⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Aris habló con una voz clara:
—¿Y si lo dice la abuela?
La Emperatriz Viuda se había convertido en una abuela completamente devota. Si Aris lo deseara, la Emperatriz Viuda abriría los ojos con determinación y gritaría:
¿Cómo se atreven a rechazar a la doncella que sirve a mi nieta? ¡Esos insolentes!
Las doncellas se estremecerían ante la orden de la Emperatriz Viuda. Pero había algo que Aris no sabía. Siana, con la mirada baja, habló:
—A menos que se trate de otro miembro de la familia imperial, la Emperatriz Viuda no debe intervenir.
—¿Por qué no?
—Todo el mundo sabe lo mucho que la Emperatriz Viuda adora a la princesa Aris. Si la Emperatriz Viuda interviniera, hablarían mal de la princesa Aris.
—…….
—Dirían que la joven princesa se aprovechó de la Emperatriz Viuda para beneficiar a su doncella, quien no lo merecía. Y no quiero eso.
Los ojos esmeralda de Siana mostraban determinación. Aris mordió sus labios y luego bajó los hombros con una expresión abatida.
—… Entendido.
No haré nada que Siana no quiera. Porque delante de Siana, quiero ser una niña buena. Siana, entendiendo los sentimientos de Aris, sonrió levemente y acarició la cabeza redonda de la niña.
No sería honesto si dijera que no me siento decepcionada en absoluto…
Pero tampoco es que deseara fervientemente ser una doncella de nivel intermedio.
Así que está bien.
Justo cuando Siana pensaba esto, apareció una doncella frente a ella. Su uniforme azul brillante indicaba que era una doncella de más alto rango. La doncella bajó la mirada y dijo:
—¿Eres Siana?
—… Sí, lo soy.
Siana asintió con precaución.
—¿Es cierto que no pasaste el examen de nivel intermedio?
Siana se sorprendió un poco. ¿Cómo podía saber que una simple doncella de bajo rango no había pasado el examen de promoción?
—Sí, es cierto…
La doncella, al ver a Siana asentir, continuó:
—Escuché que tienes habilidades más que suficientes pero que no aprobaste. Debe ser decepcionante. Por eso quiero hacerte una propuesta.
—¿Una propuesta?
—La Consorte real te pide un favor. Si realizas bien esta tarea, te ascenderemos a doncella de nivel intermedio.
Era una oferta asombrosa.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
En el Palacio Imperial hay muchas mujeres del Emperador. La mujer que ocupa la posición más alta es la emperatriz, y debajo de ella hay cuatro consortes. Aunque no sean la Emperatriz, a estas mujeres no les falta nada: ni linaje, ni belleza, ni elegancia. Además, cada una de ellas tiene hijos que llevan la sangre del Emperador.
Estas mujeres podrían llegar a ser la madre del próximo Emperador, es decir, la futura Emperatriz Viuda.
Entonces, ¿qué podría querer una persona tan importante de mí?
Con este pensamiento, Siana fue llevada al palacio de la consorte. Definitivamente, la consorte era impresionante.
Aunque es más pequeño que el palacio del príncipe heredero que visité antes, este lugar también es increíblemente lujoso.
Desde las pinturas colgadas en las paredes hasta el candelabro en el techo y las esculturas en cada rincón, todo parecía de la mejor calidad.
La doncella superior que había traído a Siana dijo:
—La consorte llegará pronto, así que espérala aquí.
Sentada en la sala de estar, la expresión de Siana se endureció.
Dijeron que era una propuesta, pero en realidad es una amenaza, ¿verdad?
Una poderosa consorte frente a una doncella de bajo rango que no tiene nada. Desde el principio, esto no podría ser un trato justo. Si Siana rechazaba la petición de la consorte, la castigaría severamente.
Podría incluso ser azotada por atreverse a rechazar la orden de una consorte.
Ugh, realmente odio esa idea.
Con el ceño fruncido, Siana agarró con fuerza los pliegues de su falda, cuando de repente escuchó una voz suave por encima de su cabeza.
—Es un placer conocerte. ¿Eres Siana?
