⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
En lugar de burlarse de la mujer o mostrar una expresión de desdén, Siana le ofreció un pañuelo que estaba preparado sobre la mesa.
—¿Se siente incómoda por tener las manos manchadas de chocolate? Límpiese.
—Ah…
Ante la inesperada acción, la mujer abrió mucho los ojos. Siana sonrió ligeramente y dijo:
—¿Quiere que la limpie yo?
—¡N-no!
La mujer negó con la cabeza y rápidamente tomó el pañuelo, limpiándose los dedos. Las otras mujeres, viendo esto, pidieron con el rostro levemente enrojecido:
—Señorita doncella, yo también quiero un pañuelo.
—Yo también.
Debido a la emoción de comer, las manos y bocas de las mujeres estaban llenas de chocolate. Siana les entregó pañuelos con una sonrisa en su rostro.
Mientras se limpiaban la boca, las mujeres dijeron:
—¡Qué vergüenza! ¡Estaba tan delicioso que perdí el control!
Y luego, mirando a Siana de reojo, dijeron:
—Debe ser incómodo para usted, después de haber atendido a elegantes damas y princesas, ahora estar sirviendo a campesinas como nosotras, ¿verdad?
Siana negó con la cabeza.
—No digan eso. Ustedes son invitadas valiosas para mí. Por favor, disfruten de la fiesta de té con tranquilidad.
Ante esas palabras, las mujeres se sintieron mucho más relajadas. Siana tomó la tetera.
—Entonces, les serviré el té ahora. El té que tenemos preparado es Earl Grey de la montaña Ingrid. Si desean otro tipo de té, por favor háganmelo saber.
—Está bien.
—Yo también estoy bien.
Siana sirvió té en las tazas de las mujeres. Los rostros de las mujeres se iluminaron mientras tomaban pequeños sorbos.
—¿No es que tiene un aroma especial, por ser el té que se bebe en el palacio real?
—¿De verdad? Para mí no se diferencia mucho del té que bebo en casa. Solo tiene sabor a té negro.
Las mujeres se rieron como si estuvieran de acuerdo.
—Dicen que uno debe probar cosas buenas con frecuencia para saber apreciarlas. ¿Qué podríamos saber nosotras?
—Exacto. Probablemente la única que pueda apreciar algo así en este lugar sea aquella señora, ¿no?
Las miradas de las mujeres se dirigieron hacia un punto en particular. Era el lugar donde se encontraba la hermosa dama que había destacado desde su entrada. A diferencia de las mesas abarrotadas de gente, ella estaba sola en su mesa, lo que la hacía parecer aún más majestuosa.
Las mujeres le preguntaron a Siana:
—Señorita doncella, ¿es cierto que ella es la Baronesa Appleton, la dueña de nuestro huerto?
—Lo siento, pero no somos las doncellas quienes confirmamos la identidad de los invitados, así que no lo sé. ¿Acaso ustedes no conocen el rostro de la Baronesa?
—En realidad, el Barón Appleton se casó hace poco. Aún no hemos visto a la Baronesa en el huerto, así que nunca la hemos visto en persona.
—Escuché que el Barón se enamoró de ella a primera vista y le propuso matrimonio, así que me preguntaba cuán hermosa podría ser. ¡Y veo que realmente lo es!
—Así es. Es realmente hermosa.
Todas las mujeres estaban convencidas de que ella era la Baronesa Appleton. Siana tampoco lo negó.
Desde la cabeza hasta los pies, se nota que es alguien que ha aprendido bien las normas de la nobleza. Entonces, debe ser la Baronesa Appleton.
Sin embargo, el interés de Siana no iba más allá. Lo que le importaba era atender bien a las mujeres que tenía delante ese día. En ese sentido, lo deseaba fervientemente.
Espero que Jeanne atienda bien a la Baronesa sin cometer errores. Si la Baronesa se enfada, toda la fiesta podría arruinarse.
Pero como siempre, los deseos de Siana rara vez se cumplían.
Una fría voz resonó por el salón.
—¿Hasta cuándo piensas ignorarme?
Aunque la voz era suave, la gravedad que llevaba no era ligera en absoluto. Todo el salón se quedó en silencio. Siana miró con el rostro tenso hacia la dueña de la voz. Era la hermosa dama que se creía la Baronesa Appleton. Ella sonreía, pero sus ojos no lo hacían en absoluto.
Siana conocía muy bien esa expresión. Era el rostro de una noble, arrogante y severa. Y la mirada de la mujer estaba dirigida a Jeanne, quien sostenía una tetera. El rostro de Jeanne estaba tan pálido que parecía que podría desmayarse en cualquier momento.
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Hasta hace poco, el rostro de Jeanne estaba completamente encendido. Podía sentir que todos en el salón la miraban. Jeanne alzó la barbilla con orgullo ante las miradas.
Sí, es natural que me miren. La persona que tengo delante es de un nivel completamente diferente al de los demás invitados.
La mujer sentada frente a Jeanne era una dama de belleza y elegancia. Por eso Jeanne se sentía bien.
Soy Jeanne, la hija de la Compañía Diamante. La persona a la que atiendo debe ser al menos así de impresionante.
