⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

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Las tres personas, que estaban frente a frente en la sala de conferencias del castillo proporcionada por el señor de Pavel Estate, no dijeron nada durante un rato. En particular, el Tercer Príncipe no había dicho una palabra desde que se sentó en este asiento. Ethan Ambrosia no había estado ocultando su disgusto desde antes, y el mago, que se suponía que era la Pequeña Condesa de Millen, vestía una túnica e inclinaba la cabeza. El Tercer Príncipe, que había estado esperando que los dos abrieran la boca, finalmente abrió la boca con un profundo suspiro.

—¿Así que esta es la Condesa Millen?

—Oh, no. Parece que la noticia de Su Alteza el Tercer Príncipe llega demasiado tarde ya que su partida es tardía. ¿No se queda Sarah con Claude en la mansión del Duque? 

El Tercer Príncipe, que había abierto la boca en el mejor de los casos, volvió a cerrarla ante la voz áspera de Ethan. Ethan sabía que la persona frente a él era la Condesa Millen, y el Tercer Príncipe también lo sabía, pero no podía decirlo en voz alta. Aun así, trató de pronunciar sus palabras porque solo había tres personas, pero cuando fue interrumpido de inmediato, el Tercer Príncipe ahora se quedó sin palabras. Sarah finalmente abrió la boca para disculparse cuando vio al Tercer Príncipe que tenía los labios apretados nuevamente.

—¿Por qué estás siendo tan malo con Su Alteza el Príncipe?

—Sarah. 

—Puse magia por toda la sala de conferencias para evitar que el sonido se escuche afuera. Así que está bien. 

—… Entiendo.

El rostro endurecido de Ethan se suavizó ante las palabras de Sarah. El Tercer Príncipe lo miró y recordó una vez más la grandeza de Penelois. Se dijo que la relación entre los dos era inusual y que Ethan obviamente estaba favoreciendo a Sarah. Si el Tercer Príncipe ascendía al trono en el futuro, pronto se convertiría en el amo de Ethan. A juzgar por la forma en que lo trataba ahora, ni siquiera estaba al mismo nivel que los monstruos que Ethan había dejado atrás en el camino.

—Haa.

El Tercer Príncipe suspiró automáticamente. Sin embargo, no se ofendió por este trato. El Tercer Príncipe nunca había tenido ningún orgullo como príncipe en primer lugar. Solo Penelois y Elexa necesitaban conocerlo. Era suficiente si él valía la pena en su mundo.

—Así que me gustaría aprovechar esta oportunidad para preguntarle, Condesa Millen.

—Por favor habla.

—¿Hay alguna razón para que vayas a Alton con tal presencia?

—Um, ¿tengo una presencia?

—¿Hay alguna razón para mostrarles a todos que hay un mago en esta procesión?

—Oh mi.

Debajo de la bata, los labios de Sarah se curvaron ligeramente. Dijo, recostándose en su silla.

—¿No fue la voluntad de Su Majestad el Emperador simplemente tranquilizar a la gente del Imperio que temblaba de miedo por las anormalidades que sucedieron en Alton Estate?

—Digo esto porque sé que no es la voluntad de Su Majestad. Si realmente es un mago negro en Alton, sería un desastre hacerles saber que vas a visitar esto abiertamente. Eres fuerte.

Sara asintió levemente con la cabeza. Ella tampoco negó las palabras del Tercer Príncipe. Mientras anunciaba públicamente que vendría de visita, montó deliberada y tranquilamente en el carruaje y se movió mientras luchaba audazmente contra los monstruos. Sus acciones permitieron que la otra parte tuviera suficiente tiempo para prepararse.

—Hay una razón por la que hice saber esto, como dijo Su Alteza el Tercer Príncipe. 

—Entonces por qué…?

—¿Eres curioso?

Sarah inclinó la parte superior de su cuerpo hacia adelante y preguntó con voz sutil. El cuerpo del Tercer Príncipe también se inclinó hacia adelante como si estuviera poseído por ella.

—Si le digo, ¿qué me dará Su Alteza?

—… ¿Necesitas un precio?

—En primer lugar, es un secreto. 

—Entiendo.

Ante las palabras de Sarah, el Tercer Príncipe luchó. Si había un hecho que Ethan Ambrosia y Sarah Millen estaban ocultando, se convirtió en información. Decir que necesitaba un precio significaba que valía la pena. Después de completar los cálculos en su cabeza, el Tercer Príncipe asintió levemente con la cabeza y dijo.

—Las joyas, el dinero o la gloria de mi ascenso posterior ya deben haber perdido valor para la Condesa Millen. 

—Sí.

—Entonces, ¿qué hay de pagar el precio de hacerle un favor a la Condesa Millen?

Ante las palabras del Tercer Príncipe, Sarah sonrió y asintió.

—Es un precio que me gusta.

Sarah chasqueó los dedos y los movió, y la magia azul comenzó a aparecer en el aire, centelleando.

—¡…!

Al ver la vista por primera vez, el Tercer Príncipe abrió mucho los ojos y miró el maná que se movía según los gestos de Sarah. Un gran tallo se estiró desde el medio de la magia azul que giraba lentamente y comenzó a dibujar algo en el aire. A primera vista, parecía que las vertiginosas líneas se extendían, pero con el paso del tiempo, pudo ver que era un mapa del Imperio Crombell.

—¿Alton Estate?

Entre ellos, la parte de Alton Estate se iluminó más espléndidamente, y luego solo esa parte comenzó a nublarse.

—Esta es la situación en Alton Estate en este momento.

Tan pronto como Sarah terminó de hablar, la magia que se había vuelto nublada comenzó a cubrir todo el Alton Estate en negro.

