⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Siana, al recordar ese momento, mostró una expresión complicada.
—Claro, estoy muy feliz de haber encontrado la horquilla. Estoy agradecida con Su Alteza el Príncipe Heredero. Pero, por más que lo piense, esta situación es muy extraña.
Era raro que el príncipe heredero drenara todo el estanque solo para encontrar una horquilla de una simple doncella.
Chuchu también asintió con una expresión seria.
—Sí, por más que lo pienso, el príncipe heredero…
Los ojos de Siana y Chuchu se encontraron. Ambas dijeron al mismo tiempo:
—Parece que tiene algún problema mental.
—Parece un loco.
Chuchu comenzó a preocuparse sinceramente por Siana.
La vida de una simple doncella ya es menos valiosa que la de una mosca, y su oponente es el príncipe heredero.
Le preocupaba que ese tipo anduviera rondando a Siana.
—Me sentiría más tranquila si al menos pudiera estar cerca de ti.
Siana también quería trabajar en el Palacio Ruby junto con Chuchu. Pero la realidad no era tan sencilla.
Chuchu, que era más fuerte que diez hombres adultos juntos, era muy popular.
No eran pocos los lugares interesados en reclutar a Chuchu, que pronto se convertiría en doncella oficial.
Siana, frunciendo el ceño, dijo:
—Dicen que muchos quieren llevarte. No tiene sentido pensar que te asignarán al Palacio Ruby.
El Palacio Ruby, donde vivía la princesa Aris, tenía la jerarquía más baja. No tenía el poder para atraer a una doncella tan popular.
Y aunque no fuera por esa razón…
Una voz clara resonó.
—¡¿Por qué no vienen?! ¡Como no venían, tuve que salir a buscarlas!
Aris estaba allí, con las manos en la cintura, mirando a Siana y Chuchu.
Chuchu, que conocía la identidad de Aris por intuición, bajó la cabeza rápidamente.
Aris, con un resoplido arrogante, miró a Chuchu y luego agarró la mano de Siana para llevársela.
—Vamos, tengo hambre.
—Te preparé un tentempié antes de que salieras.
—Diez galletas no son nada, se convierten en caca enseguida. Estoy muerta de hambre.
—…
—Vuelve a hacerme algo de comer.
Era como una niña pequeña quejándose con su madre.
Siana miró a Chuchu con una expresión incómoda. Chuchu le respondió con la mirada.
Parece que tienes mucho trabajo cuidando de la princesa caprichosa.
Y apretó su gran puño.
No significaba que quisiera golpear a la pequeña princesa. Era un gesto de ánimo para su amiga que estaba pasando por dificultades.
Al entender el gesto, Siana también apretó su puño y sonrió ligeramente.
Aris, al ver la señal secreta entre ellas, gruñó disgustada, como un cachorro de león que no quiere que nadie se acerque a su madre leona.
Siana suspiró.
Con razón no se atreven a traer a otra doncella al Palacio Ruby.
Aris estaba completamente encariñada con Siana.
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En el camino de regreso al Palacio Ruby, Siana sostenía firmemente la mano de Aris.
Aunque Aris había crecido mucho últimamente, todavía era pequeña.
Que una joven de dieciocho años llevara de la mano a una niña de diez no era extraño, pero que una princesa y una doncella se tomaran de la mano era problemático.
Por eso, Siana dijo con expresión incómoda:
—Princesa, está bien hacerlo en el Palacio Ruby, pero fuera de allí, es inapropiado.
—¿Y qué? Aquí no hay nadie mirando.
El Palacio Ruby estaba en un rincón remoto del palacio real.
Era raro ver a alguien pasar por allí.
Es verdad, pero…
Siana lo pensó un momento y decidió dejarlo pasar.
Tal como dijo Aris, no había nadie mirando, y aunque alguien lo viera, probablemente no le prestaría mucha atención.
Nadie se molestaría en preocuparse si la pequeña princesa abandonada tomaba la mano de una doncella o no.
Por eso, Siana sostuvo suavemente la pequeña mano. Las mejillas de Aris se sonrojaron un poco.
Aris, con el rostro ligeramente ruborizado, preguntó:
—¿Esa es tu amiga de la que hablabas? ¿Chupchup o algo así?
—… Princesa, lo hace a propósito, ¿verdad?
Aunque no estudiara, Aris tenía buena memoria.
Al sentirse descubierta, Aris hizo un puchero.
—¿Por qué te gusta tanto? ¿Es porque es grande y musculosa?
Siana era pequeña y delgada. Por eso admiraba a las personas grandes y fuertes.
Además, cuando yo estoy luchando por cargar un saco de harina, Chuchu puede levantar cinco sacos con facilidad. Es impresionante.
En ese sentido, Chuchu se acercaba al ideal de Siana.
Así que Siana asintió.
—Es parte de la razón.
—¡…!
Ante la respuesta de Siana, Aris puso una expresión de sorpresa. Luego, con una cara seria, dijo:
—A partir de esta noche, quiero que prepares mucha más carne y leche. Seré mucho más grande que esa tal Chupchup o como se llame.
El tono de determinación en sus palabras hizo que Siana soltara una carcajada.
Con cada día que pasaba, el cariño de Aris hacia Siana se profundizaba.
A Siana no le disgustaba ese afecto en absoluto.
En realidad, le resultaba adorable.
Aunque esto no tiene nada de adorable…
Con una expresión ligeramente rígida, Siana miró al hombre que estaba de pie frente al Palacio Ruby.