Siana levantó la cabeza rápidamente. Frente a ella estaba una mujer vestida con un vestido color agua.
Era la consorte Angelina.
—…….
Siana se sorprendió. La consorte se veía muy joven y delicada.
Con su cabello de un suave color limón y ojos de un verde claro, Angelina se veía más como una joven inocente que como la madre de un niño.
He oído que hay una gran diferencia de edad entre ella y el Emperador. Dicen que es una consorte muy joven. Pero no esperaba que lo fuera tanto.
Angelina, quizás pensando lo mismo, frunció levemente las cejas.
—Como has sido la doncella que educó a la princesa Aris, pensé que serías muy estricta, pero pareces bastante joven. ¿Cuántos años tienes?
—Tengo dieciocho años.
—Vaya. Pareces aún más joven.
Angelina sonrió como si sintiera empatía.
No mostraba la abrumadora dignidad de una consorte ni la astucia de una mujer de la realeza. Solo irradiaba una delicadeza y calidez similares a las de una brisa y flores de primavera.
Por eso Siana se relajó un poco.
—Perdón por no haberme presentado antes. Es un honor conocerla, Su Alteza. Soy Siana, doncella al servicio de la princesa Aris.
Angelina abrió la boca con sorpresa al ver a Siana inclinarse con elegancia mientras sostenía los pliegues de su falda.
—Es impresionante que una doncella de bajo rango salude con tanta elegancia.
—Es usted muy amable.
—No eres para nada presumida. Tal y como dicen los rumores.
¿Rumores?
Angelina, con una sonrisa, habló mientras Siana la miraba con curiosidad.
—Sí. Las personas con una red de información rápida lo saben. Dicen que la princesa Aris cambió en poco tiempo gracias a una doncella de bajo rango. Que esta doncella cuidó y educó a la princesa, transformando a una niña rebelde en una dama elegante. Hasta el punto de que la Emperatriz Viuda la adora.
—…….
No era sorprendente. Siendo una consorte, podía conocer la mayoría de las cosas que sucedían en el palacio.
Lo que preocupaba a Siana no era ‘cómo’ lo sabía la consorte, sino ‘por qué’ lo sabía.
Angelina bajó la mirada y continuó:
—Por eso te llamé.
—¿…?
—Tengo un hijo que cumplirá doce años este año. Me gustaría pedirte que lo eduques.
Siana parpadeó, sin entender del todo lo que la consorte decía.
Angelina era una consorte. Además, su familia también era poderosa.
Si ella, la consorte Angelina, quisiera, no sería difícil en absoluto encontrar un tutor destacado en el Imperio. No entendía por qué le pedía esto a una doncella que apenas conocía. Angelina, como si supiera lo que pensaba Siana, dijo:
—Voy a mostrarte algo, así que sígueme. Pero desde ahora, lo que veas aquí debe permanecer en secreto.
Siana siguió a Angelina a una habitación profunda en el palacio. Era la habitación del príncipe. La puerta, tratada de manera especial, no hacía ningún sonido al abrirse.
El príncipe es muy sensible al ruido, así que hay que tener cuidado.
Siana tragó saliva y entró en la habitación con precaución. Cuando sus ojos se ajustaron a la oscuridad, vio a un niño en el suelo, sosteniendo dos caballos de juguete en las manos y chocándolos entre sí.
Clac, clac, clac.
El único sonido en la habitación silenciosa era el de los juguetes chocando. Continuamente, como si nunca fuera a terminar. La luz de la luna caía sobre el niño, que repetía el mismo movimiento una y otra vez como un autómata averiado. Su cabello de un blanco pálido y su rostro pálido, y los murmullos incomprensibles que salían de su boca, le daban un aire inquietante.
Entonces, el niño levantó la cabeza. Al cruzar miradas con él, Siana se tapó la boca. A pesar de haber hecho contacto visual, los ojos del niño no mostraban ninguna emoción, eran como los ojos de un insecto sin sentimientos.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Poco después, Siana salió de la habitación. Frente a la puerta, estaba la consorte Angelina con las manos juntas.
—¿Viste al príncipe?
—… Sí.
