⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
Aunque me parecía sospechoso, decidí no insistir porque no parecía que fuera a explicármelo. De todas formas, eso no era lo importante.
—Entonces, ¿ya no te vas a esconder?
—Sí, te saludo formalmente. Soy Serpens.
Después de haber hablado tanto, me extendió su cola para saludarme, agitándola como un cascabel. Tomé suavemente la punta de su cola y la sacudí un poco. Primero Lephus, y ahora este. Ambos son un poco raros.
—Yo soy Aika, Aika de Valiart. Tu poder es ver el futuro, ¿verdad?
—¿Te lo contó Lephus?
—Sí. Además, ya he visto el futuro antes, ¿recuerdas?
Serpens confirmó que sí y me dijo que me ayudaría a desarrollar mi habilidad y a mejorarla. Ahora que lo pensaba, desde que Serpens había despertado, no había vuelto a ver el futuro. Quería verificar quién era el hombre que atacó a mi abuelo ese día, pero desde entonces no había podido ver nada más, lo que me tenía muy preocupada. Me preguntaba si era porque había dejado de ver cosas peligrosas, o si tal vez era que mi abuelo estaba a salvo. Me la pasaba inquieta, alternando entre la preocupación y el alivio.
—Oye, Serpens.
—Sí.
—Entonces, ¿ahora que estás aquí, podré ver el futuro cuando quiera?
—Si te esfuerzas mucho, podrás ver el futuro de quien quieras de manera más detallada y precisa. Pero, ya sabes que ver el futuro siempre implica riesgos, ¿verdad?
—Sí, siempre ha sido así. ¿Podré también evitar ver cosas de repente?
Las visiones del futuro siempre me mostraban escenas inquietantes y aterradoras. Alguien cercano salía herido, o alguien era atacado, o sucedían eventos peligrosos que podían empeorar.
—Tendrás que esforzarte mucho, mucho. Yo, Serpens, te ayudaré.
Me sentí aliviada. Solo con solucionar eso, ya estaría contenta. Siempre me asustaba cuando de repente cambiaba lo que veía frente a mí.
Serpens se deslizó rápidamente hacia mí y se enroscó alrededor de mi brazo. En un instante, dio una vuelta y terminó sobre mi hombro, mirándome directamente a los ojos. Curiosamente, aunque era una serpiente, no me daba miedo en absoluto. De hecho, me sentía tan cómoda con él que no pude evitar sonreír.
—Tendré que decírselo a Lephus. Para eso tendré que ir al palacio imperial…
Solo de pensar en eso, la cara aterradora de mi tío vino a mi mente y un escalofrío recorrió mi cuerpo. El palacio imperial… tendré que dejarlo para después.
—Pero antes de eso, ¿no deberías volver a dormir? Los niños tienen que dormir.
Pero ya estaba completamente despierta. Al mirar el reloj en la oscuridad a la que mis ojos ya se habían acostumbrado, vi que eran la 1 de la madrugada.
—¡Tch! Tú me despertaste.
Serpens hizo como si no me hubiera escuchado y giró su cabeza hacia otro lado. Aunque seguía enroscado en mí, sus ojos rojos se entrecerraban y abrían lentamente. Pero tenía razón.
En lugar de ir a buscar a mi tío, tomé mi almohada y mi muñeca, me metí de nuevo en la cama y me tapé con las mantas. Serpens se enroscó cerca de mi cabeza.
—Aun así, me tenías muy intrigada. Gracias por aparecer.
Le hablé a Serpens mientras abrazaba mi muñeca. Aunque había estado completamente despierta, en cuanto mi cabeza tocó la almohada, mis ojos comenzaron a cerrarse. Oí a Serpens decir que no me preocupara, que todo estaría bien, y poco a poco me quedé dormida.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Desde el día siguiente, Serpens cumplió su promesa y ya no se escondía. Afortunadamente, no era visible para los demás, lo cual era un alivio. Si de repente apareciera con una serpiente negra, Zenda y todos los demás se asustarían.
—¿Crees que mi tío también será incapaz de verte?
—¿Por qué lo preguntas?
—Mi tío comparte sangre con mi madre, y también conmigo. Somos familia.
—Eso no tiene nada que ver.
—¿En serio? Qué alivio.
Estaba preocupada de que, si mi tío veía a Serpens, lo agarraría del cuello y lo lanzaría fuera. Mi tío seguramente haría algo así. De hecho, estaba segura de que se enojaría y me preguntaría por qué había traído algo así a casa.
Sin embargo, Serpens tenía algo extraño. A pesar de que me había dicho que los demás no podían verlo, cada vez que me encontraba con los sirvientes, él se escondía detrás de mí, esperando a que pasaran. Aunque su tamaño era pequeño, tenía una cara bastante intimidante, y aun así era increíblemente tímido.
Ding, dong, ding, dong.
El reloj marcó la 1.
—Serpens, cuando tenga clase a las 2, no debes aparecer bajo ninguna circunstancia. ¿Entendido?
Hoy mi tío dijo que un profesor vendría a enseñarme a las 2. Nunca antes había tomado clases con alguien más, así que no tenía idea de cómo comportarme. Cuando aprendía con mamá, a veces lo hacía acostada o acurrucada en sus brazos.
De haber sabido, le habría preguntado un poco a Ruspe. Él ha estado recibiendo clases de profesores desde hace mucho más tiempo que yo. ¿Quizás solo debo sentarme tranquilamente en la silla?
