⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Unos días después, Siana tomó un sorbo de té y sintió algo extraño. De repente, un dolor intenso comenzó a retorcerse en su estómago, y su rostro se puso pálido de inmediato.
—¿Veneno?
Al darse cuenta, Siana se metió los dedos en la boca.
—¡Debo vomitarlo como sea!
Nunca pensó que inducir el vómito para perder peso le sería útil de esta manera. La vida de la joven princesa no podía ser más desafortunada.
—¡Ugh!
Dado que casi no había comido en todo el día, solo salieron jugos gástricos ácidos y saliva. Aun así, Siana continuó vomitando, luchando por sobrevivir.
Sin embargo, a pesar de vaciar su estómago por completo, el veneno no desapareció por completo y empezó a destrozarla. Su hermoso cabello rubio se volvió tan delgado como hilos y comenzó a caerse a puñados. Sus labios, que solían ser gruesos, se secaron y agrietaron, y su piel suave se cubrió de sarpullidos.
Un día, el rey la miró y dijo:
—Tienes un aspecto terrible.
—…
—Chst, pensaba que si crecías tan hermosa como la reina, podría conseguir una dote considerable para tu matrimonio, pero ahora ni siquiera eso será posible.
El rey frunció el ceño. No era la cara de un padre que miraba a su hija, sino la de un comerciante irritado por no poder vender su mercancía a buen precio.
Y no era solo el rey. Los nobles que antes la rodeaban con sonrisas ahora se mantenían alejados, lanzándole miradas furtivas y riéndose de ella, como si estuvieran observando una joya defectuosa.
Lo mismo sucedía con las sirvientas y los sirvientes que solían decir que la joven princesa era bonita y encantadora. Ya no mostraban más amabilidad de la necesaria.
Siana lo comprendió.
Mi único valor era mi belleza.
Era un hecho que ya conocía, algo que ella misma había deseado. Aun así, en el momento en que lo comprendió, sintió náuseas. No era el tipo de náuseas que viene por la comida, sino una aversión a la fuerza que había intentado obtener.
Pensé que era el único poder que me quedaba, pero no lo era. Es un veneno horrible.
Un veneno que, al obtener poder, la estaba devorando por dentro. Un poder que no traería nada más que su ruina.
Sin dudarlo ni un segundo, Siana decidió renunciar a ese poder.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
La Siana de dieciocho años habló con una expresión tranquila.
—Desde entonces, dejé de vestirme con extravagancia. Me quité las joyas brillantes, me desmaquillé y comencé a usar vestidos sencillos. La joven que solía parecerse a una muñeca desapareció.
—…
El rostro de la princesa Grace, que estaba junto a Siana, se torció de dolor. Siana omitió el hecho de que alguna vez había sido una princesa de un reino. Aun así, eso no importaba mucho. No solo las princesas creen que la belleza es su único poder y se aferran a ella con todas sus fuerzas; cualquier joven en el mundo, en algún momento, ha deseado aferrarse a esa cuerda. Sin embargo, esa cuerda estaba llena de espinas, y quien la agarraba sufría un dolor terrible.
Siana bajó las cejas mientras hablaba.
—No digo que esté mal mantenerse en forma, suavizar la piel con masajes, o cuidar el cabello. Embellecerse a una misma puede ser algo agradable. Pero…
Siana miró a Grace a los ojos y le dijo:
—No te arregles solo para los demás, Su Alteza. Eso es demasiado doloroso.
Grace murmuró, titubeante:
—¿De verdad estará bien?
Siana sonrió.
—Claro que sí.
—…
—Después de todo, eres la hija de Su Majestad el Emperador y la Emperatriz.
Grace no estaba en la misma situación que Siana, que había tenido que elegir un camino difícil. Sus padres, aunque distantes, le habían dado un inmenso poder y riqueza como miembro de la familia imperial.
—Puedes vivir haciendo todo lo que desees. Si te gusta embellecerte, derrocha en los mejores vestidos y joyas. Si quieres comer pastel, cómelo. Si alguien no te cae bien, frúncele el ceño y dile lo que piensas. Nadie te lo impedirá.
—…Sí.
—Y si un día encuentras a alguien que realmente te guste, puedes considerarlo seriamente.
Grace, comprendiendo el significado de las palabras de Siana, se sorprendió y dijo:
—Pero ya tengo a Isaac.
—Lo sé. Pero no es ley que debas casarte con tu actual prometido.
El compromiso entre Grace e Isaac había sido promovido por la familia de Isaac, ya que les beneficiaba más a ellos. Si Grace decidiera cancelar el compromiso, la Emperatriz Layla no lo rechazaría.
—Y aunque las cosas no se desarrollen de esa manera, hay muchas formas de romper un compromiso. Si se maneja bien, incluso podrías culpar al otro lado y obtener algo a cambio. Así que si alguna vez quieres romper el compromiso, dímelo. Te ayudaré.
Grace frunció el ceño al escuchar a Siana, quien hablaba con una sonrisa radiante.
—A veces dices cosas aterradoras con esa cara inocente.
En ese momento, la puerta se abrió de golpe y apareció Chuchu. Los ojos de Siana y Grace se agrandaron.
