⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
—¡Tío, levántate!
Hoy también logré levantarme antes que mi tío.
Tan pronto como me desperté, fui a despertar a mi tío, que aún dormía mostrando su ancha espalda.
Él siempre decía que no debía despertarlo por la mañana, pero hoy había algo que realmente tenía que mostrarle.
Incluso me traje el periódico de la mañana a propósito.
Ay, si sigue durmiendo así, se va a resfriar.
—…
—¡Tío, ya es de mañana!
Mientras le cubría la espalda con una manta, intentaba despertarlo.
—…Oye, chaparrita.
Mi tío murmuró con la cara enterrada en la almohada, con una voz ronca.
—¡No soy chaparrita!
—Te dije que no me despertaras por la mañana.
Zenda me había dicho que mi tío estaba de peor humor por las mañanas.
Incluso me instruyó que, si quería molestarle, mejor lo hiciera por la noche.
¿Qué había dicho? Que estaba de mal humor por las mañanas y que era mejor no hacer nada para no empeorarlo.
Pero tenía que desayunar.
Y había algo que definitivamente tenía que mostrarle.
—Pero quiero desayunar contigo. El desayuno que prepara la abuela Sophie está delicioso.
Aunque no me gustan las verduras.
Finalmente, mi tío empezó a levantarse lentamente con su enorme cuerpo.
Su cara ya de por sí severa se veía aún más feroz al fruncir el ceño.
—Tío, te ves feo.
—…¿Quién te enseñó a mentir?
—¡No estoy mintiendo!
De repente, mi tío, en lugar de responder, movió su mano como para que la tomara.
Al verlo con curiosidad, tomé su mano sin pensarlo, y de inmediato me levantó boca abajo.
—¡Aaah!
En un instante, estaba colgada de cabeza, pataleando en el aire.
Mi tío me había levantado con su fuerza descomunal.
—¿Qué dijiste del tío?
—Que estás feo…
Entonces mi tío se levantó por completo.
Sentí como si el suelo se alejara mientras flotaba en el aire.
—¡Aaaaah!
—¿Qué dijiste?
—¡Dije que el tío es el mejor!
—Ya lo sabía.
¡Qué absurdo!
Finalmente, mi tío me dio una vuelta y me dejó suavemente en la cama.
El peinado que Zenda me había arreglado con tanto esmero parecía haber sido golpeado por un rayo.
Sentía que el mundo daba vueltas.
Con el corazón latiendo con fuerza por la emoción, respiraba agitada.
En ese momento, mi tío, ahora completamente despierto, se desperezó.
Lo miré y extendí la mano nuevamente.
—¿Qué?
—¡Hazlo otra vez!
—¿Qué cosa?
—Eso que acabas de hacer, ¡es divertido!
—…Me rindo.
Mi tío me miró con una cara de incredulidad y luego sacudió la cabeza mientras se dirigía a la habitación conectada con el vestidor.
En ese momento, extendí el periódico que había traído.
Había visto algo interesante en el periódico de la mañana.
El museo más grande de la capital, que había estado cerrado por mucho tiempo por obras, reabriría pronto.
Además, mencionaba que se exhibirían todo tipo de cosas fascinantes que antes no se podían ver.
Y eso sucedería mañana mismo.
( Nunca he ido a un museo. )
( ¿Qué tal si vamos? )
( ¿Al museo? )
( Dicen que habrá de todo, incluso reliquias antiguas. ¿Qué te parece? )
Me dejé convencer fácilmente por las palabras de Ser.
Desde que regresamos del palacio, Ser había dejado de usar ese tono extraño al final de sus frases.
Tampoco forzaba su voz a ser más aguda.
Desde que le dije que no me daba miedo, dejó de hacerlo.
Aunque era un poco raro no escucharle hablar así, sentía que nos habíamos acercado más.
Finalmente, mi tío apareció nuevamente, ya vestido con una camisa.
—¡Tío, mira esto!
No quería perder la oportunidad de mostrarle el periódico que había extendido.
—¿Qué es ahora?
—Vamos al museo, ¿sí?
—¿Un museo?
—¡Sí! Dicen que hay muchas cosas interesantes. ¿No puedes venir conmigo?
Esta vez, mi tío tomó el periódico sin quejarse y leyó el artículo.
—¿De verdad te parece interesante esto?
—No sé. Nunca he ido, así que no sé si es interesante. Por eso quiero que vengas conmigo. ¡Ah! ¡Podemos ir con Ruspe también!
—Ni siquiera he dicho que voy a ir.
No pude ocultar mi decepción y fruncí los labios.
Sabía que mi tío estaba ocupado, pero… pensaba que solo sería divertido si él venía conmigo.
Aunque me sentía triste, podía entenderlo.
