⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
( ¿Esa niña es…? )
( Es mi hija. Padre, por favor, permítame proteger a mi hija aquí. )
Aunque gracias a la intervención del Emperador había recuperado su puesto, la vida de Seria había cambiado.
El centro de su mundo ahora era este adorable bebé.
Aunque también se debía a su habilidad que pudo mantener el cargo de canciller.
( Entra. Y no te vayas nunca más. No habrá una segunda vez. )
Ilrod no le hizo más preguntas a Seria.
Parecía que Seria estaba bien, criando a una niña que era como si fuera un pedacito de su corazón.
Sin embargo, su hija dejó atrás a Aika y se fue a un lugar del que no podía regresar.
Fue un accidente.
Quizás fue por sus palabras de que no habría una segunda vez.
Así fue como Ilrod tuvo que enterrar en su corazón a la hija terca que nunca podría volver a ver.
Aun así, como era su hija, le dejó un pequeño respiro para seguir adelante.
—Pequeña, pase lo que pase, te protegeré a ti.
Ilrod inclinó su cabeza y depositó un corto beso en la frente de su nieta, que era como su propio corazón.
Con cuidado apartó el cabello que se había pegado a su pequeña y suave frente.
—…Por favor, solo crece sana.
Lo malo lo cargará todo este abuelo.
Era una noche en la que los pensamientos se multiplicaban.
Ilrod permaneció junto a la cama de su nieta hasta el amanecer.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—Abuelito…
Me acerqué tímidamente a mi abuelo.
—Ven, mi pequeña. Hoy haremos todo lo que quieras, Aika.
Había estado esperando este día.
¡El día en que mi abuelo me preguntara si quería ir a algún sitio!
Para este momento, le había pedido a Zenda que consiguiera la llave de la biblioteca antigua de mi tío y la guardara bien.
Ayer, mi abuelo había dicho que me llevaría a donde quisiera, pero surgió algo urgente y no pudimos ir.
—Quiero ir al palacio con el abuelo…
Mi abuelo levantó las cejas.
—¿Al palacio?
—Sí, abuelo. Quiero ir al palacio. ¿No puedo quedarme tranquila ahí? Solo quiero leer libros en la biblioteca antigua.
Sabía que cuando viniera mi tío, no tendría ninguna oportunidad, así que tenía que ir hoy.
—El palacio… Pequeña.
—¿Sí?
—¿Qué te parecería otro lugar? El palacio está demasiado lleno de gente y es muy complicado. Aquí, en la casa del abuelo, también hay muchos libros. Seguro que hay algunos que te gustarán, princesa.
¡No podía ser!
Pensé que al menos mi abuelo haría lo que le pidiera.
—Pero no esos libros, quiero ver los de la biblioteca antigua. ¿Podría ir solo un ratito?
Me aferré al brazo de mi abuelo, suplicando.
—¿Los libros de la biblioteca antigua?
—¡Solo un poquito, de verdad! ¡Por favor, abuelo!
Miré a mi abuelo con ojos suplicantes, transmitiendo mis deseos por la biblioteca.
—¿De verdad quieres ir tanto?
—¡Sí!
Asentí con la cabeza tan fuerte que casi me dolió el cuello.
Mi abuelo suspiró.
Después de un rato, abrió la boca de nuevo.
—Entonces, promete que solo estarás en la biblioteca. ¿De acuerdo?
—¡Sí, abuelito!
Finalmente logré que mi abuelo cediera.
Pero con la condición de que me quedaría solo en la biblioteca.
Eso ya lo había prometido antes.
Habíamos acordado que no desaparecería como la última vez, así que esa promesa pensaba cumplirla.
Ahora que ya sabía cómo ir y volver, ¡podría ir a ver a Lephus rápidamente y regresar enseguida!
Mi abuelo era el mejor.
Tan pronto como obtuve su permiso, corrí hacia Zenda.
No quería que mi abuelo cambiara de opinión de repente.
—¡Zenda, vamos al palacio! ¡El abuelo dijo que me llevaría!
Grité en cuanto entré a la habitación.
—¿De verdad vamos a ir?
—¡Sí, sí! Zenda, escoge un vestido bonito.
—Me parece que si el amo se entera, se armará un buen lío…
El rostro de Zenda estaba lleno de preocupación.
—Es un secreto para el tío. El abuelo también lo mantendrá en secreto.
—¿El duque también…? Ay, señorita, no sé qué hacer con usted.
—Jeje.
—Pero hoy tiene que quedarse donde yo la pueda ver, ¿de acuerdo? No puede esconderse como la última vez.
—Sí, solo voy a leer. No me esconderé, lo prometo.
Hice varias promesas antes de que Zenda finalmente sacara un vestido amarillo.
Era el vestido que había elegido la última vez.