Aunque la respuesta fue breve, Angelina captó las impresiones de Siana con ello. Con una expresión amarga, Angelina dijo:
—No espero que transformes al príncipe en alguien completamente diferente como hiciste con la princesa Aris. Solo deseo que, aunque sea un poco, realmente un poco, él mejore. Si puedes ayudarle, no pediré nada más.
—…
—Lo siento por hacerte esta solicitud de repente. Pero no pensé en nadie más que tú para pedir ayuda. …Piensa en ello y respóndeme.
—Lo haré.
Siana salió del palacio de la consorte con una expresión incómoda.
Siana sabía muchas cosas sobre la familia imperial. Era información que había reunido cuando era una princesa de un pequeño reino y luego como doncella del Imperio. Sin embargo, no había nada en esa información sobre el hijo de la consorte Angelina. Por eso, le parecía extraño.
Aunque solo lo vi brevemente, el príncipe no estaba bien.
Si su estado era así, no importaba cuánto tratara de ocultarlo la consorte, no podría permanecer en secreto. Sería normal que los rumores se extendieran.
Aún así, era muy extraño que Siana nunca hubiera oído nada al respecto.
No es posible que algo así pase desapercibido en un palacio con tantos ojos.
Decidida, Siana cambió de dirección y se dirigió al Palacio del Príncipe Heredero. El hecho de que una doncella de bajo rango llegara inesperadamente al palacio del príncipe heredero era una gran falta de respeto. Por eso, Siana había pensado en una excusa.
Voy a decir que la princesa Aris me envió.
Sin embargo, a pesar de que había preparado una excusa, las doncellas del palacio del príncipe heredero la dejaron entrar sin hacer preguntas.
¿La seguridad del palacio del príncipe heredero es tan floja?
Siana estaba sorprendida, cuando una de las doncellas le dijo con calma:
—El príncipe heredero dijo que debes ser recibida en cualquier momento, Siana.
—… Ah, sí.
Siana fue guiada a la sala de recepción donde había estado antes. Poco después apareció Rashid, con un rostro ligeramente sonrojado, como si hubiera corrido. Con una sonrisa brillante, preguntó:
—¿Qué te trae por aquí, Siana?
Sus ojos brillantes parecían decir: ‘¿Qué pasa? ¿Vas a decirme que me extrañaste?’. Pero era solo una impresión, ¿verdad?
Siana, haciendo un esfuerzo por ignorar la mirada de Rashid, respondió:
—Lo siento por presentarme de manera tan inesperada, Su Alteza. Vine porque tengo una pregunta.
—… Ah, ya veo.
La voz de Rashid se apagó como un globo desinflado, pero solo por un momento. Luego, una sonrisa apareció en su hermoso rostro.
—¿Sobre qué quieres hablar?
—… Sobre el príncipe Leisis, el hijo de la consorte Angelina.
De repente, la voz de Rashid se volvió más baja.
—¿Por qué preguntas sobre él?
Siana se dio cuenta de su error.
Claro. Aunque sonríe como una joven con flores, sigue siendo el príncipe heredero.
A pesar de ser amigable con Aris, había olvidado que los miembros de la familia imperial eran rivales entre sí. Era natural que reaccionara de manera sensible al preguntar sobre un rival.
Siana se apresuró a explicar:
—La consorte Angelina me pidió que ayudara en la educación del príncipe. Por eso, solo quería saber cómo es él —Agregó rápidamente—: No tengo ningún interés personal, ambición ni motivo oculto. Lo prometo.
—…….
Rashid, mirando a Siana con atención, asintió como si entendiera.
—Entiendo.
Siana suspiró aliviada, aliviada de no haber sido malinterpretada.
Rashid, con los ojos ligeramente más estrechos de lo habitual, comenzó a proporcionar la información que tenía.
—El cuarto príncipe, Leisis Revijon de Siaman. Hijo de la consorte Angelina. Tiene 12 años.
Siana prestó atención con los ojos brillantes. Pero las palabras de Rashid terminaron de manera decepcionante.
—Eso es todo lo que sé sobre él.
—… ¿Qué?
Siana parpadeó con incredulidad, y Rashid explicó:
—Leisis salió del palacio poco después de nacer.
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