⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Antes de que Siana pudiera responder, Rashid se arremangó. De inmediato, su firme brazo, que había estado oculto bajo la camisa blanca, quedó al descubierto.
Siana abrió los ojos de par en par.
El brazo de Rashid era aún más impresionante de lo que había imaginado. Los músculos bien definidos formaban una estructura sólida y poderosa.
Mirando el brazo de Rashid con admiración, Siana murmuró:
—¡Vaya, qué envidia!
—…
Por un instante, la comisura de los labios de Rashid tembló. Sin darse cuenta, Siana continuó hablando con una expresión inocente:
—A mí no se me desarrollan bien los músculos en los brazos. Si tuviera aunque sea una pequeña parte de la fuerza de Su Alteza, sería mucho más fácil hacer mi trabajo.
El rostro de Siana mostraba una auténtica sensación de tristeza mientras comparaba sus delgados brazos con el musculoso brazo de Rashid.
—Ja, ja.
Finalmente, Rashid no pudo contener la risa.
Al ver a Rashid reírse, Siana frunció el ceño.
—¿Le parece gracioso lo que he dicho?
—En absoluto, para nada.
Rashid sabía que Siana lo decía en serio. Pero al imaginar un cuerpo musculoso bajo el rostro juvenil y redondeado de Siana, no pudo evitar reírse.
¿Sería algo así como un oso con cara de ardilla? Bueno, también sería adorable de esa forma…
Con una sonrisa en el rostro, Rashid dijo:
—A mí me gusta cómo estás ahora.
—…
—Pequeña y suave, perfecta para abrazar.
El rostro de Siana se sonrojó un poco.
—Si alguien lo escuchara, podría malinterpretarlo fácilmente. Nunca me ha abrazado y aun así habla como si lo supiera todo.
Ante las palabras de Siana, Rashid extendió ambos brazos hacia los lados.
—¿Entonces, debería abrazarte ahora?
Siana lo miró con la boca abierta, luego dio un paso hacia él.
¡Plaf!
Siana colocó un pesado saco de cebada sobre las manos extendidas de Rashid.
—No se burle de una doncella inocente y mejor ayúdeme con el trabajo.
—…
Pero no estaba bromeando. Lo decía en serio.
Rashid hizo un puchero con expresión de frustración.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Siana visitó el palacio de la princesa Grace por primera vez en mucho tiempo.
Es la primera vez que la veo desde que comenzó a ejercitarse.
Siana no era la doncella de Grace, y tenía asignado un trabajo en la despensa, por lo que no había visitado el palacio de Grace en todo este tiempo. No quería que surgieran comentarios innecesarios.
En su lugar, Chuchu a menudo visitaba a Siana para informarle sobre el estado de Grace.
Chuchu dijo que la salud de la princesa Grace estaba mejorando rápidamente.
¿Qué tan bien estaría ahora?
Siana abrió la puerta con expectativas.
—Ven, Siana.
La voz era tan refrescante como una brisa de montaña.
Siana levantó la cabeza para mirar a la dueña de la voz.
Bajo la brillante luz del sol, la princesa Grace estaba sentada en una silla.
—…
Solo habían pasado diez días desde que Siana había visto a Grace por última vez. En ese corto tiempo, Grace había cambiado notablemente.
Su cabello negro brillaba bajo el sol, su rostro era blanco como el mármol. Su apariencia seguía siendo tan hermosa como una rosa, pero su aura había cambiado.
Antes parecía frágil como el cristal, como si pudiera romperse con un solo toque, pero ahora emanaba una vitalidad como la de un robusto árbol.
Grace bajó la mirada.
—¿Qué tanto miras?
—Su Alteza está aún más hermosa desde la última vez que la vi.
Grace frunció el ceño ante el comentario aturdido de Siana.
—¿También tú adulas?
Siana negó con la cabeza, mostrando una expresión de inocencia.
—No es adulación. Su tez está más saludable, su cabello brilla y sus ojos están llenos de vida.
—…
Grace nunca confiaba en lo que decían sus doncellas. Pensaba que, sin importar cómo fuera la persona a la que servían, ya fuera gorda, flaca o incluso un anciano con la piel arrugada, ellas siempre la alabarían como si fuera hermosa.
Pero, por alguna razón, las palabras de Siana no sonaban como esas falsas adulaciones.
Por eso, con el rostro ligeramente enrojecido, Grace murmuró:
—Bueno, me alegra escuchar eso.
Ante el comentario de Grace, Siana sonrió ampliamente.
—Sobre todo, parece que se siente más cómoda.
—… En realidad, sí. Estos días vomito menos después de comer.
Aunque Grace seguía comiendo principalmente vegetales, para ella, comer seguía siendo un acto aterrador. Sin embargo, ya no era una experiencia asfixiante y aterradora como antes.
Ahora tenía la certeza de que, mientras comiera y luego se ejercitara, no ganaría peso.
Después de comer, Grace se movía de inmediato. Aunque la ejercitación era una necesidad impulsada por el miedo, una vez que empezaba a moverse, ese miedo desaparecía.
Grace comentó:
—Ejercitarse es más placentero de lo que pensaba.
