⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
¿Qué demonios es eso?
Miré a Equus con ojos llenos de dudas mientras él levantaba la barbilla.
—Deja que te lleve a donde sea.
—¿…Que me lleve? ¿Ahora? ¡No, eso no puede ser!
No solo no tenía ningún lugar adonde ir, sino que si alguien me veía, sería un desastre. Además, aunque conocía las habilidades de Equus, todavía no sabía cómo o de qué manera usarlas, así que necesitaba estar preparada mentalmente. Y, por si fuera poco, tenía clases en la mañana. Si me iba a algún lugar sin permiso y se armaba un escándalo en la mansión, sería más aterrador que cualquier historia de terror.
Equus resopló, claramente molesto.
—Eh, de todos modos, no puede ser ahora. Si quieres correr, sólo hazlo.
Nunca me imaginé que tendría que lidiar con algo así.
Equus, cuando sentía su instinto de correr, necesitaba hacerlo. Y me pedía permiso, lo cual me parecía completamente absurdo. Lo llamé primero, y ni siquiera respondió como es debido.
¿Acaso una reliquia antigua puede ser tan caprichosa?
—Instinto de carrera.
Equus seguía insistiendo con su terquedad.
—No, no puede ser. Ahora no.
Y fue entonces cuando vi algo increíble.
El cuerpo translúcido y blanco de Equus comenzó a volverse más sólido.
—¿Eh, qué…?
Con un resoplido, levantó las patas delanteras, y de repente, estaba allí, transformado en un caballo completamente visible ante mis ojos. Extendí la mano con incredulidad.
¿Lo estoy tocando?
Sentí la piel dura como una roca, cubierta de un pelaje corto y suave. Me sobresalté tanto que retrocedí rápidamente.
¿Qué estaba pasando?
¿Solo yo podía verlo tan claramente? ¿Será que quiere llevarme?
—¿Qué es eso? ¿Por qué hay un caballo aquí? ¿No habrá escapado del establo?
Me giré rápidamente hacia la voz que escuché.
Eso significaba que otras personas también lo estaban viendo.
¡¿Qué está pasando aquí?!
Con el colgante en la mano, me puse a pisotear el suelo, nerviosa.
—¡E-Equus! ¡No puedes hacer esto! ¡Por favor, vuelve!
Agarré el colgante con ambas manos y lo rogué desesperadamente. En ese momento, el cuerpo de Equus comenzó a volverse translúcido de nuevo.
Al oír que la gente se acercaba, me escondí rápidamente detrás de un pequeño arbusto del jardín.
—… ¿Qué? ¿Acaso había un caballo? ¿No lo habré imaginado?
Las voces se acercaban. Parecía ser uno de los sirvientes.
Me tapé la boca con ambas manos y aguanté la respiración.
Desde donde estaba, podía ver a Equus deambulando, pero, afortunadamente, ahora que volvía a ser translúcido, no parecía visible para los demás.
—No, estoy seguro de que vi un caballo blanco. Era tan grande que pensé que Shelldon se había escapado. A veces se sale del establo. Qué raro… juraría que lo vi aquí.
Con el paso del tiempo, las voces se desvanecieron y vi las espaldas de los sirvientes alejándose.
Finalmente, salí de mi escondite detrás del arbusto.
¿En serio…?
—¿Puedes hacerte visible para los demás?
—Si no, ¿cómo te llevaría?
—…Me lo habrías dicho antes, ¿no?
Esto era algo que podría haber mencionado. Una reliquia antigua que podía hacerse visible y tangible…
—Ser, ¿tú sabías esto?
—No, también es la primera vez que lo veo.
—…
El sudor frío me recorrió la frente.
Pasé bastante tiempo en el jardín tratando de calmar a Equus, que seguía insistiendo en su ‘instinto de carrera’. Finalmente, logré persuadirlo, pero fue la primera vez que llegué tarde a clase.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—¡Sí, lo conseguí!
Finalmente llegué a la biblioteca antigua.
Lo había logrado con el permiso de Zenda. Era la primera vez que usaba el portal por mi cuenta desde que lo había probado con mi tío, y al hacerlo tal como él lo había hecho, llegué sin ningún problema.
Aunque me sentía un poco mareada, esto no era gran cosa.
—…
Al llegar de esta manera, ni siquiera necesitaba una llave.
La puerta exterior estaba cerrada herméticamente, y el silencio reinaba en la biblioteca antigua.
Ah, cierto, no era momento para esto.
De inmediato, me dirigí a la pequeña sala donde sabía que encontraría a Lephus.
—¡Lephus!
Apenas entré, anuncié mi llegada y dejé mi bolso en el suelo. Luego saqué algunos libros y pergaminos.
—¡Aika!
Desde el fondo de la estantería, Lepus saltó hacia mí con alegría.
Rápidamente se lanzó a mis brazos.
—¡Te estaba esperando!
—Jeje, yo también quería venir enseguida, pero tenía clases por la mañana.
—¡Ahora que estás aquí, está bien!
—Lephus, mira esto, traje algo hoy.
Le mostré lo que acababa de sacar, y Lephus se subió rápidamente sobre ello.
—No, no. Tenemos que abrir eso.