—¿Qué le parece este? Es el que dijo que usaría la próxima vez que fuera al palacio.
—¡Me encanta! Zenda, ¡eres la mejor!
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—¿Estás feliz solo por ir al palacio?
—Jeje, sí. Pero esto también me gusta mucho.
Sin embargo, no pude ocultar mi decepción cuando vi el collar dorado que, como siempre, apareció para colgarse de mi cuello después de vestirme.
¿Por qué ese collar de oro tenía que seguirme hasta aquí…?
—¿…Tengo que ponérmelo otra vez?
—Por supuesto. Aunque no sea por otra cosa, esto es imprescindible.
—Pero mi tío no está. ¡Es un secreto para él también!
—Si lo llegara a saber, realmente te regañaría. Y además, es por tu seguridad. La diferencia entre que las personas sepan o no el nombre del marqués es enorme.
No entendía muy bien lo que quería decir, pero si era así, no había más remedio.
Me puse el collar obedientemente alrededor del cuello.
A pesar de que aún no había salido, parecía que ya comenzaba a brillar con fuerza.
—Es tan deslumbrante…
Sere murmuró con fastidio desde un lado.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—Ahora que el abuelo tiene más tiempo, podremos ir a lugares divertidos juntos.
Mi abuelo había estado trabajando en el palacio, ocupándose de los asuntos que mi madre dejó atrás.
Mi tío también había mencionado que el abuelo estaba asumiendo temporalmente los deberes de canciller.
Cuando se nombre un nuevo canciller, mi abuelo ya no tendrá que venir tan seguido al palacio.
Eso significaba que ya no quedaba lugar para mi madre aquí.
—¡Sí, abuelo!
Aun así, estaba bien.
Todavía tenía a mi abuelo y a mi tío.
—Abuelo.
—¿Sí? ¿Qué pasa, Aika?
—Tienes que prometerme que no le dirás nada a mi tío, ¿sí? ¡Promételo, por favor!
Antes de llegar al palacio, le pedí a mi abuelo una y otra vez que me lo prometiera.
¡No podíamos contarle nada a mi tío!
A pesar de eso, seguía sintiéndome un poco nerviosa.
—Está bien. Te lo prometo, no le diré nada. Pero solo si de verdad te quedas aquí leyendo, ¿entendido? No quiero que me preocupes otra vez.
—¡Sí, lo prometo!
Cuando finalmente estuve frente a la puerta de la biblioteca antigua, mi corazón empezó a latir con fuerza.
Nos habíamos detenido varias veces en el camino porque nos encontramos con gente, pero gracias a unas pocas palabras de mi abuelo, llegamos rápidamente.
¡Finalmente podría ver a Lephus otra vez!
Tenía tantas cosas que preguntarle sobre el cazador, y mucho que contarle sobre lo que pasó con Sere.
Con impaciencia, le pasé la llave a mi abuelo.
Mientras esperaba a que la puerta cerrada se abriera, saltaba de un pie al otro, y mi abuelo se rió.
—¿Te gusta tanto?
—¡Sí, muchísimo!
—Entonces, mira todo lo que quieras. El abuelo también se quedará aquí leyendo…
—Duque, señor.
Justo cuando estaba a punto de entrar por la puerta abierta, una voz de un hombre nos detuvo desde atrás.
—Conde Hailo, ha pasado mucho tiempo.
Escuché a mi abuelo murmurar
—Maldita sea…
—Justo lo encuentro en mi visita. ¿Cómo ha estado? Y esta pequeña es…
—Es mi nieta. Pequeña, entra primero. Este abuelo volverá enseguida. Zenda.
—Sí, señor duque. Señorita, ¿entramos?
—Sí, abuelo.
Le hice un gesto de despedida a mi abuelo y entré primero.
Después de todo, mi abuelo también estaba ocupado.
Tan pronto como entré, me giré rápidamente hacia los estantes de libros.
—Señorita, no debe salir sin que yo lo sepa. ¿De acuerdo?
—Sí, no saldré.
Tanto Zenda como los demás pensaban que me había escapado de la biblioteca la última vez.
Por eso, dijeron que no pudieron encontrarme en ningún lado.
No era completamente falso…
Aunque me sintiera un poco injustamente acusada, no tenía otra opción.
Caminé directamente hacia los estantes donde estaba el hueco que me permitía encontrarme con Lephus.
Sentí algo raro, así que me giré rápidamente, y vi a Zenda mirándome desde la distancia.
—Jeje…
Le sonreí para que se calmara, mostrando mis dientes, y luego me adentré un poco más en los estantes.
—¿Todavía está mirando Zenda?
—Ya no te está mirando.
Cuando volví a mirar, Zenda ya había regresado a la mesa.
—Bien, es el momento.
Comments for chapter "Capítulo 51"
MANGA DISCUSSION