⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Caroline chasqueó la lengua y dijo:
—Ya olvídate de eso. La princesa Siana murió el día que el reino de Asilond cayó.
Kiran abrió los ojos con una mirada tan afilada como la de un gato.
—¡La princesa Siana no murió!
—Claro, no se encontró el cuerpo.
Oficialmente, la princesa Siana estaba desaparecida. Sin embargo, Caroline pensaba que era muy probable que la princesa Siana hubiera fallecido.
—El rey ni siquiera pudo escapar y murió. No hace falta decir nada de una princesa tan frágil.
Pero su hermano Kiran claramente no pensaba de la misma manera.
—Hasta mandaste gente a Asilond para buscar a la princesa Siana. No sirvió de nada.
Caroline suspiró mientras miraba a su hermano, que seguía aferrado a esa tonta esperanza.
—Kiran, sé que tienes sentimientos especiales por la princesa Siana, pero…
Caroline señaló el ceño fruncido de Kiran, que la miraba fijamente.
—No vinimos aquí a pasear. Estamos aquí para asistir a la fiesta y estrechar lazos con la familia imperial.
—……
—Si te metes en problemas hablando de Siana, no te lo perdonaré. ¿Entendido?
Ante las palabras de su hermana, Kiran apretó los dientes como un gato furioso. Con voz irritable, apartó la mano de Caroline y exclamó:
—No te preocupes. No estoy tan atontado como para cometer ese error.
Aunque hablaba con firmeza, seguía sosteniendo la foto de Siana con ambas manos.
Caroline negó con la cabeza, como si ya no hubiera nada que hacer. Kiran desvió la mirada de su hermana y volvió a observar la miniatura dentro del reloj de bolsillo. En la pequeña miniatura del tamaño de un pulgar, Siana sonreía alegremente, como si no tuviera ninguna preocupación.
El rostro de Kiran, que hasta hace poco estaba tan afilado como el de un gato, pronto se llenó de tristeza.
Princesa Siana, ¿dónde está?
Kiran creía que Siana estaba viva. Parte de él deseaba que la princesa no hubiera muerto y parte de él simplemente lo sentía. Desde niño, Kiran tenía un sexto sentido notable. Incluso su hermana Caroline lo reconocía, diciendo: ‘Hasta un tonto tiene algo en lo que sobresale’.
Pero no importaba cuánto la buscaran, no encontraban ni un solo cabello suyo, y eso hacía que Kiran tuviera pensamientos oscuros.
¿Y si la capturaron esos miserables durante la guerra y la vendieron como esclava?
La imagen de Siana con ropas andrajosas, cubierta de heridas y llorando mientras trabajaba, hizo que la cara de Kiran palideciera.
¡Princesa Siana!
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Ñam ñam.
Siana, con una expresión feliz, mordisqueaba una brocheta llena de frutas de colores brillantes. Siana se encontraba en un pequeño puesto en una calle cercana al palacio. La comida de este lugar, frecuentado por plebeyos, no podía compararse en cuanto a ingredientes o preparación con la comida del palacio. Aun así, sabía inigualablemente bien. Siana murmuró mientras masticaba un trozo de carne cubierto de especias:
Debe ser porque es más picante que la comida del palacio.
Por supuesto, no era solo por eso. Las personas que comían alrededor de Siana reían con salsa en los labios. Era un ambiente completamente distinto al del palacio, donde había que mantener la espalda recta y seguir estrictas normas de etiqueta.
Eso también debe ser parte del secreto de su sabor.
Siana masticó con las mejillas llenas. Después de terminar su comida, comenzó a caminar por la calle. Hoy, Siana había salido del palacio para comprar un vestido y accesorios para la fiesta de las rosas. Aunque logró separarse de Rashid, no le fue fácil salir sola. Esto se debía a que Aris la había abrazado con fuerza y no la dejaba ir.
( Recibí mucho dinero de la Emperatriz Viuda para comprarte algo delicioso. )
Nini y Nana también se aferraron a los brazos de Siana y gritaron:
( Estudiamos todas las últimas tendencias de vestidos para ayudarte a elegir uno, Siana. )
( Yo también estudié muchísimo para elegir los accesorios perfectos para tu vestido. )
( ¡Así que vamos juntas! )
Sin embargo, Siana rechazó rotundamente la compañía de las tres.
( Planeo ocultar mi identidad y ser la pareja del príncipe heredero en la fiesta de las rosas. Para ello, necesito preparar mi vestido y accesorios en secreto. Si voy con ustedes tres, llamaremos demasiado la atención. )
Tenía tanto sentido que Aris, Nini y Nana no pudieron insistir más. Las tres, con sus labios en puchero como patitos, agitaron sus manos despidiendo a Siana con resignación.
Me duele un poco pensar en eso, pero no tenía otra opción.
Siana suspiró mientras llegaba a una pequeña tienda de vestidos sin letrero. Había una razón por la cual había elegido este lugar, dejando atrás las lujosas tiendas de vestidos de la gran avenida. Esta tienda ofrecía paquetes completos, con vestido, accesorios y zapatos, sin necesidad de ir de un lugar a otro.
Pero había una razón aún más importante.
Esta tienda es un secreto que oculta meticulosamente la información de sus clientes. Es perfecta para que la pareja secreta del príncipe heredero mande hacer su vestido.