—¡Ah, claro!
—Esto es algo que mamá me dejó.
—¿Seria?
Asentí mientras desplegaba el pergamino.
—Esto es lo que mamá me dejó, pero solo son palabras. Creo que debemos encontrar lo que significan. Este es un libro parecido a una libreta, tiene un índice. Creo que hay un libro aquí con este índice.
Lephus, que estaba observando conmigo, asintió mientras levantaba la cabeza.
—Sí, parece ser así.
Le pasé el pergamino para que pudiera verlo mejor.
<Flor rosada. 8. Hambre. Lámpara.>
—Esto es lo que está escrito. Debajo hay una marca con una X, pero no sé si significa que ya no está o que no es relevante.
—Flor rosada, 8, hambre, lámpara, huh.
—Sí, estoy segura de que es algo que mamá me dejó a mí. Lo sé.
Si no fuera así, no lo habría dejado escrito en lengua antigua.
Mamá sabía que yo aprendería este idioma antiguo. Era para que otras personas no lo entendieran.
Así que, pase lo que pase, debo descubrir el significado.
—Hambre, lámpara, hmm…
Lepus murmuraba para sí mismo, mientras una de sus orejas temblaba ligeramente.
—¿Sabes qué podría ser
—La lámpara podría referirse a reliquias como nosotros, tal vez. Hmm, déjame pensar. Quizá la información que necesitamos esté en algún lugar por aquí.
Lephus, Ser (aunque no directamente), y yo nos pusimos manos a la obra, buscando maneras de resolver el enigma.
Pasaron unas dos horas.
Lephus ya había encontrado el tercer libro según el índice.
Siendo el encargado de esta biblioteca, tal como mamá lo había designado, Lepus encontraba los libros rápidamente siguiendo el índice.
Sin embargo, incluso en los libros que encontraba, no parecía haber ninguna información que ayudara a resolver el enigma de mamá.
Sabía que estos libros eran los correctos, pero aún no encontraba nada sobre la flor rosada, el número 8, ni el hambre.
Habíamos encontrado dos lámparas, pero no se trataba de reliquias antiguas como las que buscábamos. Ya habían sido descubiertas por antiguos buscadores y liberadas completamente.
Lo que sí encontramos fue algo más.
Un extraño dibujo circular y las palabras ‘Gordon’ y ‘relámpago’.
También estaba marcado con una X.
Esto hablaba de un cazador.
El dibujo circular resultó ser un aro de nariz de un toro, según lo que aparecía en el libro. Se decía que esta reliquia antigua otorgaba un poder increíble.
Sin embargo, ese poder había sido arrebatado primero por el cazador.
Ahora, aunque supiera qué poder era y qué reliquia, no podría obtenerlo nunca.
Esa reliquia antigua jamás encontraría la libertad y estaría condenada a sufrir a manos del cazador…
—¿Cómo lo encontró mamá?
Yo apenas había logrado encontrar esta pista, y eso me había costado mucho.
Mamá me parecía increíble y la admiraba más que nunca.
Si lo que había encontrado era una reliquia arrebatada, entonces Gordon probablemente era el nombre o título del cazador.
Esto hacía que las palabras que estaban delante estuvieran aún más claramente relacionadas con las reliquias antiguas.
Viendo los círculos que aparecían junto a ellas, parecía que eran las que debía encontrar.
Después de resolver esto, la biblioteca comenzó a oscurecerse poco a poco.
No era de noche aún, pero el sol comenzaba a bajar.
La luz que entraba desde afuera se reducía considerablemente.
—Creo que es hora de irme.
Cerré el libro, y Lepus asintió.
—¡Sí, yo me encargaré de buscar los otros libros del índice!
Lephus me habló con su habitual voz alegre.
—¡Gracias!
Mañana también tendré que volver.
Al menos hoy había descubierto algo.
Salí de la biblioteca y regresé a casa usando el portal.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Esa noche.
Mi tío había dicho en la mañana que probablemente llegaría tarde, así que pensé que vendría mucho después de la cena.
Sin embargo, regresó mientras yo aún estaba cenando.
Me trajo un conejo de peluche que el tío Baron le había dicho que me diera, lo cual me alegró mucho.
Pero después de eso, las cosas se complicaron.
Había algo raro en mi tío.
Desde que llegó, seguía hablando de que había descubierto algo, pero yo no podía entender nada.
¿Acaso mi tío había sido reemplazado por otra persona hoy?
—¡Cuqui cuqui cu!
Sí, definitivamente había algo extraño en él.
—…
Lo miraba con cara de desconcierto, como si estuviera siendo víctima de algún tipo de castigo, mientras seguía diciendo cosas absurdas.
¿Qué le pasa?
—¡Cuqui cuqui!
—Tío…
—¿No te gusta esto?
Mi tío murmuraba para sí, rascándose la cabeza mientras me daba palmaditas en la espalda y me daba toques en las mejillas, como si no supiera qué hacer.
—Tío, si no te sientes bien, deberías irte a dormir. Yo también me voy a acostar.
Le di unas palmadas en el brazo, mientras él parecía completamente desconcertado, y me giré para irme.
Hoy estaba actuando realmente extraño.
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