Zenda me había dicho que mi tío había llegado tarde anoche después de trabajar, recién regresado de Castier.
Comencé a manosear el periódico sin saber qué más hacer.
—Bueno, si fueran unos 2 millones de oro…
¿2 millones de monedas de oro?
Al escuchar la voz de mi tío, levanté la cabeza como un rayo.
—¡Tío!
Corrí hacia él de inmediato y le di dos besos en la mejilla.
—Volveré en cuanto te metas en problemas.
—Sí, sí. ¿Entonces, puedo invitar a Ruspe?
—Mándale una carta.
—¡Sí! ¡La escribiré hoy mismo!
Pero primero, ¡a desayunar!
Agarrada del cuello de mi tío, me dirigí alegremente al comedor.
Apenas entré, me sorprendí al ver al abuelo.
—¿Eh?
Mi voz atrajo la mirada de todos los presentes en el comedor.
—¿Qué pasa?
—¡Es el abuelo del pastel!
¡El abuelo que llevó un enorme pastel al banquete con un sombrero gigante!
¿Por qué estaba aquí ese abuelo?
—¿Qué abuelo del pastel ni qué nada?
Me solté de mi tío, me acerqué al suelo y con mis manos indiqué la altura.
—En el banquete, él hizo un pastel así de grande y delicioso. ¿Verdad, abuelo?
El abuelo soltó una carcajada.
—Sí, ese pastel lo hice yo. No sabía que la joven señorita estaba presente en ese momento.
No lo reconocí antes por el sombrero, pero tenía el cabello rubio rizado.
—¿Pero qué hace aquí? ¿Vino a hacer otro pastel delicioso?
—¡Ja, ja, ja! Algo así. También pertenezco a la familia de los Valiart. He venido varias veces, pero es la primera vez que nos vemos. Me presento, soy Rodrigo, señorita.
Ante esas palabras, junté mis manos y le hice una reverencia.
—¡Yo soy Aika de Valiart!
—¿De verdad le gustó tanto el pastel que hice?
—¡Sí! ¡Estaba delicioso! La crema sabía a frutas y el chocolate estaba exquisito. Me gustó mucho porque sabía parecido a los pasteles que hace la abuela Sophie.
—¿En serio?
El abuelo puso cara de sorpresa.
De repente, su sonrisa se ensanchó y se dio vuelta rápidamente.
—¡Querida! ¿Lo oíste? ¡La señorita dijo que mi pastel sabía igual que el tuyo!
¿Querida?
Abrí los ojos de par en par.
La abuela Sophie salió empujando un carrito con el desayuno.
—Por favor, no hagas tanto ruido desde la mañana. La señorita y el amo están aquí.
—¡Ejem! Lo sé. Pero ¿escuchaste? ¿Eh? Dijo que mi pastel sabía igual al tuyo. ¡Parece que somos almas gemelas!
—Si usamos la misma receta, ¿cómo no va a saber igual? Ahora apártate. Señorita, hoy hemos preparado muchos platos con su crema favorita. Puede esperar con ansias.
La abuela Sophie, con su habitual tono autoritario pero amable, empezó a colocar los platos sobre la mesa.
El abuelo, llamándola ‘querida’ una y otra vez, la ayudaba mientras ella organizaba la comida.
Todos parecían estar acostumbrados a verlos, excepto yo.
Incluso mi tío, que odiaba el ruido, permanecía en silencio.
—¿So-Sophie abuela es la esposa del abuelo pastelero?
—Sí, se casaron —dijo Zenda mientras me colocaba una servilleta alrededor del cuello.
¡Dios mío!
¡El abuelo que hace pasteles deliciosos y la abuela Sophie que hace comida deliciosa son esposos!
Pero no era solo eso.
El abuelo Rodrigo también era discípulo de la abuela Sophie.
Originalmente, los dos dirigían juntos la pastelería Ebosophy, pero era tan agotador que la abuela Sophie decidió quedarse sola en la Mansión del Marqués Légiore.
Incluso el palacio real había intentado contratar al abuelo varias veces, pero él no podía aceptar no porque fuera orgulloso, sino porque, si iba al palacio, no podría correr en cuanto la abuela lo llamara.
El abuelo me contó que mi abuelo les brindó apoyo y les dio mucho dinero, por lo que pudieron quedarse en la casa de los Valiart.
—¡Qué genial!
El abuelo Rodrigo sonrió de oreja a oreja.
—Parece que tienes buen ojo, señorita. Nos conocimos a los 17 años y este año celebramos nuestro 43º aniversario de bodas. ¿Verdad, querida?
—…Si no quieres que te eche, será mejor que te calles y vayas a buscar más comida —respondió la abuela Sophie.
Ante esas palabras, el abuelo Rodrigo corrió hacia la cocina.
