⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—…….
El Marqués Wilhelm, que había estado escuchando en silencio, comenzó a temblar de rabia. Estaba tan indignado con su hija que no podía soportarlo.
El Marqués Wilhelm gritó:
—¡Deja de decir tonterías y trae a Angelina de inmediato! Quiero ver si te atreves a decir esas cosas en su presencia.
Siana respondió:
—La Emperatriz Consorte no desea ver al Marqués en este momento.
El Marqués Wilhelm enrojeció ante la mirada crítica de Siana, que parecía decir: ‘Seguramente sabe lo que hizo hoy’.
—¿Y qué importa? ¡Ella es mi hija! ¡Educar a una hija es derecho del padre!
La mirada de Siana cambió.
—No, ella no es solo su hija. Es la Emperatriz Consorte.
—… ¿Qué?
—La persona a quien golpeó hoy es la esposa del Emperador, el hombre más noble del imperio, y la madre del príncipe del Imperio.
—…….
—Levantar la mano contra ella es lo mismo que desafiar la autoridad imperial.
—Eso… ¿qué significa…?
El Marqués Wilhelm se quedó desconcertado por las palabras escalofriantes que salían de la boca de la dulce sirvienta.
El Emperador era cruel y el príncipe heredero era un dios de la guerra. Ni siquiera se le cruzaba por la mente enfrentarse a ellos.
Antes de que el Marqués Wilhelm pudiera decir algo, Siana habló con voz helada:
—¿Está el Marqués Wilhelm conspirando para rebelarse?
El Marqués Wilhelm gritó:
—¡Eso es absurdo!
Siana, mirándolo en silencio, relajó su expresión y dijo:
—Solo quería hacerle entender que un pequeño incidente, como el de abofetear a la Emperatriz Consorte, podría escalar de esta manera.
—…….
—Por favor, acepte las palabras de la Emperatriz Consorte Angelina, para que todo pueda resolverse en silencio.
Siana, con las manos juntas, habló con cortesía, pero el contenido de su mensaje era claramente una amenaza.
Si no hacía lo que la Emperatriz Consorte deseaba, se enfrentaría a graves consecuencias.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
En menos de una hora, el Marqués Wilhelm tomó una decisión.
—Entendido. Aceptaré las palabras de Angelina.
Por supuesto, emocionalmente no podía aceptarlo.
Que su hija, quien siempre había sido obediente, se le rebelara y lo intimidara era algo que no podía tolerar.
Quería doblegarla a toda costa.
Pero si lo hago, las cosas se complicarán.
Por muy débil que fuera, Angelina seguía siendo la Emperatriz Consorte, una mujer bajo la protección del Emperador.
Además, tenía hijos bajo su cuidado.
Enfrentarse a ella traería grandes consecuencias para el Marqués Wilhelm también.
Y la gente empezaría a hablar, diciendo que el Marqués Wilhelm no puede controlar ni siquiera a su propia hija.
Solo de pensarlo, un escalofrío recorrió su espalda; era una perspectiva humillante.
El Marqués Wilhelm no deseaba convertirse en el chisme de la gente.
Tal como Siana había previsto.
Siana sonrió y sacó una hoja de papel y una pluma.
El Marqués Wilhelm frunció el ceño.
—¿Qué es esto?
—Por favor, redacte un documento en el que se comprometa a no visitar a la Emperatriz Consorte sin permiso y a no mostrar un interés indebido por el príncipe heredero.
Una vena se hinchó en la frente del Marqués Wilhelm.
—Soy el Marqués Wilhelm. ¿Acaso crees que no cumpliré mi palabra?
Aunque su voz retumbó lo suficiente como para doler en los oídos, Siana mantuvo su rostro imperturbable y respondió:
—No es que no confiemos en usted, sino que esto es para fortalecer la confianza mutua.
—Ha… Realmente, se atreven a todo.
El Marqués Wilhelm chasqueó la lengua.
Poco después, con una expresión irritada, tomó la hoja de papel y comenzó a escribir apresuradamente.
Siana lo observó con satisfacción.
Mientras escribía, el Marqués Wilhelm habló:
—Angelina es débil y poco astuta. No tiene la capacidad de desafiar a su propio padre.
El Marqués Wilhelm se detuvo y preguntó:
—¿Quién la está manipulando?
Estaba convencido de que alguien estaba detrás de Angelina.
Siana vaciló por un momento.
Yo soy la responsable.
En realidad, no es que estuviera manipulando a la Emperatriz Consorte Angelina, sino más bien ayudándola.
Pero, de cualquier manera, quien había orquestado todo para acorralar al Marqués era ella misma.
Sin embargo, si lo admito, este terrible Marqués se volverá contra mí.
No, gracias.
Ese tipo de atención no era algo que una simple doncella como ella necesitara.
Por eso, Siana bajó la mirada y dijo:
—La Emperatriz Consorte Angelina no está siendo manipulada por nadie. Sin embargo…
Siana levantó la mirada y encontró la del Marqués Wilhelm.
—Sepa que el príncipe heredero está vigilando de cerca el palacio de la Emperatriz Consorte.
—¡…!
El Marqués Wilhelm palideció ante esas palabras impactantes.
¿Podría ser que la persona detrás de Angelina sea el príncipe heredero?
Eso parecía estar pensando.
Por supuesto, no era cierto.