Chuchu había traído un carrito lleno de una increíble cantidad de comida. Había pastel de fresa, uvas jugosas, chocolates redondos, pan con crema batida y una fresca ensalada. Grace parpadeó con asombro y preguntó:
—¿Qué es todo eso?
—Después de llorar, te da hambre, ¿verdad? Pensé que Su Alteza podría tener apetito, así que traje algunos bocadillos ligeros.
Pero no parecían ligeros en absoluto. Chuchu observó a la princesa con cautela y dijo:
—¿Me pasé al traer tanta comida? …Pero, por favor, coma un poco, Su Alteza.
Grace miró a Chuchu con las cejas fruncidas. Hace unos días, Grace se había enfadado mucho con Chuchu por traerle comida. Una sirvienta común no se hubiera atrevido a traerle comida de nuevo después de eso, pero Chuchu no se dio por vencida y siguió viniendo todos los días, rogándole a Grace que comiera aunque fuera un bocado.
Es realmente tonta, pensó Grace, con el rostro torcido como si fuera a llorar. Chuchu se alarmó al ver esa expresión
—¿Qué pasa, Su Alteza? ¿Acaso traje algo que no le gusta? ¿O tiene hambre pero teme que no debería comer? Si es así, no se preocupe. Puedo enseñarle ejercicios que harán que pierda peso rápidamente.
Grace sonrió al ver a Chuchu hablando desesperadamente para evitar que se negara.
—Sí, enséñame.
—¡…!
—Pero esta vez no quiero ejercicios para adelgazar, sino ejercicios para fortalecer mi cuerpo.
La princesa Grace había decidido volverse más fuerte, no a través de la belleza, sino con un nuevo poder.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
El apodo de la princesa Grace cambió. De ser la princesa más hermosa entre las siete hermanas, pasó a ser la princesa más extraña entre ellas.
El mayor cambio fue en su apariencia. Grace ya no se parecía a la ‘princesa perfecta’. Dejó de maquillarse, se deshizo de los vestidos llenos de joyas y encajes, y en su lugar comenzó a usar trajes femeninos con cortes definidos. Era un atuendo más práctico, similar al que usaban las mujeres cuando montaban a caballo. También cambió sus zapatos de tacón alto por botas con suelas resistentes.
La verdad es que nunca me gustaron el maquillaje pesado, los vestidos con encajes ni los zapatos que me lastiman los pies.
Lo más sorprendente fue que se cortó su largo cabello, que llegaba hasta la cintura. Aunque las mujeres del imperio podían llevar el cabello como quisieran, era raro que una dama de alta nobleza usara el cabello corto. Grace, viendo las caras de shock a su alrededor, dijo con indiferencia:
—No hay ninguna razón especial. Solo que el cabello largo es incómodo cuando como.
La princesa Grace ya no se preocupaba por lo que los demás pensaran cuando comía. Con una expresión de felicidad, cortó un gran trozo de filete y se lo llevó a la boca. En la mesa frente a ella había una cantidad abrumadora de comida: un enorme filete de ternera, un estofado de pollo con tomate, una ensalada con manzanas y pasas, y una montaña de galletas.
Las sirvientas sentadas cerca de la mesa susurraban incrédulas.
—¿De verdad la princesa se va a comer todo eso sola?
—Eso parece.
Hasta hace poco, la princesa apenas comía como un pajarito, por lo que las sirvientas no podían creer lo que veían.
Grace, viendo las caras de asombro a su alrededor, murmuró:
—No estoy bajo una maldición de bruja, ni tengo una enfermedad mental. Simplemente he vuelto a ser como antes.
Las sirvientas que habían servido a Grace desde que era pequeña comprendieron inmediatamente lo que quería decir. Grace siempre había amado la comida. Una de las sirvientas más antiguas, Vivi, habló con preocupación:
—Su Alteza, aunque está bien que coma, me preocupa que su salud pueda verse afectada si come tanto.
Grace, mientras masticaba una galleta, miró a Vivi y dijo:
—¿Lo que te preocupa es que la princesa más hermosa del palacio se convierta en la más gorda?
La cara de Vivi se puso pálida.
—¡De ninguna manera! Solo deseamos su felicidad, Su Alteza.
Grace sonrió ligeramente.
—Entonces no tienes nada de qué preocuparte. Soy más feliz cuando como algo delicioso.
Cuando Vivi iba a decir algo más, Chuchu intervino.
—¡Ay, ya basta! Incluso los perros no son molestados mientras comen, ¿por qué tantas palabras cuando la princesa está comiendo? ¡Así solo logrará que se indisponga!
El rostro de Vivi y las demás sirvientas se torció de disgusto. Chuchu era una simple sirvienta de bajo rango, mientras que Vivi y las otras eran sirvientas de rango medio y alto. Sin embargo, no podían reprenderla por hablar fuera de lugar, porque Chuchu era la favorita de Grace.
Con rostros llenos de rabia, Vivi y las otras sirvientas guardaron silencio. Grace, sin inmutarse por la tensa atmósfera, comió lentamente y con elegancia toda la comida de la mesa. Para el postre, se comió cinco trozos de pastel y tres platos de sorbete, limpiándose la boca con una expresión de satisfacción.
—Ah, ahora estoy llena.
Había comido una cantidad que superaba con creces lo que comería una persona normal.
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