ʚ♡ɞ・Traducción / Corrección: Lu

A altas horas de la noche, en la torre del reloj.

Yo mordisqueaba mis uñas con ansiedad mientras esperaba a un hombre.

Si esto sigue así, terminaré casándome con el Príncipe Heredero.

Hace poco, el Emperador me propuso casarme con el protagonista masculino de la historia original, el Príncipe Heredero.

Yo era la protagonista femenina, Vivian, y mi pareja era el protagonista masculino, Allen, así que nuestro matrimonio tenía sentido dentro de este mundo, pero…

¡Ese bastardo es el típico hombre que se arrepiente cuando ya es demasiado tarde!

Y no solo eso, sino que se daba cuenta de sus sentimientos solo después de que yo, la protagonista con una enfermedad terminal, muriera.

Así era.

Esta novela tenía un final trágico en el que la protagonista moría… Por eso, desde que descubrí la historia original hace diez años, me esforcé al máximo en torcer el destino.

¡¿Por qué tengo que involucrarme con ese tipo otra vez?!

Había intentado mantenerme alejada de él a propósito, pero al final, no había manera de evitarlo: acabaría casándome con él.

No quiero casarme con alguien a quien ni siquiera amo.

Además, yo ya había hecho una promesa de por vida con mi mejor amiga. Bueno, llevábamos casi diez años sin vernos, pero…

Aun así, nuestra amistad sigue intacta.

Después de mucho pensar en cómo evitar este destino, se me ocurrió una solución.

¡Un matrimonio por contrato!

Era un cliché muy usado en las novelas románticas de fantasía que había leído en mi vida anterior.

Claro, a diferencia de otras novelas, mi matrimonio por contrato será real y durará solo un año.

El problema era…

¿Dónde encontrar a un hombre en quien pudiera confiar para casarme solo por un año?

Después de pensarlo mucho, me comuniqué con mi mejor amiga, Rahel, a través de un diario mágico, un artefacto que permitía enviar y recibir mensajes sin importar la distancia.

Su respuesta llegó casi al instante, como si lo hubiera estado esperando.

[¿Qué te parece ese tipo?]

[¿Quién?]

[Me refiero a Lahedis. Parecen llevarse bastante bien. Ya que vas a casarte, al menos elige a alguien que te guste.]

Lahedis era el escolta que Rahel había enviado para protegerme, preocupada por mi seguridad mientras que ella estaba en otro país.

¿Un matrimonio por contrato con el señor Lahedis…?

En cuanto pensé en él, mi corazón dio un vuelco y comenzó a latir con fuerza. Últimamente, cada vez que lo recordaba, me pasaba lo mismo.

Así fue como terminé aquí, esperando a que llegara para hablar de este asunto.

El sonido de la campana de la torre anunció la hora en punto.

Y justo cuando el eco de la campana se desvanecía, los pasos en la escalera se hicieron más claros.

Apareció la persona que estaba esperando.

Un hombre de cabello negro como la noche, ojos fríos y azules como un lago invernal.

—Vivian.

Con su profunda y armoniosa voz, se acercó a mí. Era más alto que yo por una cabeza.

—¡Señor Lahedis!

—¿Qué sucede a estas horas?

—Bueno… ¿Ha oído lo que pasó en el banquete imperial?

—Lo he oído. El Príncipe Heredero te propuso matrimonio.

Escuchar a otra persona decirlo hizo que mi situación pareciera aún más desesperanzadora…

Dudé un momento antes de hablar con cautela.

—Por eso… ¿Podría ayudarme a encontrar a un hombre en quien pueda confiar?

—¿…Un hombre?

—Preferiblemente un noble extranjero. Sé que usted conoce a mucha gente en el reino…

Tan pronto como lo dije, sentí que el ambiente se enfriaba de repente.

¿Es solo mi imaginación…?

Me froté los brazos al sentir la piel erizada y traté de explicarme mejor.

—Debido a lo que ocurrió en el banquete, tengo que casarme o comprometerme de inmediato. Si no lo hago, ¡podría terminar casada con el príncipe heredero!

—…

—Por eso, necesito a alguien confiable con quien pueda casarme solo por un año… ¿No hay nadie que encaje?

—Jaja.

Él, que había estado escuchando en silencio, dejó escapar una risa fría antes de hablar.

—Entonces, ¿al final planeas tener un matrimonio por contrato con otro hombre?

Su tono de voz, repentinamente helada, me sorprendió. Levanté la cabeza y me encontré con sus ojos azules, distorsionados por una expresión de dolor.

— Dijiste que pasaríamos nuestra vida juntos.

—¿Eh?

—Dijiste que querías casarte conmigo.

—… ¿Yo?

¿¡Cuándo dije eso!?

Pero al ver su mirada herida, me sentí como la peor persona del mundo, aunque no tenía idea de por qué.

—Yo nunca le dije algo así…

Estaba a punto de refutar, cuando de repente, me vino a la mente una imagen. Unos ojos con el mismo dolor reflejado en ellos.

( Volveré a encontrarte en el futuro. )

La única persona con quien había hecho una promesa de por vida.

Alguien que siempre había sido fría, pero cálida solo conmigo.

Alguien a quien no había visto en mucho tiempo, pero que siempre había extrañado.

¿Por qué los ojos de Lahedis me recordaban a Rahel?

—Rahel…

Sin darme cuenta, pronuncié su nombre en voz baja y me cubrí la boca al instante, sorprendida.

No, no puede ser. ¡Rahel es la villana en la historia original!

Sacudí la cabeza, tratando de apartar esa idea absurda, y miré a Lahedis. Esperaba que él mismo negara mi loca suposición.

Pero en lugar de hacerlo, me presionó con otra pregunta.

—Respóndeme, Vivian.

Como si quisiera confirmar la absurda idea que acababa de cruzar mi mente.

Su voz, helada y desconocida, resonó en mis oídos.

—Aunque sea un matrimonio por contrato, si te casas con otro, tendrás que hacer esto también.

Lahedis… no, Rahel entrelazó sus dedos con los míos.

Cuando éramos pequeños, nuestras manos eran similares, pero ahora la suya era tan grande que podía envolver la mía por completo.

Yo, en shock, solo pude abrir y cerrar la boca sin decir nada, mientras él acortaba aún más la distancia entre nosotros.

Lo suficiente como para que pudiera sentir su respiración.

—También tendrías que besarlo.

Su rostro, aunque aún conservaba rasgos de la infancia, ahora era el de un hombre hecho y derecho.

—¿De verdad podrías hacer esto con otro hombre?

Su pregunta me hizo querer llorar.

¡No puedo ni siquiera hacerlo contigo!

¿¡Cómo es que mi mejor amiga de toda la vida era en realidad un hombre!?

¡Esto es un engaño!