—Disculpe, señorita. Debe haber sido muy caótico desde la mañana.
—¡No! ¡Estoy muy contenta de volver a ver al abuelo pastelero!
La abuela Sophie esbozó una sonrisa.
Hasta hace un momento, cuando el abuelo estaba, su expresión era completamente seria.
—De todas formas, ese hombre sabe hacer buenos pasteles. Como te gusta tanto, me aseguraré de que te deje uno más.
—¡Wow, gracias! ¡A mí también me encantan sus pasteles, abuela Sophie! ¡Y su comida también!
—Es un honor, señorita.
Sin embargo, en cuanto el abuelo salió, la expresión de la abuela Sophie volvió a ser fría.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Apenas regresé a mi habitación, comencé a escribirle una carta a Ruspe.
Dijo que podía venir cuando quisiera, así que sería genial salir a jugar con él en algún lugar.
—Ser, me gustaría que todos los días fueran como ayer y hoy.
—¿Días sin peligro?
—Sí. Además, comí muchas cosas deliciosas. Sería bueno que tú también pudieras probarlas.
—Comparto tus emociones hasta cierto punto, así que no importa.
—…
Miré a Ser detenidamente.
Siempre estaba colgado de mí, pero ahora se había despegado y se extendía sobre la mesa.
—¿Qué pasa?
—Tu voz es bastante grave. ¿Cómo has hecho para hablar así todo este tiempo?
—…
Ser de repente se envolvió en su propio cuerpo y cubrió su cara.
En el libro que leí recientemente, se mencionaba que aquellos que despertaban de reliquias antiguas rara vez aparecían, solo lo hacían cuando era necesario.
Pero Ser casi siempre estaba presente.
Claro, solo delante de mí.
Y siempre se colgaba de mí también.
—Ser.
—¿Sí?
—¿Ahora recuerdas todo tu pasado?
Desde que me hice amiga de Ser, me han surgido muchas preguntas.
No siempre puedo ir a buscar a Lephus, así que también quiero aprender más a través de conversaciones con Ser.
—Mmm, en cierto grado. Cada vez lo recuerdo con más claridad. Mientras dormía dentro de ti, no recordaba nada.
—Ya veo…
—Aunque, si me esforzaba en recordar, a veces me venía algo borroso. Ahora, con cada día que pasa, siento que mis recuerdos se vuelven más vívidos.
Me incliné más cerca de Ser.
—¿En serio? ¿Cómo eras en el pasado?
—Bueno, en ese entonces no lo sabía, pero era una vida bastante aburrida. Siempre tenía un compañero conmigo. Llevábamos la misma ropa, nos movíamos a la misma hora, y siempre hacíamos lo mismo.
—¿Un compañero?
—El representante de los dioses. Como yo.
La mirada de Ser se había perdido en el vacío, como si estuviera viendo un pasado muy lejano.
Era como si hablara de un tiempo en el que no tenía su apariencia actual.
—Ser.
—¿Sí?
—¿Alguna vez has pensado en querer ser libre?
Aunque hemos estado juntos durante mucho tiempo, si contamos desde su despertar, no ha sido tanto.
Aun así, siempre quise hacerle esa pregunta a Ser.
—¿Yo?
Dicen que si un buscador, llamados Indagator o Indagatrix, los libera, pueden ser libres.
También sucede si el buscador muere, pero, si Ser lo deseara antes, ¿no debería dejarlo ir?
Incluso si eso significara no poder ver el futuro.
—Si no estoy, no podrás ver el futuro.
—Eso no importa.
—No, no lo he pensado.
Parpadeé, sorprendida por su respuesta directa.
—¿Por qué?
—¿Ya quieres deshacerte de mí?
—¡No, no es eso!
—A mí me gusta estar así. Cada día me siento diferente.
—¿Te agrada?
—Mmm, puede que no lo entiendas porque aún eres joven, pero es como si hubiera resucitado. Si obtuviera mi libertad, podría dejar este cuerpo, pero sentiría que estoy muriendo de nuevo. Ya que estoy aquí, prefiero quedarme mucho tiempo.
Su voz baja sonaba completamente sincera.
Sus palabras me hicieron sentir bien, porque sonaban como si quisiera estar conmigo por mucho tiempo.
—Yo también quiero estar contigo mucho tiempo.
—Entonces, ¿por qué preguntas?
—¡Solo curiosidad! Somos amigos, así que quiero saberlo todo.
—¿Amigos…?
Después de decir eso, volví a concentrarme en mi carta.
—En nuestro museo…
—No, no es ‘nuestro museo’, es ‘el museo’.
—Eso es lo que escribí.
—Míralo bien.
Comments for chapter "Capítulo 56"
MANGA DISCUSSION