⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—Zenda.
—Sí, señorita.
—¿Qué es eso de las reuniones?
Zenda, que estaba cepillándome el cabello para dormir, detuvo sus manos.
Decidí contarle un poco a Zenda primero.
—¿Reuniones?
—¡Sí! Hoy salió el tema hablando con el maestro Logis. Me dijo que mis amigos tienen reuniones de recitación de poesía y también de canto.
Zenda reanudó el cepillado. La suavidad entre mi cabello me hizo cerrar los ojos. Este era uno de mis momentos favoritos del día. No solo me gustaba cómo Zenda me cepillaba, sino que sabía que la cama cálida me esperaba.
—Eso también sucede, pero… las reuniones son más comunes entre las jóvenes un poco mayores que usted. Además, no es algo fijo.
—¿De verdad?
—Sí, generalmente las reuniones se vuelven más frecuentes a partir de los diez años. Antes de eso, es más común que los niños tengan acompañantes o protectores.
—Ah…
El maestro Logis había dicho que su sobrina comenzó a los diez años, pero lo hizo parecer muy tarde.
—Las niñas de su edad suelen invitar a amigos cercanos a sus casas para jugar, como usted y el señor Ruspe.
—¿Crees que Ruspe asistirá a reuniones?
—El señor Ruspe está mucho más…
—¿Mucho más qué?
—Está tan ocupado con sus clases que, según sé, no asiste a ninguna reunión. ¿A usted le gustaría asistir a alguna reunión?
Sacudí la cabeza.
—No lo había pensado, pero el maestro Logis dijo que me ayudaría a adaptarme para que no cometa errores, porque me podrían criticar.
Zenda dejó el cepillo y suavemente apartó mi cabello detrás de mis orejas. Me picaba un poco, así que cerré un ojo.
—Entiendo. Señorita, investigaré sobre ese tema.
—¿Eh?
—Tengo entendido que su tutor fue contratado solo para enseñarle una asignatura, pero parece que no le explicaron bien cuando cambiaron de maestro.
—¿Entonces?
—El maestro Logis es su profesor de lengua imperial. Su responsabilidad es enseñarle ese idioma.
—…
—¿Le ha causado confusión? Lo siento, fue mi error no haberlo verificado antes.
—¡No pasa nada! Quizás el maestro no lo sabía bien.
—¿Le gustaría que asista a las clases? No lo sugerí antes porque pensé que sería una molestia, pero si lo prefiere, puedo estar presente.
—¡Si necesito algo, te lo diré, Zenda!
—¿Hay algo más que le moleste? Por favor, dígame si hay algo.
—¡Nada ahora! Hoy he estudiado mucho.
No le mencioné que el maestro Logis me había preguntado sobre mamá y Su Majestad el Emperador. Si era una mala persona, seguiría insistiendo en preguntar. Si no lo era, Zenda ya le habría advertido y no preguntaría más. No me sentía del todo segura para juzgar sola, así que decidí pedir ayuda a Zenda.
Zenda me dio un beso en la frente.
—Todo listo, señorita. Vaya a la cama. Le arreglaré las mantas.—
Salté directamente a la cama.
—¡Ya estoy acostada! ¿Crees que mi tío llegará tarde otra vez?
—Sí, probablemente… Quizás más tarde de lo usual. Pero cuando llegue, le diré que usted lo estuvo esperando mucho. No se preocupe y duerma tranquila.
—Sí, ¡buenas noches, Zenda!
—Buenas noches, señorita. Que tenga dulces sueños.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—¿Has infiltrado un maestro?
Lagia dejó escapar una risa seca, interrumpiendo el momento en que iba a llevarse la pipa a la boca. El humo se dispersó con la risa.
—Fue complicado porque decían que los seleccionaban con sumo cuidado.
—Lo lograste.
—Ni siquiera con dinero pudimos convencer a Bovil, o Bobil, como se llame. Al final, tuvimos que provocar un accidente con un carruaje para forzar el cambio de maestro. Y aún así, no sé cuánto dinero le dieron al nuevo.
Jemiel se estremeció de disgusto.
Jemiel de Rondo.
Siempre había hecho todo lo posible por infiltrar espías en la familia Ducal de Valiart, en el Marquesado Léguiore, y en la antigua casa del canciller, aunque esta última ya no existía. Sin embargo, siempre fracasaba.
El período más largo que uno de sus espías había sobrevivido fue de apenas un mes.
Tal era la meticulosidad de Kassel de Léguiore.
