⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
Después de que terminaron de tratar a mi tío, finalmente dejé de llorar, aunque mis párpados estaban hinchados. Mi tío me limpió la cara de manera algo brusca con una toalla húmeda.
—Tío, creo que me vas a romper la nariz…
—¿Ves? Eso te pasa por llorar.
El invitado de antes, que estaba sentado frente a nosotros, nos miraba con una sonrisa divertida desde hacía un rato, como si todo le resultara fascinante.
—Eres realmente adorable. ¿Eres una muñeca?
Preguntó con tanta naturalidad que di un pequeño paso hacia atrás sin darme cuenta.
—…No, no lo soy.
—Vaya, hasta tu voz es adorable. ¿Cómo puedes tener el mismo ADN que este tipo? Wow, increíble…
Aunque estaba pegada a mi tío, no tenía espacio para alejarme más. Gerard, que había venido a disculparse conmigo, estaba sentado en medio, observando la situación con cautela. Resulta que, tan pronto como mi tío había bajado del carruaje, le había ordenado a Gerard que me detuviera. Le había dicho que si no me detenía, su cabeza rodaría. Así que lo habían planeado todo para detenerme. ¡Eran todos unos cómplices, igual que Ser! Todos eran malos.
—¿Y cuántos años tienes, sobrina? ¿Seis? Vi que te falta un diente, así que debes tener unos siete.
Notó que me faltaba un diente. En medio del llanto y el cansancio, olvidé cubrir el espacio con mis labios.
—Tengo siete… —respondí, avergonzada, mientras giraba la cabeza hacia mi tío.
—Ya veo. Yo también quiero tener hijos pronto. ¿Te llamas Aika, verdad? Ahora entiendo por qué la gente quiere tener hijos. ¡Me encantaría tener una hija pronto!
A diferencia de mi tío, el desconocido parecía estar casado y se había dejado llevar por su imaginación, diciendo que le gustaría tener tres hijas. Seguro que era el amigo del que Gerard había hablado.
—Cásate primero —dijo mi tío.
—Ah, claro —respondió el invitado, golpeándose el muslo como si hubiera olvidado algo importante.
Qué extraño era ese hombre… Ni siquiera se había casado.
Entonces, de repente, extendió la mano hacia mí.
—Oh, lo siento. Me distraje porque eres tan adorable. Soy Baron. Baron de Lemode. Puedes llamarme Lemode, si quieres.
—Sí, señor Baron.
—¿Eh? No, no. Llámame ‘tío’ también, ¿puedes? Soy de la misma edad que este tipo —dijo señalando a mi tío.
Asentí sin dudar. Sería más fácil llamarlo así.
—Sí, tío Baron.
—¡Ah, así se siente! ¡Este tipo lo ha estado disfrutando solo! —exclamó, llevándose las manos al pecho como si tuviera un ataque cardíaco, apoyándose en el respaldo de la silla. Seguía comportándose de una manera extraña, completamente opuesto a mi tío.
Baron de Lemode… ¿Lemode? ¿De la familia del Conde Lemode? Si era así, definitivamente no era enemigo de mi tío. Recordé que mamá siempre decía que la familia Lemode estaba compuesta por buenas personas y que apoyaban al Emperador. Así que era un aliado, ¡un aliado de verdad!
Pero, entonces, ¿por qué estaba aquí con mi tío a estas horas?
Una vez que confirmé que era un aliado, dejó de parecerme tan extraño. El tío Baron, echando miradas rápidas a mi tío, intentaba convencerme.
—¿Quieres venir conmigo?
—¿Eh?
Señalé la mano del tío Baron. Estaba tan concentrada en la herida de mi tío que no me había dado cuenta antes, pero el tío Baron también tenía su mano derecha vendada.
Cuando se dio cuenta de que estaba mirando su mano, se rió y la agitó.
—¿Esto? Me lastimé jugando con Kassel hoy. De hecho, Kassel se lastimó por mi culpa.
Sonrió y arrugó la nariz.
—Mi tío es el más fuerte —dije, convencida de que mi tío no podía haberse herido en un simple entrenamiento.
Ahora entendía por qué los adultos decían esas cosas. No soy tonta. Lo decían solo para no preocuparme, como cuando Gerard me detuvo antes. Pero no caeré por segunda vez.
El tío Baron, fingiendo estar sorprendido, adoptó una expresión seria.
—Kassel, tengo algo importante que decirte.
—No me interesa.
Ahora que mi tío ya se había puesto la camisa, no se veían las manchas de sangre. Tuvo que cambiarse las vendas una vez más por culpa de mis lágrimas y mocos, pero esta vez no se tiñeron de sangre. Dijo que sanaría en unos días.
