⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Al escuchar las palabras de Siana, Grace se encogió de hombros.
—Bueno, también lo había planeado un poco…
Chuchu sonrió con satisfacción.
—Qué bueno que se asustaron tal como la princesa lo planeó.
Después de la reunión, ambas lamentaron no haber intimidado más a los nobles. Sin embargo, al ver las cartas que seguían llegando, parecía que lo habían hecho lo suficiente. Grace, mirando los sobres apilados sobre la mesa, dijo:
—Está claro que se dieron cuenta del poder del Imperio y decidieron seguirnos. Pero aun así, hay algo que no entiendo.
Era el hecho de que el contenido de las cartas enviadas por los nobles era extremadamente detallado.
—Sí, lo sé. Cualquiera pensaría que Siana los amenazó con cortarles la cabeza si no se ponían de su lado.
Chuchu lo dijo en tono de broma, pero Siana respondió con una expresión como si le hubieran leído la mente:
—La verdad es que hice algo parecido a una amenaza.
—¿Qué?
Grace y Chuchu abrieron los ojos de par en par. Mirándolas, Siana explicó:
—Después de que terminó la reunión, envié una carta a cada uno de los nobles.
El contenido de esas cartas no solo instaba a los nobles a apoyar la creación del nuevo país.
⌜Carta a la esposa del Barón Sharon:
¿Recuerda aquella vez en la fiesta del té, cuando le dijo a mi madre que yo saludaba con desdén a los nobles y decía groserías cuando ella no miraba? ¿Por qué mintió de esa manera? ¿Para congraciarse con mi madre, usando mi nombre como lo hicieron tantas otras damas? Si ese era su objetivo, lo logró. Mi madre regresó de la fiesta del té, me buscó y, con una sonrisa, me castigó con una vara. Mientras que para ella fue un placer, para mí fue un momento de dolor que nunca olvidaré, al igual que no olvidaré su nombre.⌟
⌜Carta al Conde Alexia:
¿Cómo está su querida hija menor, Rose, que siempre se dedicó a atormentarme? De entre las muchas cosas que me hizo, la más memorable ocurrió el día de mi baile de debutante. Me hizo tropezar y caer, y luego, con una expresión arrogante, me susurró: ‘¿Cómo puede una tonta como tú ser princesa?’. Y añadió: ‘Si te molesta, cuéntaselo al rey o a la reina’. Ah, la astuta y malvada Rose. Sabía muy bien que no tenía a nadie que me apoyara. Ahora me pregunto, Rose, ¿qué vas a hacer para que tú y tu familia sobrevivan?⌟
⌜Carta al Marqués Acter:
Marqués, usted y yo tenemos una relación especial. Después de la muerte de su esposa, envió una propuesta de matrimonio al palacio, dirigida a mí, una joven de solo 18 años. Aunque me horrorizó la idea de casarme con alguien que podría ser mi abuelo, sorprendentemente, mi padre y mi madre se alegraron. Todo porque la dote que ofrecía era enorme. Si no hubiera sido por la invasión del Imperio, ese matrimonio absurdo podría haberse realizado. Como quiera que sea, dada nuestra relación, le daré un consejo: deje de hacer cosas repugnantes y espere tranquilamente el día de su muerte, maldito anciano.⌟
Grace y Chuchu miraron a Siana en silencio, impactadas. Sabían que Siana no había sido tratada bien por los nobles en el pasado, pero no se imaginaban que había sido tan grave. La ira se reflejó en sus rostros, y sus músculos se tensaron visiblemente. Apretando sus enormes puños con venas sobresaliendo, Grace y Chuchu dijeron:
—Cuéntanos qué más te hicieron, y les arrancaremos los dientes.
—¡Dientes! No, eso es poco. Deberíamos arrancarles cada hueso del cuerpo.
Siana estuvo a punto de entregarles una lista detallada de los nombres de los nobles y sus fechorías, exclamando ‘¡Por favor, háganlo ahora!’. Pero, al ver a las dos gigantescas mujeres listas para salir, Siana las detuvo y dijo:
—Gracias por enojarse por mí, pero estoy bien.
—¿Qué quieres decir con que estás bien? ¿No me digas que planeas perdonarlos?
Siana bajó las cejas mientras miraba a Grace, que la miraba con ojos brillantes.
—No, les daré el castigo que merecen, así que estoy bien.
—¡…!
Había algo que los nobles no sabían.
Los nobles creían que, si complacían a Siana y cooperaban en la creación del nuevo reino, podrían conservar todo lo que poseían. Por supuesto, Siana cumpliría su promesa. Pero…
—Lo único que prometí fue mantener su estatus de noble. Nunca dije que protegería el honor y las riquezas de sus familias.
