⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Siana miró a la gente con una expresión que parecía a punto de llorar.  

Vera la miró y le dijo con los ojos:  

Te desean tanto, ¿realmente vas a ignorarlos así?

—…….

No.  

Siana no podía ser tan cruel con la gente de este país.  

Un momento después, Siana dio un paso hacia adelante, acercándose al podio.  

—Gracias por confiar en mí y darme esta valiosa oportunidad.

Siana levantó la falda y se inclinó con elegancia.  

—… A partir de ahora, me esforzaré por la prosperidad y felicidad de este país. Con toda la fuerza que tengo.

Aunque su voz era suave, contenía una determinación firme.  

Como respuesta, estallaron gritos de alegría y un estruendoso aplauso entre la multitud.  

⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰

Siana no tuvo tiempo de celebrar su elección como primera ministra, pues debía prepararse para abandonar el reino.  

Tenía que regresar al Imperio lo más pronto posible.  

Sorprendentemente, Chuchu y Grace decidieron quedarse.  

Chuchu, con sus brazos bronceados, dijo mientras los movía:  

—Los trabajadores están reconstruyendo el palacio con tanto esfuerzo, no puedo simplemente irme. Estaré más tranquila si ayudo hasta que el trabajo esté terminado.

Grace asintió y añadió:  

—Además, si te vas, Siana, esos nobles que están en silencio ahora mismo podrían empezar a causar problemas de nuevo. Al menos, si estoy aquí, no se atreverán.  

El hecho de que Grace fuera una princesa imperial ya era de dominio público.  

Los nobles temblaban como ratones frente a un gato cada vez que veían a Grace.  

Grace planeaba aprovechar eso para aplastar el orgullo de los nobles hasta el fondo.  

Siana sonrió ante las palabras de ambas.  

—Gracias a ustedes, podré ir al Imperio con tranquilidad.

Aunque ellas se quedaban, Siana no viajaría sola.  

Garnet, Lina, Daran y Mark, quienes habían trabajado en el palacio de Asilond durante mucho tiempo, insistieron en acompañarla.  

—Queremos servir a la Princesa Siana lo mejor posible para compensar por no haberlo hecho adecuadamente antes.

Una vez en el Imperio, Siana dejaría de ser una simple dama de compañía. Sería una invitada de honor de Asilond y la prometida del príncipe heredero.  

Necesitaría personas para apoyarla.  

Así que Siana asintió sin dudarlo.  

Cuando salió con las cuatro personas, abrió los ojos sorprendida.  

Delante del carruaje estaban los sirvientes y doncellas del palacio, junto con Vera y Johan.  

Siana frunció el ceño, sintiéndose incómoda.  

—Les dije que no necesitaba que me despidieran, ya que se trata de un asunto personal.

Vera respondió con una expresión descarada.  

—Pero vas a convertirte en la prometida del príncipe heredero del Imperio. ¿Cómo podría ser un asunto personal? Es algo que afectará el destino de nuestra nación.  

Johan, que estaba junto a Vera, asintió con expresión seria.  

—Es cierto. Deberías considerar esto como una misión diplomática. Los pasos que des como primera ministra influirán en la posición internacional del nuevo Asilond. Así que hazlo bien.

Tal como decían, Siana era la última princesa del Reino de Asilond y la primera ministra que representaba al nuevo Asilond.  

Cada uno de sus movimientos tenía un gran significado para este pequeño país.  

Era una carga demasiado pesada para una chica de 18 años.  

Aun así, Siana respondió con una sonrisa y determinación.  

—Sí. No olvidaré eso y me esforzaré para obtener la fuerza necesaria para proteger este país y regresaré.

En ese momento, Vera emitió un sonido extraño mientras se tapaba la boca.  

Johan frunció el ceño al verla.  

—¿Estás llorando?

—Por supuesto. Es imposible no llorar cuando alguien tan pequeña y adorable dice algo tan maduro. Cualquier persona lo haría.

—… Estás realmente mal.

Johan chasqueó la lengua.  

Siana se rió al verlos.  

Aunque se iba poco después de asumir el cargo de primera ministra, no estaba muy preocupada.  

Sabía que, en su ausencia, Vera, Johan y los otros miembros del parlamento trabajarían duro para construir un país próspero y feliz.  

—Entonces, me voy.

Siana subió al carruaje.  

Justo antes de que el carruaje partiera, las personas reunidas se inclinaron.  

—Que tenga un buen viaje y regrese sana y salva.  

Al ver a quienes la despedían, Siana se sintió de nuevo a punto de llorar.  

Cuando llegué por primera vez al palacio de Asilond, nadie me dio la bienvenida…

De hecho, todos la miraban con desprecio y desdén.  

Pero ahora, no era así.  

Y eso hizo que Siana se sintiera increíblemente feliz.  

Bajo los gritos de aliento, el carruaje en el que viajaba Siana comenzó a moverse rápidamente.  

Pasó la capital, cruzó la frontera, y se dirigió hacia el Imperio.  

En algún momento, la expresión de Siana cambió.  

Sus ojos, que antes estaban llenos de emoción, ahora mostraban la determinación de un general victorioso.  

Incluso si lo evaluara objetivamente, lo que he logrado es una gran hazaña. Suficiente para superar sin problemas las pruebas para convertirme en la prometida del Príncipe Heredero.

En ese momento, Siana fue invadida por una tremenda euforia.  

Quería llegar cuanto antes junto a Rashid, tomar su mano y gritarle.  

¡No importa lo que digan los demás, ahora soy tu prometida!