⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue

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—Zenda, escuché que se celebrará el Gran Baile de Verano en el palacio imperial.

—¿Cómo lo supo? Es el baile que se celebra todos los años en esta época.

—¿Nosotros también vamos?

En el fondo, estaba emocionada.  

El Gran Baile de Verano, una gran reunión familiar.  

Era una oportunidad para ver si el abuelo y el tío seguirían escondiéndome como lo hacía mamá o si finalmente dejarían de hacerlo.  

Si el abuelo y el tío normalmente no asistieran, no habría problema.  

Pero si me dejaban fuera o no asistían por mi culpa, significaba que todavía tendría que esperar.  

—El Duque Valiart siempre ha asistido, y el señor no lo hace todos los años, solo cuando no tiene trabajo. Creo que incluso cuando ha ido, regresó temprano. Esta vez no ha dicho nada, así que no lo sé.

—Ya veo.

Así que el abuelo y el tío lo sabían.  

—¿Quieres que le pregunte?

—¡Sí! Dicen que es un evento familiar. Si el tío va, ¿crees que me llevaría?

—Le preguntaré. Creo que, como esta vez no está muy ocupado, es posible que vaya. Si es así, puede que también te lleve.

—Ojalá sea así.

—Un momento, señorita.

—Sí, ¡tómate tu tiempo!  

Aunque ahora el profesor Logis no hacía preguntas extrañas y se centraba en las lecciones de idioma imperial, de vez en cuando le preguntaba a Ser.  

Le pregunté si el profesor Logis era una mala persona en el futuro, si causaría algún problema. Aunque mi capacidad era limitada y no podía usar todo mi poder, estaba segura de que tenía altas probabilidades de éxito debido a mi gran interés en el profesor Logis.  

Le pregunté si había algo que no me hubiera mostrado, pero Ser dijo que no.  

Dijo que, por ahora, no había ocurrido nada y que no tenía sentido mencionarlo.  

Quizás realmente no había ningún problema.  

—Hmm…

Todo empezó porque Ser dijo que había algo sospechoso.  

Y no pude evitar tener dudas porque el profesor seguía preguntando sobre mi madre.  

Además, crecí escuchando que la familia Valiart tenía muchos enemigos y siempre debíamos ser cautelosos.  

Así que, aunque algo fuera solo ligeramente extraño, debía investigarlo.  

—Solo evitaré estar con el profesor Logis fuera de las clases.

Si solo era una sensación pasajera sin fundamento en el futuro, no había de qué preocuparse.  

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Esa noche.  

—¿Yo también voy?

Me sorprendí mucho.  

Hoy el tío llegó temprano y estábamos cenando juntos.  

Mientras le contaba sobre lo que había aprendido y hecho hoy, planeaba preguntarle discretamente si iría al Gran Baile de Verano.  

—Claro que sí.

Pero antes de que pudiera mencionarlo, me entregó una invitación y me dijo que íbamos al Gran Baile de Verano.  

¡Y no solo el tío y el abuelo, sino también yo!  

¡Incluso yo, que mamá nunca me permitió ir a ningún baile!  

Miré a Zenda, pensando que tal vez ella lo había dicho, pero solo negó ligeramente con la cabeza.  

Esto era increíble.  

Y como Zenda mencionó antes, mañana también tendría un guardaespaldas.  

—Tío, ¿todo esto es verdad?

—¿Crees que te estoy mintiendo?

—…Es asombroso.

—¿Qué es asombroso?

—Es la primera vez que iré a un baile. Y también es la primera vez que tendré un guardaespaldas. ¿Será Gerard mi caballero?

Mis ojos brillaban de emoción.  

Preferiría que fuera Gerard.  

Sinceramente, cualquier otro guardaespaldas también enfrentaría muchos enemigos.  

Cualquier guardaespaldas tendría que ser parte de Valiart o Léguiore, así que no había mucha diferencia.  

—Mañana lo verás.

—¡Sí!

Y al día siguiente, Gerard se convirtió en mi guardaespaldas.  

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—Gerard se ha convertido en mi verdadero caballero.

—Le rogué mucho al señor para que me dejara hacerlo. Protegeré a la señorita con mi vida.

Con una determinación firme, Gerard se arrodilló sobre una rodilla y me tendió la mano como un verdadero caballero.  

Hoy, a diferencia de lo habitual, llevaba puesta una armadura negra de metal y una capa que ondeaba al caminar.  

Cada vez que se movía, su armadura hacía ruido y mostraba una gran dignidad.  

Reí mientras le tendía la mano, y Gerard depositó un beso rápido en el dorso de mi mano.  

—¿Y ahora qué hará el tío?

—Otro caballero asistirá al señor. No te preocupes, hay muchos que son muy hábiles.

—Pero Gerard es el mejor.

—¡Por supuesto!

Era raro ver a Gerard, que siempre había estado al lado del tío como su sombra, estar a mi lado.  

Con Zenda a un lado y Gerard al otro, no podía sentirme más feliz.