En el momento en que se fundara el nuevo reino, se confiscaría la mayor parte de las propiedades de los nobles, independientemente de si apoyaban o no al nuevo estado. Y eso no era todo.
—Antes, existía una ley que impedía castigar libremente los crímenes cometidos por los nobles, por lo que, a pesar de haber cometido numerosos delitos, se les dejaba impunes. Pero no en el nuevo reino.
En el nuevo reino, se investigarán meticulosamente los crímenes del pasado, sin importar si se trata de un noble. No habrá ninguno que no termine en prisión. Prácticamente todos los nobles compraban y vendían cargos, trataban a los plebeyos como esclavos, los golpeaban hasta matarlos y derrochaban las riquezas del reino como si fueran suyas. Todos ellos eran criminales terribles. Los nobles serán juzgados con severidad y castigados de acuerdo con los crímenes que hayan cometido.
Siana murmuró mientras bajaba la mirada:
—Los privilegios y el dinero que los protegían desaparecerán, y solo quedarán el castigo y la pobreza. Eso será suficiente como precio por las maldades que cometieron.
Grace y Chuchu miraron a Siana con la boca abierta. Grace susurró:
—La verdad, creo que la Siana que vimos el día de la reunión es su verdadero rostro.
Chuchu asintió con una gota de sudor frío en la frente.
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En menos de una semana, llegaron cartas de todos los nobles del Reino de Asilond aprobando la creación del nuevo reino. Por las calles resonaban los gritos del ejército revolucionario pidiendo la fundación del nuevo estado. En medio de este ambiente favorable, dos personas se encontraron: la princesa Siana del Reino de Asilond y el general Daltan del ejército imperial. Era para negociar sobre el nuevo reino.
Aunque normalmente estas negociaciones son arduas para sacar el mayor provecho, en esta ocasión avanzaron sorprendentemente bien. Daltan, recibiendo los documentos que Siana le entregó, dijo:
—El ejército imperial aceptará todas las condiciones que su alteza ha solicitado.
Esto significaba que reconocían la creación del nuevo reino y que retirarían a todos sus soldados.
—A cambio, envíenos treinta flores misteriosas cada trimestre. Las treinta flores deben estar en perfecto estado, sin ningún daño ni deterioro de sus habilidades.
Siana, sentada al otro lado de la mesa con la espalda recta, sonrió y asintió.
—De acuerdo.
La negociación terminó de manera sorprendentemente limpia.
Cuando la líder del ejército revolucionario, Vera, escuchó la noticia, quedó asombrada.
—Si bien es cierto que elaboramos un plan y nos movimos sin descanso para que esto sucediera, resulta increíble que el Imperio realmente esté dispuesto a dejar este país solo a cambio de unas cuantas flores…
Vera suspiró y murmuró:
—Debe ser que el poder del Príncipe de Sangre es realmente formidable.
Siana no lo negó. Era cierto que Rashid, que estaba en la capital imperial, había ayudado a que todo se desarrollara sin problemas. Pero no era solo gracias a Rashid. Siana dijo:
—Tal como esperábamos, la reacción entre la realeza y la nobleza del Imperio hacia las flores ha sido extraordinaria. Tanto que están dispuestos a renunciar fácilmente al control de un pequeño país como este, que les es indiferente conquistar o no.
Vera frunció el ceño.
—De verdad, nunca entenderé la mentalidad de los que están en lo más alto. Por muy místicas que sean sus habilidades, al final, no dejan de ser simples plantas. No entiendo qué es lo que ven en ellas.
—Una persona que tiene 99 tesoros siempre codicia uno más. Así es la naturaleza humana.
Cuanto más tiene una persona, más desea. Esa es la esencia de la avaricia humana.
Vera miró a Siana, aún sin comprender, y luego preguntó:
—Entonces, ¿qué haremos ahora?
—Como tomará tiempo para que las treinta flores florezcan, decidí entregar las primeras diez cuando estén listas. En ese momento, la mitad del ejército imperial se retirará del reino. Luego, cuando entreguemos las veinte flores restantes, todo el ejército imperial abandonará esta tierra.
Sin embargo, esperar tanto tiempo no era viable. Por lo tanto, Siana decidió fijar como fecha límite el día en que el ejército imperial realizara su primera retirada.
—Ese día, anunciaremos el fin del Reino de Asilond y proclamaremos el inicio del nuevo reino. Lo haremos ante todos los habitantes de esta tierra.
Ante las palabras de Siana, Vera tragó saliva, visiblemente tensa.
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