⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—Adelante, señor Isaac.
Ante la voz de Grace, Isaac abrió la puerta. Normalmente, un noble tenía que obtener permiso antes de visitar a un miembro de la realeza. Y, una vez en el palacio, solían ser conducidos a una sala de recepción.
Pero Isaac era especial.
Isaac podía visitar a Grace en cualquier momento, sin previo aviso, y no en una sala de recepción, sino directamente en su habitación. Era un privilegio de prometido.
Isaac entró en la habitación. Con su cabello castaño oscuro y suave, un rostro ordenado y ojos ligeramente curvados.
Siana y Chuchu, que estaban detrás de Grace, tuvieron el mismo pensamiento al unísono.
Tiene una cara astuta.
Aunque claramente era un hombre atractivo, había algo en él que no les gustaba.
En comparación con la princesa, está muuuy por debajo.
Siana y Chuchu compartieron el mismo pensamiento mientras entrecerraban los ojos.
Grace habló.
—Buen trabajo. Ya pueden retirarse.
A pesar de que Siana y Chuchu habían pasado mucho tiempo con Grace últimamente, había límites que debían respetarse. No podían interrumpir un momento íntimo con su prometido.
Así que Siana y Chuchu respondieron obedientemente.
—Sí.
Chuchu agregó.
—Le pediré a la doncella encargada que prepare el té.
Grace sonrió ante el comentario de Chuchu.
—Vaya, estás aprendiendo a ser perspicaz. Hazlo.
Chuchu asintió con una expresión de orgullo ante el elogio de Grace.
Con eso, Siana y Chuchu salieron de la habitación.
Isaac se sentó en una silla y dijo:
—Veo que te llevas bien con las doncellas.
Grace respondió con una sonrisa.
—Son doncellas que se preocupan mucho por mí.
—Cuidar de tus subordinados es una de las virtudes que debe tener una princesa. Pero debes mantener siempre los límites claros. De lo contrario, podrías parecer débil ante ellos, lo que podría resultar en una situación embarazosa.
—…Sí.
Grace respondió con una expresión ligeramente tensa.
Isaac solía ser muy amable. Pero a veces, cuando Grace hacía algo que no le agradaba, solía señalarlo uno por uno. En esos momentos, Grace sentía como si le faltara el aire.
Isaac dice estas cosas porque le preocupo. No debo pensar mal.
Grace pensó eso mientras trataba de relajarse y calmar su expresión.
Mientras observaba a Grace jugar con sus dedos, Isaac pensó:
Hoy está diferente.
No importaba cuándo la visitara, Grace siempre lucía perfecta. Llevaba adornos brillantes en el cabello, un vestido elegante y ceñido, y bajo la voluminosa falda, unos zapatos puntiagudos que relucían.
Pero hoy no era así.
Sin adornos en el cabello, con el cabello recogido en una simple coleta, y con un vestido holgado que parece una prenda de dormir.
Alguien podría encontrar un tipo de belleza natural en esto, pero Isaac no.
Isaac no estaba contento con la apariencia actual de su prometida.
Una princesa debe ser siempre hermosa y elegante, sin importar quién esté frente a ella. No como ahora, luciendo desordenada como si acabara de despertarse de una siesta, como una plebeya.
Isaac se contuvo de decir esto en voz alta. Aunque Grace solía seguir sus palabras, ella era una princesa. No podía hablarle de esa manera.
En su lugar, Isaac suavizó su tono y dijo otra cosa.
—¿Te sorprendí al venir de repente?
Grace negó con la cabeza.
—No. Te pedí que lo hicieras, que vinieras cuando quisieras verme.
Grace veía la repentina visita de Isaac como algo muy especial, como una señal de que su relación no era solo un compromiso, sino algo más tierno.
Una idea tan ingenua y tonta. Aunque, eso la hace adorable.
Pensó Isaac mientras continuaba hablando.
—Vine porque quería verte, Princesa.
¡Ay!
El rostro de Grace se puso rojo como un tomate, y Isaac continuó.
—Y también vine porque estoy preocupado.
—¿Preocupado? ¿Por qué?
Grace inclinó la cabeza, intrigada. Isaac respondió:
—Escuché de la Emperatriz Laila que últimamente no has salido mucho de tu habitación. Tampoco has asistido a las reuniones de té de las damas.
—Ah…
Grace parpadeó.
Recientemente, no había salido mucho. No era por ninguna razón especial, sino para deshacerse de su hábito de vomitar.
Es difícil comer verduras y hacer ejercicio inmediatamente si salgo del castillo.
Nunca imaginó que Isaac se preocuparía por eso.
Tal vez está preocupado, pensando que estoy encerrada en mi habitación para perder peso, como hace tres años.
Si fuera eso, planeaba tranquilizarlo y explicarle que, en realidad, estaba intentando estar más saludable.
Pero Isaac tenía una idea completamente diferente.
Con una expresión severa, Isaac dijo:
—No debes volverte perezosa, Princesa.
—…¿Qué?
Grace lo miró con una expresión de perplejidad, sin entender a qué se refería.
* * *
—He oído que tu apetito ha aumentado. Después de comer hasta llenarte, ¿te has sentido tan somnolienta que has pasado todo el día acostada en tu habitación? Y todo esto usando un vestido holgado, casi como si fuera una prenda para dormir.