—Como ya habrás escuchado, los magos negros han creado un velo desconocido en Alton Estate. 

—…Lo sé.

—Y aquí es donde se descubrió la energía similar a ese velo.

Puntos negros comenzaron a aparecer en todo el mapa del Imperio Crombell hechos de magia azul. Comenzando con el Territorio de Alton, los puntos negros se extendieron por todo el Imperio Crombell como si estuvieran expandiendo gradualmente su territorio.

—¿Estás diciendo que todos estos son rastros de los magos negros?

—Podrías decirlo. 

—Si es así, ¿qué significa poder verlo de esa manera?

Ante la pregunta del Tercer Príncipe, Sarah miró la parte marcada con el punto negro con una mirada significativa. Por supuesto, debido a que vestía una túnica, el Tercer Príncipe no podía ver ni sentir la mirada de Sarah.

—Este es un rastro muy antiguo. Es como… tiene más de unas pocas décadas.

—¿Eso significa que los magos negros han estado deambulando por este Imperio Crombell durante mucho tiempo?

—Son claramente rastros de magia negra, pero no son los de aquellos que ahora están activos en Alton Estate. Por supuesto, algunas personas exudan un aura similar hasta cierto punto.

Sarah extendió su mano y desató más maná. Entonces, la magia que tenía la forma de un mapa del Imperio Crombell se extendió ampliamente, dibujando la forma del continente.

—En este momento, las fronteras con Crombell son el Principado de Senia, el Reino Domelus y el Imperio Blight. 

—…Así es.

—También se encontraron rastros de magos negros en estos tres países.

Ante las palabras de Sarah, el Tercer Príncipe saltó de su asiento, reclinando su silla. Fue porque había innumerables puntos negros en todas partes del continente que ella creó con su magia.

—…No puedo, no puedo creerlo. ¡Estoy seguro de que el informe debería haber llegado antes de que esto sucediera!

 —No es de extrañar que la familia imperial Crombell no lo entendiera. Todos estos son rastros que se descubrieron recientemente. 

—¿Entonces estás diciendo que la Condesa Millen lo descubrió todo?

Sarah miró a Ethan en silencio ante las palabras del Tercer Príncipe, quien no pudo ocultar su sorpresa.

—¿Duque Ambrosia lo hizo?

—Su Alteza el Duque trabajó muy duro con los magos de la torre mágica.

Ethan cooperó con los magos bajo las órdenes de Sarah y estaba informando sobre todos los rastros de magia negra esparcidos por todo el continente. No fue por nada que estaba plagado de su agenda increíblemente ocupada. Fue desde el momento en que supo que Oliven se había puesto en contacto con Su Alteza el Primer Príncipe que Ethan siguió cada paso de Oliven. Lo que hizo antes de entrar en la mansión de Ambrosia, lo que hizo cuando desapareció solo y se dirigió a Alton. Ethan había estado prestando atención al Primer Príncipe y a Oliven incluso antes de la formación del velo de Alton Estate.

—Parece que Su Alteza el Primer Príncipe se está preparando para usurpar el trono con la ayuda de cada país. 

—No es tan fácil hablar de eso, Duque.

El Tercer Príncipe sacudió su cabeza palpitante y dijo.

—El príncipe de un imperio está tratando de reclamar el trono tomando prestado el poder de un mago negro. El país vecino, el Imperio Blight, es un Imperio Sagrado. ¿Crees que lo dejarán en paz?

—¿Por qué lo dejarían en paz? No sabes si están tratando de ayudar. 

—Imposible. El mayor tabú en el Imperio Blight es el poder de la oscuridad. 

—Es por eso que el Imperio Blight intentará ayudar al Primer Príncipe. Por supuesto, no lo mostrarán exteriormente. 

—¿Por qué?

—Una vez que Su Alteza el Primer Príncipe asuma el trono con el poder de la magia negra, el Imperio Blight tendrá derecho a ejecutar al Imperio Crombell. 

—Whoaa…

Ethan suspiró cuando vio que el rostro del Tercer Príncipe se endurecía ferozmente. Cuando se enteró de esto por primera vez, tenía la misma cara que el Tercer Príncipe. Y en ese momento, el Tercer Príncipe también recitó exactamente lo que dijo Ethan en ese momento.

—Qué idiota.

El Tercer Príncipe respiró hondo y trató de calmarse. Aunque Caesar sufría de locura, al final fue Su Alteza el Primer Príncipe de Crombell. Tal persona, cegada por la gloria fugaz, no podía decir a quién le estaba dando su propia correa. Fue tan patético.

—Debe haber sido que alguien estaba con mi estúpido hermano. Alguien que lleva el trono al borde con dulces palabras ante sus ojos.

En la punta afilada del Tercer Príncipe, Sarah se encogió de hombros mientras hacía contacto visual con Ethan. Ya sea porque eran hermanos mestizos del mismo Emperador, el Tercer Príncipe supo de inmediato que Caesar no era el indicado para hacer tanto por su cuenta.

—Esa es la razón por la que fui a Alton con mi presencia como mago. 

—¿…?

—Tengo que engañar a ese niño dos veces para sacarlo de Alton.

Diciendo eso, Sarah aplaudió. Luego vino una túnica del mismo diseño que ella vestía, pero un poco más grande y más larga. Sarah asintió con la cabeza felizmente, diciendo, mientras miraba la túnica alrededor del cuerpo del Tercer Príncipe como si estuviera más o menos satisfecha.

—Su Alteza el Tercer Príncipe, ¿por qué no intenta ser un mago por un tiempo?