—Escucha. ¿Por qué no intercambiamos? Tú me das a Aika, y yo te doy a mi hermana. ¿Qué te parece, Aika? ¿No te gustaría ser mi sobrina? Sería mejor tío que él, ¿no crees? Kassel es demasiado serio, ¿verdad?
Retrasé la respuesta y solo parpadeé, pero los brazos de mi tío, que me sostenían, se tensaron con fuerza. Al punto que me costaba respirar, así que lo miré. A pesar de sus brazos firmes, su rostro dejaba claro que le resultaba molesto siquiera responder.
—¡Yo, yo quiero a mi tío! —exclamé, abrazando su cuello de repente, lo que hizo que él soltara una pequeña risa.
—De todas formas, no podrías manejar a nuestra pequeña traviesa, ¿verdad? ¿Sabes cuántos problemas causa?
Mi tío me dio unos suaves golpecitos en mis mejillas hinchadas y se rió. Lo miré con los ojos entrecerrados y volví a inflar las mejillas. Siempre respondía de esa manera, no importaba lo que dijera. Quizás debería cambiar lo que digo.
—Maldito afortunado… —murmuró el tío Baron, visiblemente decepcionado.
¿Así que tenía una hermana?
—¿El tío Baron tiene una hermana?
Mi mamá tiene un hermano, que es mi tío.
—Oh, claro. De hecho, ya viste a la señorita antes. ¿Recuerdas? En esa ocasión, Lady Hella te saludó con un abanico —dijo Gerard, aclarando mi duda.
¿Abanico…? ¿Un abanico?
( Vine a traerle la información que el marqués necesita. Si la rechazas hoy, lo lamentarás mucho. )
( Jajaja, qué adorable. )
¿Podría ser esa chica de cabello y vestido amarillo?
—¿La chica bonita? —pregunté, recordando lo increíblemente bonita que se veía cuando guiñaba el ojo.
—Sí, lo recuerdas bien. Es ella. Lady Hella y el Baron son hermanos, tienen dos años de diferencia —respondió Gerard.
—Ah, ¿así que también conoces a Hella? —preguntó mi tío.
—Vino a una recepción la última vez.
—Ah, sí. No pude ir, así que la envié en mi lugar. ¿Sabes cuánto gastó ese día? Me pidió tres vestidos diferentes. ‘Los asuntos de los hermanos, que los resuelvan entre ellos’, gritaba tan fuerte que pensé que me reventaría los tímpanos. ¿Te gritó a ti también?
—No.
Después de escuchar que el tío Baron y esa chica bonita eran hermanos, me vino a la mente su rostro. ¿De verdad esa chica tan bonita se había enfadado? No podía imaginarlo. Si le cortara el cabello corto, le pusiera labios rojos y largas pestañas, sería exactamente igual que el tío Baron. Aunque la chica bonita hablaba de manera mucho más enérgica, parecía que solo compartían la apariencia, no la personalidad.
—Estaba tan preocupado por que ese imbécil ganara la subasta ese día… Oh, quizá no debería decir esto frente a ti —dijo el tío Baron, mirándome de reojo.
Negué con la cabeza, indicando que no me molestaba. Después de todo, no entendía de qué estaba hablando. Además, si fuera algo que no debería escuchar, mi tío ya me habría sacado de la habitación.
El tío Baron, mi tío y Gerard conversaron durante un buen rato, aunque no entendí la mayor parte de la conversación. Sin embargo, reconocí algunos nombres y familias que había escuchado de los labios de mi mamá.
—De todas formas, parece que están desesperados. Tal vez ya no intenten ocultarlo y lo envíen —dijo mi tío.
—Debe estar furioso. El señor ha desmantelado todo su poder —respondió el tío Baron.
El tío Baron explicó que se había lastimado jugando con mi tío después de salir de una reunión importante. Dijo que había sido amigo de mi tío por tanto tiempo como del propio Emperador y que también era muy cercano a Gerard. Aunque no se veían a menudo, en ocasiones se reunían los tres: mi tío, el Emperador y él. El Emperador, por su cargo, no tenía mucho tiempo, pero antes de asumir el trono se veían con frecuencia.
Esto no parecía una simple ‘broma’, sino más bien como si estuvieran hablando de un ataque de malos individuos, pero decidí fingir que no entendía. Mi tío ya había sido tratado, así que estaba bien.
Después, también me disculparía con Ser por haberle gritado. Aunque aún me sentía molesta por lo que había pasado hoy, mamá siempre decía que era mejor resolver los malentendidos y perdonar lo más pronto posible. Le pediría que no lo volviera a hacer.
—He estado pidiéndole a tu tío que te dejara venir desde hace un mes, pero apenas ahora te ha traído. ¿No crees que es un poco cruel? Yo nunca haría eso —se quejó el tío Baron.
Comments for chapter "Capítulo 72"
MANGA DISCUSSION