—…
—Eso es realmente problemático. Volverás rápidamente a cómo eras antes.
Gorda y horrenda, como en aquella época.
La mirada afectuosa de Isaac transmitía esas palabras.
De repente, Grace sintió como si el aire se le escapara de los pulmones.
Grace, que se había quedado rígida, sacudió la cabeza y exclamó:
—Eso, eso no es cierto, Isaac. No hay forma de que vuelva a ser como antes. Aunque he aumentado la cantidad de comida, solo como principalmente verduras. Y no he estado acostada en mi habitación…
Grace vaciló antes de continuar.
—…He estado haciendo ejercicio.
Los ojos de Isaac se agrandaron ante esa palabra inesperada.
—¿Ejercicio?
—Sí. He estado moviéndome para mantenerme en forma y evitar ganar peso. Sudar me hace sentir ligera y también me ayuda a dormir mejor.
Mientras Grace enumeraba sin darse cuenta los beneficios del ejercicio, la expresión de Isaac se torció.
¿Ejercicio? ¿Una princesa haciendo ejercicio?
Para Isaac, el ejercicio era algo para fortalecer el cuerpo, algo que hacían los hombres.
N/Nue: Típico machito, AGH QUE RABIA.
Claro que había mujeres que realizaban actividades físicas, pero eran las sirvientas que hacían tareas pesadas o las campesinas. Sus cuerpos eran duros y toscos, lejos de la elegancia.
La idea de que Grace pudiera cambiar su cuerpo en algo así le parecía horrorosa.
Con una expresión de urgencia, Isaac tomó la mano blanca y delicada de Grace.
—Princesa, no sé qué te llevó a hacer algo así, pero me gustas tal como eres ahora. Quiero que permanezcas a mi lado como la princesa delicada, elegante y hermosa que eres.
—…
—Así que, por favor, deja de hacer ejercicio. Si estás preocupada por ganar peso, simplemente reduce la cantidad de comida.
En ese momento, Grace sintió como si su pecho se oprimiera, dificultándole la respiración. Pero no podía decir ‘no’ a Isaac. Sabía qué cara pondría el hombre que amaba si lo hacía.
Con el rostro al borde de las lágrimas, Grace asintió.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Después de que Isaac se fue, Grace se quedó sola en su habitación.
Pasó un rato.
Toc, toc, se escuchó un golpeteo en la puerta.
—Princesa, le he traído la cena.
Era la voz de Chuchu, quien se había encargado de las comidas de Grace desde que comenzó a hacer ejercicio.
—…
Al no recibir respuesta, Chuchu continuó.
—El menú de hoy es una ensalada crujiente de lechuga con tomate, aderezada con una salsa agria de limón y ajo. También lleva queso ricotta suave y pan tostado.
Un menú especial que Chuchu había preparado con esmero.
Lo llamó: ‘Parece un plato de hojas, pero con una porción te quedas satisfecha’.
Cada vez que Grace parecía reacia a comer, terminaba limpiando el plato. Pero hoy, en contra de las expectativas de Chuchu, Grace respondió en voz baja:
—No, no quiero.
Chuchu, que estaba afuera, abrió los ojos con sorpresa.
Desearía que su respuesta hubiera sido suficiente, pero no.
Finalmente, Chuchu entró en la habitación, sosteniendo el plato de ensalada en ambas manos.
Se acercó a Grace, que estaba sentada en una silla, y dijo:
—Princesa, por favor, coma aunque sea un poco. Después de que el señor Isaac la visitó, no tuvo tiempo de comer nada después del ejercicio. Debe tener hambre…
Cuando Grace no respondió, Chuchu comenzó a ponerse nerviosa.
Con una expresión preocupada, Chuchu volvió a hablar.
—Por favor, coma un poco.
—¡Te dije que no quiero!
Grace, con el rostro lleno de irritación, empujó el plato que Chuchu sostenía.
¡Crash!
El plato cayó al suelo, rompiéndose y esparciendo la comida por todas partes.
—Oh, cielos.
Grace gritó hacia Chuchu, que la miraba con ojos bien abiertos.
—¡Te dije que no quiero comer! ¡Entonces, ¿por qué sigues molestándome?!
—Pe-pero si no come, luego se atracará y entonces… terminará vomitando otra vez…
—¡Déjame vivir así!
—…
—Si he vivido así hasta ahora y ha estado bien.
De hecho, era quizás la forma más efectiva de mantener su figura actual.
¿Por qué había intentado abandonar un método tan bueno?
—…
Los ojos de Grace estaban vacíos, como si estuviera poseída por algo.
Chuchu la observó con asombro, luego sollozó.
—Pero, princesa… Siana dijo que si sigue así, su vida podría estar en peligro.
Para Chuchu, solo imaginar eso era aterrador.
Pero Grace respondió con una sonrisa escalofriante.
—Entonces, moriré.
—…
—Es mejor eso que ser odiada por Isaac.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Chuchu estaba frente a la puerta, hablando.
—Princesa, le he traído la cena.
Desde dentro de la habitación, se escuchó una voz aguda.
—¡Llévatela!
Esa fue la única respuesta de Grace.
Con el rostro sombrío, Chuchu miró la puerta firmemente cerrada.
Habían pasado dos días desde que la princesa Grace cerró la puerta. Y desde entonces, no había aceptado ninguna comida.
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