Siana abrió la puerta y entró en la tienda. Aunque no era muy grande, estaba llena de artículos lujosos. Había un candelabro decorado con oro y vestidos brillando con innumerables joyas incrustadas.
Es como si estuviera en la sala de vestidos de una Emperatriz.
Un empleado se acercó a Siana, que estaba mirando alrededor de la tienda. La expresión del empleado estaba un poco rígida, y no era para menos, ya que Siana tenía un aspecto muy diferente al de los otros clientes. Su cara estaba sin maquillar y no llevaba ni un solo accesorio.
Además, el vestido era bastante modesto.
Está claro que no es una noble. Tampoco parece una plebeya adinerada. ¿Y esa mujer cree que puede permitirse un vestido de nuestra tienda?, seguramente estaba pensando.
Siana, que se imaginaba lo que pasaba por la cabeza del empleado, frunció el ceño.
No es agradable, pero no puedo evitarlo. Es cierto que mi aspecto actual no encaja con este lugar.
Al menos el empleado había mostrado un mínimo de profesionalismo al no echarla de la tienda. Así que, en lugar de enfadarse, Siana sonrió y dijo:
—Me gustaría encargar un conjunto de vestido, accesorios y zapatos.
—… ¿De cuánto presupuesto dispones?
Esta tienda era conocida por tener diseñadores de primera clase que creaban los mejores vestidos. Además, cobraban extra por mantener la confidencialidad de los clientes, por lo que los precios eran el doble de los de una tienda normal.
Siana respondió con tranquilidad:
—Mi presupuesto es de 10,000 monedas de oro.
—¡…!
Por un momento, el rostro del empleado se mostró como si le hubieran golpeado con un fajo de billetes. No era para menos, ya que la cantidad que acababa de mencionar Siana era suficiente para comprar cinco conjuntos de los más exclusivos.
Mirando al empleado, que la observaba con los ojos muy abiertos, Siana añadió:
—Y no se preocupe, no es dinero robado ni son monedas falsificadas. Puedo pagar la mitad por adelantado, así que si le preocupa, puede verificarlo.
—N-No, no. Jamás me atrevería a pensar eso de un cliente.
Era mentira. El empleado había pensado que Siana debía ser una ‘loca disfrazada’ o ‘una estafadora con cara de ingenua’.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, la confusión del empleado aumentaba. Todo por la manera en que Siana estaba eligiendo el vestido.
—El tejido del vestido debería ser seda Mikado. Es elegante y lujoso. Además, es suave y se siente muy bien al contacto con la piel.
—¿Esos son todos los collares que tienen para acompañar el vestido? Creo que sería bueno tener un collar de perlas blancas de Adrian o de diamantes de Centurian…
—E-espere. Lo conseguiré enseguida.
El empleado se apresuró a buscar otro joyero. La mayoría de los clientes elegían de las primeras opciones que se les mostraban, por lo que este joyero casi nunca se sacaba.
Siana, mientras sostenía una joya brillante sobre su cuello, dijo:
—Hmm. Me gustan las perlas blancas. Combinan con el tono de mi piel y, bajo las luces, brillan más que los diamantes. ¿Qué opina el diseñador?
El diseñador, que había estado observando a Siana con la boca abierta desde la distancia, asintió con un poco de retraso.
—Sí, yo también lo creo.
—……
El empleado, que estaba al lado del diseñador, ya había dejado de pensar que Siana era una loca o una estafadora. Alguien así no podría ser tan experta en vestidos y joyas.
El empleado susurró al diseñador:
—Señor, ¿quién cree que es ella?
El diseñador, que tenía experiencia trabajando con decenas de damas de alta sociedad, respondió con confianza:
—Para tener tanto conocimiento sobre joyas, debe ser al menos una noble de renombre. Así que trátala con el mayor respeto, sin cometer errores.
La cara del empleado palideció. Recordó lo cortante que había sido con Siana al principio.
¡Oh no! ¿Qué voy a hacer? Si esa gran clienta se queja de lo que pasó antes, me despedirán al instante.
Mientras el empleado estaba al borde de las lágrimas por la confusión, Siana estaba sumida en pensamientos más serenos.
A pesar de haber encargado un vestido tan lujoso, todavía me sobra dinero.
Sol, que le había pedido a Siana que fuera la pareja de Rashid, le había dado una cantidad generosa de dinero para cubrir los gastos. Había planeado usar más de la mitad del dinero para los preparativos de la fiesta, pero ni siquiera eso estaba resultando fácil.
Aun así, debería gastarlo todo.
Pensando esto, Siana eligió algunos prendedores de pelo de la tienda. Eran para Aris, Nini, Nana y Chuchu. Después de un momento de reflexión, Siana compró dos más. Eran para la Emperatriz Angelina y la princesa Grace.
Puede parecer extraño que una simple doncella dé regalos a personas tan nobles, pero aun así quiero hacerlo.
Quería expresar su gratitud a quienes la apreciaban. Para el regalo de Leisis, eligió un broche de color limón, igual que el prendedor de Angelina.
Aun así, me queda dinero.
Finalmente, eligió un broche para Sol, como si fuera una decisión de último momento para llenar un vacío.
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