Chuchu, que había estado de pie tranquilamente al lado de Grace, intervino.
—¡Es que la princesa es una genio del ejercicio! —Chuchu continuó hablando con una expresión emocionada—. En todos mis años, nunca he visto a alguien que se mueva tan bien como usted, Princesa. Levanta cualquier peso pesado con facilidad. Cuando salta, llega hasta allá arriba. Y es tan flexible que puede estirarse en cualquier dirección.
Grace frunció el ceño y agitó la mano.
—Ya basta. Me da vergüenza.
—¡Ay, qué vergüenza ni que nada! ¡Un talento tan increíble debe ser conocido por todos!
Chuchu, con una expresión entusiasmada, trajo un aparato de ejercicio hecho de piedra.
—Princesa, demuéstreles qué tan fuerte es. ¡Seguro que se quedarán boquiabiertos!
Grace miró a Chuchu con incredulidad.
¿Está en su sano juicio? ¿Pedirle a una princesa que muestre su fuerza frente a sus doncellas?
Pero antes de que Grace pudiera decir algo, Siana, con una cara enrojecida, dijo:
—Escuché a través de Chuchu que tiene una fuerza increíble. ¿Es cierto?
—No es solo increíble. ¡Es una fuerza sobrehumana!
Con dos doncellas, una grande y otra pequeña, mirándola con ojos brillantes, Grace no tenía forma de escapar.
¡Qué doncellas tan atrevidas!
Grace suspiró levemente y extendió la mano hacia el aparato de ejercicio que Chuchu había traído.
—¡Guau!
Siana aplaudió con los ojos brillando.
—¡Oooh!
Chuchu también aplaudió, ensanchando las fosas nasales con orgullo.
Frente a las dos doncellas, que aplaudían como nutrias, Grace levantó la enorme piedra.
Siana, con una expresión incrédula, miró a Grace y luego intentó levantar la piedra que ella había dejado.
Sujeto con ambas manos y aplicó toda su fuerza, pero la piedra no se movió ni un poco.
—Es realmente pesada. ¿Cómo puede levantar algo así tan fácilmente?
Incluso después de haberlo visto con sus propios ojos, no podía creerlo. Además, los brazos de Grace no parecían tan diferentes de los suyos.
Grace bajó la mirada y respondió:
—Simplemente lo hago.
Aunque sonara presuntuoso, no podía evitarlo. Era la verdad.
Con la respuesta de Grace, Siana, con una expresión emocionada, comenzó a elogiarla, diciendo lo asombrosa que era.
Chuchu también infló el pecho de orgullo, asintiendo con satisfacción y diciendo:
—¿Verdad? ¿Verdad?
Tch. Ser un poco fuerte no es algo tan impresionante. Para una dama, es más bien una desventaja.
Pensó Grace para sí misma.
Sin embargo, sin darse cuenta, la comisura de sus labios se curvó ligeramente hacia arriba.
—Puedo levantar algo aún más pesado. ¿Quieres que lo muestre?
—¡Sí!
Respondió Siana con ojos brillantes ante la propuesta de Grace.
Grace estaba a punto de levantar un aparato de ejercicio aún más grande cuando se escuchó la voz de una doncella desde fuera de la habitación.
—Princesa Grace, ha llegado una visita.
Dado que no esperaba a nadie, Grace levantó una ceja.
Poco después, la voz de la doncella continuó.
—Es el señor Isaac.
—¡…!
Los ojos de Grace se agrandaron.
Siana y Chuchu, que estaban cerca de los aparatos de ejercicio, también quedaron sorprendidas.
Isaac von Hastings.
La inesperada visita de su prometido dejó a Grace en un estado de pánico.
—¡Escóndelo todo!
Ante el grito de Grace, Chuchu comenzó rápidamente a recoger los aparatos de ejercicio esparcidos por el suelo y a esconderlos bajo la cama.
El hecho de que Grace hiciera ejercicio en su habitación, y que levantara pesos tan enormes, era un secreto. No debía ser descubierto bajo ninguna circunstancia.
Siana también se movió rápidamente.
—Princesa, siéntese. La arreglaré rápidamente.
Después de haber hecho ejercicio intenso, la apariencia de Grace estaba desordenada.
Normalmente, habría llamado a la doncella encargada de arreglarla, pero no había tiempo para eso. Grace asintió y se dejó llevar por Siana.
Siana comenzó a arreglar a Grace con habilidad.
Peinó su cabello desordenado y limpió las gotas de sudor de su frente con un pañuelo blanco.
Luego, aplicó un poco de polvo hecho de perlas y, en los labios, pasó suavemente un rouge hecho de pétalos de rosa.
El rostro de Grace ya era lo suficientemente marcado, así que con eso fue suficiente para que volviera a parecer la hermosa princesa.
Siana preguntó:
—¿Qué hacemos con su ropa?
Normalmente, Grace habría estado usando un vestido elegante con corsé y enaguas, pero ahora llevaba una ropa cómoda de estar en casa.
Grace respondió:
—Solo ponme un chal encima.
Después de todo, llevaban tres años comprometidos.
Isaac entendería ese nivel de informalidad.
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