la cabeza y comenzó a moverse, como si estuviera a punto de regresar a la espada.

—Pero antes de eso, ya que saliste, haz un poco más de granizado.

Por supuesto, no olvidé su utilidad.

Normalmente, habría protestado diciendo que no era su sirviente, pero ahora que estaba obsesionado con el granizado, simplemente dejó escapar un gruñido y asintió.

—¡Sí! ¡Tengo que hacer más! Pero me llevaré una gran cantidad.

—Hagamos mucho y lo repartimos.

Sonreí con satisfacción y asentí.

Pronto descubriríamos qué era realmente esa extraña entidad de pensamiento, cómo destruir la espada sagrada de una vez por todas y el verdadero propósito de su creación.

A partir de ese día, convocaríamos al demonio todos los días para escuchar los informes del demonio examinador.