Al parecer, otros niños suelen estudiar juntos, pero para mí, este tipo de aprendizaje era completamente nuevo. Ahora sabía que mamá lo hacía para protegerme. Cuando finalmente llegaron las 2, me senté pacientemente en el salón de recepción, tal como Zenda me había indicado.
El profesor de idioma imperial que iba a venir hoy era conocido por ser extremadamente puntual. Zenda me dijo que era tan estricto que, si llegabas tarde, no te daba la lección del día, así que debía estar lista con anticipación. Llegué nerviosa, pero cuando dieron las 2, el profesor no apareció.
—Hmm.
El ambiente en esta sala, donde suelen recibir a las visitas, era muy tranquilo. Todo estaba hecho de madera y cuero, lo que le daba un olor particular. La mesa era baja, a la altura de las rodillas, y había un sofá de cuero marrón suave, muebles de madera oscura y papel tapiz de tonos oscuros.
—¿Por qué no llega el profesor?
Vaya, practiqué mucho para saludarlo. Me quedé esperando y observando los patrones intrincados del papel tapiz. Hoy llevaba puesto un vestido rojo precioso. Cuando dieron las 2:30, Zenda entró.
—¡Zenda! ¿Dónde está el profesor?
—Señorita, parece que el profesor que iba a dar la clase hoy tuvo un pequeño accidente. Envió a alguien a decirnos que no podrá venir hoy.
—¿Entonces no lo veré hoy?
—No, señorita. Lo siento mucho, has esperado mucho tiempo.
—No te preocupes.
Si el profesor, tan puntual, no había podido venir, debía haber sido algo serio.
—En lugar de la clase, ¿qué tal si jugamos a hacer figuras de papel?
Parece que el profesor no podrá venir hasta la próxima semana. A mí no me importaba no tener clases, pero… ¿habrá sido un accidente grave? Si hubiera sido alguien que conocía, tal vez podría haberlo visto antes y haberlo evitado. Le pregunté a Zenda de nuevo, pero solo me dijo que era por asuntos personales, no por una lesión.
—Sí, quiero hacer figuras de papel.
Me tranquilicé y tomé la mano de Zenda.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Mi tío llegó, como siempre, casi de noche.
—¡Tíooo!
¡Pum, pum, pum!
Corrí rápidamente por el pasillo y me lancé a sus brazos.
—Uf, creo que me rompiste un hueso.
Mi tío se quejó exageradamente mientras me levantaba con un solo brazo. Ni siquiera le golpeé en el pecho, pero aun así se agarraba la zona como si le doliera.
—Tch, no es cierto.
Le lancé una mirada mientras él reía y tocaba mis mejillas suavemente con su dedo índice.
—¿Qué hiciste hoy?
—Hice figuras de papel con Zenda.
—¿Y las clases?
—El profesor no pudo venir hoy, así que no tuve.
Mi tío se detuvo en seco en el pasillo.
—¿No pudo venir?
—Sí, iba a venir a las 2, pero no llegó. Vendrá la próxima semana.
De su boca salió un murmuro apenas audible: ‘No me dijeron nada de eso’.
—¿Eh?
—No te preocupes, lo averiguaré.
—¿Dónde fuiste hoy, tío?
—No es algo que una niña tenga que saber.
Tiré de su oreja con fuerza.
—¡Vamos! Yo también te conté lo que hice.
—Qué carácter… Fui al palacio imperial.
¿Al palacio imperial?
—¡Oh! ¡Tío, entonces llévame a…!
—Shh.
Vaya… Justo cuando pedía que me llevara, mi tío me lanzó una mirada fulminante.
—Si quieres que te cuelgue del techo, sigue hablando del palacio.
—¡Prometo que me portaré bien si me llevas!
—¿Te cuelgo ahora?
—Nooo.
¡Qué injusto! Mi tío puede ir al palacio imperial cuando quiera, pero a mí siempre me dice que no. Tendré que esperar otra oportunidad.
Me lanzó sobre la cama en mi habitación, y yo rodé con facilidad antes de levantarme de nuevo. Ahora ya tengo la habilidad suficiente para rodar cuando me lanza desde el aire.
—Ahora, a dormir.
—¡Pero aún no es hora de dormir!
—Aun así, a dormir. Si no lo haces, es por eso que tus piernas están tan cortas. Por eso siempre me cuesta encontrarte.
—¡Eso no es cierto! Zenda dijo que me pareceré a ti y que seré muy alta. ¡Mamá también es alta!
—Cuando Seria y yo teníamos tu edad, nos íbamos a la cama al caer el sol. Yo me encargaré del profesor, tú solo duérmete.
—Pero no tengo sueño…
Mi tío, sin prestarme atención, se aseguró de que la ventana estuviera bien cerrada y corrió las cortinas con cuidado. Me bajé sigilosamente de la cama y me acerqué a él.
—¿Y ahora qué?
Últimamente siempre está ocupado. Desaparece por las mañanas y vuelve por las noches. Aunque esté en casa, se encierra en su despacho. Me sentía muy triste, más de lo que solía sentirme.
Me aferré a su pierna y apoyé la cara contra él, decidida a no soltarlo.
—Tío, juega conmigo.
De repente, una mano grande se metió bajo mi axila y me levantó en el aire. Con un movimiento rápido, se sentó en la cama conmigo en brazos.
—¿Y a qué quieres jugar?
—¿De verdad vas a jugar conmigo?
—No, solo lo escucharé.
—¡Hmpf!
Le di un golpecito en el pecho con mi cabeza, pero él simplemente se rió. Aun así, mi tío se quedó un buen rato en mi habitación, escuchando todas mis historias antes de irse.
Comments for chapter "Capítulo 42"
MANGA DISCUSSION