Con una expresión confiada, Jeanne ofreció el chocolate a la dama.
—Es chocolate hecho en el palacio real. Es un producto de alta calidad que no se puede probar fácilmente. Pruebe un poco.
Después de hablar, Jeanne sirvió té en la taza de la dama. La dama, que había estado observando a Jeanne en silencio, habló.
—¿Hasta cuándo piensas ignorarme?
Jeanne se sorprendió ante las palabras de la dama, que había estado en silencio hasta entonces.
—¿P-perdón?
—Tu arrogante saludo, tu mirada como si me estuvieras evaluando, tu forma de ofrecer el postre como si me estuvieras dando limosna… lo he soportado todo… —Ella bajó la mirada y habló fríamente—. Pero servir el té de una manera tan desastrosa… ¿Hasta cuándo tengo que soportar esta falta de respeto?
El corazón de Jeanne se hundió. La mirada de la dama hacia ella era escalofriante.
Entonces, Jeanne se dio cuenta de que había cometido un error grave. Con el rostro pálido, abrió la boca.
—Voy a… a servir el té de nuevo correctamente.
Jeanne se esforzó por recuperar la compostura y volvió a servir el té.
—Fue un poco descuidado antes. He aprendido a servir té a la nobleza. Las doncellas también me han elogiado por hacerlo bien.
Atender a una Baronesa con una sola finca no era un gran desafío para ella. Sin embargo, la evaluación seguía siendo despiadada.
—¿Es que el nivel de las doncellas del palacio real es tan bajo?
La mujer suspiró levemente y continuó.
—Se dice que una doncella que no cumple con su papel recibe severos castigos. Puede ser que la azoten toda la noche, o incluso le corten la lengua para que no vuelva a cometer errores… ¿Qué castigo te tocará a ti?
—¡…!
Las horribles palabras hicieron que el rostro de Jeanne se pusiera aún más pálido. Instintivamente comprendió que las palabras de la mujer no eran simples amenazas. Con una sola palabra, Jeanne podría caer en la ruina.
¿Qué voy a hacer?
Sus piernas empezaron a temblar.
Desde la distancia, Siana se movió rápidamente. Si Jeanne colapsaba, la fiesta realmente se arruinaría. Era necesario solucionar el problema mientras todavía se podía.
—¡Perdón, señora!
La hermosa mujer y Jeanne giraron sus cabezas hacia la voz. Allí estaba Siana, inclinada profundamente.
—Parece que nuestra habilidad aún no está a la altura de su dignidad. Por favor, perdónenos con su corazón benevolente.
Pero la mujer no parecía dispuesta a calmarse fácilmente.
—Si simplemente inclinar la cabeza y disculparse resolviera todo, el mundo sería mucho más fácil.
—Déme solo una oportunidad más. Prepararé un té adecuado para usted.
—¿Para que me muestre otra vez esa ridícula escena? ¿Por qué debería hacerlo?
Siana respondió con firmeza en su voz.
—Porque es una fiesta organizada por la familia real.
—……
—Si los invitados terminan la fiesta insatisfechos, el organizador se sentirá herido. Creo que usted tampoco desea eso.
La mujer se rió con sorpresa y escepticismo.
—¿Estás intentando intimidarme ahora?
—¿Cómo podría atreverme a hacer algo así a una persona tan valiosa? Solo estoy pidiendo una oportunidad para complacerle como doncella.
—……
La mujer miró a Siana y luego bajó la mirada.
—Está bien. Pero si no logro quedarme satisfecha, la ira que mereces será dirigida hacia ti.
—Por supuesto.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Durante el tiempo en que Siana era una princesa, cada semana se realizaba una fiesta de té en los jardines. Era una fiesta de té real.
El rey, la nueva reina, el príncipe y la princesa se sentaban cara a cara. Siana también estaba allí.
En las fiestas de té reales, las doncellas solían servir el té. Sin embargo, ese día no era así.
Por la petición de la nueva reina.
( Majestad, hace tiempo que quiero probar el té de la princesa Siana. ¿No es el té de la princesa Siana extremadamente excelente? )
El rey asintió sin pensarlo demasiado.
( Eso está bien. Siana, sirve el té. )
Siana no pudo rechazar la orden del rey.
Asintió con la cabeza.
Muchas miradas se dirigieron hacia ella. En particular, la mirada de la nueva reina era inquietante. Era la mirada de una bestia ante su presa.
Ella esperaría que Siana cometiera el más mínimo error para devorarla. Las críticas y el desprecio furioso vendrían sin duda.
Así que para Siana, esto no era simplemente servir té.
Era una cuestión de vida o muerte.
Siana escondió desesperadamente el temblor de sus manos mientras sostenía la tetera.
¿Por qué estoy pensando en eso ahora?
Siana exhaló mentalmente y desechó esos pensamientos. En este momento, no tenía espacio para recuerdos dolorosos.
Lo importante era servir el té a la digna mujer frente a ella con una etiqueta perfecta.
Siana enderezó su espalda y dijo con una voz cortés.
—El té preparado es Earl Grey de la montaña Ingrid. ¿Está bien para usted?
La mujer asintió con la cabeza.
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