Bajo la brillante luz del sol, el hombre que resplandecía era Rashid. Detrás de él estaba Sol, el caballero de la guardia.
Un hombre hermoso que brillaba bajo la luz del sol, y un hombre alto y musculoso con armadura.
Aunque para cualquiera serían una vista agradable, Siana solo se sentía incómoda.
Últimamente, se habían estado apareciendo con demasiada frecuencia.
—Hola.
Aris frunció el ceño al mirar a Rashid, que saludaba con una brillante sonrisa.
—¿Por qué has venido otra vez?
—Vine a ver si el estanque está bien arreglado.
—¡Ya has venido varias veces a revisar! ¡No hay ningún problema!
—Puede parecer que está perfecto ahora, pero es necesario revisarlo con el tiempo. Después de una semana, después de un mes, podrían aparecer problemas.
Dicho esto, bajó la mirada.
Entonces, Sol, que estaba detrás de Rashid, dio un paso adelante.
Los ojos de Aris se agrandaron al ver lo que tenía Sol en las manos.
Era un pastel.
Sobre la crema batida blanca como la nieve, había fresas, naranjas y uvas grandes y coloridas, todas cubiertas de frutas.
Era un espectáculo hermoso.
Mientras Aris miraba el pastel sin aliento, Rashid le dijo:
—Es un pastel con mucha crema batida hecha con leche fresca y frutas caramelizadas con miel.
—¡…!
La mirada de Aris temblaba intensamente.
Esta era la sexta vez que permitía a Rashid entrar en el Palacio Ruby, tentada de esa manera.
¡Esta vez no! ¡No caeré en esa trampa!
Aris dijo con voz altiva:
—Entonces, solo mira el estanque y vete.
—Está bien.
Rashid sonrió, complacido, y dirigió su mirada hacia Siana.
Le extendió una lata de té a Siana, que tenía la cabeza baja.
—Hoy traje Assam del monte Dirama.
Hablaba con una voz llena de expectación.
Siana lo sabía con certeza ahora.
Rashid estaba completamente obsesionado con el té que Siana preparaba.
Siana alzó la cabeza y miró a Rashid de reojo.
Un hermoso hombre la miraba con ojos brillantes.
Como un perro moviendo la cola, esperando que le lancen un hueso.
Preparar té no es un gran esfuerzo, pero…
Si el hombre frente a ella fuera un simple sirviente, no le importaría prepararle té.
Pero el hecho de que fuera el príncipe heredero era un problema.
Es un príncipe que muestra una amabilidad inusual y excesiva hacia una simple doncella. Eso no es normal.
Escondiendo sus verdaderos pensamientos, Siana recibió la lata de té con una sonrisa impecable de doncella.
—Por favor, adelante al palacio, Su Alteza.
Rashid sonrió abiertamente mientras entraba en el Palacio Ruby. Sol, con el pastel en la mano, lo siguió.
Sol echó un vistazo de reojo hacia algún lugar.
Alguien los estaba observando desde lejos.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
La sombra que rondaba cerca del Palacio Ruby se dirigió hacia otro palacio, uno cubierto de flores de espinas negras.
La sombra inclinó la cabeza ante una joven.
Era Yvette, la sexta hija del Emperador, de trece años.
Yvette preguntó con una voz irritada:
—¿Dices que el hermano Rashid fue otra vez al Palacio Ruby?
—Sí, así es.
La sombra, es decir, la doncella enviada por Yvette, asintió.
La respuesta de la doncella hizo que Yvette frunciera el ceño.
—¿Por qué mi hermano sigue yendo al Palacio Ruby? Es tan molesto.
Todas las princesas del palacio real sentían una vaga admiración por Rashid.
Era el príncipe heredero con el poder más fuerte entre los hermanos y, además, tenía una belleza que parecía sacada de un ángel de las leyendas.
Sin embargo, ninguna princesa se acercaba a Rashid.
En la familia imperial del imperio, no existen los hermanos.
Como ese proverbio decía, Rashid también mantenía una distancia estricta con sus hermanas.
Pero Aris era la única hermana a la que Rashid cuidaba.
Aunque solo fuera de vez en cuando, la cuidaba.
Yvette no podía soportar esto. Le enfurecía enormemente.
La concubina Blaine, la madre biológica de Yvette, que estaba a su lado, intentó consolar a su hija.
—Trata de entender. Aris es una niña muy desafortunada.
—Aun así…
Aunque fuera por lástima, no podía entenderlo.
Además, últimamente, Rashid se preocupaba por Aris mucho más a menudo que antes.
El palacio entero se había conmocionado al saber que la doncella de Aris había llevado a la oficina de suministros un documento con el sello de Rashid.
Y la atención de Rashid no se limitaba a eso.
También había rumores de que había llevado a numerosos sirvientes para decorar el estanque del Palacio Ruby.
Yvette hervía de ira.
Celos porque Rashid estaba prestando atención a alguien como Aris.
Y aún más que eso, un profundo enojo hacia Aris.
No sabe cuál es su lugar, nacida de esa manera tan vulgar.
Yvette, la sexta princesa, era la hermana más cercana a Aris en rango.
Pero Yvette nunca había considerado a Aris como su hermana.
Era hija de una vulgar bailarina.
La simple idea de que alguien así viviera en el palacio real como una princesa la irritaba siempre.
Pensar que Aris podría estar sonriendo tontamente, recibiendo el favor de su hermano, la llenaba de enojo.
Es como una tonta que no sabe que solo está recibiendo limosnas. Estúpida.
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