Rashid, el príncipe heredero, no estaba interesado en lo que sucedía en el palacio, ni en los asuntos relacionados con la familia real.
Así que, lo que quiero decir es simplemente…
Es una mentira, señor Marqués.
No, eso no está bien.
Rashid, después de todo, le había preguntado a Siana sobre la Emperatriz Consorte Angelina y el príncipe Leisis, por lo que tenía algo de interés.
… aunque fuera tan pequeño como el excremento de una hormiga.
De todos modos, la mentira disfrazada de amenaza había funcionado.
El Marqués Wilhelm comenzó a redactar el documento a una velocidad aún mayor, como si intentara arreglar las cosas antes de que se complicaran más.
Y probablemente, una vez que salga de aquí, no se atreverá a vengarse de la Emperatriz Consorte Angelina.
Pensará que ese ‘príncipe heredero’ la está vigilando.
El Marqués Wilhelm, con una expresión irritada, firmó el documento y lo arrojó a Siana.
—¿Ya está bien?
Siana rápidamente revisó el documento y asintió con la cabeza.
—Sí, está bien. Gracias por su cooperación, señor Marqués.
—…….
El Marqués miró a Siana con el ceño fruncido.
Siana, sosteniendo el documento que el Marqués había escrito, dijo:
—Por aquí, por favor. Lo acompañaré afuera.
—¡Hmph!
El Marqués Wilhelm comenzó a caminar, siguiendo a Siana.
Cuando salieron de la habitación, el pasillo estaba vacío.
Siana había tomado medidas para asegurarse de ello.
Mientras caminaban por el silencioso pasillo, el Marqués Wilhelm preguntó:
—Dile a Angelina que he hecho todo lo que se me pidió, así que que no diga una palabra de esto a nadie.
—Lo haré.
—… ¿Cómo piensas manejar a los testigos?
No bastaba con que Angelina guardara silencio.
Había personas que habían presenciado al Marqués Wilhelm golpeando a Angelina. Siana y los guardias reales que ella había traído estaban allí.
Siana, tranquilizándolo, respondió:
—Les diré a los guardias que cometí un grave error debido a un malentendido. Y la Emperatriz Consorte Angelina también se asegurará de que todo coincida. Me encargaré de que no haya problemas para usted, señor Marqués.
—……
El Marqués Wilhelm entrecerró los ojos en lugar de responder. Después de mirar a Siana durante un largo rato, preguntó:
—Solo una cosa quiero saber.
—Dígame.
—¿Acaso… esperaste a que golpeara a Angelina antes de entrar en la habitación?
—…….
Siana no respondió, pero eso fue respuesta suficiente.
El Marqués Wilhelm la miró, incrédulo, y murmuró:
—Parece que Angelina no ha estado perdiendo el tiempo en el palacio. Ha encontrado a una sirvienta como tú.
—…….
En su voz había una ligera nota de satisfacción, aunque breve.
Pero rápidamente, el rostro del Marqués Wilhelm recuperó su habitual expresión de nobleza irritada, y dijo:
—Pronto será el banquete de cumpleaños de Leisis. Me pregunto cómo Angelina presentará a Leisis ante los demás.
—…….
—Será demasiado tarde para rogarme que la ayude cuando todo salga mal. Ella es la que arruinó las cosas.
Su voz estaba cargada de desconfianza y resentimiento.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—El Marqués Wilhelm ha dejado el palacio.
Angelina miró a Siana con una expresión de incredulidad.
—¿Cómo lo lograste? Mi padre no es alguien que se retire tan fácilmente.
Añadí una pizca de amenaza y una cucharadita de príncipe heredero.
N/Nue: JAJAJAJAJAJ REINA, CAPA, ¡QUIERO SER TÚ DE GRANDE!
Siana pensó eso para sí misma mientras le entregaba a Angelina el documento que el Marqués Wilhelm había dejado.
—De todos modos, el Marqués Wilhelm dejó esto por escrito, así que no dirá ni una palabra más.
Angelina acarició el documento con una expresión complicada.
—… Sí, mi padre es alguien que siempre cumple su palabra en estas cosas.
Era un hombre ardiente como el fuego y frío como el hielo, pero siempre cumplía lo que decía.
El Marqués Wilhelm no aparecería en el palacio por un tiempo.
Pero esto no significa que todo haya terminado.
Quedaba algo más importante por hacer.
El banquete de cumpleaños de Leisis, que tendría lugar en unos días.
No hacía falta verlo para saber lo que sucedería.
Las personas que vinieran a ver al príncipe después de tantos años se quedarían asombradas.
Dirían que el príncipe estaba extraño.
Leisis, por su parte, se sentiría aterrado al ver a tanta gente y no sabría cómo reaccionar.
En el peor de los casos, si Leisis entrara en pánico y comenzara a llorar, el banquete sería un desastre.
Ya no puedo contar con la ayuda del Marqués. Tengo que encontrar una manera para que la Emperatriz Consorte Angelina pueda manejar la situación.
Siana frunció el ceño ante la difícil situación, pero una voz suave la interrumpió.
—Sobre el banquete de cumpleaños de Leisis…
Siana levantó la cabeza y miró a quien la había llamado.
A diferencia de Siana, que estaba seria, Angelina tenía una sonrisa en el rostro.
Angelina dijo:
—Simplemente lo cancelaré.
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