Jemiel no desistía por una razón sencilla: su deseo de derribar el orgullo de las familias Valiart y Léguiore y debilitar el poder de los leales al Emperador. Este no era solo su objetivo, sino el de toda la facción noble.
—Marqués, ¿entonces ya han comenzado las clases?
Magia no pudo contenerse y preguntó.
—Sí, ambos infiltrados han comenzado.
La pequeña debilidad que había surgido en aquellos que solían ser inexpugnables se había convertido en su puerta de entrada.
—Ya que hemos logrado infiltrarnos, aprovechen al máximo para sacar toda la información posible.
Jemiel soltó una carcajada. Ya tenía planes de hacerlo. Sacar a esa niña, que decían era la hija oculta del canciller, era la forma más segura de derrumbarlos. Pero, dado el riesgo tan alto, por ahora solo estaban tanteando el terreno.
—Bueno, aunque no lo logremos, habrá que esperar. ¿De verdad podrán esconderla para siempre? Viendo cómo se están moviendo últimamente, parece que están considerando sacarla pronto.
Jemiel estaba de acuerdo con Lagia, aunque él preferiría acelerar el proceso.
—Eso parece. Por mucho que sea un Léguiore, no creo que pase toda la vida escoltando a su sobrina. Aun así, sería mejor reducir el tiempo.
Lagia golpeó la pipa contra el cenicero.
—Haz lo que creas conveniente.
—Ah, cierto.
De repente, Magia puso una expresión intrigada como si hubiera recordado algo.
—¿Por qué esa sonrisa?
—No es nada, solo que he escuchado hablar de alguien más famoso últimamente.
—¿Alguien aparte del ‘Perro Loco’? Ya me duele la cabeza solo de escucharlo —Jemiel frunció el ceño y se quejó.
—Es uno de los nuevos nobles. Al parecer, es un multimillonario, un joven bastante prometedor.
—¿Multimillonario? ¿Le cayó una mina de oro del cielo o qué? —Preguntó Piante Menivera, quien había estado fumando su pipa con curiosidad.
—No, no es una mina. Parece tener un gran sentido para los negocios. Me preguntaba si deberíamos reclutarlo.
—No importa lo atractivo que parezca, hay que investigar antes de actuar. ¿Y si resulta ser otro ‘Perro Loco’? —La respuesta de Magia provocó risas entre todos.
—Solo de pensarlo, me da escalofríos.
Jemiel volvió a estremecerse. A pesar de ello, todos mostraban interés por ese nuevo noble que tanto estaba dando de qué hablar.
—Deberías organizar una reunión.
Jemiel, en realidad, compartía la misma curiosidad.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Prrrr
Era tarde en la noche. Me había quedado dormida esperando a mi tío, pero el sonido en mis oídos me despertó nuevamente. Parecía que había escuchado de nuevo el trote de un caballo y el sonido de cascos golpeando el suelo.
—¿Uhmm…? ¿Otra vez el sonido de un caballo?
¿Estaría imaginando cosas?
¿Acaso mi tío ya había llegado?
Medio dormida, me incorporé como si estuviera en trance.
¡Ah, qué es eso?
—¿Luz…?
En cuanto lo vi, el sueño que me quedaba se desvaneció por completo. Me bajé de la cama y empecé a apartar los montones de muñecos que tenía como si fueran una montaña.
—¿Qué…?
Lo que brillaba era el adorno que me habían dado en el museo. Era una herradura antigua, del tamaño de la mitad de mi palma. En cuanto la agarré con fuerza, Prrrr— el sonido del trote que había estado escuchando se hizo más claro en mis oídos.
—¡Es esto!
¡La fuente del sonido misterioso!
—¡Ser!
—……
—¡Ser!
Como Ser no respondió de inmediato, grité un poco más fuerte y finalmente reaccionó.
—¿Eh? ¿Qué pasa?
—Mira esto. Aquí es donde está el sonido. ¡Y está brillando!
La cabeza negra de una serpiente apareció de repente a mi lado.
—Oh…
—¡Esto, esto, esto!
Estaba tan emocionada que me costaba hablar.
—Debe haber reaccionado a tu energía. Cuanto más lo sostienes, más brilla.
—Pensé que solo era un simple souvenir.
A diferencia de mí, que estaba emocionada y sorprendida, Ser permanecía tranquilo.
Aunque Serpens era un artefacto antiguo, no tenía la capacidad de identificar o localizar otros artefactos. Esa era responsabilidad del buscador.
Comments for chapter "Capítulo 61"
MANGA DISCUSSION