⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Nate, con la mirada aturdida como si estuviera hipnotizada, abrió la boca.

—He escuchado a Sol. Dijo que aún no has aceptado su propuesta de matrimonio, ¿verdad?

—Ah, sí.

—Lo entiendo cien o mil veces. Una dama tan magnífica como tú no podría estar satisfecha con mi hijo. Pero aun así, él tiene más virtudes de las que aparenta, así que espero que lo consideres positivamente.

Sol, al ver la escena, curvó los labios en una sonrisa.

Sabía que pasaría esto.

Si su madre veía a Chuchu en persona, se quedaría sin palabras, sin aliento por la impresión.

Rechazarla solo por ser plebeya no sería tan sencillo, ya que Chuchu era la nuera perfecta con la que Nate había soñado.

Por otro lado, Chuchu estaba completamente desconcertada por sus palabras.

¿Acaso escuché mal? ¿O es que se está burlando de mí?

Llamarla una dama magnífica, decir que su hijo no sería suficiente para ella… Desde el principio hasta el final, nada tenía sentido.

El señor Sol y su madre son iguales. Parecen normales por fuera, pero por dentro están un poco mal… Pero bueno, al menos me ve con buenos ojos, así que no me quejo.

Chuchu se rascó la mejilla con el dedo índice y sonrió con timidez.

Al ver eso, Nate se cubrió la boca con la mano.

¡Incluso sus dedos son robustos!

Solo con mirarlos podía sentir la tremenda fuerza de su agarre.

Chuchu le extendió una caja que sostenía en sus manos.

—Gracias por su cálida bienvenida. Es un pequeño obsequio.

—¿Por qué te has molestado en traer esto…?

Cuando Nate abrió la tapa de la caja, sus ojos se agrandaron.

—¡Esto es…!

—Como era la primera vez que me invitaban a una familia noble, no sabía qué regalo sería adecuado. Pero escuché que a la familia Imperial le gusta la carne, así que traje esto. Son salchichas hechas con pechuga de pollo de la cocina del palacio.

No solo Nate, sino también su esposo y Sol quedaron boquiabiertos de asombro.

Siendo una familia dedicada al entrenamiento físico, los Imperial comían mucha pechuga de pollo.

Pero era la primera vez que veían salchichas hechas con ella.

Ante la reacción más entusiasta de lo esperado, Chuchu se animó a explicar.

—Es una receta que desarrollé yo misma. Tienen una textura firme y suave a la vez, ¡son deliciosas! Pruébela, por favor.

Chuchu tomó una de las salchichas de pechuga de pollo ensartada en un palillo de madera y se la ofreció a Nate.

El aspecto apetitoso la tentó tanto que, olvidando la compostura de una dama noble, Nate le dio un mordisco.

En ese instante, sus ojos se abrieron de par en par.

¡Es deliciosa!

¡Era una revolución en la forma de comer pechuga de pollo!

Sin intentar ocultar su asombro, Nate preguntó:

—¿D-de verdad hiciste esto tú?

—Sí. Si de todas formas hay que comer pechuga de pollo, mejor que sea sabrosa, ¿no? También sé preparar otros platos con ella. Si tengo la oportunidad, se los cocinaré la próxima vez.

En lugar de flores o joyas, esta mujer ofrecía pechuga de pollo como presente…

¡Es un tesoro único en este mundo!

Nate tomó una decisión.

No necesito a ninguna otra mujer. ¡Ella será mi nuera, sí o sí!

Ese día, Chuchu recibió un trato más especial que el mismo Emperador.

⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰

En un rincón apartado del palacio, Chuchu habló con el rostro lleno de confusión.

—¿Es verdad que han reclutado a mi primer y segundo hermano como soldados de la familia Imperial?

Sol asintió con la cabeza.

—Sí. Pero no los obligué. Les pregunté si querían unirse, y ambos aceptaron con alegría.

—Eso es obvio. Después de todo, el cuerpo de caballeros de la familia Imperial reúne a los mejores guerreros del imperio.

No solo era una cuestión de honor.

Como correspondía a su prestigio, el salario base era alto, y si se destacaban, incluso los plebeyos podían recibir el título de caballero.

Para los jóvenes llenos de energía, el cuerpo de caballeros de la familia Imperial era un sueño hecho realidad.