—…Ahora ve y cámbiate la armadura, Gerard.

Zenda, con una expresión claramente descontenta, le dijo a Gerard.  

Hoy el sol no había salido y soplaba mucho viento, lo que hacía que no pareciera verano, sino un día fresco.  

Aun así, llevar una armadura pesada de metal era difícil con este clima.  

—Pero hoy es el día en que fui nombrado como el primer caballero guardián de la señorita, así que esto es lo mínimo que puedo hacer. Señorita, he estado puliendo esta armadura desde ayer.

Ahora entendía por qué brillaba tanto la armadura negra.  

—De todas formas, no es como si fueras a la guerra. ¿Quién lleva una armadura pesada para algo así?

—Señorita, ¿no me veo impresionante?

—¡Te ves genial! ¡Gerard es el mejor!

Al oír eso, Gerard le lanzó una sonrisa de superioridad a Zenda, quien sacudió la cabeza en señal de resignación.  

—Si te lastimas por culpa de esa armadura, serás regañado. Antes de que el señor se entere, ve y cámbiate rápidamente.  

Zenda empujó a Gerard por la espalda.  

Gerard no tuvo más remedio que decir que se cambiaría al uniforme mientras me mostraba un pulgar hacia arriba.  

Yo también levanté mi pulgar hacia él.  

—Qué bueno que salió como querías, señorita.

Zenda me acarició suavemente el cabello.  

—Sí, me alegra que sea Gerard. Los otros caballeros también son buenos, pero Gerard es el que mejor conozco.

—Aunque no lo parezca, él realmente dará su vida por protegerla, señorita. Cuídelo bien, por favor.

Zenda me hizo una reverencia formal, pidiéndomelo con mucha seriedad, a diferencia de su actitud hacia Gerard.  

Dado que habían crecido juntos desde el orfanato, casi como hermanos, y que Zenda estaba aquí gracias a Gerard, todo parecía natural.  

—¡Claro!

Era lo lógico.  

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Kassel estaba construyendo lentamente una muralla protectora alrededor de Aika, paso a paso.  

Hasta entonces, había ocultado a la niña como quería Seria, pero no podía seguir haciéndolo para siempre.  

Como ya había decidido que el puesto más alto en la casa Valiart sería para Aika, era hora de que comenzara a disfrutar de los privilegios que le correspondían como la única hija de Valiart 

Ya tenía siete años.  

Incluso Ilrod pensaba que ya se había demorado mucho, por lo que últimamente presionaba más a Kassel.  

Dado que se aproximaba el evento más grande, el Gran Baile de Verano, todo lo que tenían que hacer era asegurarse de que lo que habían preparado estuviera en orden. Era el momento perfecto para anunciar a Aika como la hija oficial de Valiart.  

Pero entonces, hace dos días…  

( ¿Perdón? ¿Yo? Ese día, no le dije a la señorita que el señor había resultado herido. )

Ante el interrogatorio de Kassel, Gerard agitó las manos negando lo que le preguntaban.  

( ¿No lo hiciste? )

( No tuve tiempo en absoluto. Apenas salté del carruaje, iba a esperar en las escaleras del segundo piso si no estaba en la planta baja, pero la señorita ya estaba bajando cuando llegué. )

( Y entonces… )

( Me preguntó apresurada si el señor había llegado, y yo solo seguí la orden de negarlo. Le dije que no estaba. Aunque al final se enteró, juro que no fui yo quien lo mencionó. )

Era el día que Kassel había llegado herido.  

Después de cortar a los esbirros de Jemiel, quienes actuaban como sus brazos y piernas, lo atacaron abiertamente.  

Aunque resolvieron el problema rápidamente, Kassel resultó herido protegiendo a Baron.  

Ese idiota de Baron tenía una estrecha relación con el gremio de información, lo que era útil, pero su habilidad con la espada era lamentable.  

No le gustaba el ejercicio, así que era de esperar que su habilidad con la espada fuera pésima.  

Aunque solo era un pequeño corte en el brazo y no se podía considerar una herida grave, para colmo empezó a sangrar.  

En ese momento, al escuchar el sonido del carruaje, recordó a su sobrina, que probablemente estaba en el vestíbulo del primer piso, esperando ansiosa su regreso.  

Entonces ordenó que Gerard bajara primero y enviara a Aika a su habitación.  

( ¿Lograste ocultarlo a mi pequeña? Hoy no debe bajar al primer piso. )

Kassel, pensando que la persona que se acercaba era Gerard, empezó a hablar, pero al no recibir respuesta de inmediato, cuando estaba a punto de pedir más vendajes, se encontró con la mirada de Aika.  

Kassel recordaba vívidamente los ojos de Aika en ese momento.  

Gerard, quien se suponía que la mantendría en su habitación, estaba en algún lugar, pero su sobrina había llegado hasta allí.  

Kassel se sorprendió una vez más.  

Antes de que pudiera sentir el desastre que se avecinaba, Aika rompió en lágrimas, como si lo entendiera todo.