Por eso, Chuchu se sentía aún más preocupada.

—Es un lugar donde ni siquiera los que han entrenado con la espada desde niños pueden entrar fácilmente. Mis hermanos solo saben cavar y cargar cosas pesadas. Es demasiado para ellos.

Sol sonrió, encontrando adorable la preocupación de Chuchu.

—Aunque lo haya hecho para impresionarte, no permitiría que alguien incapaz entrara en mi guardia. Pasaron un estricto examen de ingreso.

Los hermanos de Chuchu, de 18 y 17 años, eran altos, robustos y poseían una gran fuerza.

Al igual que su hermana.

—Te lo aseguro, se convertirán en excelentes soldados.

—……

—Así que deja de preocuparte tanto por ellos. Lo que necesitan no es que los cuides como bebés, sino que los guíes para que aprendan a valerse por sí mismos.

Dios mío… Pero ¿por qué eres tú quien se encarga de eso?

A pesar de sus pensamientos, el rostro de Chuchu se había teñido de rojo. Sol, con una expresión triunfante, le habló.

—Con esto, se ha resuelto otro problema que te impedía aceptar mi propuesta de matrimonio, ¿verdad?

Chuchu lo miró con incredulidad y, tras soltar un suspiro, respondió.

—Sí, parece que el problema con su familia y el mío se han resuelto. Pero todavía queda el problema más grande.

—¿Cuál?

—Por más que ambas familias aprueben el matrimonio y todo avance sin problemas, sigue siendo una boda entre un noble de linaje distinguido y una plebeya de clase baja. Recibiremos muchas críticas.

Chuchu, que había sido lo suficientemente valiente como para noquear a varios guardias con tal de rescatar a un hombre más grande que ella de la cárcel, tenía un lado sensible.

No se sentía capaz de soportar un matrimonio que sería señalado por todos.

Pero incluso para esa preocupación, Sol ya tenía una solución.

⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰

—Majestad, por favor bendiga mi matrimonio ante todos.

El repentino y absurdo pedido de su caballero imperial hizo que Rashid lo mirara con una expresión de absoluto fastidio.

—Está bien.

—Le agradezco.

Si el Emperador, la cúspide del imperio, bendecía el matrimonio, ¿quién se atrevería a criticarlo?

Todos sonreirían y lo celebrarían.

Al fin y al cabo, nadie querría arriesgar su cuello.

Cuando Chuchu escuchó la noticia, murmuró con incredulidad.

—Meter hasta a Su Majestad en esto… Definitivamente, su escala de planes es diferente, como era de esperarse de un caballero imperial.

Sol dio un paso adelante y la miró fijamente.

—Entonces, ¿se han resuelto todos los problemas que tenías?

—… En cierto modo, sí.

Chuchu se rascó la mejilla con una expresión incómoda. Pero, de repente, abrió los ojos de par en par.

Sol se había arrodillado frente a ella.

Sacó una pequeña caja cuadrada de su bolsillo.

Dentro, había un enorme anillo con un gran diamante incrustado.

Tal vez no encajaría en los delgados dedos de una dama noble, pero estaba claro que quedaría perfecto en las manos de Chuchu, endurecidas por el trabajo y el entrenamiento.

Sol la miró desde abajo y habló.

—La vez anterior fui muy torpe, así que lo diré de nuevo.

—…….

—Me gustas. Me gustan los músculos que has forjado con tanto esfuerzo, tu rostro honesto como una castaña de las montañas, tu bondadoso corazón que siempre piensa en los demás antes que en ti misma. Todo.

Cuanto más hablaba Sol, más rojo se volvía el rostro de Chuchu.

Sol continuó.

—Quiero conocerte aún más. Durante toda mi vida.

Reuniendo todo su valor, finalmente lo dijo.

—Cásate conmigo.

Chuchu, con el rostro tan rojo como una mermelada de fresa cocida con un saco de azúcar, lo miró fijamente.

Después de un largo silencio, finalmente asintió.

—Está bien.

—¡…!

Con una expresión de profunda emoción, Sol la abrazó con fuerza.

Si fuera una mujer común, probablemente le habría roto las costillas con su agarre, pero para Chuchu, fue justo la presión suficiente para hacerla sentir mariposas en el estómago.